martes, 30 de agosto de 2011

Meditación del Evangelio del 30 de agosto del 2011


11-08-30. Martes XXII.
Lc 4,31-37.

El cristiano exorciza el mal

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER: La liturgia de la Palabra de la Misa, nos invita a meditar el Evangelio según san Lucas. El texto de hoy nos presenta a Jesús enseñando en la Sinagoga de Cafarnaún, quien manifiesta su poder sobre el maligno al liberar a un endemoniado. A partir de la predicación de Jesús y de sus obras, la fama de Jesús se extiende por la comarca y todos se comentan el poder de su Palabra, que no sólo expulsa demonios sino que también toca corazones y lleva a la gente a la conversión de sus estilos equivocados de vivir.

Al final aparece el texto bíblico para quien lo quiera consultar

MEDITAR: El término exorcizar, según su etimología, significa romper un juramento o liberar al que está cautivo. En el sentido religioso se entiende como la expulsión de demonios y es un ministerio exclusivo de los obispos, quienes los pueden delegar en sacerdotes o laicos debidamente formados y autorizados para este servicio. Nadie, sin estas cualidades, debe de intentar hacer exorcismos. En nuestra reflexión de hoy, no nos detendremos en este tipo de exorcismos.

De manera más amplia, podemos decir, que por la gracia bautismal, el católico que se esfuerza en hacer vida las enseñanzas de Jesucristo, exorciza al mundo con su ejemplo y trabajando por la instauración del Reino de Dios en todos los ambientes. Donde Cristo reina, el demonio es expulsado y el mal es vencido. Así, por ejemplo en donde se vive de acuerdo a los valores que emanan del Evangelio, se expulsa la mentira con la verdad, el odio con el amor, el egoísmo con el servicio, la impureza con la castidad. El cristiano exorciza al mundo cuando evangeliza con su palabra, con su testimonio y genera estructuras que son evangelizadoras.

Evangelizar no es sólo recibir y memorizar una serie de conceptos, evangelizar es recibir a Jesús, es dejar que Él reine en mí y trabajar para que su Reino llegue a todos los ambientes donde realizo mi vida, transformando a las personas y a las estructuras sociales que el hombre construye.

ORAR: Señor quiero que reines totalmente en mí, me doy cuenta que hay todavía áreas de mi vida que no te he entregado y en las que gobierno yo o un vicio, que me domina. Derrama tu Espíritu en mi corazón, quiero que tu Palabra resuene y viva con todo su poder en mí. Jesús, reina en mi familia, aún hay muchas cosas que mejorar en nuestras relaciones. Jesús reina en mi edificio, calle, colonia y ciudad. Haz de mí un apóstol tuyo, que no sea indiferente ante el mal que me rodea, que no me deje apabullar por él, sino que con el poder de tu palabra sea un factor de cambio para mejorar nuestra convivencia y sobre todo para que sean más los que te conozca y te amen y así se establezca tu reinado de amor en el mundo entero.

CONTEMPLAR: En un reino, quien gobierna es el rey, si otro pretende gobernar es un usurpador. En el Reino de Dios, quien gobierna es Él y siendo Él Amor, el Reinado de Dios se establece en la vida del hombre y de la mujer, que abren su mente y su corazón al Amor, a la Verdad y a la Justicia que proceden de Dios, por lo que la persona se libera de lo que le ata y le impide ser feliz y tener Paz.

Quien vive según sus apetencias y no según la Palabra de Dios, aunque estuviera bautizado, está preso y bajo el dominio de un usurpador, por lo que en su corazón no hay amor, sino resentimiento y odio, vive en la mentira y el error, es injusto en sus juicios y en su actuar, vive oprimido por sus traumas y complejos, vive triste y angustiado y no tiene paz en su corazón. Dice san Pablo que hemos sido llamados a vivir en libertad y no en la esclavitud que se manifiesta en: “fornicación, impureza y libertinaje, idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos, disensiones y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza” (cf. Gal 5, 13. 19-21).

Cuando esta usurpación ocurre en una persona, puede llegar a su familia y de ahí extenderse a su comunidad y poco a poco a la sociedad y consolidarse como una estructura de pecado social. Este proceso lo podemos constatar en la vida de algunos de los criminales que han sido atrapados: iniciaron individualmente, después en grupo y llegaron a formar parte de bandas organizadas que extienden sus redes y se consolidan como sólidas estructuras del crimen. Esto también lo vemos en algunas calles o colonias de nuestras ciudades. Un padre de familia golpeador, que agrede a sus hijos, quienes hacen a su familia el terror de la calle donde viven, por lo que pronto algunas otras personas se alían a ellos, incluso como un sistema de defensa, y en poco tiempo la calle o la misma colonia, se convierte en un nido de delincuentes en donde ni la policía entra.

El mal es carencia del bien. Dejar que Dios reine en mi corazón es permitir que el Rey llene las carencias que existen en mi vida y que el mal en mí sea exorcizado por su Amor, de tal forma que renovado(a) en Jesucristo, tenga una nueva visión de la realidad y convertido hacia Él, sea un factor de cambio: un evangelizador en mi familia y en las estructuras donde no está Dios.

Jesucristo exorciza (expulsa el mal) de nuestro corazón, de nuestra familia, de nuestra sociedad, cuando dejamos que su Palabra habite en nosotros con todo su poder. Nosotros exorcizamos el mal de nuestra vida cuando abrimos nuestro corazón a Jesús y lo llevamos con nuestras palabras y obras a nuestros ambientes. Jesucristo nos libera para que liberemos, Jesús nos evangeliza para que evangelicemos. La presencia de Jesús en nuestras vidas se traduce en “amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia”. (Gal 5, 22-23).

El mundo necesita de testigos del Evangelio, ahí donde un(a) cristiano(a), que deja el amor de Dios esté en su corazón, es factor de conversión en su familia y de otras familias, por lo que, aún los ambientes más negativos pueden ser transformados. Un elemento fundamental de la evangelización son las parroquias, ahí donde las familias cristianas nos unimos en comunidad y formamos la Iglesia, familia de familias, comunidad de familias en el Reino de Dios.

ACTUAR: Hoy haré una revisión de mi vida y de mis relaciones familiares, pidiendo a Jesús que reine en nosotros.
Me acercaré a confesarme –para que Jesús reine más en mí-.
Hoy procuraré hacer un plan para acercar más personas a Dios:
+ Les compartiré esta homilía
+ o les invitaré a rezar juntos
+ u organizaré una fiesta muy original: les diré que les invito a Misa porque la he ofrecido por ellos. (Por ejemplo el 5 de septiembre es día del hermano -en honor a Madre Teresa de Calcuta-. El 8 de septiembre nos uniremos en oración ante Jesús Eucaristía para pedir por la reconciliación y la paz en México)
+ Anota alguna otra iniciativa: _____________________________________

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Lucas (4,31-37): En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.» Jesús le intimó: «¡Cierra la boca y sal!» El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca. 

lunes, 29 de agosto de 2011

Meditación del Evangelio del 29 de agosto del 2011


11-08-29. Lunes XXII.
Mt 6, 17-29.

ACCIONES CRISTIANAS ANTE LA VIOLENCIA

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER: San Mateo narra la muerte de Juan Bautista, el cual está encarcelado injustamente. Prácticamente está secuestrado. En un baile se decide su muerte y es decapitado, llevando su cabeza en una bandeja a la sala de la fiesta.
Al final aparece el texto bíblico para quien lo quiera consultar

MEDITAR: La forma en que resumí este pasaje del Evangelio nos habla de la situación que muchas personas viven en diversos estados de la República y en la misma ciudad capital de nuestro país.

Hoy celebramos el martirio de Juan Bautista. ¿Por qué hacer una celebración litúrgica de un martirio? Porque la palabra “mártir” significa “testigo”. Los mártires cristianos son:”testigos” de la presencia de Dios en medio de la maldad desarrollada por algunas persona. Son testigos de la Verdad, del Amor y del Perdón, ante quienes les persiguen con la mentira, el odio y la violencia, incluso, como ocurre con Juan Bautista, aunque los asesinen.

Morir mártir a causa de la Justicia, de la Verdad, de Jesús, no es una deshonra sino la exaltación de aquel que sabe dar la vida por los demás, como lo hace Juan Bautista.

Jesucristo, muere en la Cruz, por la salvación de la humanidad, por eso el “mártir cristiano” es testigo de una realidad superior que va más allá de lo inmediato y de las limitaciones espacio temporales humanas, pues manifiesta, la presencia de Dios en el martirizado y su ejemplo toca el corazón de quienes ven su martirio e incluso de quienes lo asesinan. De esta manera se entiende la expresión, “la sangre de los mártires es semilla de cristianos”.

Contemplando a otros personajes de este texto bíblico, en Herodes y sus secuaces, se manifiesta la existencia de personas que de manera individual o en forma de grupos organizados, delinquen, sembrando muerte y dolor a causa de su orgullo y egoísmo. La raíz del comportamiento violento, de la “delincuencia organizada”, no está ni en la pobreza ni en la falta de empleo, sino en el aumento de familias desintegradas y disfuncionales, en la educación sin valores. Herodías, había sido la esposa del hermano de Herodes y ahora, junto con Salomé su hija, vivía en el palacio. La joven es “expuesta” a la vista de todos en “una danza”. ¿Se ofrece al mejor postor?

La causa mayor del desprecio a la vida humana, está en el alejamiento de Dios de manera individual, familiar y social. En la actualidad, ni siquiera se enseña civismo en las primarias, ni ética a nivel medio superior, ni mucho menos moral. Los hijos son expuestos a los “novios” o “novias” de sus papás, a ellos no les corresponde el reconocimiento de su dignidad y en muchas ocasiones su único refugio es la calle. Realmente todo esto está en contraposición del esfuerzo de los esposos que a pesar de las dificultades que se les presentan, procuran tener un hogar cristiano.

Actualmente: secuestros, extorciones, asesinatos, descabezados, son situaciones no aisladas, sino cada vez más frecuentes. Ellas aumentan debido a la impunidad y en ocasiones bajo el cobijo de autoridades venales. Como quiera, quienes realizan, estos y otros ilícitos, lo hacen en medio de una orgía de poder y de dominio que intenta someter a la sociedad y genera infinidad de víctimas inocentes, como es el caso de Juan Bautista. Hoy, incluso algunos de estos crímenes generan varias víctimas a la vez y son cometidos en medio de fiestas familiares, restoranes y centros nocturnos, afectando también estadios deportivos.

La página cruenta del Evangelio que hoy meditamos, es una constatación de lo que el hombre es capaz de hacer, cuando vive alejado del influjo de Dios y que en búsqueda de todo tipo de placeres, actúa irracionalmente. Es una expresión de la “cultura de la muerte”, en contraposición de la “cultura de la vida.”
Mientras que un grupo de personas: Herodes, su mujer, su hijastra, la corte, viven encerrados en el egoísmo y los placeres, sin encontrar felicidad; Juan Bautista, aunque preso físicamente: es libre, porque ama, porque tiene fe, porque espera. Ante la “maldad humana” destaca la “bondad humana” de quien tiene su corazón abierto a Dios. Juan es veraz, es libre. Juan ama y con su palabra y rectitud es testigo de la Vida Nueva y Eterna que ofrece Cristo.

Otro grupo de personajes son los discípulos de Juan Bautista que al enterarse de su martirio, recogen su cadáver y lo entierran. No se señala que ellos se hayan acobardado o levantado en armas, se sabe que siguieron a Jesús.

Aparentemente, en la muerte de Juan, vence el mal, pero no es así, el paso del tiempo lo demuestra. El asesinato de Juan Bautista no lleva a sus discípulos a la violencia, a la tristeza, al miedo o a la angustia. La respuesta de ellos no es como la de los que no tienen fe. El acto tan cruel, cometido contra un inocente, podría haber justificado un levantamiento civil en contra las autoridades injustas. Ellos no responderán al mal con el mal, no se sumarán a la escalada de violencia; ellos no caerán en el miedo o en el resentimiento. Ellos, libres interiormente, en el amor y el perdón, seguirán construyendo el Reino de Dios en medio de los hombres, haciendo realidad en su entorno lo que podría parecer una ilusión o utopía. El martirio de Juan no sólo lo hace testigo a él, de la presencia de Dios en medio de los hombres, fortalece también la decisión de sus seguidores y discípulos de ser, también ellos, testigos de la paz y del perdón. Muerto Juan Bautista, comprenderán mejor sus palabras, ahora seguirán a Jesucristo, el Cordero de Dios.

ORAR: Señor, ante la situación que vivimos en nuestro país, te pido que no permitas que el miedo, el temor o el odio entren en mi corazón o en mi familia. Te pido por la conversión de los causantes de tantos crímenes, el consuelo para los familiares y amigos de las víctimas de la violencia, y la Vida Eterna para quienes han muerto a causa de ella. Sobre todo te pido que como individuos y sociedad, volvamos a la escucha de tu Palabra para hacerla vida y así transformar la deshumanización que estamos viviendo, en un proceso de conversión que nos ayude a retomar el camino de la solidaridad humana que nos lleve a Ti. Señor dame valor para que siguiéndote a Ti, junto con mi familia, venza el mal haciendo el bien, para que donde haya odio lleve yo tu amor, donde haya injuria tu perdón, Señor. Santa María de Guadalupe, salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

CONTEMPLAR: Nadie puede negar la responsabilidad que tienen los participantes directos en estas acciones violentas, pidamos por su conversión. Sin embargo, también tenemos que reconocer que ante las situaciones que vivimos, grave responsabilidad tienen los gobernantes, legisladores, comunicadores y educadores, que de diversas maneras han ido fomentando la violencia, la corrupción y la mentira, promoviendo además el rechazo a Dios en los asuntos de la vida pública y diaria, pretendiendo desconocer y rechazar los valores del Evangelio, que promueven el bien común y que en cuanto valores religiosos, son valores eminentemente humanos. En el momento de elegir representantes públicos, conozcamos sus plataformas políticas y exijámosles que cumplan con sus promesas y actúen con rectitud. Vigilemos para que tanto los educadores como los comunicadores cumplan con su tarea de difundir la verdad.

Grave responsabilidad tienen también los padres de familia que no educan a sus hijos en la fe, ni con palabras ni con el ejemplo, pues en ocasiones, al hijo se le trata con violencia y ya no se le ve como a la persona que hay que amar, cuidar y acompañar en su educación, sino como “alguien” que sale muy caro sostener o a quien se cosifica considerándolo como “algo no deseado” y por lo mismo, su padre lo desconoce o rechaza, abandonándolo junto con su madre; , o ambos, padre y madre, divorciándose, dejando a los hijos al garete o en ocasiones, incluso abortándolos. Procuremos fortalecer nuestras familias cristianas, implementemos y participemos en una auténtica pastoral familiar.

Grave responsabilidad tenemos los católicos cuando nos acostumbramos y nos acomodamos a las ideologías que aparentemente son “modernas” y de “avanzada” ante las cuales “la Iglesia” o “no tiene nada que decir” o “debería de adecuarse a ellas”. Seamos radicales en el seguimiento a Jesucristo, “no nos apeguemos a los criterios del mundo” (cf. Rm 12,2)

Como creyentes: ante la violencia hagamos una revisión de nuestras vidas y de nuestra responsabilidad. No nos quedemos sin hacer nada, pero ante estos delitos no respondamos con miedo o violencia; ante la mentira, respondamos con paz, ante la mentira con la verdad, ante el odio con el amor, ante la injuria con el perdón, ante la división con la fraternidad, ante el miedo con valor, ante el alejamiento de Dios, con la fe en Jesucristo nuestro Señor.

ACTUAR: Hoy, pondré atención a los sentimientos que llevo en mi corazón en relación a la violencia que hay en nuestro país. Si me doy cuenta que son de tristeza, miedo, angustia, odio o depresión, los rechazaré. Me fortaleceré en la convicción de que tengo que poner más mi atención en el amor de Jesucristo y dejaré que Él me dé su paz, para seguir trabajando en la construcción de su Reino de amor, de justicia y de paz. También pondré atención a la reacción de aquellos que están a mi alrededor. Sus sentimientos ante lo que ocurre, son una oportunidad para acercarlos a Dios y animarlos para que juntos trabajemos para hacer este mundo mejor. Urge que Cristo Reine (1Cor 15,25).

+ Ante la violencia hagamos una revisión de nuestras vidas y de nuestra responsabilidad
+ Seamos radicales en el seguimiento a Jesucristo, “no nos apeguemos a los criterios del mundo” (cf. Rm 12,2)
+ Procuremos fortalecer nuestras familias cristianas, implementemos y participemos en una auténtica pastoral familiar.
+ En el momento de elegir representantes públicos, conozcamos sus plataformas políticas y exijámosles que cumplan con sus promesas y actúen con rectitud. Vigilemos para que tanto los educadores como los comunicadores, cumplan con su tarea de difundir la verdad.
+ Pidamos por la conversión de los delincuentes.
+ Urge que Cristo Reine (1Cor 15,25), trabajemos por la extensión de su reinado de paz, de justicia y de amor.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Marcos (6,17-29):  En aquel tiempo, Herodes había mandado aprender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.

El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.» Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.» Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?». La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.» Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»

El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Meditación del Evangelio del 28 de agosto del 2011


11-08-28. Domingo XXII.
Mt 16, 21-27.

Persevera haciendo el bien

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER: San Pedro expresa “un buen deseo a Jesús”, que Dios le evite “el dolor” de entregar su vida por los demás. El Señor Jesús rechaza a Pedro, pues a pesar de “su buena intención”, está colaborando (aún inconscientemente) con el padre de la mentira, por lo que le dirá a Pedro: “¡Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar, tú piensas como los hombres, no como Dios!” Luego el mismo Jesús invitará a sus discípulos a seguirlo, a negarse a sí mismos, para encontrarse a sí mismos.

Al final aparece el texto bíblico para quien lo quiera consultar

MEDITAR: Tres paradojas: 1.- Pedro que acaba de ser ensalzado, por sus palabras y acciones “sobre esta roca edificaré mi Iglesia”, ahora es recriminado. “apártate de Mí”. 2.- Para seguir a Jesús, hay que “tomar la propia cruz” y 3.- Hay que “perder” la vida para “ganarla”.

La enseñanza de este día, nos inserta en el camino de la auténtica felicidad porque nos sitúa en la realidad de la vida, en la que existe el dolor, lo que no es un obstáculo para que alcancemos la perfección humana, la felicidad y el Cielo, sino que incluso, paradójicamente es un elemento necesario para alcanzar la excelencia humana y la santidad.

Las palabras de Jesús resultan paradójicas para el auditorio de su tiempo y para el actual, más ahora que “engañosamente” se exaltan: el gastar, la moda, la figura y la soberbia, como únicos satisfactores y “expresiones de una vida realizada”. Generando todo esto, ambientes donde imperan el egoísmo, la falta de moderación, el endeudamiento y la eliminación de lo que impide alcanzar “el placer máximo”, llámese familia, valores, principios, amor, fe. Convirtiéndose todo esto en “modernas esclavitudes”, como el desprecio al recto uso de la sexualidad, el incremento de la violencia y del uso de drogas y otros males, “expresiones de la pérdida del sentido de la vida”.

Cuántas veces por “rechazar el dolor” se han cometido infinidad de graves errores. Ahí está el caso de “la mamá” que lleva a su hija a abortar para que “su proyecto de vida” no se vea frustrado por un “embarazo no deseado”. Cuántas veces se pretende justificar un asesinato o el “suicidio asistido”, en nombre de una “falsa compasión” para evitar que el anciano o el enfermo “siga sufriendo”. Cuántas veces se justifica el caer en las drogas o el alcoholismo, porque no se podía resistir la pena de un amor frustrado o la muerte de un ser querido.

En contraposición a esas y otras situaciones, nos encontramos la alegría de infinidad de madres de familia que han sabido dar la vida por sus hijos, de jóvenes que han resistido la tentación de una vida llena de placeres sensuales, de droga o alcohol y que han optado por una vida sana que les lleva al triunfo en el deporte, en el arte, en el estudio, en poner su vida al servicio de los demás. Muchas personas, además de su esfuerzo humano, han añadido la virtud de la fe, por lo que más que héroes, son santos.

Querer evitar el dolor a toda costa, en lugar de reconocerlo como parte de la vida, es como pretender que no exista la obscuridad de la noche y que sólo resplandezca la luz del sol las 24 horas del día. Esto no sólo es imposible, sino que al no aceptar la realidad, se genera un conflicto interno que lleva a la tristeza y a la frustración. Lo mejor es saber aprovechar las horas de la noche con todo lo bello que ella nos proporciona para el descanso del cuerpo, y también para disfrutar la belleza de la luna llena o el titilar de las estrellas. Hagamos lo mismo con el dolor, asumiéndolo démosle un sentido en la fe y en el amor.

El Señor Jesús no sólo habla de lo que padecerá, sino que incluso explica el sentido de su muerte: la salvación de los hombres; de ti, de mí. Lo que a Él lo mueve es el amor.

El dolor como realidad humana, cuando llega a nuestra vida, nos hace valorar lo que tenemos. Además de ayudarnos a ejercitar la fortaleza interior para no darnos por vencidos, nos lleva también a conocernos mejor y sacar de nuestro interior, lo mejor de nosotros mismos. Existen infinidad de ejemplos, en donde ante un desastre natural o provocado por la maldad del hombre, hay quienes se levantan no sólo victoriosos, sino también alegres de haber ayudado a otros a salir adelante ante las situaciones negativas o incluso, habiendo ofrendado la vida por los demás.

Esta es la enseñanza mayor del texto bíblico que hoy meditamos. Jesús no es ni un estoico ni un masoquista. El está hablando de la ofrenda de su vida, por amor a Dios y a los demás: por la humanidad entera, por ti, por mí.

Jesús supera la tentación de una “vida cómoda” sin compromiso y opta por el esfuerzo diario y la entrega de su ser, en absoluta libertad, por amor y para salvar a todos.

ORAR: Jesús, Tú conoces lo débil y cobarde que soy e incluso las formas en las que evito ayudar a los demás y buscar mi propia comodidad. Te agradezco lo bondadoso que eres conmigo porque tengo más de lo que necesito. Ayúdame a entender que mi felicidad auténtica no está en lo que presumo o en lo que disfruto, sino en la capacidad de amar para entregarme a Ti, sirviendo a los demás. Señor toma mi vida entera.

CONTEMPLAR: De manera natural rechazamos el dolor, sin darnos cuenta que lo que vale la pena en la vida cuesta. Tomar la cruz, como Jesús y con Él es darle sentido al dolor, es asumirlo para superarlo y aprovecharlo para que unidos a Jesucristo, como dice Madre María Inés Teresa Arias, “compremos almas para Dios.”

ACTUAR: Hoy, haré una breve revisión de mi vida, para ver qué cosas buenas he dejado de hacer por comodidad, para esforzarme en realizarlas para bien de los demás y la “salvación de muchas almas”. Recordar que al referirnos a “las almas”, estamos hablando de nuestros contemporáneos que viven alejados de Dios. El término “alma” es referido a la persona viva, en su realidad integral.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Mateo (16,21-27): En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.» Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.» Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por Mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.»

Meditación del Evangelio del 27 de agosto del 2011


11-08-27. Sábado XXI.
Mt 25, 14-30.

Descubre y acrecienta tus talentos

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER: Con imágenes muy entendibles Jesús nos habla de realidades muy profundas, ahora serán los talentos (un tipo de moneda en tiempos de Jesucristo). Esta parábola nos ayuda a reconocer que cada uno tenemos cualidades que debemos conocer, valorar, acrecentar y poner al servicio de los demás. A una persona le dieron 5 talentos, a otro dos y a otro uno. Al que le dieron 5, los multiplicó, al que le dieron dos, también, sólo al que le dieron uno, en lugar de multiplicarlo, lo enterró. Al llegar el dueño de las monedas felicitó y recompensó a los que multiplicaron los talentos, al otro lo reprendió.

Al final aparece el texto bíblico para quien lo quiera consultar

MEDITAR: La vida agitada en la que estamos sumidos y la gran cantidad de información que recibimos, cada vez nos despersonalizan más, porque vivimos más atentos de lo que ocurre en nuestro exterior que en nuestro interior. Lo exterior pasa y se va. El ataque terrorista de hoy, la devaluación de ayer, la película de moda, el escándalo del artista, la última telenovela, quien ganó el juego de futbol o la medalla de oro, son cosas intrascendentes, que para mañana ya no son importantes o ya se olvidaron. Lo único para lo que sirvieron fue para que nos sumiéramos más en el consumismo que nos ahoga y para distraernos de lo que realmente es importante para nosotros y nuestro futuro. Entrar en nosotros mismos, valorarnos, amarnos y reconocer nuestras cualidades para proyectar nuestro futuro y ser auténticamente felices.

La felicidad no es un sueño inalcanzable, es un proyecto de vida que tenemos que realizar, cada día. Para ello tenemos que ser consciente de quién soy, qué quiero y cómo voy a alcanzarlo.

En administración eso es planear. Hay un adagio que dice “planea o serás planeado”. Aplicado a la propia vida, lo podemos entender como “si no planeas tu vida, nunca serás feliz, pues siempre habrán otras personas o factores que te gobernarán, pues estarás esclavizado al diario acontecer o a lo que otros digan”.
En ti y en cada persona hay infinidad de valores que cada uno debe conocer, valorar y cultivar para ser feliz. A esto en la actualidad se le llama autoconocimiento, autovaloración y desarrollo humano. Esto fortalece la autoestima y nos pone en el camino de la plenitud humana y de la felicidad. La propuesta del Señor Jesús es que este proceso lo vivamos con Él y guiados por Él, de tal manera que nuestro crecimiento, lleno del amor de Dios, además de hacernos plenamente felices nos permita alcanzar la santidad.

No importa si tienes muchos o pocos talentos, lo importante es que unido(a) a Cristo, los desarrolles y los pongas al servicio de los demás.

ORAR: Señor, Tú me conoces y me amas, enséñame a amarme en Ti. En tu presencia pongo no sólo mis miserias y limitaciones, sino, sobre todo mis talentos y proyectos. Enséñame a amarme como Tú me amas y a servir como Tú, para ser  plenamente humano, para ser feliz y alcanzar la santidad.

CONTEMPLAR: En tu nombre Señor y bajo tu mirada amorosa quiero conocerme, aceptarme y proyectarme para hacer tu voluntad. Tú en mí lo puedes todo, si yo te permito entrar en mi corazón. Ven a mí Señor y lléname de tu amor, para que en lugar de vivir en el miedo o en el rechazo a mí mismo, reconozca los talentos que me has dado y poniéndolos a tu servicio y al de mis hermanos, los acreciente y ayude a que este mundo sea mejor, dando Gloria a tu Nombre, por las maravillas que harás en mí.

ACTUAR: Hoy anotaré las cualidades que reconozco en mí y procuraré hacer un pequeño plan de vida para desarrollarlas y ponerlas al servicio de los demás.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Mateo (25,14-30): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes."»

viernes, 26 de agosto de 2011

Meditación del Evangelio del 26 de agosto del 2011


11-08-26. VIERNES XXI.
Mt 25, 1-13.

MANTÉN TU LÁMPARA ENCENDIDA

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER. Nuevamente el Señor Jesús habla del Reino de los Cielos y ahora utiliza la parábola de las 10 vírgenes. Cinco de ellas previsoras y las demás no tanto. Ambas esperan en vela al “Novio” con lámparas encendidas. Como el “novio” tarda, a 5 de ellas se les acaba el aceite y tienen que ir a comprar más. Cuando llega el “Novio” se inicia la fiesta y se cierran las puertas, así que las que se fueron no podrán entrar. La exhortación final es “estén atentos, porque no sabemos el día ni la hora”.

Al final aparece el texto bíblico para quien lo quiera consultar.

MEDITAR: El día de la boda todos esperaban al “Novio” y aunque una sola era la que se casaba con Él, las amigas de la novia, también salían a recibirlo. Indudablemente que el Señor Jesús no está hablando de cómo organizar una fiesta de bodas, sino cómo hemos de estar atentos para el encuentro con Dios, que todos los días se hace presente en nuestra vida.

“La luz” de las lámparas significa la Gracia de Dios, “el aceite” la oración y las buenas obras, “la lámpara” la misma vida, “el Novio” Dios mismo y “la fiesta” la Vida Nueva y la Vida Eterna que Jesús nos da. A través de esta parábola, el Señor Jesús nos invita a perseverar en la oración, pues ella fortalece la fe y anima la esperanza de nuestra conversión y de alcanzar la santidad.

La luz disipa las tinieblas y nos permite avanzar aún en medio de la obscuridad.

ORAR: Señor, Tú me conoces y sabes de mi inconstancia en el orar y en el actuar bien. Sabes que la mayor parte del día, la paso distraído(a) en mis ocupaciones y preocupaciones, sin buscarte a Ti. Sabes que en ocasiones mi oración se acrecienta cuando tengo algún problema o alguna necesidad. Ayúdame e ilumina mi vida, haz que sea constante en mi oración para que en mi vida goce de tu presencia, pues a cada instante llegas y tocas las puertas de mi corazón para darme tu paz y amor.

CONTEMPLAR: Los santos nos dan testimonio de la paz y la alegría que hay en su corazón pues, la oración ilumina su caminar, les pone al servicio de los demás y les hace mantenerse constantemente en la “fiesta del Reino de Dios”. Si atiendo las enseñanzas de Jesucristo e imito a los santos, yo también seré feliz, alcanzaré la plenitud humana y la santidad.

ACTUAR: Hoy procuraré estar atento a la presencia de Dios, a través de la oración.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Mateo (25,1-13): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!". Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis." Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco." Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»

jueves, 25 de agosto de 2011

Meditación del Evangelio del 25 de agosto del 2011


JUEVES 25 de agosto del 2011.
Mt 24, 42-51.

TODOS LOS DÍAS JESÚS VIENE A TI

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER. Jesús invita a sus oyentes a estar atentos al día en que vendrá el Señor. Para que quede grabada mejor la enseñanza, hablará de la atención que hay que poner para evitar que un ladrón entre de noche a la casa y también contrapondrá el proceder de dos sirvientes ante la ausencia del amo. El primero actuará responsablemente, el otro será un mañoso. Ambos, al llegar el amo recibirán lo merecido de acuerdo a su proceder.

Para que cada quien amplíe sus reflexiones personales, al final aparece el texto bíblico.

MEDITAR: Jesús nos invita a estar atentos al día en que vendrá el Señor. Habla sobre el final de los tiempos, pero sus palabras tienen también una aplicación para nuestro aquí y ahora, pues siempre, cada día y a cada instante hay que estar preparados, porque el Señor llega y no necesariamente en medio de un infortunio o para cuando vayamos a morir, sino a lo largo de toda nuestra existencia y siempre para manifestarnos su amor.

La imagen de los sirvientes, nos habla de que todo es de Dios, nosotros sólo administramos. No administramos sólo bienes materiales, sino incluso de personas. Yo tengo que reconocerme administrador de mi vida, no dueño de ella, y debo desarrollarla al máximo y no desperdiciarla. Debo procurar, cada día, ser mejor y ser feliz. Tampoco soy dueño de aquellos con los que convivo ni de sus vidas. Sólo soy compañero en el camino de la vida de mis padres, de mis hermanos, de mi cónyuge, de mis hijos, de mis amigos, etc. Debo también esforzarme en ayudarles a que sean mejores y felices a lo largo de su vida.

Estar atento, significa reconocer esas responsabilidades, pero también, y es lo mejor, es reconocer que el camino de mi vida tiene un inicio en Dios y tiene un fin en Él, y que Jesús me acompaña a lo largo de mi existencia con su amor, con su gracia, con María, con los santos, y con la Iglesia.

Dios viene todos los días a mí y si en lugar de esperar – no faltará quien lo haga con temor- a que un día Él llegue a mí, debo estar atento a su voz y a su presencia diaria, pues Jesús se manifiesta todos los días en mi corazón y en mi mente, en el trato familiar y en todas las personas a las que trato.

Si me acostumbro a estar atento a la presencia de Dios, podré experimentar y reconocer su amor en la infinidad de signos, a través de los que se hace presente en mí y que me llenan de gozo y de paz. ¿Estaré consciente de que Jesús, a través de mí, quiere llegar a los demás? ¿Acaso, ésta no es una magnífica tarea que debe animar mi existencia y para la cual debo estar atento para cumplirla con fidelidad? ¿Acaso, en esta presencia divina y la misión que conlleva, no es motivo, más que suficiente, para estar y ser feliz?

ORAR: Señor, quiero estar atento a tu voz. Tú Jesús, todos los días vienes a mí. Yo soy el que me distraigo. Ayúdame a percibir tu presencia en cada cosa, en cada planta, en cada animal, en cada acontecimiento, en cada persona y sobre todo: en mi corazón.

CONTEMPLAR: Puede ser que viva descuidado de la presencia de Dios en mi vida o que viva con temor de su presencia. Más allá de todo esto, hoy me esforzaré en disfrutar las señales de su amor, en todo lo que me rodea. Dice un filósofo (Ortega y Gasset) “yo soy yo y mis circunstancias. Dios no es una circunstancia, es el sustento de todo cuanto existe y para Dios, en Jesucristo, yo soy su hijo”. Entonces, hoy buscaré a mi Padre Dios para decirle gracias por su amor y para decirle que experimentado su amor, quiero amar como Él.

ACTUAR: Hoy me esforzaré por no quedarme sólo en lo inmediato o en lo aparente. Procuraré buscar y descubrir la presencia de Dios que ama;  ya que como dice san Pablo, en Dios nos movemos, existimos y somos.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Santo Evangelio según san Mateo (24,42-51): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de la casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»