lunes, 26 de septiembre de 2011

Meditación del 27 de septiembre del 2011

11-09-27. MARTES XXVI
Lc 9, 51-56.

HAZME UN INSTRUMENTO DE TU PAZ

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
Cuando nos sentimos rechazados o atacados por otros, nuestra primera reacción es defendernos e incluso, si es posible propiciar más daño del que se nos podría haber producido, para manifestar que somos más poderosos.
JUZGAR
El Señor Jesucristo, aun en vida, no fue bien recibido por todos. Ante esta situación, sus discípulos pretenden manifestar poder, destruyéndolos con “fuego bajado del cielo”. Jesús les reprende, porque ese no es el proceder que predica, sino el de la paciencia, el perdón y el amor.
ACTUAR
Revisaré mi proceder para reflexionar sobre cómo reacciono cuando me siento agredido u ofendido y procuraré actuar en conformidad con las enseñanzas de Jesucristo.

Evangelio: Lucas 9, 51-56: Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le preguntaron: «Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?» Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea.

LEER. Jesús es rechazado por una población que no lo quiere recibir, dos de sus discípulos, que después serán sus apóstoles y que son conocidos como “los hijos del trueno”, quizá por su espíritu belicoso, porque andan con Jesús, le preguntan a Jesús que si Él quiere que “hagan bajar fuego del cielo para que acabe con los habitantes de esa población. Jesús les reprende y van a otra población.

MEDITAR: Jesús muestra su capacidad de amar y de adaptarse a las circunstancias. Él no impone su presencia a nadie, si alguien no lo recibe, no se da por ofendido, simplemente busca otra opción, en este caso, irá a otra población. ¿De forma similar actúas tú cuando alguien te rechaza?

En ocasiones, podemos aguantar que nos insulten, pero que no nos hablen mal de Dios, de Jesús, de la Virgen, de la Iglesia o cualquier otro tema referente a la religión, porque inmediatamente nos sale el ser “hijos del trueno”, para atacar e insultar y si es posible destruir al otro y todo “en defensa de nuestra fe”. ¿Este tipo de comportamiento lo aprobaría Jesús? Según el texto que acabamos de leer, la respuesta es no.
No significa que nos tengamos que quedar callados, pero sí que demos testimonio de paciencia. Que en lugar de responder agresivamente o enojados (recuerda el que se enoja pierde), respondamos con razones y no con agresiones. Que respondamos con el perdón y no con insultos.

El poder que Jesús aporta a los discípulos no es “el trueno”, las armas, los insultos, la violencia, sino el de la verdad, de la justicia, del diálogo, del perdón, del amor.

Jesús reprende hoy a sus discípulos, con el tiempo serán sus apóstoles, predicarán el Evangelio, serán rechazados y perseguidos, y habiendo aprendido la lección, ya no pretenderán hacer “caer fuego del cielo” sino que con su vida darán testimonio del perdón y del amor de Dios.

ORAR: Señor, Jesús, perdóname por todas las veces que incluso en tu nombre he maltratado a mis hermanos. Dame tu amor y tu paciencia para entender que responder con mal al mal, con odio al odio y a la violencia con violencia, no es ser diferente a los demás ni mucho menos cristiano. Derrama tu Espíritu en mi corazón para que perdone y ante toda agresión, más que responder primariamente guiado por mis impulsos, sea tu paz la que guíe mis palabras y mis acciones para restablecer la verdad y la justicia en toda relación fracturada por el padre de la mentira.

CONTEMPLAR: Revisaré mi forma de proceder ante quienes me agraden o persiguen: ¿les guardo odio para siempre?, ¿les respondo de igual manera o con mayor agresividad? ¿me “la guardo” para cuando pueda vengarme?

ACTUAR: Procuraré ser más mensurado en la expresión de mis ideas y en lugar de provocar o caer en provocaciones, procuraré sembrar la paz de Dios en los ambientes donde desarrollo mi vida. “Hazme un instrumento de tu paz, donde haya odio lleve yo tu paz, donde haya odio, lleve yo tu amor, donde haya injuria tu perdón Señor. Hazme un instrumento de tu paz” San Francisco.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.


Meditación del 26 de septiembre del 2011

11-09-26. Lunes XXVI
Lc 9,46-50.

TODO PARA LA GLORIA DE DIOS

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
Parecería que en el corazón del hombre está el deseo de sobresalir sobre los demás.
JUZGAR
Jesús nos invita a ser libres, a actuar con libertad, por y con el gusto de hacer el bien y no por un “reconocimiento”, “premio” o “recompensa”. Hacerlo de otra manera nos debilita y cansa porque nos “frustra” si no alcanzamos lo que queremos o nos lleva al “abatimiento” si somos criticados. Actuar en libertad nos lleva a valorar al otro e incluso promover su desarrollo y el bien común, de otra manera se genera la envidia y la división al ver al otro como un competidor. La mayor libertad la alcanzamos cuando todo lo hacemos por amor a Dios, para su mayor Gloria. Así si tenemos éxito es para su Gloria y si no alcanzamos la meta deseada, nos critican o incluso nos agreden por el bien realizado, todo lo ofrecemos también para la Gloria de Dios.
ACTUAR
Hoy procuraré me esforzaré por actuar en libertad y para Gloria de Dios. Me esforzaré en servir a mis hermanos sin esperar recompensa alguna y procuraré el crecimiento del “otro”. Actuaré en todo, sin buscar ningún provecho personal. Todo para Gloria de Dios.

Evangelio: Lucas 9, 46-50: Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande de ellos. Dándose cuenta Jesús de los que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. En realidad el más pequeño entre todos ustedes, ése el él más grande». Entonces, Juan le dijo: «Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros». Pero Jesús respondió: «No se lo prohíban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes».

LEER. Jesús, ante las “fallas”, errores”, “limitaciones”, “envidias” y “mezquindades” de sus discípulos, no los regaña, ni los rechaza o los aparta de su lado. Los ama, les tiene paciencia y les instruye porque sabe que todavía falta que crezcan en el amor y en la libertad para dar lo mejor de sí mismos. Hoy les enseña sobre la libertad en el actuar, la alegría en el servicio con y por el amor a Dios y como, aún, los más pequeños, son amados por Él y nuestro Padre Dios, pues Ellos no hacen distinción de personas por lo que tienen o aparentan, sino por lo que somos: Hijos del Padre, redimidos por Jesucristo, templos del Espíritu Santo.

MEDITAR: En muchos de nuestros ambientes, incluso en el seno familiar, nos dejamos condicionar por valores que no son cristianos. Como nos acostumbramos a ellos, porque nos rodean y están presentes en los estilos de vida de quienes no conocen a Dios, pensamos que seguir a Jesús es “no exagerar”, pero si conservar algo o mucho de envidia, de espíritu de competencia, de crítica hacia los demás, de menospreciar al que consideramos menos o inferior a nosotros, etc. Actitudes como estas las justificamos quizá sin darnos cuenta que ellas manifiestan “las esclavitudes” que nos oprimen y no nos dejan ser felices, pues incluso son manifestación de nuestra baja autoestima.

Para “autoengañarnos” y pretender engañar a los demás” nos justificamos diciendo que “eso mismo hacen todos”, que “así somos”, que “no somos santos”. Lo que realmente deberíamos pensar es que si conocemos a Cristo, no podemos seguir los condicionamientos que oprimen a la mayoría de las personas, aunque no se den cuenta e incluso las disfruten. Quienes hemos conocido a Cristo, sabemos que Él murió en la Cruz para liberarnos, de toda esclavitud, para que auténticamente seamos libres, podamos amar y seamos felices.

San Ignacio de Loyola dejó a los jesuitas la consigna “Ad maiorem Dei gloriam” que se abrevia “AMDG” y que significa “Todo para la mayor Gloria de Dios”, expresión que la sabiduría popular se expresa con el dicho: “haz el bien sin mirar a quien”. Entre estas dos expresiones, yo me quedo con la primera. Para ser plenamente feliz ¿con cuál te quedas tú?

ORAR: Señor, renuévame, haz que entre en mi corazón y con el deseo de ser feliz, reconociendo mis errores y faltas, deje que el amor me sane y en lugar de criticar a mis hermanos, aprenda a señalar sus cualidades, que aprenda a servir de manera desinteresada, de tal manera que mi gozo sea el hacer el mayor bien posible y que independientemente del reconocimiento o rechazo que pudiera recibir, mi alegría sea el hacer todo por amor a Ti y para mayor Gloria de Dios.

CONTEMPLAR: Revisaré mi vida y las ocasiones en que, he realizado las cosas en búsqueda de un bien personal o para quedar bien. Revisaré los sentimientos que me ha generado no recibir la recompensa esperada o en lugar de felicitaciones haber recibido críticas o regaños.

Reconoceré que al no actuar con libertad y si, con intereses particulares, me ha generado inseguridad y temor, incluso envidia, cuando a “otro” se le ha reconocido más que a mí o en lugar de mí.
Hoy me esforzaré en vivir cristianamente, buscando hacer todo para Gloria de Dios.

ACTUAR: Le pediré a Dios la Gracia de actuar sin esperar recompensa alguna, poniendo en ello mi amor, procurando en todo la mayor Gloria de Dios.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.


Meditación del 25 de septiembre del 2011

11-09-25. Domingo XXVI
Mt 21,28-32.

CONSCIENTEMENTE CATÓLICO

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
El texto nos invita a ser católicos auténticos y no sólo de pose. Políticos, artistas y mucha gente por la calle se dice católica, pero no se comporta como tal. ¿Seré uno de ellos?
JUZGAR
La gran mayoría de los mexicanos nos reconocemos católicos, pero la fe no se manifiesta en la vida diaria. No me refiero sólo a que si va a Misa, se confiesa o comulga. Los valores del cristianismo como no mentirás, no robarás, no matarás, y otros más, cada vez están más lejos de su vida diaria. ¿Seré uno de ellos? Signo de inconsistencia en la fe, son los asesinatos y delitos que diariamente ocurren.
ACTUAR
El hombre y la mujer coherentes con su fe no sólo son felices y hacen el bien a su alrededor sino que alcanzan la Vida Eterna. ¿Seré uno de ellos? México necesita muchos de estos hombres y mujeres. México necesita de ti, católico consciente y comprometido de tu fe.

Evangelio: Mateo 21, 28-32: ¿Qué opinan ustedes? Un hombre tenía dos hijos; fue a buscar al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar a la viña". Mas éste respondió y dijo: "Voy, Señor", y no fue. Después fue a buscar al segundo, y le dijo lo mismo. Este contestó y dijo: "No quiero", pero después se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?" Respondieron: "El último". Entonces, Jesús les dijo: "En verdad, les digo, los publicanos y las rameras entrarán en el Reino de Dios antes que ustedes. Porque vino Juan a ustedes, andando en camino de justicia, y ustedes no le creyeron, mientras que los publicanos y las rameras le creyeron. Ahora bien, ni siquiera después de haber visto esto, se arrepienten, para creerle".

LEER. Jesús pide la opinión de sus discípulos y de esta manera les invita a reflexionar. Hay quienes dicen buscar la verdad y cumplir los mandamientos, pero se engañan y pretenden engañar a los demás, porque incluso, conscientemente no la cumplen. Otros, se declaran irreverentes a la norma y a la Ley e incluso lo pueden decir con sus palabras, pero a la hora de la prueba, quizá incluso inconscientemente, guiados por la razón, actúan conforme al plan de Dios. Jesús cuestiona a su audiencia, nos cuestiona a todos, a ti y a mí, porque quiere que libre y conscientemente hagamos la voluntad de Dios, sirvamos a los demás, seamos felices, alcancemos la santidad y la Vida Eterna. Con su encarnación y su vida, nadie puede decir que no sabe cómo vivir para hacer la voluntad de Dios, la clave son el amor, la verdad, la libertad, la justicia, que conllevan al perdón y a la solidaridad y construyen la paz y el desarrollo común.

MEDITAR: Jesús quiere que libre y conscientemente le sigamos, y que coherentemente, unamos ideales, palabras y acciones en la consecución del mayor bien posible para ser felices y hacer este mundo mejor. Jesús nos invita a evitar dos extremos (a) decir que creemos y vivir actuando sin fe e incluso contrario a ella y (b) no dimensionar, con la fe, el bien que hacemos. Para evitar estos extremos, el amor a Dios y al prójimo, han de estar en el centro de nuestro pensar, decir y actuar. Jesús es el parámetro a seguir.

San Agustín afirma “nos has creado para Ti Señor, y nuestro corazón no descansa hasta que se encuentra contigo” y él mismo afirma que el hombre busca siempre el bien, aunque, en ocasiones, nublada su razón, objetivamente actúe de manera equivocada, porque su razón lo llevó a actuar mal, aunque lo que pretendía era un bien. Por ejemplo, aquel que pretendiendo asegurar un bien, sin consultar a nadie, cierra su calle y hace que los demás tengan que caminar más. Evitar el paso por su casa, puede ser bueno para lo que pretende, pero al no buscar el bien común y no tomar una decisión consensuada genera un mal. Ciertamente hay muchos más ejemplos e incluso muchas acciones, que incuestionablemente, de cualquier forma manifiestan el mal, como son: los asesinatos, los abortos, las guerras, etc.

Por otro lado, también hay personas que incluso en sus gestos y palabras parecen hoscas, pero en su actuar son profundamente amorosas o sensibles a las necesidades de los demás.

La vida de Jesús, sus enseñanzas y acciones, han de ser la luz que ilumine nuestro camino. Los 10 Mandamientos son una guía, que consolidan la Ley Natural (ver nota) y la subliman al ponernos en sintonía con el Plan de Amor de Dios. Por eso, ser coherentes en la fe, al tiempo que llevan a plenitud “nuestra humaneidad” al pleno desarrollo humano personal y comunitario, nos llevan a manifestar con nuestra alegría y santidad de vida, la presencia de Dios en nosotros y en medio de la humanidad entera.

ORAR: Señor, derrama la Gracia de tu Espíritu sobre mí e ilumina mi inteligencia y fortalece mi voluntad para que guiado por la razón e iluminado por la fe, sea coherente en mi pensar, decir y actuar, para que haciendo el mayor bien posible, sea feliz y colabore en la extensión de tu Reino de Amor.

CONTEMPLAR: Oponerme al bien o no hacerlo, impiden que yo, como persona y quienes me rodean, seamos felices, pues no sólo limita nuestro crecimiento sino que incluso puede ser causa de un estancamiento o retroceso en el desarrollo personal y comunitario.

Hacer el bien con desgano o casi inconscientemente me lleva a no poner lo mejor de mí en lo que hago, a no alcanzar el máximo en las metas propuestas y a no disfrutar plenamente de la vida.

Hacer las cosas sin las motivaciones de la fe, nos puede llevar a hacer cosas buenas e incluso ser hombres y mujeres de paz y de bien, pero aún esto no me lleva a alcanzar mi pleno desarrollo humano, ni a la felicidad máxima y mucho menos a la santidad.

Para el creyente, Jesús es el parámetro de su actuar, por eso: son sabios los pensamientos, las palabras y las acciones de quienes pretenden hacerlo todo por amor a Dios.

Dejar que Jesús sea el parámetro de mi vida y hacerlo todo por Él y para su Gloria, al tiempo que me lleva a buscar y encontrar lo mejor de mí mismo, me pone al servicio de los demás y en el camino de la santidad, como es el caso de muchos hombres y mujeres santos, entre otros, el de la Madre María Inés Teresa Arias, que será beatificada el 21 de abril del 2012, en la Basílica de Guadalupe. Ella se puso por encima de las limitaciones de ser una joven de una pequeña población mexicana, en tiempos de guerras y de persecución religiosa en nuestro país (nació en 1904, entró al convento en 1929), para salir a fundar un instituto misionero (1945) y enviar al Japón (1951) devastado por la II Guerra Mundial a religiosas, como semillas del amor de Dios por el mundo. Esta misionera mexicana sin fronteras, con pocos estudios humanos, pero con una fe inamovible y con un profundo amor a Dios y a sus hermanos, murió santamente en 1981, habiendo dejado, esparcidas en cuatro continentes, 36 comunidades misioneras y una familia misionera que día a día sigue creciendo. La clave de su “éxito”, “desarrollo humano pleno”, de su “felicidad” y santidad: amar a Dios y a sus hermanos, procurando en todo hacer conscientemente la voluntad de Dios.

ACTUAR: Hoy me comportaré como católico consciente y comprometido con Jesús. Hoy haré el mayor bien posible. Hoy procuraré hacer todo conscientemente para Gloria de Dios, para ello me ayudaré repitiendo algunas jaculatorias: “Jesús te amo”, “todo por amor a Ti Jesús”, “para Gloria de Dios”, “porque te amo”, “Todo por Jesús y María”, Jesús en Ti confío”, “por amor a Dios”, “por la salvación de las almas”, “por mi propia conversión”, “por la conversión de los pecadores”, etc.

Hoy es domingo, participaré en Misa, procuraré confesarme, compartiré con mi familia la fe.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

NOTA: La LEY NATURAL, está escrita en el corazón de cada ser humano y  nos lleva a reconocer que: (1) El hombre es un fin en sí mismo, (2) los humanos son racionales y (3) los humanos desean vivir y vivir lo mejor posible. Hay que vivir de acuerdo con cómo somos, de acuerdo con nuestra naturaleza humana. Si no lo hiciésemos así nos autodestruiríamos.

LOS 10 MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS, subliman la Ley Natural, pues al ponerlos en práctica, nos insertan en el camino de la santidad.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Te esperamos el domingo a las 9:30 am

Si quieres la paz, defiende la vida

Pidamos a los Ministros de la SCJN que más allá de oportunismos políticos disfrazados de defensa de “derechos humanos” respeten el Derecho Fundamental y Universal de la Vida que da sustento a la paz de toda Nación.

Manifestémonos como defensores de la Vida, de la Dignidad Integral,  de la Mujer y de la Familia.

    Te esperamos el  DOMINGO 25 DE SEPTIEMBRE  DE 2011.
                                   MONUMENTO A LA MADRE 9:30 AM
                       Lleva ropa blanca y pancartas en defensa de la Vida

Coalición Vida.
Mayores informes en los teléfonos:
5271 0043
5207 3578

                                                       "SOY VOZ DE LOS QUE NO TIENEN VOZ"
                                                 ASOCIACION DERECHOS DEL CONCEBIDO
                                                          www.derechosdelconcebido.org.mx

Triduo de oración por la conversión de los promotores del aborto

Derechos del Concebido A.C.

Te invita a unirte en oración:

Triduo de Oración por la conversión de los que promueven el aborto

Dios, Señor dador de Vida, ilumina la mente y los corazones de quienes alejados de Ti, niegan la dignidad y el derecho a la vida de seres humanos inocentes en el vientre materno.

Manifiéstales tu amor Señor, para que guiados por la verdad y la justicia rectifiquen su error y se conviertan a Ti, para amar a sus hermanos.

Concédenos a los que defendemos la vida, que amemos y oremos por los que no piensan como nosotros y que seamos valientes para ser voz de los que no tienen voz.

Santa María de Guadalupe, que bajo tu mirada amorosa los mexicanos, nos veamos como hermanos y a nadie neguemos el derecho a participar en el banquete de la vida.
Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Almas de los niños abortados rueguen por nosotros.

Realicemos esta cadena de oración, “Solo con oración y ayuno" (Mt.17, 21), así que difundamos esta acción. El Triduo de oración es constante, se puede iniciar en cualquier momento, seamos perseverantes en esta acción; ya que se pretende que en el mes de septiembre se despenalice el aborto a nivel nacional y hasta el noveno mes.

Creemos que Dios es el Señor y dador de vida.
Realiza alguna actividad de oración en tu Parroquia, colonia, grupos de oración etc.

 Para mayores informes
Derechos del Concebido A.C.
Tel (0155) 52073578

Meditación del Evangelio 24 de septiembre del 2011

11-09-24. Sábado XXV
Lc 9, 43-45.

MI FE, ES CONVENENCIERA

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
Hay quienes se dejan llevar por las apariencias, en sus relaciones humanas. Hay quienes tienen una fe muy ligera, muy “light”, superficial, están a gusto con Dios cuando les va bien e incluso, sólo lo buscan si tienen alguna necesidad.
JUZGAR
A Jesús mucha gente le admira por los prodigios que hace. Él les advierte que habrá momentos en que lo verán sufrir, y aparentemente derrotado, en manos de quienes le persiguen.
ACTUAR
Jesús es mi Salvador, aún cuando en ocasiones me vaya mal. Él nunca me abandona. Murió en la Cruz para mostrarme cuanto me ama, pero también para decirme que en los momentos más difíciles de mi vida ahí está. Me invita a no dejarme llevar por las apariencias, Él está siempre junto a mí. También me enseña a buscarlo y encontrarlo en el más pobre y desvalido.

Evangelio: Lucas 9, 43-45. En aquel tiempo, como todos comentaban admirados los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: «Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres». Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles; y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.

LEER. ¿Jesús triunfa, Jesús hace milagros? Todos están con Él. Jesús anuncia que sufrirá y lo verán aparentemente derrotado, hay quienes se alejan de Él.

MEDITAR: Quienes están junto a Jesús no lo entienden porque tienen miedo a que “su ilusión” se venga abajo, que a “ellos también les vaya mal”. No entienden que la redención pasa por la Cruz, pero que ella nos trae la salvación y nos lleva a la resurrección. Jesús en nosotros no debe suscitar ilusiones, sino la fe.
Qué fácil es estar junto al que tiene, al que gana, al que es famoso, al que le va bien. Qué difícil es estar ante el que es pobre, al que pierde, al que le va mal, ante el enfermo, el anciano.

Todos queremos que nos vaya bien y en ese momento nos olvidamos de todo y de todos. Sin pensar que a la vuelta de la esquina nos puede llegar el infortunio. No se trata de ser ave de mal agüero, ni anunciador de infortunios, ni sembrador de miedos. Sino al contrario, ayudar a situarnos en el realismo que nos señala que sólo Dios es Eterno y que todo lo demás es pasajero: la vida, la juventud, la belleza, el dinero etc. y que por lo mismo nuestra alegría no debe, ni puede, fundarse en los bienes pasajeros. Si los tenemos, debemos disfrutarlos y compartirlos. Si no los tenemos, no los necesitamos.

Lo más importante es disfrutar de la presencia de Dios en nuestras vidas. El bienestar o el infortunio pueden llegar o no a nuestra vida, como quiera pasarán, disfrutemos lo esencial. La presencia de Jesús en nuestras vidas, que esa presencia es eterna.

A nuestro lado, siempre encontraremos alguien a quien ayudar, hagámoslo en el nombre de Jesús.

Si algún día llegáramos a necesitar ser ayudados, seguramente alguien lo hará. Incluso podría ser que todos nos abandonaran y esto nos daría la oportunidad de confiar más en Dios, de experimentar cómo él nunca abandona e incluso y aún mejor, que esos sufrimientos, por amor, los uniéramos a la Cruz de Cristo y así colaboráramos con la redención. Lo importante, en uno u otro caso, es que Jesús siempre nos acompañará.

ORAR: Señor, aceptas la ignominia de ser apresado, juzgado, condenado y asesinado, siendo tu inocente, por amor a mí y a la humanidad entera. Aceptaste todo esto para que yo te encuentre en el que injustamente es despreciado, maltratado, abandonado. Lo aceptaste para que si yo llegara a ser olvidado y dejado sólo, siempre sepa que Tú estás conmigo. Gracias Señor porque te busco cuando todo me va bien, gracias porque me enseñas a que te reconozca en mi vida, en aquellos momentos en que las cosas me pudieran salir mal. Gracias, Señor, porque mi alegría no se asienta en las “bondades o bienes” que de Ti reciba, ni tampoco te busco “para evitar los males”, sino te busco porque me amas y siempre estás conmigo. Fortalece mi fe, Señor, para que nunca me olvide Ti, para que siempre experimente tu presencia y en donde quiera que esté y en la situación que esté, sabiendo que estás conmigo, siempre pueda compartir mi fe. Gracias Señor porque Tú nunca te olvidas de mí.

CONTEMPLAR: Siendo sinceros, nuestra fe a veces es convenenciera. Si las cosas van bien, estamos a gusto con Dios. Si las cosas van mal, entonces desconfiamos de Él y de su amor. Incluso hay quienes bucarán a quien les “haga una limpia”, les “lea las cartas” les venda “filtros, cuarzos, talismanes”, etc. o le haga “magia”, consulte “espíritus” o “psíquicos”, etc. Habrá quienes digan que pierden la fe, que se cambian de religión o que caen en el rechazo a Dios, en la tristeza o en la depresión. ¿Conoces a alguien que haya hecho algunas de estas cosas u otras? Invítale a la conversión, dile que Jesús no le ha olvidado ni mucho menos despreciado, abandonado o castigado. Dile que Jesús le ama y que siempre ha estado a su lado.

La mejor manera de mantenernos con una fe sostenida, para los momentos buenos y malos es la oración, la participación de los sacramentos, la Misa Dominical, la lectura de la Palabra de Dios, las buenas obras, etc.
El texto de hoy nos invita a tener una fe viva y firme, sostenida en la presencia de Jesús, que siempre está conmigo y nunca me abandona.

ACTUAR: Hoy renovaré mi fe en Jesús, hoy le diré que quiero ser fuerte y firme en mi fe. Hoy reflexionaré en los momentos en que me he sentido más triste o abandonado y reconoceré la forma en que Jesús estuvo y ha estado conmigo. Hoy en particular, buscaré a quien ayudar en el nombre de Jesús.


Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.


jueves, 22 de septiembre de 2011

Triduo de oración por la conversión de quienes promueven el aborto

 Derechos del Concebido A.C.

Te invita a unirte en oración:

Triduo de Oración por la conversión de los que promueven el aborto

Dios, Señor dador de Vida, ilumina la mente y los corazones de quienes alejados de Ti, niegan la dignidad y el derecho a la vida de seres humanos inocentes en el vientre materno.

Manifiéstales tu amor Señor, para que guiados por la verdad y la justicia rectifiquen su error y se conviertan a Ti, para amar a sus hermanos.

Concédenos a los que defendemos la vida, que amemos y oremos por los que no piensan como nosotros y que seamos valientes para ser voz de los que no tienen voz.

Santa María de Guadalupe, que bajo tu mirada amorosa los mexicanos, nos veamos como hermanos y a nadie neguemos el derecho a participar en el banquete de la vida.
Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Almas de los niños abortados rueguen por nosotros.

Realicemos esta cadena de oración, “Solo con oración y ayuno" (Mt.17, 21), así que difundamos esta acción. El Triduo de oración es constante, se puede iniciar en cualquier momento, seamos perseverantes en esta acción; ya que se pretende que en el mes de septiembre se despenalice el aborto a nivel nacional y hasta el noveno mes.

Creemos que Dios es el Señor y dador de vida.
Realiza alguna actividad de oración en tu Parroquia, colonia, grupos de oración etc.

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Derechos del Concebido A.C.
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Meditación del 23 de septiembre del 2011

11-09-23. Viernes XXV
Lc 9, 18-22

Orar para ser feliz y católico comprometido

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
A pesar de tanta información y quizá debido a ello, vemos un proceso despersonalizante donde la gente no sabe quién es, ni para qué está en esta vida. Muchas personas no se hacen preguntas fundamentales, saben responder sobre el Ipad y el Ipod del momento, el chisme del artista, los asesinatos de hoy o el puntero del futbol, pero son incapaces de responder sobre quien son, para que están en este mundo o Quién es Dios.
JUZGAR
Jesús hace oración, reflexiona, medita, contempla el plan de Dios para Sí mismo y la humanidad. Asume este plan y lo comparte. Dialoga con sus amigos, les invita a reflexionar, a que ellos también experimenten el amor de Dios, sobre la fortaleza que procede de Él y a que en su nombre actúen para ser felices y hacer este mundo mejor.
ACTUAR
Jesús enseña a orar. El fruto de la  oración es el encuentro con Dios, conmigo mismo y con los demás. Para ser feliz y hacer el mayor bien posible es importante tener ideas claras y experiencias fuertes de Quién es Dios, quién soy yo y para que estoy aquí en este mundo.

Evangelio: Lucas 9, 18-22. Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: ¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. El les preguntó: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo: El Mesías de Dios. El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.

LEER. San Lucas nos presenta a Jesús en oración y Él, como a manera de prolongarla e introducir en ella a sus discípulos les hace dos preguntas y una revelación: ¿Quién dice la gente…? ¿Para ustedes…? “El Hijo del Hombre tiene que padecer…

MEDITAR: El texto paralelo al que hoy meditamos y que aparece en Mateo 16, 13-23, ya lo comentamos el 4 de agosto, sin embargo, hoy haremos nuestra reflexión sobre la versión lucana, desde la perspectiva de la oración y lo que juntos hemos estado compartiendo desde el 1 de agosto: ORAR.

El método de estudio bíblico que seguimos: la Lectio Divina, es sobre todo un método de oración que pretende llevarnos a la contemplación del Misterio del amor de  Dios para seguirlo, imitar a Jesús, ser feliz, hacer este mundo mejor y alcanzar la santidad.

Orar, en la vivencia de santa Teresa de Ávila, es estar en presencia de Dios que sabemos que nos ama. La oración es iniciativa de Dios, pero requiere de la respuesta humana. Orar es mucho más que meditar, porque más allá de la reflexión e introyección personal, que se requiere, es el intento de entrar en diálogo con Dios. Así la Iglesia, a través del testimonio de los grandes orantes, de los sacramentos y de la Sagrada Escritura, nos proporciona elementos para enseñarnos e introducirnos en la oración.

La oración no sólo ha de ayudarme a tener paz, a reflexionar y a tomar las riendas de mi vida para ser mejor persona y ser feliz, sino que es un medio necesario para alcanzar la santidad. No hay santo que no haya sido feliz y no hay santidad sin oración, por lo mismo, la oración es indispensable para la persona que desea desarrollarse plenamente en este vida, ser feliz haciendo la voluntad de Dios y alcanzar la Vida Eterna.

Dado que la oración es un diálogo entre Dios y el hombre, es importante tener idea clara de Quién es Dios. Y esa es la pregunta que Jesús hace a sus discípulos. Jesús es más que un líder social o una buena persona. Él no quiere que sus discípulos tengan ideas equivocadas de Él, por eso, para ayudarles a asentar sus pensamientos y purificar sus ideas primero les pregunta qué dice la gente de Él.

Orar nos lleva a entrar en oración para encontrar y hacer florecer y fructificar lo mejor de nosotros mismos. Orar nos lleva a escudriñar nuestro interior y a reconocer y remover “el mugrero” de ideas falsas, experiencias negativas e ideas equivocadas que nos impiden ser felices. El primer paso para la limpieza es identificar “el mugrero”, el segundo es ponerlo bajo la mirada misericordiosa de Dios para que Él nos purifique y nos deje libres de ese lastre.

ORAR: Con humildad Señor quiero decirte que quiero conocerte, y reconozco que hay pensamientos, sentimientos y experiencias negativas que me impiden experimentar tu amor, algunas proceden de lo que me han dicho sobre Ti, sobre la Iglesia, sobre los sacerdotes, sobre…, otras de lo que yo he visto o experimentado y otras más de lo que yo he hecho en contra de Ti o de ellos. Perdóname Señor por mis errores y pecados y ayúdame a perdonar a los que yerran, concédeme participar con mis hermanos en la acción evangelizadora de la Iglesia.

Ayúdame Señor a distinguir sobre lo “acontecido o supuesto”, para quedarme con la realidad de tu amor. Quiero entrar en relación Contigo y no quedarme con mis “ideas preconcebidas”. Purifícame, sana mi corazón y ayúdame a introducirme en el Misterio de tu Amor que me renueva, sana y santifica.

CONTEMPLAR: Al hablar de la oración, en otros días hemos reflexionado sobre la importancia de entrar en nosotros mismos para dejar que el Señor nos sane de nuestros pecados (11-08-11. Perdonando en el nombre de Jesús, 11-09-09. Para quitar la viga de nuestros ojos). Ahora invitaremos a Jesús para que sane las ideas equivocadas que pudiéramos tener sobre Dios, sobre la Iglesia, la Virgen, los santos, el Papa, los padres, sobre los católicos, sobre nosotros como creyentes y todo lo relacionado con Él.

Hagámonos las dos preguntas de Jesús. ¿Quién dice la gente que es Él? Esto es importante que analicemos y hagamos aflorar los sentimientos positivos y negativos que pudiéramos estar guardando en nuestro interior. Si alguien piensa que sabe, aunque no le conste, algún “supuesto secreto” de la persona que ama, la querrá pero no lo hará totalmente ni será feliz, pues siempre tendrá como lastre “la supuesta verdad”. Lo mismo nos ocurre en relación con Dios y con la Iglesia, más allá de nuestros sentimientos o ideas preconcebidas existe la Verdad plena y auténtica. Dios nos ama y perdona, y cada día nos hace “nuevos”. Si “el secreto” es cierto o falso, debemos ponerlo en manos de Dios y que Él juzgue, lo nuestro no es condenar sino perdonar, amar y servir, para ser felices.

Reflexiona, sobre lo que dicen de Jesús, de la Iglesia, de la Virgen María, de los sacerdotes, de los católicos, de ti… ¿Qué ideas o sentimientos, genera en tu interior lo que te dicen o piensas de Jesús y quienes se relacionan con Él? ¿Ellos te confunden, te molestan, te avergüenzan, te acobardan, te alejan? Si entras en tu interior y eres honesto contigo mismo, podrás ver que los pensamientos o ideas negativas que tengas enterradas en tu interior, influyen en tu forma de ser católico. Abre tu corazón, saca todo aquello que te confunde, duele o daña. Por el bautismo, estás injertado en Jesús y en la Iglesia, no puedes dejar que las espinas, dardos o dagas que se hayan introducido en tu corazón, ahí se queden como ponzoña que te hace daño y que con el tiempo se transformen en crítica o desaliento, no sólo sobre la fe, sobre Cristo o la Iglesia, sino también hacia tu propia persona y tu forma de ser católico, de tal manera que vivas diciendo que tienes esperanza, sin tenerla, que digas que tienes amor, sin amar realmente, que digas que crees, sin creer. El mundo necesita testigos fuertes y alegres en su fe, para conocer a Jesucristo y su salvación. Poco favor nos hacemos y le hacemos a los demás, si somos católicos avergonzados, de lo mejor que tenemos y que es Dios, que es nuestra fe, que es la Iglesia, que es nuestro deseo de ser valientes y decididos para logar que este mundo sea mejor.

Una vez que hubieras reconocidos ideas falsas o ciertas, que te afectan en tu relación con Dios y con la Iglesia, ponlas bajo la mirada misericordiosa de Jesús, Él se hizo hombre para perdonar nuestros pecados. A ti no te toca juzgar, perdona en el nombre de Jesús y pídele perdón por el tiempo perdido a no relacionarte con Él, poniendo como pretexto o causa, esas ideas o sentimientos negativos. Tu diálogo de amor es con Él, no con tus ideas o sentimientos. Deja que Jesús sane tu corazón y limpie tus ojos, para que lo puedas contemplar a Él.

Ahora, viene la siguiente pregunta, una vez que haz purificado tu corazón. ¿Quién dices que es Jesús para ti? Respóndete con sinceridad y respóndele a Jesús. Él te ama, confía en ti y te invita a seguirlo. Él te invita a que seas testigo de su amor, como miembro de la Iglesia y del grupo de los llamados a la felicidad y a la santidad.

ACTUAR: Si es posible, escribe tu reflexión, pídele a Jesús que purifique tu mente y tu corazón de ideas o sentimientos negativos, deja que su amor inunde todo tu ser y pídele la gracia de ser un católico comprometido en la extensión de su Reino de Amor, como cristiano y miembro de la Iglesia.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

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