PREPARA LA MISA DEL DOMINGO
14-08-10 LECTIO DIVINA DOMINICAL. Mt 14,22-33.
EL SEÑOR JESÚS, ESTÁ EN MEDIO DE LA TORMENTA. “¡Ánimo, no tengan miedo, soy Yo!” La Fe en Jesucristo le da rumbo a nuestra vida. La Fe en Jesús, nos da alegría, gozo y paz. La Fe en el Salvador nos fortalece y nos ayuda a mantenernos firmes y seguros, a pesar de los problemas y las dificultades de la vida. La fe no es sólo para cuando tenemos algún problema o dificultad. La fe es para todos los días y todos los instantes de nuestra existencia. Jesús se mantiene en oración por sus apóstoles y por todos los que creerán en Él, por el testimonio de ellos (cf. Jn 17,20). En el fragmento del Evangelio de hoy, Mateo señala que Jesús, físicamente no estaba con sus discípulos, cuando la barca en la que iban es zarandeada por las olas. Sin embargo, aunque no lo veían, Jesús estaba con ellos, pues los tenía en su oración. Los discípulos, ante lo inmediato, tienen miedo, se llenan de pánico. En medio de la tormenta, Jesús se les acerca, caminando sobre las olas. No lo reconocen porque el miedo les nubla la fe. Su miedo se incrementa y gritan. ¡Lo confunden con un fantasma! Cuando en medio de sus gritos, oyen a Jesús, Quien les dice "¡Ánimo, soy Yo, no tengan miedo!", un poco de paz llega a sus corazones, pero su confianza todavía no es total.
Lleno de “valor humano” pero no de fe, Pedro quiere caminar sobre las aguas. Le llama la tención lo extraordinario, también “él quiere caminar sobre el agua” y para hacerlo dirá: Señor, mándame ir a Ti (cf. Mt 14, 28). Deja la barca y al hacerlo, se llena de miedo y ve que se hunde. Pide auxilio a Jesús “Señor, sálvame”. Él lo toma de la mano y le dice. "¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?". Lo saca del agua, suben a la barca, el viento y las aguas se calman. Ante este hecho, la fe de los discípulos se fortalece y postrándose ante Jesús, lo reconocen como el “Hijo de Dios”.
Este pasaje, nos muestra el proceso de la fe. No basta decir: “yo creo en Jesús”, “yo soy católico”, “te seguiré Señor”. Es necesario mantenerse en la confianza en Dios en medio de los problemas personales y familiares, los errores de la Iglesia y el mal del mundo. No basta ser como “flor de un día” lleno de entusiasmo hoy y “desinflado” al día siguiente. No es suficiente alabar todo en el grupo parroquial, en la comunidad, en el párroco o el Papa y poco tiempo después ser de los principales detractores. No basta decir “te quiero” y luego hablar mal del prójimo. No es suficiente tener la foto de la boda y luego estar en pleitos, desavenencias o llegar al divorcio. No basta…
Como los discípulos de Jesús, los que estamos en la Iglesia (representada por la barca) y en el mundo (representado por el mar), si no tenemos nuestra fe, bien cimentada en Cristo, los problemas, las mentiras, los chismes, la economía, el hedonismo, el relativismo y otras cosas más (que son representados por el viento y la olas) nos pueden llevar a olvidarnos que somos de Cristo, que Él ora por nosotros y que con nosotros está. Sin esa certeza, algunos se alejarán y perderán el rumbo, se enfriarán en su fe. Los que perseveran, aprenderán a no perder la calma, a tener paz en sus corazones y a fortalecer la fe de los demás.
La enseñanza de este pasaje es clara: conservar siempre la fe, no desesperarse por nada, mantener siempre la calma, actuar siempre de acuerdo a las enseñanzas de Cristo. Lo fundamental y que nunca debe de olvidársenos es que JESÚS, SIEMPRE ESTÁ CON NOSOTROS, AUNQUE NO LO VEAMOS. Aunque la barca se mueva y el mar esté agitado, nunca perder la calma. EL SEÑOR JESÚS ESTÁ SIEMPRE CON NOSOTROS. Recordemos a Santo Domingo de Guzmán, que al igual que muchos santos, consciente de la presencia de Cristo en su vida, era un nombre ecuánime, de corazón alegre y lleno paz, su rostro revelaba la placidez y armonía de su espíritu y su amabilidad y servicio para con todos. Así debemos ser también nosotros.
Revisemos el itinerario de la fe. Reconozcamos las maneras en las que Cristo ha estado con nosotros: Cuando éramos pequeños, en nuestra adolescencia y vida adulta, en nuestra soltería y matrimonio. Démosle gracias, porque en medio de infinidad de tormentas que hemos pasado, Él ha estado con nosotros y nuestra fe se ha fortalecido.
Señor, dame la gracia de experimentar diariamente tu presencia en mi vida y en todo lo que me rodea, de tal manera que a pesar de que las personas y las circunstancias que me rodean, no son como “yo pienso o deseo que sean”, pueda reconocer que tu amor es más grande que todo y todos los días crezca en la fe y en tu amor, para mantenerme firme en mi decisión de colaborar en la construcción de tu Reino, en medio de las calamidades y los errores y pecados del mundo, pues sólo así, en medio de la obscuridad, podré llevar tu luz; en medio de la tormenta, tu calma; en medio de la guerra, tu paz; en medio de la maldad tu bondad, en medio del resentimiento tu perdón y en medio del odio, tu amor.
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lunes, 11 de agosto de 2014
domingo, 3 de agosto de 2014
IMPORTANTE DOCUMENTO SOBRE EL
"RITO DE LA PAZ" EN LA MISA
En una carta con fecha del 8 de junio del 2014, el Cardenal Cañízares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, con aprobación y confirmación del Papa Francisco ha enviado una carta donde señala que el rito de la paz prepara a la recepción del sacramento de la comunión, donde se recibe a Cristo que es "nuestra paz, paz divina, anunciada por los profetas y los ángeles y que Él ha traído al mundo con su misterio pascual."
Por lo mismo, para vivir mejor este signficado y obtener mayores frutos espirituales se pide que en el rito de la paz se evite que:
Se haga de manera mecánica
Se rompa el ritmo de la Misa
Haya "canto de paz"
Los fieles se desplacen para el intercambio de paz
El sacerdote se separe del altar para dar la paz algunos fieles
Se aproveche el momento para dar saludos de otro tipo o de condolencias (en caso de Misa de difuntos)
Lo que desde hace tiempo yo hago, es pedir a los fieles que sólo den la paz al que está a su derecha y a su izquierda, que inmediatamente después se pongan de rodillas para adorar al Cordero de Dios que está medio de nosotros se preparen para recibirlo en la comunión o si esto no es posible, hagan una comunión espiritual.
La carta del Cardenal Cañizares la pueden encontrar en:
14-08-03- LECTIO DIVINA DOMINICAL.
Mt 14,13-21. UNIDOS A JESÚS.
Juan Bautista ha muerto, lo han asesinado, Jesús ha sido informado. Jesús continúa predicando y haciendo el bien. Cura a enfermos, se compadece de la muchedumbre, le da de comer. Para ello pedirá la colaboración de sus discípulos, ante los pocos peces y pocos panes, hará oración. A todos alcanzará el nuevo alimento. Todos serán saciados, hasta sobrará. El alimento que Jesús da, más que pan material es el pan de Vida, es Él mismo.
La concatenación de hechos que hace Mateo en este fragmento del Evangelio nos revela lo que hemos de hacer ante los infortunios producidos por la naturaleza o la maldad del hombre, como ha sido el asesinato de san Juan Bautista. No tenemos porque perder la calma, tenemos que seguir trabajando por la Gloria de Dios, tenemos que seguir ayudando al prójimo, tenemos que hacer oración, tenemos que encontrarnos con Jesús, tenemos que alimentarnos del Cuerpo y la Sangre del Señor y entonces veremos que en lugar de la tristeza o el desaliento, lo que está es nuestro corazón y en medio de nuestra familia o comunidad es la comunión y la abundancia de la Gracia de Dios que se desparrama y se multiplica y alcanza para incluso para dar a mayor número de personas.
ORACIÓN: Señor, al igual que todos aquellos que te siguen con un corazón sincero, yo quiero, en todos los acontecimientos de mi vida, buscarte y encontrarte, unirme a Ti y perseverar en la oración y en el trabajo a favor de los demás. Quiero buscarte y encontrarte en el sacramento del Altar y comulgar de tu Cuerpo y de tu Sangre, para unirte a Ti y llevarte a los demás.
14-08-02. LECTIO DIVINA. San Pedro Julián Eymard.
Mt 14, 1-12. ANTE EL MAL PERSEVERAR EN LA FE. San Juan Bautista es decapitado.
LA VÍCTIMA INOCENTE: San Juan, quien proclama la Verdad del amor de Dios, la dignidad del matrimonio y la necesidad de la conversión hacia Dios para hacer este mundo mejor, viviendo en justicia y construyendo la paz. LA CAUSA: el pecado manifestado en el odio de una mujer, la inconsciencia y voluptuosidad de una joven, el hedonismo y la debilidad de un gobernante. LA
CONSECUENCIA: la muerte de un inocente y paradójicamente, el fortalecimiento de la fe. El drama de las guerras, la violencia en los hogares y las calles, el narcotráfico y la trata de personas, lo mismo que el aborto y otros muchos males, tienen UN MISMO AGENTE: el hombre y la mujer alejados de Dios. El pecado, es fruto del rechazo del amor de Dios y de la intención de ponerse por encima de Él y de los demás.
Este drama continúa, basta con dar un vistazo al mundo y ver los conflictos bélicos en diversos países de África, la crisis de Siria, Ucrania y la franja de Gaza, lo mismo que el genocidio religioso en contra de los cristianos en Irak y en otras regiones del mundo. El pecado invade también nuestras poblaciones, baste ver el incremento de secuestros y asesinatos fruto del crimen organizado, lo mismo que el incremento de la violencia en las calles y en las familias. También y quizá de mayor gravedad: la pérdida del sentido auténtico del matrimonio entre un hombre y una mujer y la legalización y promoción del aborto.
El texto de san Mateo señala que los discípulos de Juan: “recogieron el cadáver, lo enterraron y fueron a contárselo a Jesús”. La maldad humana no los desanima, no los lleva a la violencia. Su dolor se convierte en fe. Su fe se fortalece en la búsqueda y el encuentro con el Señor Jesús. Ha muerto Juan, pero no la fe que él sembró. Sus discípulos perseverarán, el amor de Cristo se acrecienta en sus vidas. Su testimonio se fortalece por la gracia del Espíritu que Jesús derrama en sus corazones. Juan ha muerto, habrá muchos mártires más, el mismo Señor Jesús será crucificado, pero la gracia del Espíritu les fortalece y entienden y experimentan que por encima de la maldad del hombre está el amor de Dios. “La sangre de los mártires es semilla de cristianos” Tertuliano.
Ante los avances de la cultura de la muerte, el cristiano no se detiene, sigue trabajando por la Cultura de la Vida y así construye el Reino de Dios. Su mirada no está ni el mal que paraliza, ni en la destrucción del “enemigo”, sino en la construcción del Reino de Dios que se expresa en la la civilización del amor. Efesios 6, 14-18: “Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animadas por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos”.
ORACIÓN: Yo quiero Señor Jesús, buscarte y encontrarte en todos los acontencimientos de la vida: tanto en los que me son agradables y como en los que me disgustan. Por encima de todo y en el centro de mi vida, sólo Tú, Señor Jesús.
viernes, 1 de agosto de 2014
14-08-01 LECTIO DIVINA. San Alfonso María de Ligorio. Mt 13, 54-58. RECHAZARON A JESÚS. Los prejuicios pueden ser un obstáculo para abrir el corazón a la fe y a la Gracia de Dios. Los “paisanos” y muchos de los contemporáneos del Señor Jesús pensaban que lo conocían y por eso, más que escucharlo a Él, oían y seguían sus propios pensamientos, ponían un muro de ideas que les impedían ver y entender con claridad lo que Jesús decía. Lo juzgaban de acuerdo a su “verdad”, sacaban sus conclusiones erróneas y no solo lo rechazaban, sino que incluso lo perseguían y lo llevaron a la Cruz y persiguieron e intentaron aniquilar a los seguidores de Cristo. “Tenían ojos, pero no veían, tenían oídos, pero no escuchaban”. Hoy, también esto sucede, por eso ante Jesús hay que saber estar atento a su palabra y dejar que el asombro de la fe, nos ayude a ser siempre mejores, en el seguimiento del Salvador.
“Si Jesús es el hijo del carpintero y de María, si conocemos su historia ¿puede enseñarnos algo? Si durante toda la vida, se han hecho las cosas de una misma manera ¿será correcto cambiarlas? Si Dios es solo mi Dios, ¿será Dios también para los demás? Si Dios es justo, acaso ¿no me tiene que vengar de mis enemigos? Si yo siempre he fallado ¿podré cambiar? ¿Si yo soy pecador y por lo mismo: Dios no me ama ¿podrá Él perdonarme y amarme? Si… Dios, o yo,… siempre…. ¿podrán ser las cosas diferentes?
No solo los contemporáneos de Jesús, sino también en la actualidad, manejamos esquemas mentales equivocados y pensamos que las cosas se tienen que hacer como pensamos o que incluso la Iglesia es la que se tiene que adaptar a nuestra forma de pensar. Esto incluso puede ocurrir en aquellas personas buenas que piensan que porque ya están bautizadas, pero sin una formación católica adecuada, pueden opinar de todo y criticar al Papa, al sacerdote, a su comunidad o grupo parroquial o incluso, ponerse “en sintonía con el mundo” opinando sobre el aborto, el matrimonio, el celibato y otros temas, de acuerdo a su entender y no de conforme a las enseñanzas de Cristo. Algunos otros, incluso, acomodados al hedonismo y relativismo actual, desprecian al que no piensa como ellos se aprovechan de los demás y sienten que no necesitan ni de Dios, ni de los demás, ni de la confesión ni de la Eucaristía.
Dios es siempre novedad (“mira que todo lo hago nuevo” Apo 21.5) y nos invita a estar atentos a sus designios a través de las enseñanzas de la Iglesia, que nos orienta ante las nuevas situaciones a las que nos tenemos que enfrentar. La Iglesia ha acompañado a la humanidad a los largo de siglos y lo seguirá haciendo hasta la Eternidad, aunque no siempre sea entendida ni comprendida, aunque sea perseguida y rechazada y se intente apagar su voz y aniquilar.
Por eso el creyente de Jesús, debe de conocer su fe y dar testimonio de ella, debe de practicarla y sobre todo, debe estar habituado al trato frecuente y diario con Jesús, para ser firme y no desanimarse, desviarse del camino o alejarse de Jesús o de la Iglesia. Para ello debe mantenerse en dialogo con Jesús y con su Iglesia a través de la oración, las buenas obras, el estudio. Debe valorar y procurar su participación en la Misa, sobre todo en la dominical, abriendo su corazón a la Gracia del perdón y del amor de Dios en la recepción de los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía.
“Si Jesús es el hijo del carpintero y de María, si conocemos su historia ¿puede enseñarnos algo? Si durante toda la vida, se han hecho las cosas de una misma manera ¿será correcto cambiarlas? Si Dios es solo mi Dios, ¿será Dios también para los demás? Si Dios es justo, acaso ¿no me tiene que vengar de mis enemigos? Si yo siempre he fallado ¿podré cambiar? ¿Si yo soy pecador y por lo mismo: Dios no me ama ¿podrá Él perdonarme y amarme? Si… Dios, o yo,… siempre…. ¿podrán ser las cosas diferentes?
No solo los contemporáneos de Jesús, sino también en la actualidad, manejamos esquemas mentales equivocados y pensamos que las cosas se tienen que hacer como pensamos o que incluso la Iglesia es la que se tiene que adaptar a nuestra forma de pensar. Esto incluso puede ocurrir en aquellas personas buenas que piensan que porque ya están bautizadas, pero sin una formación católica adecuada, pueden opinar de todo y criticar al Papa, al sacerdote, a su comunidad o grupo parroquial o incluso, ponerse “en sintonía con el mundo” opinando sobre el aborto, el matrimonio, el celibato y otros temas, de acuerdo a su entender y no de conforme a las enseñanzas de Cristo. Algunos otros, incluso, acomodados al hedonismo y relativismo actual, desprecian al que no piensa como ellos se aprovechan de los demás y sienten que no necesitan ni de Dios, ni de los demás, ni de la confesión ni de la Eucaristía.
Dios es siempre novedad (“mira que todo lo hago nuevo” Apo 21.5) y nos invita a estar atentos a sus designios a través de las enseñanzas de la Iglesia, que nos orienta ante las nuevas situaciones a las que nos tenemos que enfrentar. La Iglesia ha acompañado a la humanidad a los largo de siglos y lo seguirá haciendo hasta la Eternidad, aunque no siempre sea entendida ni comprendida, aunque sea perseguida y rechazada y se intente apagar su voz y aniquilar.
Por eso el creyente de Jesús, debe de conocer su fe y dar testimonio de ella, debe de practicarla y sobre todo, debe estar habituado al trato frecuente y diario con Jesús, para ser firme y no desanimarse, desviarse del camino o alejarse de Jesús o de la Iglesia. Para ello debe mantenerse en dialogo con Jesús y con su Iglesia a través de la oración, las buenas obras, el estudio. Debe valorar y procurar su participación en la Misa, sobre todo en la dominical, abriendo su corazón a la Gracia del perdón y del amor de Dios en la recepción de los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía.
miércoles, 30 de julio de 2014
14-07-30 LECTIO DIVINA. Mt 13, 44-46 Las parábolas del Reino, conocidas como “el tesoro escondido” y “la perla preciosa”, recientemente fueron comentadas por el Papa Francisco, quien señaló, que ambas parábolas señalan que : “el descubrimiento del Reino de Dios puede llegar de repente como al campesino que arando, encuentra el tesoro inesperado; o después de una larga búsqueda, como para el comerciante de perlas, que finalmente encontró la perla preciosa soñada durante mucho tiempo. Pero en los dos casos queda el dato primario que el tesoro y la perla valen más que los otros bienes, y por tanto, el campesino y el comerciante, cuando lo encuentran, renuncian a todo lo demás para poder conseguirlo. No necesitan hacer razonamientos, pensar, reflexionar: se dan cuenta en seguida del valor incomparable de lo que han encontrado, y están dispuestos a perder todo para tenerlo.
Así es el Reino de Dios: quien lo encuentra no tiene dudas, siente que es lo que buscaba, que esperaba y que responde a sus aspiraciones más auténticas. Y es realmente así: quien conoce a Jesús, quien lo encuentra personalmente, se queda fascinado, atraído por tanta bondad, tanta verdad, tanta belleza, y todo en una gran humildad y sencillez. Buscar a Jesús, encontrar a Jesús. Este es el gran tesoro... El Evangelio te hace conocer a Jesús verdadero, te hace conocer a Jesús vivo; te habla al corazón y te cambia la vida. Y entonces sí, dejas todo. Puedes cambiar efectivamente el tipo de vida, o continuar a hacer lo que hacías antes pero tú eres otro, has renacido: has encontrado lo que da sentido, sabor, luz a todo, también a las fatigas, también a los sufrimientos, también a la muerte.”
Y tú, ¿te has encontrado con Jesús? ¿Cómo cambió tu vida? ¿Cómo puedé ser mejor?
Así es el Reino de Dios: quien lo encuentra no tiene dudas, siente que es lo que buscaba, que esperaba y que responde a sus aspiraciones más auténticas. Y es realmente así: quien conoce a Jesús, quien lo encuentra personalmente, se queda fascinado, atraído por tanta bondad, tanta verdad, tanta belleza, y todo en una gran humildad y sencillez. Buscar a Jesús, encontrar a Jesús. Este es el gran tesoro... El Evangelio te hace conocer a Jesús verdadero, te hace conocer a Jesús vivo; te habla al corazón y te cambia la vida. Y entonces sí, dejas todo. Puedes cambiar efectivamente el tipo de vida, o continuar a hacer lo que hacías antes pero tú eres otro, has renacido: has encontrado lo que da sentido, sabor, luz a todo, también a las fatigas, también a los sufrimientos, también a la muerte.”
Y tú, ¿te has encontrado con Jesús? ¿Cómo cambió tu vida? ¿Cómo puedé ser mejor?
martes, 29 de julio de 2014
Primer Festival de Canto Eucarístico, Templo Expiatorio a Cristo Rey.
https://www.youtube.com/watch?v=KBbZs7cSglg
https://www.youtube.com/watch?v=KBbZs7cSglg
14-07-29 LECTIO DIVINA. “Santa Marta”. Jn 11,19-27. ¿CON MI VIDA, MANIFIESTO MI FE EN JESÚS RESUCITADO? Ha muerto Lázaro y Martha, su hermana, le reclama al Señor Jesús, el que no hubiera estado a su lado para curarlo e impedir que muriera. Su fe en Jesucristo es parcial, dice esperar en “la resurrección del último día” y cree que Jesús es “el Mesías, el Hijo de Dios”, pero está molesta, porque Él no ha actuado como ella quería. Así ocurre con muchas personas que dicen creer en Dios pero cuando tienen algún problema, manifiestan la pobreza de su fe, por su enojo, su desesperación, por la búsqueda de “quien les resuelva” su problema o dicen “perder la fe” o simplemente “cambian de religión”. La paciencia de Jesús es extraordinaria y su atención es amorosa, para con Martha y para con todos. Jesús sabe quién es Él y cuál es su poder y su Misión. Jesucristo sabe que antes de resucitar ha de morir y así dejarnos en la Cruz, la prueba de su gran amor, muriendo por todos, incluidos los que no creen en Él, lo rechazan o incluso lo crucifican. ¿Cómo es mi fe? ¿Se fortalece ante las dificultades de la vida? ¿Soy testigo del amor de Dios, aún en medio de situaciones adversas?
Jesús es la resurrección y la vida y ha venido para que tengamos vida Nueva y Eterna.
Jesús resucitado, antes de subir al Cielo y regresar a la casa de su Padre Dios, prometió que estaría con nosotros hasta el fin de los tiempos y da cumplimiento a su Palabra, de manera sublime en cada Celebración Eucarística y con su presencia real, verdadera y sustancial en cada Hostia Consagrada. Martha y María, hermanas de Lázaro, convivieron con el Hijo de Dios, escucharon sus Palabras, pero no entendieron su significado, sino hasta después de su Resurrección. A partir de ella, aprendieron a vivir en la esperanza de resucitar con Cristo a la Vida Eterna, viviendo cada día, la muerte al pecado para resucitar diariamente a la Vida Nueva que Cristo nos da. ¿Con mi vida manifiesto mi fe en Jesús resucitado?
Nosotros tenemos la experiencia de Cristo resucitado y nos encontramos con Él en cada celebración Eucarística. Reconocemos su presencia amorosa en cada cosa y acontecimiento, en cada persona y en nuestro corazón. Nosotros también esperamos la Vida Eterna, pero ya desde ahora, disfrutamos de la Vida Nueva que Él nos da.
Jesús es la resurrección y la vida y ha venido para que tengamos vida Nueva y Eterna.
Jesús resucitado, antes de subir al Cielo y regresar a la casa de su Padre Dios, prometió que estaría con nosotros hasta el fin de los tiempos y da cumplimiento a su Palabra, de manera sublime en cada Celebración Eucarística y con su presencia real, verdadera y sustancial en cada Hostia Consagrada. Martha y María, hermanas de Lázaro, convivieron con el Hijo de Dios, escucharon sus Palabras, pero no entendieron su significado, sino hasta después de su Resurrección. A partir de ella, aprendieron a vivir en la esperanza de resucitar con Cristo a la Vida Eterna, viviendo cada día, la muerte al pecado para resucitar diariamente a la Vida Nueva que Cristo nos da. ¿Con mi vida manifiesto mi fe en Jesús resucitado?
Nosotros tenemos la experiencia de Cristo resucitado y nos encontramos con Él en cada celebración Eucarística. Reconocemos su presencia amorosa en cada cosa y acontecimiento, en cada persona y en nuestro corazón. Nosotros también esperamos la Vida Eterna, pero ya desde ahora, disfrutamos de la Vida Nueva que Él nos da.
lunes, 28 de julio de 2014
14-07-28. LECTIO DIVINA. Mt 13, 31-35. Con la parábola del grano de mostaza y la de la levadura, el Señor Jesús nos habla del Reino de los Cielos. Así nos invita a fijarnos en nuestras limitaciones o en nuestra pequeñez, sino a confiar en Él. La tarea de la evangelización requiere de cristianos comprometidos, pero sobre todo depende de Dios. Es Él, el que quiere contar con la colaboración del ser humano y respeta nuestra libertad. Él nos invita y nosotros respondemos si queremos. Alguno podría pensar que le hace un favor a Dios si responde a su invitación, pero no es así, pues aquellos que hemos aceptado trabajar por el Reino, encontramos la infinidad de bendiciones que derrama sobre nosotros y la infinidad de bendiciones que derrama a través de nosotros. Todo ello, en su conjunto es paga suficiente, pero lo mejor, no está ni siquiera en que además recibiremos el Cielo como recompensa, sino en que disfrutamos ya, desde ahora, de la presencia y compañía del Señor Jesús. Efectivamente, Él nos acompaña y nos guía, en nuestro camino por el mundo, hacia el Padre y para ello derrama su Espíritu Santo en nuestro corazón. Él nos hace crecer en su amor.
Grandes son las motivaciones de saber que Dios hará que, aún la más pequeña obra de amor y de servicio, crezca y ayude a que muchos se encuentren con Él y tengan su morada en la Iglesia, como las aves en las ramas del arbusto de mostaza. Una motivación más, es que ese arbusto dará flores y semillas que ayudarán a que Jesús sea conocido y amado y a que el mundo sea mejor.
Si la levadura fuera consciente de su existir, seguramente que estaría feliz de saber que el pan que fermentará será un sabroso alimento que saciará el hambre de muchos. Ella no es consciente, pero los que aceptamos a Jesús en nuestro corazón y sentimos el ansia de darlo a conocer. Asemejándonos a Él, queremos ser pan partido para los demás, porque de esta manera los llevamos a Dios.
“Semilla de mostaza” y “levadura”, dos proyectos evangelizadores que podemos asumir para transformar nuestra vida, para ser iglesia misionera, para estar siempre alegres en la presencia de Jesús.
Grandes son las motivaciones de saber que Dios hará que, aún la más pequeña obra de amor y de servicio, crezca y ayude a que muchos se encuentren con Él y tengan su morada en la Iglesia, como las aves en las ramas del arbusto de mostaza. Una motivación más, es que ese arbusto dará flores y semillas que ayudarán a que Jesús sea conocido y amado y a que el mundo sea mejor.
Si la levadura fuera consciente de su existir, seguramente que estaría feliz de saber que el pan que fermentará será un sabroso alimento que saciará el hambre de muchos. Ella no es consciente, pero los que aceptamos a Jesús en nuestro corazón y sentimos el ansia de darlo a conocer. Asemejándonos a Él, queremos ser pan partido para los demás, porque de esta manera los llevamos a Dios.
“Semilla de mostaza” y “levadura”, dos proyectos evangelizadores que podemos asumir para transformar nuestra vida, para ser iglesia misionera, para estar siempre alegres en la presencia de Jesús.
viernes, 25 de julio de 2014
24-07-14 LECTIO DIVINA. Santiago Apóstol."El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Entre los apóstoles hay una discusión, -¡Quién de ellos debe estar al lado de Jesús!- Parece que la discusión es por el mejor lugar y no la persona de Jesús. Cada uno tiene sus razones y justificaciones. Cada quién tiene su grupo y sus aliados. Cada quién cree tener derecho de acusar al otro y criticar su modo de actuar. Incluso, cuando oyen qué, el que quiera ser el mayor, debe hacerse servidor de los demás, se apuntan, quizá aun, sin un total convencimiento, pues quieren mostrar quién es el mejor y el más bueno. Esto sucede entre las naciones, entre los políticos, en los grupos de iglesia e incluso en nuestras familias
Los apóstoles pierden el centro de sus vidas, se quedan en discusiones superficiales y no se dan cuenta que lo más importante es Jesús mismo. Ciertamente Él es el Maestro y les da una fuerte enseñanza de humildad, pero más importante que la misma enseñanza o la humildad es el Señor Jesús. Busquemos a Jesús y lo demás se nos dará por añadidura. Si servimos, sirvamos porque servimos a Jesús en el otro. Si perdonamos, perdonemos en el nombre de Jesús y porque Él nos ha redimido. Si gozamos del bien, hagámoslo porque en ello encontramos a Jesús. Jesús es el centro de todo y le da sentido a nuestro diario vivir. Nunca lo perdamos de vista, jamás lo quitemos del centro de nuestra existencia. JESÚS, ERES MI DIOS Y MI TODO.
Los apóstoles pierden el centro de sus vidas, se quedan en discusiones superficiales y no se dan cuenta que lo más importante es Jesús mismo. Ciertamente Él es el Maestro y les da una fuerte enseñanza de humildad, pero más importante que la misma enseñanza o la humildad es el Señor Jesús. Busquemos a Jesús y lo demás se nos dará por añadidura. Si servimos, sirvamos porque servimos a Jesús en el otro. Si perdonamos, perdonemos en el nombre de Jesús y porque Él nos ha redimido. Si gozamos del bien, hagámoslo porque en ello encontramos a Jesús. Jesús es el centro de todo y le da sentido a nuestro diario vivir. Nunca lo perdamos de vista, jamás lo quitemos del centro de nuestra existencia. JESÚS, ERES MI DIOS Y MI TODO.
jueves, 24 de julio de 2014
Encuentro de voluntarios de Pastoral Social de Familia Eucarística (PASFE)
Gracias por los que se han unido para orar por el éxito de los Ejercicios Espirituales en los que participo y que son impartidos por Mons. Juan Esquerda Bifet, santo varón, que nos comparte su sabiduría de 60 años de Ministerio Sacerdotal y más. Les envío un vídeo con un testimonio eucarístico suyo.
https://www.youtube.com/watch?v=Rrzox63txUY&feature=youtu.be
https://www.youtube.com/watch?v=Rrzox63txUY&feature=youtu.be
24-jul-14. LECTIO
DIVINA.
Mateo 13, 10-17. Los discípulos le preguntan a Jesús, por qué habla en
parábolas, y Él les responde que hay quienes miran sin ver y quienes oyen sin
escuchar, pero que ellos, sus discípulos, han sido llamados a ver y a escuchar. Esto
nos lleva a reflexionar sobre la libertad y la importancia de nuestro Bautismo,
por el que nuestra vida y nuestro corazón quedan abiertos a la Gracia de Dios,
a la que tenemos que responder, y a los dones del Espíritu Santo que tenemos que
acrecentar , dando testimonio de nuestra fe, haciendo este mundo mejor.
El Bautismo nos hace hijos del Padre, hermanos de Jesucristo, templos vivos del Espíritu Santo y miembros de la Iglesia,. Al tomar conciencia de esta realidad, con libertad podemos asumir vivir de acuerdo a esta Gracia o rechazarla. Dios respeta nuestra libertad. Si la aceptamos, dejamos que el Espíritu Santo actué en nosotros y dejándolo actuar experimentamos en nuestra vida, la inteligencia, la sabiduría, la fortaleza y los demás dones que proceden de Él. En consecuencia crecemos en el amor, el servicio, la alegría y la santidad, que implica la paz interior y el pleno desarrollo humano, de una manera superior a lo que el mundo nos puede dar, pues nos configura con Jesucristo y nos hace testigos de Él..
VEN SEÑOR JESÚS te abro las puertas de mi corazón y yo en Él te recibo. VEN ESPÍRITU SANTO y lléname de tus sagrados dones. ACEPTA PADRE la total ofrenda de mi ser. Todo es tuyo, todo te lo doy. AMÉN.
El Bautismo nos hace hijos del Padre, hermanos de Jesucristo, templos vivos del Espíritu Santo y miembros de la Iglesia,. Al tomar conciencia de esta realidad, con libertad podemos asumir vivir de acuerdo a esta Gracia o rechazarla. Dios respeta nuestra libertad. Si la aceptamos, dejamos que el Espíritu Santo actué en nosotros y dejándolo actuar experimentamos en nuestra vida, la inteligencia, la sabiduría, la fortaleza y los demás dones que proceden de Él. En consecuencia crecemos en el amor, el servicio, la alegría y la santidad, que implica la paz interior y el pleno desarrollo humano, de una manera superior a lo que el mundo nos puede dar, pues nos configura con Jesucristo y nos hace testigos de Él..
VEN SEÑOR JESÚS te abro las puertas de mi corazón y yo en Él te recibo. VEN ESPÍRITU SANTO y lléname de tus sagrados dones. ACEPTA PADRE la total ofrenda de mi ser. Todo es tuyo, todo te lo doy. AMÉN.
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