lunes, 31 de octubre de 2011

Meditación del 28 de Octubre del 2011

11-10-24. viernes  SANTOS SIMÓN Y JUDAS
Lc 6, 12-16.

PUEDO DEJAR DE SER DEL MONTÓN.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 6, 12-16: Por aquellos días, Jesús se retiró a la montaña a orar y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el hijo de Alfeo, Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

I.- ENSEÑANZA BREVE: Las cosas buenas que nos suceden siempre deberíamos compartirlas con los que amamos, comenzando por la familia y siguiendo con los amigos. El breve texto que leímos nos habla de hermanos y amigos que siguen a Jesús. ¿Tú compartes la fe con tu familia? ¿Compartes tu experiencia de Dios con tus amigos? ¿Si no soy capaz de compartir lo más profundo que llevo en mi corazón, estaré realmente comunicándome? ¿Poner máscaras para que no se note que tengo fe, me hace libre o me aprisiona? ¿Ciertamente tendré que analizar por qué uso máscaras?, pero, ¿Seré más feliz si manifiesto con libertad lo mejor que llevo en mi interior? ¿Mis relaciones serán más auténticas, con mi familia y con mis amigos si les manifiesto que soy creyente? ¿Estará bien que me detenga por el qué dirán? La ventaja es que si me rechazan, por lo menos será porque fui honesto(a) conmigo mismo(a) y me he atrevido a ser una persona auténtica y a vivir con mayor intensidad, mi fe en Jesús, que me ama, me libera, me llama y me envía a compartir la experiencia del encuentro con Quien, me hace libre para expresarme como soy.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
En ocasiones con el pretexto de respetar “las creencias” de los demás hablamos de todo, menos de lo más importante, de nosotros mismos, de lo que llevamos dentro. Quien no se expresa libremente se acostumbra a vivir con temor e inseguridad. Apagada la propia voz interior, más fácilmente es presa de los condicionamientos del mundo, se olvida de su vida interior, vive más en el bullicio de fuera, experimenta un vacio interior al que poco a poco se acostumbra, hasta que llega un momento en que todo le da lo mismo, pues ha perdido el sentido de su vida. Es “uno más del montón”.
JUZGAR
La fe es el encuentro personal con Jesucristo, el único capaza de develar el misterio de Dios y del ser humano de una manera auténtica, en particular a aquellos que se encuentran con Él. El proceso de vida de los apóstoles y de los santos, es un ejemplo. El inicio de su vida es como el de cualquier otra persona, sin embargo sus rasgos personales se van perfilando con mayor agudeza, al grado que poco a poco , liberándose de condicionamientos, se manifiestan con una fuerza interior que no sólo los cambia a ellos, sino también a quienes están a su alrededor. Son tan auténticos y originales, que siendo ellos mismos, son al mismo tiempo, manifestación del amor de Dios entre los hombres. Así tenemos a san Juan Diego, a san Francisco, a santa Clara, a santa Faustina y a muchos más, a quienes la iglesia reconoce como beatos y santos.
ACTUAR
Si el encuentro de Jesús, ha cambiado la vida de tantas personas y las ha hecho plenamente felices, para mí hay una esperanza: Yo también “puedo dejar de ser del montón”, yo también puedo ser plenamente feliz. Madre Teresa de Calcuta, se encontró con Jesús, no tenía ni dinero ni fama, lo que tenía era un gran corazón para amar. Santa Mónica, se encontró con Jesús, y de ser una mamá como muchas mujeres, pasó a ser santa y madre de otro santo: San Agustín. Genoveva Torres, lisiada, se encontró a Jesús y tuvo fuerzas para siempre servir a los demás. San Manuel Morales, padre de familia, se encontró con Jesús, su vida fue plena en Cristo. José Luis Sánchez del Rio, no tenía ni catorce años cuando recibió la palma del Martirio, gritando con todas sus fuerzas ¡Viva Cristo Rey! Si quiero, yo también me puedo encontrar con Cristo, yo también puedo ser feliz, “yo puedo dejar de ser montón”.

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“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

jueves, 27 de octubre de 2011

Meditación del 27 de Octubre del 2011

11-10-27. Jueves 30ª
Lc 13, 31-35.

EN EL AMOR NO EXISTE EL TEMOR

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 13, 31-35: En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le dijeron: «Vete de aquí, porque Herodes quiere matarte». El les contestó: «Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y haciendo curaciones hoy y mañana, y que al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo, hoy, mañana y pasado tengo que seguir mi camino, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido! Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!»

I.- ENSEÑANZA BREVE: A Jesús, Herodes lo quiere matar. A Herodes, Jesús le quiere salvar. En el corazón de Herodes hay odio, en el Corazón de Jesús hay amor. Herodes ve a Jesús como un enemigo, Jesús ve a Herodes como un hermano. ¿Entiendes lo que es ser cristiano? ¿Qué sentimiento es el que debe reinar en tu corazón?

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR

VER
Muchas personas guardan en su corazón sentimientos de muerte en contra de los demás, que generan las guerras, los homicidios, los abortos, la violencia en las calles y en el interior de las familias, etc. Las razones que están en el corazón del hombre son: el odio, el egoísmo, la envidia, la avaricia. Ante la violencia de algunos, la mayoría se atemoriza, se calla, no levanta su voz, quiere pasar desapercibida, se despersonaliza, tiene miedo de que algo le vaya a pasar a ella o a sus familiares. Vive con el síndrome del avestruz.
JUZGAR
En el amor no existe el temor (1 Jn 4,18). Jesús ama y se sabe amado por su Padre Dios. El amor humano siempre es limitado. La fuerza interior de Jesús es el amor de Dios. Él ha venido a salvar a la humanidad y a enseñarnos a ser libres en el amor de Dios. No podemos ni debemos dejar que el miedo o el temor nos encadenen. Ciertamente no debemos ser imprudentes, pero tampoco debemos vivir esclavizados ante la maldad de algunos.
Jesús manifiesta su libertad interior ante las amenazas, no solo expresando su decisión de seguir haciendo el bien, sino que lo hace.
ACTUAR
Tengo que aprender a ser libre, debo aprender a compartir esta libertad y confianza en Dios, debo lograr que cada vez seamos más los que conociendo a Dios y confiando en Él, nos unamos para hacer este mundo mejor. Más que el odio o el temor, en mi corazón ha de reinar el amor de Dios.
Reconociéndome amado por Dios, podré amar y ser libre, siendo libre podré amar a mi prójimo y darle confianza, mostrándole la acción del amor de Dios en mí, él querrá también experimentar el amor divino. Así ya no seré uno, seremos dos y pronto muchos más, seremos realmente comunidad de amor de amor en Jesucristo, seremos familia, seremos comunidad parroquial, seremos Iglesia.
“La unión hace la fuerza”, por lo menos cada domingo tenemos la oportunidad de unirnos como familia para ir a Misa. En el amor de Dios cada familia está llamada a ser “iglesia doméstica”. Cada domingo nos podemos reunir como “familia de familias” en la Misa Dominical y al término de ella, convivir y dialogar sobre los problemas que nos aquejan para encontrar soluciones unidos como Iglesia, sociedad y gobierno.
La Eucaristía es Mesa Fraterna de Reconciliación y de Paz y esto todavía no lo reconocemos y por lo mismo no lo valoramos. Cuando hagamos vida el lema del V Congreso Eucarístico Nacional, podremos encontrar caminos para instaurar el Reino de Dios en nuestro corazón, en nuestra familia, en nuestra ciudad y en nuestra Nación.

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“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

miércoles, 26 de octubre de 2011

Meditación del 26 de Octubre del 2011

11-10-26. Miércoles 30ª
Lc 13, 22-30.

Anticipar el Cielo en mi corazón.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 13, 22-30: En aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: «Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?» Jesús le respondió: «Esfuércense por entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: Señor, ábrenos. Pero él les responderá: No sé quiénes son ustedes. Entonces le dirán con insistencia: Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas. Pero él replicará: Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes; apártense de mí todos ustedes los que hacen el mal. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abrahán, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera. Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios. Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos».

I.- ENSEÑANZA BREVE: El primer astronauta ruso que viajó alrededor de la tierra dijo: “estuve en el espacio sideral y no vi a Dios”. El que no lo haya visto, no lleva a la conclusión de que Dios no exista. Si “dios se pudiera ver y meter bajo un microscopio” significaría que no es Dios. El cielo lleno de estrellas y galaxias nos habla de Dios, pero no es Dios. La creación nos habla de Dios, pero no es Dios. No podemos confundir la creatura con el Creador, pero ciertamente la belleza de lo creado nos habla de la infinita belleza de nuestro Padre Dios.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR

VER
Jesús nos invita a dejar de hacer el mal y ganar el Cielo. Hay quienes en su miopía son incapaces de reconocer la importancia de procurar el bien común para ser feliz y hacer este mundo mejor. Su mente y su corazón están cerrados al amor, a la justicia y a la paz. Cerrados a la Verdad, están ciegos para reconocer y valorar realidades más sublimes como son la Vida Eterna y el Cielo (con mayúscula).
JUZGAR
La fe en Jesucristo es un don pero también una responsabilidad. Es un regalo que se recibe y que no todos los bautizados aceptan ni valoran. Ser cristiano significa dejarse amar por Dios y amarlo a Él y en Jesús amar a los demás. Es reconocer que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre, Quien al tomar nuestra naturaleza humana nos enseña a vivir en el amor y a trabajar por el bien común y es Quien muriendo en la Cruz nos abre la posibilidad de alcanzar la Vida Eterna, el Cielo.
El hombre y la mujer que viven la experiencia del amor de Dios, adelantan el Cielo en sus corazones y lo hacen presente en el mundo. Tal es el caso de los santos, entre otros y por ser contemporáneos mencionamos a Madre Teresa de Calcuta, a Juan Pablo II y a Madre María Inés Teresa, que será beatificada el 21 de abril del próximo año.
ACTUAR
Los santos, son hombres y mujeres que con su vida nos dan testimonio de la presencia de Dios en sus vidas. Yo también estoy llamado a hacer presente el “Cielo” en los ambientes donde realizo mi vida y esto, es una invitación de parte de Dios que espera mi consentimiento. Hoy le diré, Señor no sólo quiero apartarme del mal, sino sobre todo quiero dejarte vivir en mí, para así anticipar el Cielo en mi corazón y en el mundo entero.

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“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

Meditación del 25 de Octubre del 2011

11-10-25. Martes 30ª
Lc 13, 18-21.

SOY MUCHO MÁS QUE UN FACTOR ECONÓMICO.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 13, 18-21: En aquel tiempo, Jesús dijo: «¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a la semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerto; creció y se convirtió en un arbusto grande y los pájaros anidaron en sus ramas». Y dijo de nuevo: «¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? Con la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina y que hace fermentar toda la masa».

I.- ENSEÑANZA BREVE: Hasta la más grande de las creaciones vivas comenzó con una semilla. Hace algunos años empezaste a vivir, eras microscópico(a) pero en tu etapa de embrión ya eras maravilloso(a). No sólo eras ya un individuo de la especie humana, eras y eres tú. A diferencia de otros seres vivos, nuestro mayor crecimiento no es el biológico sino el espiritual. Por eso crecemos en relación con “otros tú”, pero en especial con el Tú que nos creó a su imagen y semejanza. Dios es amor. Al final de nuestras vidas seremos juzgados en el amor, por eso ama. Ámate a ti mismo, ama a tu familia y a tus amigos, ama lo que haces, pero sobre todo AMA A DIOS. Él te ama y te creó por amor.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR

VER
Hay quienes piensan que el ser humano, al igual que cualquier ser vivo: nace, crece, se reproduce y muere, y de hecho, piensan, que somos ya muchos en este planeta. Algunos ven al ser humano como un medio de hacer dinero, por lo que hay que hay que generarle necesidades ficticias y hacer de él un comprador compulsivo. ¿Así pienso yo? ¿Me doy cuenta que quienes así actúan, que muchas veces, condicionan mi forma de pensar y de actuar?
JUZGAR
Yo soy mucho más que un factor económico. En medio de la creación material sólo el ser humano es capaz de tener conciencia de que existe. Cada persona es única e irrepetible. El ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Todo ser humano es valioso por “sí mismo”, y en relación con el “otro” yo debo ser consciente de mi propio valor como persona. En la medida en que amo al “otro” yo me amo, y para poder darle amor al “otro”, debo “amarme a mí”. Nadie da lo que no tiene y el “otro” me da la oportunidad de poseerme a mí. Cuando el “Otro” es “Dios mismo”, el potencial de ser “yo mismo”, se plenifica y mi existencia adquiere la dimensión de hacer presente el Reino de Dios en mi vida, en mi familia, en mi entorno social, en el mundo entero.
ACTUAR
Hoy me valoraré y con una sonrisa les mostraré a todos que son valiosos para mí. De esa manera haré presente el amor del Reino de Dios en mi vida y en el mundo entero. Dice una canción “las cosas son importantes, pero la gente lo es más”.


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“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)


martes, 25 de octubre de 2011

Meditación del 24 de Octubre del 2011

11-10-24. Lunes 30ª
Lc 13, 18-21.

Sáname Señor, pues quiero amar como Tú.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 13, 10-17: Un sábado, estaba Jesús enseñando en una sinagoga. Había allí una mujer que llevaba dieciocho años enferma por causa de un espíritu malo; estaba encorvada y no podía enderezarse. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». Le impuso las manos y, al instante, la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiera hecho una curación en sábado, le dijo a la gente: «Hay seis días de la semana en que se puede trabajar; vengan, pues, durante esos días a que los curen y no el sábado». Entonces el Señor dijo: «¡Hipócritas! ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro del pesebre para llevarlo a abrevar, aunque sea sábado? Y a esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo atada durante dieciocho años, ¿no era bueno desatarla de esa atadura, aún en día de sábado?» Cuando Jesús dijo esto, sus enemigos quedaron en vergüenza; en cambio, la gente se alegraba de todas las maravillas que él hacía.

I.- ENSEÑANZA BREVE: Experimentar el amor de Dios en nuestras vidas, hace la diferencia. Constantemente me encuentro con personas que viven tristes o amargadas porque guardan odio y resentimientos en su corazón. Hay quienes parecen que viven peleados con todas las personas, con las cosas, con lo que ocurre en el mundo, incluso con Dios. En general, con aquellas personas que se han dado la oportunidad de experimentar el amor de Dios, ya sea a través de una plática o de un retiro y se han acercado al sacramento de la Confesión y al de la Eucaristía, han podido experimentar un cambio en su vida, independientemente de los años que hubieran guardado su rencor.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
El rostro de muchas personas revela la tristeza y la amargura que llevan en su corazón; en algunas de ellas, se percibe la violencia que llevan a flor de piel y que en ocasiones, expresan en sus ojos, en sus palabras y en sus acciones. Hay quienes consideran incluso normal criticar a los demás por lo que dicen, como se visten o lo que son, sin captar que la envidia y la crítica son expresiones del mal que hay en su corazón.
JUZGAR
Una mujer encorvada, con muchos años de represión, se encontró con Jesús y su vida cambió. El texto bíblico habla de un espíritu malo que la reprimía y esta expresión la podemos equipar con las ideas negativas que nos impiden experimentar el amor de Dios.
Cuanta gente prefiere vivir en su error y en lugar de abrir su corazón al perdón; hace de su dolor una especie de caparazón que le impide experimentar el amor de Dios, de ser feliz y de reconocer lo bello y bueno en los demás. El mundo es trasformado por los que son libres en el amor de Dios. Tú estás llamado a trasformar el mundo en el Amor de Dios.
ACTUAR
Hoy revisaré mi vida, mis pensamientos, mis palabras y la forma en la que me conduzco en la relación con los demás y si reconozco que en mí hay envidia, crítica o resentimiento, con sencillez me volveré a Jesús y le diré: Sáname Señor, pues quiero amar como Tú y para ello necesito de tu perdón y amor. Sáname Señor, pues sé que me amas y yo quiero amarte a Ti en los demás.

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“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

Meditación del 23 de Octubre del 2011

11-10-23. DOMUND.
“Día Mundial De las Misiones”
Mc 16, 15-20.

FACTOR DE CAMBIO.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Mc 16, 15-20: En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y estos quedarán sanos".

El Señor Jesús, después de hablarles, subió al Cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían.

I.- ENSEÑANZA BREVE: El encuentro de corazón palpitante y ojos abiertos con Jesús Resucitado, transformó la vida de los apóstoles y de los santos. Ellos no se encontraron con una serie de ritos o normas de vida, se encontraron con una persona, con Jesús mismo. La experiencia del encuentro con Dios no es solo del pasado, hoy sigue sucediendo y transformando vidas. Tú también puedes encontrarte con Él.

Sé feliz, Jesús está presente en medio de nosotros y te habla a través de la Sagrada Escritura, de la Sagrada Eucaristía, de los Sacramentos, de la Iglesia.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR

VER
Anhelamos tener paz y ser amados y sin embargo la violencia y la inseguridad se hacen presentes de muchas maneras en el mundo, en nuestras ciudades e incluso en nuestros hogares. Esto nos genera miedo y angustia. Parecería que siempre fuerzas externas a nosotros son las que nos quitan la felicidad, parecería que es imposible amar y ser amado.
JUZGAR
Las expresiones de la falta de amor en el mundo son muchas y sin embargo el AMOR está presente en medio de nosotros. El mal que vemos en el mundo, lo genera el ser humano, por lo que para transformar las situaciones negativas se requiere que en el corazón del hombre esté el amor. El amor que requerimos, va mucho más allá de aquello que llamamos amor y que muchas veces es un disfraz de nuestro propio egoísmo, requerimos del amor pleno que sólo está y brota de Dios.
DIOS ES AMOR y Jesucristo es la manifestación encarnada del amor de Dios. Cuando Él envía a sus apóstoles a anunciar el Evangelio, les está enviando a hacer presente el amor de Dios que ellos han recibido y llevan en su corazón. El amor divino de Dios en el corazón del hombre es el factor que transforma al mundo. Ese amor, desde tu bautismo está en ti y se incrementa cuando buscas y encuentras a Dios en tu corazón, viven en su gracia, haces el bien y frecuentas los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.
ACTUAR
Hoy tomaré conciencia que el amor de Dios está en mi corazón y que a través de mí quiere manifestarse a los demás. Hoy seré factor de cambio para que mi entorno sea mejor y para ello, procuraré que otros también se acerquen y vivan el amor de Dios.

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“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

viernes, 21 de octubre de 2011

Meditación del 22 de Octubre del 2011

11-10-22. SÁBADO
Lc 23, 46.

EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

En este sábado te invito a contemplar la Séptima Palabra que el Señor Jesús pronunció en la Cruz. Ciertamente no estamos en Cuaresma, por lo que seguramente apreciarás mejor esta meditación.

I.- ENSEÑANZA BREVE: Todos los días podemos ponernos en las manos amorosas de nuestro Padre Dios, todos los días hemos de morir a nuestro pecado. Para lograr esto, el Señor Jesús nos da su Espíritu.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Muchas personas le tienen miedo a la muerte, sin darse cuenta que todos los días morimos para dar inicio a una nueva vida. Esto ocurre a cada instante, pues el tiempo pasado ya no existe. Lo mejor es que en Jesús, al morir resucitamos y así, siempre unidos a Él, en el Él, tenemos Vida Nueva.
JUZGAR
El Señor Jesús muere en la Cruz, para manifestarnos cuánto nos ama y para darnos su Espíritu, de tal forma que, cada día, muriendo en Él, vivamos en Él. Jesús resucita para que todos los días tengamos Vida Nueva y un día alcancemos la Vida Eterna.
ACTUAR
Me esforzaré cada día, en manifestar la gracia del Espíritu Santo en mi corazón y que Jesús me da en la Cruz. Así, a cada instante y especial en los momentos más difíciles, cuando sienta que la angustia me agobia, le diré: “Señor, que muriendo en la Cruz, me das tu Espíritu, para fortalecerme y darme vida nueva, llévame al Padre, en TI CONFÍO.

III.- LECTIO DIVINA. Leer – meditar – orar – contemplar - actuar.

LEER
En tus manos encomiendo mi Espíritu (Lc 23, 46). Las últimas Palabras de Jesús en la Cruz son una invitación para que aprenda a abandonarme amorosamente en los brazos del Padre y recibir al Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es el amor que procede del Padre al Hijo y del Hijo al Padre. Cuando Jesús entrega su Espíritu en el momento de morir, expresión de su total entrega amorosa, es como si la unión que siempre existe en las Tres Divinas Personas, “nuevamente se plenificará” en la Eternidad. Jesús, eternamente está unido, plena y totalmente, con su Padre, por obra del Espíritu Santo. Las palabras de Jesús: “En tus manos encomiendo mi Espíritu”, también nos sitúan en el momento de la Encarnación. Este “instante de eternidad” Jesús lo señala anticipadamente cuando dice “he salido del Padre y he venido al mundo, ahora dejo de nuevo el mundo y voy al Padre” (Jn 16,28). El acto libre y amoroso con el que Cristo se encarna en el seno purísimo de la Virgen María está en continuidad con el momento en que Jesús regresa al Padre, abandonándose en los brazos amorosos de Él.

En la Cruz, Jesús nos une a la Santísima Trinidad cuando nos da su Espíritu y nosotros nos introducimos y quedamos unidos al Misterio del Amor Trinitario cuando recibimos al Espíritu de Dios.

Jesucristo se entrega, todo Él, por la salvación del mundo y así, con la ofrenda de su ser, no solo “me compra” y me rescata junto con toda la humanidad, para su Padre Dios, sino que además me da su Espíritu de amor. Con su sacrificio redentor Jesús me hace hermano Suyo, hijo del Padre y Templo del Espíritu Santo. Esta entrega es la que me ayuda a ponerme y abandonarme en las manos amorosas del PADRE y a pedirle y a agradecerle a JESÚS el DON DEL ESPÍRITU SANTO.

MEDITAR
En el “hoy” de Jesucristo, yo me puedo unir a su sacrificio redentor y confiadamente, movido por el Espíritu Santo, ponerme en las manos amorosas del Padre, suplicando y dejando que en mí, se haga su voluntad, para bien mío y salvación de la humanidad. Saciando su sed de almas y “comprando muchas para Él”, siempre podré decir: “Padre… me pongo en tus manos, me entrego a tu amor, a tu bondad, a tu generosidad; haz de mí lo que quieras, pero dame almas, muchas almas, infinitas almas...” (Madre María Inés Teresa).

Jesús, al morir, hace su entrega total y perfecta al Padre y a nosotros. En la Cruz Jesucristo nos da al Espíritu Santo, Señor y dador de Vida, fuente inagotable de Vida Nueva y Eterna. De su corazón traspasado brotan agua y sangre, símbolos de los sacramentos del Bautismo y de la Eucaristía, fundamento y alimento de la Iglesia, que vive de la Eucaristía.

San Pablo nos enseña que el Espíritu Santo es Quien hace que podamos llamar a Dios: “Abba”; término muy familiar que podemos traducir como: “papá”, “papacito” (Rom 8,15). El Espíritu Santo es también, Quien nos lleva reconocer que Jesús es Señor (1Cor 12,3). Por eso en la Cruz, Jesucristo al darnos al Espíritu Santo, nos introduce en la relación filial íntima de ser hijos de Dios, para abandonarnos a su amor.

Jesús no me impone nada, toca a la puerta de mi corazón y me invita a que le abra para que Él y su Padre, en el amor del Espíritu Santo, habiten en mí.

Jesucristo entregándose al Padre y dándonos al Espíritu Santo, posibilita que en nosotros habite la Santísima Trinidad. El efecto de atender a su llamado es que: Dios mismo habite en mi corazón.

ORAR
Señor, ya que desde la Cruz me das al Espíritu Santo, ayúdame a comprender la grandeza de este regalo que procede de Ti y del Padre, para que yo lo acoja en mi corazón y sea Él, Quien ilumine mi entendimiento, fortalezca mi voluntad, me guíe, me purifique, me sane, me santifique y me configure a Ti, para transformar al mundo en comunión con mis hermanos en la Iglesia.

Espíritu de amor, ven a mí y ayúdame a comprender y a vivir el misterio del Dios Trinitario que amando al ser humano quiere habitar en mí y en cada persona, para hacernos partícipes de su Vida Divina. Dios, Uno y Trino, que todos te conozcan y te amen, es la única recompensa que quiero.

CONTEMPLAR: Si Jesús al morir se ofrece al Padre y nos da al Espíritu Santo, nosotros debemos valorar y aprovechar su Sacrificio Redentor, en cada instante de nuestra vida, de tal manera que muriendo con Él, resucitemos a una vida nueva. Esta es la clave que los santos nos han dejado, pues viviendo en la presencia de Dios, mueren con Jesús, para renovar su vida con la acción del Espíritu Santo. Este diario morir-vivir en Cristo, nos hace testigos de su amor, de tal manera que en Él, un día moriremos para alcanzar la Vida Eterna, no por nuestros méritos sino por la Gracia del Amor del Dios, Uno y Trino, que habita en nosotros.

ACTUAR: Guarda unos momentos de silencio, cierra tus ojos, respira profundamente, repite varias veces y de manera pausada, el nombre de Jesús o alguna otra jaculatoria. Deja que el amor de Dios inunde tu ser. Reflexiona sobre lo que has meditado, dejándote guiar por el Espíritu Santo, como la Virgen María que todo lo guardaba en su corazón (Lc 2,19).

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“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

jueves, 20 de octubre de 2011

¡No faltes!

El próximo sábado 22 de octubre, de las 9:00 a las 14:00hrs, en el Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe tendré uno más de mis retiros, mensuales. En ésta ocasión, recordaremos al beato Juan Pablo II en su día, pues fue en la ceremonia de beatificación cuando el Papa Benedicto XVI dijo que éste día sería dedicado al nuevo beato.


Por la tarde (a las 17:00hrs) celebraré una misa en memoria del "Papa mexicano".


Te espero, invita a tu familia y amigos.
Mons. Pedro Agustín Rivera



Meditación del 21 de Octubre del 2011

11-10-21. Viernes 29º
Lc 12, 54-59.

JESÚS, NO ES UN METEREÓLOGO.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 12, 54-59: En aquel tiempo dijo Jesús a la multitud: «Cuando ustedes ven que una nube se va levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover y, en efecto, llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora? Cuando vayas con tu adversario a presentarte ante la autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo».

I.- ENSEÑANZA BREVE: Planea tu vida o serás planeado. Hay quienes no saben tomar decisiones o no quieren tomarlas. Ciertamente nos podemos equivocar pero al tomar una decisión y asumir las consecuencias de nuestros actos, nos realizamos como personas. Si nos equivocamos podemos corregir rumbo, si acertamos podemos disfrutar del éxito. En uno u otro caso lo importante es que tomamos una decisión y asumimos las consecuencias de nuestros actos.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Hay quienes piensan que la juventud, el dinero, el placer, el poder o la misma vida, les va a durar toda su existencia biológica. Hay quienes no saben o no quieren pensar en la Vida Eterna y por lo mismo o vagan sin sentido en su vida o pretenden encontrar el sentido a su existir en cosas pasajeras, sin tomar en cuenta el valor supremo de la Vida en Dios.
JUZGAR
El ser humano, en el mundo material, es el único que puede gozar de la felicidad y para ello requiere de tener algo o alguien por qué o por quien luchar. Quien se pone metas y se esfuerza por alcanzarlas, es productivo. Quien reconoce lo efímero de la vida y pone su atención en realizar su existencia para glorificar a Dios, alcanza la felicidad máxima, la santidad.
ACTUAR
Si quiero ser feliz en esta tierra no puedo postergar mi decisión de vivir en estrecha relación con Dios, a través de la oración, de los sacramentos y del servicio a mis hermanos, procuraré hacer el mayor bien posible.

III.- LECTIO DIVINA. Leer – meditar – orar – contemplar - actuar.
Jesús está rodeado de una multitud y les invita a tener a fe, reconociendo que en medio de ellos está Él, que es Camino, Verdad y Vida. Por lo que exhorta a su auditorio a que abra su mente y su corazón al mensaje de la salvación.

LEER. Hoy Jesús invita a su audiencia a la conversión -“metanoia”- de mente y de corazón, conversión, que se ha de manifestar cada día, en el trato con Dios, con los demás y con obras.

MEDITAR: Jesucristo es Verdad, Camino y Vida. Sus palabras traen la auténtica felicidad a la humanidad. Sin embargo, hay una gran mayoría de personas que no lo conocen, a algunos no les interesa lo que dice, otros lo oyen pero no hacen caso a sus palabras, porque están distraídos o “dormidos” o “contentos y acomodados” en sus estilos de vida. Afortunadamente también hay quienes le escuchan y se esfuerzan por seguirlo. ¿Tú a qué grupo perteneces?

Para llamar la atención de su auditorio, el Señor Jesús, habla del clima: “las nubes”, “la lluvia”, “el calor” y del “viento”. Cuando tiene cautiva la atención de sus “oyentes”, les llama “hipócritas”, con la intención de hacerlos reaccionar y que “le escuchen” y ya no solamente “le oigan”. Jesús, no es un metereólogo, lo que desea, es hacernos comprender la importancia de seguirlo, sin guardar odios o rencores, para ser felices y alcanzar la Vida Eterna, haciendo felices a los demás.

Para lograr esto, entre otras cosas, es importante el perdón que podamos dar o recibir, y por eso nos invita a vivir “ligeros de equipaje” de tal manera que nada nos impida experimentar la grandeza de su amor.

ORAR: Señor, me quiero poner en tu presencia, haciendo un lado cualquier pecado o sentimiento que me impida experimentar tu amor, amarme a mí mismo y amar a los demás. Por eso Señor, introducido en el “camino” que eres Tú, te pido me des tu paz, pongas en orden mis sentimientos encontrados, perdones mis pecados, sanes mis heridas por resentimientos y odios guardados y reconciliado Contigo y con los demás, sea “libre de equipaje” para poder, en todo amarte y servirte en mi prójimo.

CONTEMPLAR: El término griego “metanoia” significa conversión. El Señor Jesús está en medio de nosotros y nos da muchos signos a través de los cuales podemos reconocer su presencia amorosa en nuestras vidas. Por eso nos invita a que estemos despiertos y hagamos a un lado todo lo que pudiera ser un obstáculo para amarlo a Él y amarnos unos a otros.

Jesús sabe que muchas veces no experimentamos su amor porque “vivimos” atorados en nuestros sentimientos y en nuestras actividades. Incluso sabe que muchas veces somos “hiperactivos” por tantos sentimientos encontrados que llevamos en nuestro interior, así que nos pide que en el “Camino”, es decir en Él, nos reconciliemos con Dios y con los demás.

ACTUAR: Revisaré mi vida y mis sentimientos. Le pediré al Señor que me perdone y si lo necesito me acercaré al Sacramento de la Reconciliación. También es importante que planeé qué cosas haré para que mi familia y mis amigos sean mejores, se acerquen y conozcan a Jesús.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.