viernes, 23 de septiembre de 2011

Te esperamos el domingo a las 9:30 am

Si quieres la paz, defiende la vida

Pidamos a los Ministros de la SCJN que más allá de oportunismos políticos disfrazados de defensa de “derechos humanos” respeten el Derecho Fundamental y Universal de la Vida que da sustento a la paz de toda Nación.

Manifestémonos como defensores de la Vida, de la Dignidad Integral,  de la Mujer y de la Familia.

    Te esperamos el  DOMINGO 25 DE SEPTIEMBRE  DE 2011.
                                   MONUMENTO A LA MADRE 9:30 AM
                       Lleva ropa blanca y pancartas en defensa de la Vida

Coalición Vida.
Mayores informes en los teléfonos:
5271 0043
5207 3578

                                                       "SOY VOZ DE LOS QUE NO TIENEN VOZ"
                                                 ASOCIACION DERECHOS DEL CONCEBIDO
                                                          www.derechosdelconcebido.org.mx

Triduo de oración por la conversión de los promotores del aborto

Derechos del Concebido A.C.

Te invita a unirte en oración:

Triduo de Oración por la conversión de los que promueven el aborto

Dios, Señor dador de Vida, ilumina la mente y los corazones de quienes alejados de Ti, niegan la dignidad y el derecho a la vida de seres humanos inocentes en el vientre materno.

Manifiéstales tu amor Señor, para que guiados por la verdad y la justicia rectifiquen su error y se conviertan a Ti, para amar a sus hermanos.

Concédenos a los que defendemos la vida, que amemos y oremos por los que no piensan como nosotros y que seamos valientes para ser voz de los que no tienen voz.

Santa María de Guadalupe, que bajo tu mirada amorosa los mexicanos, nos veamos como hermanos y a nadie neguemos el derecho a participar en el banquete de la vida.
Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Almas de los niños abortados rueguen por nosotros.

Realicemos esta cadena de oración, “Solo con oración y ayuno" (Mt.17, 21), así que difundamos esta acción. El Triduo de oración es constante, se puede iniciar en cualquier momento, seamos perseverantes en esta acción; ya que se pretende que en el mes de septiembre se despenalice el aborto a nivel nacional y hasta el noveno mes.

Creemos que Dios es el Señor y dador de vida.
Realiza alguna actividad de oración en tu Parroquia, colonia, grupos de oración etc.

 Para mayores informes
Derechos del Concebido A.C.
Tel (0155) 52073578

Meditación del Evangelio 24 de septiembre del 2011

11-09-24. Sábado XXV
Lc 9, 43-45.

MI FE, ES CONVENENCIERA

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
Hay quienes se dejan llevar por las apariencias, en sus relaciones humanas. Hay quienes tienen una fe muy ligera, muy “light”, superficial, están a gusto con Dios cuando les va bien e incluso, sólo lo buscan si tienen alguna necesidad.
JUZGAR
A Jesús mucha gente le admira por los prodigios que hace. Él les advierte que habrá momentos en que lo verán sufrir, y aparentemente derrotado, en manos de quienes le persiguen.
ACTUAR
Jesús es mi Salvador, aún cuando en ocasiones me vaya mal. Él nunca me abandona. Murió en la Cruz para mostrarme cuanto me ama, pero también para decirme que en los momentos más difíciles de mi vida ahí está. Me invita a no dejarme llevar por las apariencias, Él está siempre junto a mí. También me enseña a buscarlo y encontrarlo en el más pobre y desvalido.

Evangelio: Lucas 9, 43-45. En aquel tiempo, como todos comentaban admirados los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: «Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres». Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles; y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.

LEER. ¿Jesús triunfa, Jesús hace milagros? Todos están con Él. Jesús anuncia que sufrirá y lo verán aparentemente derrotado, hay quienes se alejan de Él.

MEDITAR: Quienes están junto a Jesús no lo entienden porque tienen miedo a que “su ilusión” se venga abajo, que a “ellos también les vaya mal”. No entienden que la redención pasa por la Cruz, pero que ella nos trae la salvación y nos lleva a la resurrección. Jesús en nosotros no debe suscitar ilusiones, sino la fe.
Qué fácil es estar junto al que tiene, al que gana, al que es famoso, al que le va bien. Qué difícil es estar ante el que es pobre, al que pierde, al que le va mal, ante el enfermo, el anciano.

Todos queremos que nos vaya bien y en ese momento nos olvidamos de todo y de todos. Sin pensar que a la vuelta de la esquina nos puede llegar el infortunio. No se trata de ser ave de mal agüero, ni anunciador de infortunios, ni sembrador de miedos. Sino al contrario, ayudar a situarnos en el realismo que nos señala que sólo Dios es Eterno y que todo lo demás es pasajero: la vida, la juventud, la belleza, el dinero etc. y que por lo mismo nuestra alegría no debe, ni puede, fundarse en los bienes pasajeros. Si los tenemos, debemos disfrutarlos y compartirlos. Si no los tenemos, no los necesitamos.

Lo más importante es disfrutar de la presencia de Dios en nuestras vidas. El bienestar o el infortunio pueden llegar o no a nuestra vida, como quiera pasarán, disfrutemos lo esencial. La presencia de Jesús en nuestras vidas, que esa presencia es eterna.

A nuestro lado, siempre encontraremos alguien a quien ayudar, hagámoslo en el nombre de Jesús.

Si algún día llegáramos a necesitar ser ayudados, seguramente alguien lo hará. Incluso podría ser que todos nos abandonaran y esto nos daría la oportunidad de confiar más en Dios, de experimentar cómo él nunca abandona e incluso y aún mejor, que esos sufrimientos, por amor, los uniéramos a la Cruz de Cristo y así colaboráramos con la redención. Lo importante, en uno u otro caso, es que Jesús siempre nos acompañará.

ORAR: Señor, aceptas la ignominia de ser apresado, juzgado, condenado y asesinado, siendo tu inocente, por amor a mí y a la humanidad entera. Aceptaste todo esto para que yo te encuentre en el que injustamente es despreciado, maltratado, abandonado. Lo aceptaste para que si yo llegara a ser olvidado y dejado sólo, siempre sepa que Tú estás conmigo. Gracias Señor porque te busco cuando todo me va bien, gracias porque me enseñas a que te reconozca en mi vida, en aquellos momentos en que las cosas me pudieran salir mal. Gracias, Señor, porque mi alegría no se asienta en las “bondades o bienes” que de Ti reciba, ni tampoco te busco “para evitar los males”, sino te busco porque me amas y siempre estás conmigo. Fortalece mi fe, Señor, para que nunca me olvide Ti, para que siempre experimente tu presencia y en donde quiera que esté y en la situación que esté, sabiendo que estás conmigo, siempre pueda compartir mi fe. Gracias Señor porque Tú nunca te olvidas de mí.

CONTEMPLAR: Siendo sinceros, nuestra fe a veces es convenenciera. Si las cosas van bien, estamos a gusto con Dios. Si las cosas van mal, entonces desconfiamos de Él y de su amor. Incluso hay quienes bucarán a quien les “haga una limpia”, les “lea las cartas” les venda “filtros, cuarzos, talismanes”, etc. o le haga “magia”, consulte “espíritus” o “psíquicos”, etc. Habrá quienes digan que pierden la fe, que se cambian de religión o que caen en el rechazo a Dios, en la tristeza o en la depresión. ¿Conoces a alguien que haya hecho algunas de estas cosas u otras? Invítale a la conversión, dile que Jesús no le ha olvidado ni mucho menos despreciado, abandonado o castigado. Dile que Jesús le ama y que siempre ha estado a su lado.

La mejor manera de mantenernos con una fe sostenida, para los momentos buenos y malos es la oración, la participación de los sacramentos, la Misa Dominical, la lectura de la Palabra de Dios, las buenas obras, etc.
El texto de hoy nos invita a tener una fe viva y firme, sostenida en la presencia de Jesús, que siempre está conmigo y nunca me abandona.

ACTUAR: Hoy renovaré mi fe en Jesús, hoy le diré que quiero ser fuerte y firme en mi fe. Hoy reflexionaré en los momentos en que me he sentido más triste o abandonado y reconoceré la forma en que Jesús estuvo y ha estado conmigo. Hoy en particular, buscaré a quien ayudar en el nombre de Jesús.


Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.


jueves, 22 de septiembre de 2011

Triduo de oración por la conversión de quienes promueven el aborto

 Derechos del Concebido A.C.

Te invita a unirte en oración:

Triduo de Oración por la conversión de los que promueven el aborto

Dios, Señor dador de Vida, ilumina la mente y los corazones de quienes alejados de Ti, niegan la dignidad y el derecho a la vida de seres humanos inocentes en el vientre materno.

Manifiéstales tu amor Señor, para que guiados por la verdad y la justicia rectifiquen su error y se conviertan a Ti, para amar a sus hermanos.

Concédenos a los que defendemos la vida, que amemos y oremos por los que no piensan como nosotros y que seamos valientes para ser voz de los que no tienen voz.

Santa María de Guadalupe, que bajo tu mirada amorosa los mexicanos, nos veamos como hermanos y a nadie neguemos el derecho a participar en el banquete de la vida.
Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Almas de los niños abortados rueguen por nosotros.

Realicemos esta cadena de oración, “Solo con oración y ayuno" (Mt.17, 21), así que difundamos esta acción. El Triduo de oración es constante, se puede iniciar en cualquier momento, seamos perseverantes en esta acción; ya que se pretende que en el mes de septiembre se despenalice el aborto a nivel nacional y hasta el noveno mes.

Creemos que Dios es el Señor y dador de vida.
Realiza alguna actividad de oración en tu Parroquia, colonia, grupos de oración etc.

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Derechos del Concebido A.C.
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Meditación del 23 de septiembre del 2011

11-09-23. Viernes XXV
Lc 9, 18-22

Orar para ser feliz y católico comprometido

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
A pesar de tanta información y quizá debido a ello, vemos un proceso despersonalizante donde la gente no sabe quién es, ni para qué está en esta vida. Muchas personas no se hacen preguntas fundamentales, saben responder sobre el Ipad y el Ipod del momento, el chisme del artista, los asesinatos de hoy o el puntero del futbol, pero son incapaces de responder sobre quien son, para que están en este mundo o Quién es Dios.
JUZGAR
Jesús hace oración, reflexiona, medita, contempla el plan de Dios para Sí mismo y la humanidad. Asume este plan y lo comparte. Dialoga con sus amigos, les invita a reflexionar, a que ellos también experimenten el amor de Dios, sobre la fortaleza que procede de Él y a que en su nombre actúen para ser felices y hacer este mundo mejor.
ACTUAR
Jesús enseña a orar. El fruto de la  oración es el encuentro con Dios, conmigo mismo y con los demás. Para ser feliz y hacer el mayor bien posible es importante tener ideas claras y experiencias fuertes de Quién es Dios, quién soy yo y para que estoy aquí en este mundo.

Evangelio: Lucas 9, 18-22. Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: ¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. El les preguntó: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo: El Mesías de Dios. El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.

LEER. San Lucas nos presenta a Jesús en oración y Él, como a manera de prolongarla e introducir en ella a sus discípulos les hace dos preguntas y una revelación: ¿Quién dice la gente…? ¿Para ustedes…? “El Hijo del Hombre tiene que padecer…

MEDITAR: El texto paralelo al que hoy meditamos y que aparece en Mateo 16, 13-23, ya lo comentamos el 4 de agosto, sin embargo, hoy haremos nuestra reflexión sobre la versión lucana, desde la perspectiva de la oración y lo que juntos hemos estado compartiendo desde el 1 de agosto: ORAR.

El método de estudio bíblico que seguimos: la Lectio Divina, es sobre todo un método de oración que pretende llevarnos a la contemplación del Misterio del amor de  Dios para seguirlo, imitar a Jesús, ser feliz, hacer este mundo mejor y alcanzar la santidad.

Orar, en la vivencia de santa Teresa de Ávila, es estar en presencia de Dios que sabemos que nos ama. La oración es iniciativa de Dios, pero requiere de la respuesta humana. Orar es mucho más que meditar, porque más allá de la reflexión e introyección personal, que se requiere, es el intento de entrar en diálogo con Dios. Así la Iglesia, a través del testimonio de los grandes orantes, de los sacramentos y de la Sagrada Escritura, nos proporciona elementos para enseñarnos e introducirnos en la oración.

La oración no sólo ha de ayudarme a tener paz, a reflexionar y a tomar las riendas de mi vida para ser mejor persona y ser feliz, sino que es un medio necesario para alcanzar la santidad. No hay santo que no haya sido feliz y no hay santidad sin oración, por lo mismo, la oración es indispensable para la persona que desea desarrollarse plenamente en este vida, ser feliz haciendo la voluntad de Dios y alcanzar la Vida Eterna.

Dado que la oración es un diálogo entre Dios y el hombre, es importante tener idea clara de Quién es Dios. Y esa es la pregunta que Jesús hace a sus discípulos. Jesús es más que un líder social o una buena persona. Él no quiere que sus discípulos tengan ideas equivocadas de Él, por eso, para ayudarles a asentar sus pensamientos y purificar sus ideas primero les pregunta qué dice la gente de Él.

Orar nos lleva a entrar en oración para encontrar y hacer florecer y fructificar lo mejor de nosotros mismos. Orar nos lleva a escudriñar nuestro interior y a reconocer y remover “el mugrero” de ideas falsas, experiencias negativas e ideas equivocadas que nos impiden ser felices. El primer paso para la limpieza es identificar “el mugrero”, el segundo es ponerlo bajo la mirada misericordiosa de Dios para que Él nos purifique y nos deje libres de ese lastre.

ORAR: Con humildad Señor quiero decirte que quiero conocerte, y reconozco que hay pensamientos, sentimientos y experiencias negativas que me impiden experimentar tu amor, algunas proceden de lo que me han dicho sobre Ti, sobre la Iglesia, sobre los sacerdotes, sobre…, otras de lo que yo he visto o experimentado y otras más de lo que yo he hecho en contra de Ti o de ellos. Perdóname Señor por mis errores y pecados y ayúdame a perdonar a los que yerran, concédeme participar con mis hermanos en la acción evangelizadora de la Iglesia.

Ayúdame Señor a distinguir sobre lo “acontecido o supuesto”, para quedarme con la realidad de tu amor. Quiero entrar en relación Contigo y no quedarme con mis “ideas preconcebidas”. Purifícame, sana mi corazón y ayúdame a introducirme en el Misterio de tu Amor que me renueva, sana y santifica.

CONTEMPLAR: Al hablar de la oración, en otros días hemos reflexionado sobre la importancia de entrar en nosotros mismos para dejar que el Señor nos sane de nuestros pecados (11-08-11. Perdonando en el nombre de Jesús, 11-09-09. Para quitar la viga de nuestros ojos). Ahora invitaremos a Jesús para que sane las ideas equivocadas que pudiéramos tener sobre Dios, sobre la Iglesia, la Virgen, los santos, el Papa, los padres, sobre los católicos, sobre nosotros como creyentes y todo lo relacionado con Él.

Hagámonos las dos preguntas de Jesús. ¿Quién dice la gente que es Él? Esto es importante que analicemos y hagamos aflorar los sentimientos positivos y negativos que pudiéramos estar guardando en nuestro interior. Si alguien piensa que sabe, aunque no le conste, algún “supuesto secreto” de la persona que ama, la querrá pero no lo hará totalmente ni será feliz, pues siempre tendrá como lastre “la supuesta verdad”. Lo mismo nos ocurre en relación con Dios y con la Iglesia, más allá de nuestros sentimientos o ideas preconcebidas existe la Verdad plena y auténtica. Dios nos ama y perdona, y cada día nos hace “nuevos”. Si “el secreto” es cierto o falso, debemos ponerlo en manos de Dios y que Él juzgue, lo nuestro no es condenar sino perdonar, amar y servir, para ser felices.

Reflexiona, sobre lo que dicen de Jesús, de la Iglesia, de la Virgen María, de los sacerdotes, de los católicos, de ti… ¿Qué ideas o sentimientos, genera en tu interior lo que te dicen o piensas de Jesús y quienes se relacionan con Él? ¿Ellos te confunden, te molestan, te avergüenzan, te acobardan, te alejan? Si entras en tu interior y eres honesto contigo mismo, podrás ver que los pensamientos o ideas negativas que tengas enterradas en tu interior, influyen en tu forma de ser católico. Abre tu corazón, saca todo aquello que te confunde, duele o daña. Por el bautismo, estás injertado en Jesús y en la Iglesia, no puedes dejar que las espinas, dardos o dagas que se hayan introducido en tu corazón, ahí se queden como ponzoña que te hace daño y que con el tiempo se transformen en crítica o desaliento, no sólo sobre la fe, sobre Cristo o la Iglesia, sino también hacia tu propia persona y tu forma de ser católico, de tal manera que vivas diciendo que tienes esperanza, sin tenerla, que digas que tienes amor, sin amar realmente, que digas que crees, sin creer. El mundo necesita testigos fuertes y alegres en su fe, para conocer a Jesucristo y su salvación. Poco favor nos hacemos y le hacemos a los demás, si somos católicos avergonzados, de lo mejor que tenemos y que es Dios, que es nuestra fe, que es la Iglesia, que es nuestro deseo de ser valientes y decididos para logar que este mundo sea mejor.

Una vez que hubieras reconocidos ideas falsas o ciertas, que te afectan en tu relación con Dios y con la Iglesia, ponlas bajo la mirada misericordiosa de Jesús, Él se hizo hombre para perdonar nuestros pecados. A ti no te toca juzgar, perdona en el nombre de Jesús y pídele perdón por el tiempo perdido a no relacionarte con Él, poniendo como pretexto o causa, esas ideas o sentimientos negativos. Tu diálogo de amor es con Él, no con tus ideas o sentimientos. Deja que Jesús sane tu corazón y limpie tus ojos, para que lo puedas contemplar a Él.

Ahora, viene la siguiente pregunta, una vez que haz purificado tu corazón. ¿Quién dices que es Jesús para ti? Respóndete con sinceridad y respóndele a Jesús. Él te ama, confía en ti y te invita a seguirlo. Él te invita a que seas testigo de su amor, como miembro de la Iglesia y del grupo de los llamados a la felicidad y a la santidad.

ACTUAR: Si es posible, escribe tu reflexión, pídele a Jesús que purifique tu mente y tu corazón de ideas o sentimientos negativos, deja que su amor inunde todo tu ser y pídele la gracia de ser un católico comprometido en la extensión de su Reino de Amor, como cristiano y miembro de la Iglesia.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Meditación del 22 de septiembre del 2011


11-09-22. Jueves XXV
Lc 9, 7-9.

No reyes, sino hermanos

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
Hay quienes han oído hablar de Jesús pero no lo conocen ni creen en Él. Son “reyes”, algunos tienen curiosidad por conocerlo, otros se burlan de Él e incluso persiguen a los creyentes. No son felices y realizan actos que dañan a otros y ponen en riesgo su felicidad terrena y su Vida Eterna.
JUZGAR
Herodes se queda en el mundo de sus miedos, temores, fantasías y supersticiones, siente curiosidad por conocer a Jesús, pero no da “el brinco en la fe” para creer en Él.
ACTUAR
Creer en Jesús es dejarse guiar por la verdad, la justicia y el amor. Hoy me esforzaré por seguirlo, imitarlo y testificarlo, haciéndolo presente en mi trato con los demás.

Evangelio: Lucas 9, 7-9: En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Pero Herodes decía: «A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste, de quien oigo semejantes cosas?» Y tenía curiosidad de ver a Jesús.

LEER. Herodes es contemporáneo de Jesús, es un hombre ambicioso, supersticioso y lleno de vicios y de temores. Su personalidad insana y debilidad de carácter lo ha llevado a matar a Juan Bautista. Él es “rey”, no le interesa que Jesús reine en su vida, sólo “tiene curiosidad por verlo”.

MEDITAR: Herodes procede de una familia disfuncional y él mismo tiene una familia desintegrada, pues está casado con la esposa de su hermano, y su hijastra, quien con sus bailes seducirá a la corte para pedir la cabeza de Juan Bautista. Herodes, débil de carácter, es manipulado por su amante y por el qué dirán. Es miedoso y supersticioso. Sin embargo él es el “rey”, por lo que se impone a sus súbditos autoritariamente, como su padre lo hizo. Herodes el Grande, su padre es el causante de la muerte de los “santos inocentes” en Belén.

La dinastía de Herodes continúa hasta nuestros días y se personifica en aquellos que promueven la cultura de la muerte, quienes alejados de Dios, pretenden imponer nuevas creencias o pseudo religiones bajo el disfraz de la New Age, el llamado “despertar de la conciencia”, la cienciología, la ideología y carta de “la madre tierra”, la pachabamba, esoterismos, ecologismos panteístas, ideologías de género, etc.

El rechazo a Jesús y a sus enseñanzas, que develan el misterio de Dios y el misterio de la dignidad de todo ser humano, desde el momento de su concepción hasta su muerte natural, son el sustrato de la violencia que generan las guerras, el narcotráfico, la trata de blancas, la desintegración familiar y la visión de justicia y de amor que se debe dar a cada persona.

Herodes se ve personificado actualmente en las personas e instituciones que ávidas de dinero desconfiguran el sentido de la sexualidad humana, separando la dimensión placentera, unitiva y generacional, para quedarse sólo en el hedonismo y hacer del sexo una fuente de enriquecimiento, a partir de la “animalización” del hombre y de la mujer, y de la cosificación de ambos.

Herodes también se hace presente hoy, a través de quienes teniendo el poder político, legislativo o económico, “se sienten los reyes de hoy” y niegan la verdad del inicio de la vida desde el momento de la concepción, estableciendo e imponiendo leyes que promueven y legalizan el aborto, dejando en indefensión al ser humano más débil de entre todos, pues es asesinado, siendo inocente, con premeditación, alevosía y ventaja, sin tener un lugar donde refugiarse y sin la capacidad de poder emitir un gemido o grito para pedir clemencia o socorro.

Sin embargo, en medio de tantos errores, horrores y pecados, está Jesús, está la Iglesia, están los cristianos que como Juan Bautista, son la voz que clama en el desierto y quienes mantienen viva la llama de la fe, de la esperanza y del amor, porque no están solos, porque en medio de ellos y de su corazón, está el Cordero de Dios que da su vida, para que el ser humano viva. En Jesús, quienes creemos en Él y le seguimos, entre ellos tú, no sólo tenemos un modelo a seguir, sino su propia persona, su amor entero, pues Jesús es la expresión viva de la Misericordia Divina.

Efectivamente y más que en contraposición, con toda su forma de ser, que es expresión de la cultura de la vida, están los cristianos, los que no se sienten “reyes” sino hermanos, los que buscan la verdad y procuran vivir en la justicia para con Dios, consigo mismos y para los demás. Están los que construyen la paz y viven en el amor, por lo que se esfuerzan para que haya una vida digna para todos y nadie quede excluido del banquete de la vida, para aquellos que no sólo hablan de Dios, sino que llevándolo en su corazón lo comparten, para aquellos que reconocen la dignidad del ser humano, no sólo desde los aportes de la ciencia, que reconoce el inicio de la vida humana desde el momento mismo de la concepción, sino que contemplan a cada persona elevada a lo divino por la encarnación de Jesús y rescatada por Él del castigo eterno, para que toda persona pueda alcanzar la Gloria del Cielo.

ORAR: Al contemplar al Herodes de hace 2000 años, a los Herodes de hoy y lo que el ser humano es capaz de hacer para destruir al prójimo, no puedo dejar de asombrarme de tu amor, de agradecer tu Misericordia y pedirte perdón por mis pecados y los del mundo entero. Señor, “¡Que se acabe el pecado! ¡Mira que es desdecirte dejar tanta hermosura en tanta guerra! Que el hombre no te obligue, Señor, a arrepentirte de haberle dado un día las llaves de la tierra” (Himno de Laudes del Lunes de la 2ª Semana).

CONTEMPLAR: La historia de la humanidad está entreverada del “misterio de iniquidad” que hace convivir expresiones de amor y de justicia con realidades de odio y de maldad. Hay momentos en que parece que el mal vence o es mayor, pero no es así. Juan Pablo II, lo señala al haber vivido bajo las “ideologías del mal” los efectos de la I y la II Guerras Mundiales, de la invasión de su país por los nazis y los rusos y de haber vivido bajo el dominio comunista y la represión por el hecho de ser católico.

Expresiones de esta iniquidad son “el enorme mal social y político que estremece el mundo y lo divide: el mal de las guerras, de la opresión de las personas y los pueblos; el mal de la injusticia social, del desprecio de la dignidad humana, de la discriminación racial y religiosa; el mal de la violencia, del terrorismo y de la carrera de armamentos” (cf. JUAN PABLO II. Memoria e identidad. Febrero del 2005).

A la raíz de estos males está el hombre, que sujeto al padre de la mentira, se engaña a sí mismo y pretende ser “rey” de la creación y tener dominio de los demás, por lo que rechaza a Dios como Creador, fundamento para determinar lo que es bueno y lo que es malo. Quien se rige por la mentira, rechaza a Dios y la dignidad del ser humano e impone la ley del más fuerte. Sin embargo, a pesar de ese aparente dominio del mal es mayor el bien que existe, y ese mal y quienes le provocan, no duran más de unos años. Por encima del mal existe el bien. El mal tiene límites, el bien llega a la eternidad. “El límite impuesto al mal, cuyo causante y víctima resulta ser el hombre, es en definitiva la Divina Misericordia” (ibid).

Quienes seguimos a Jesús, tenemos que ser conscientes de que nos encontraremos con quienes no piensan como nosotros, que seremos criticados y rechazados, sin embargo no podemos dejar nuestra misión. No son los vaivenes de la historia los que rigen nuestra vida, es Jesús a Quien hemos decidido seguir. Ciertamente incluso nosotros hemos fallado, y nos hemos levantado porque nos hemos acogido al perdón y al amor de Jesús Divina Misericordia. “En Jesucristo, Dios se inclina sobre el hombre para tenderle la mano, para volver a levantarlo y ayudarle a reemprender el camino con renovado vigor” (ibid)… “En el amor, que tiene su fuente en el Corazón de Jesús, está la esperanza del futuro del mundo. Cristo es el Redentor del mundo” (ibid).

ACTUAR: En oración ante Jesús Eucaristía, dejaré que mi corazón se llene de asombro hacia Dios, por los dones de la vida y de la fe que me ha dado. Le agradeceré su Divina Misericordia para conmigo, con mi familia y la humanidad. Le pediré perdón por mis pecados y los del mundo entero. Pediré la Gracia de trabajar por el amor, la verdad y la justicia, sin que me paralice, me angustie o genere miedo el mal que en el mundo hay. Incansable y valientemente testificaré que el amor es el arma más poderosa para vencer el mal y que el amor divino encarnado está en medio de nosotros, pues es Jesús, Divina Misericordia.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

martes, 20 de septiembre de 2011

Te esperamos el domingo 25 a las 9:30am

Si quieres la paz, defiende la vida

Pidamos a los Ministros de la SCJN que más allá de oportunismos políticos disfrazados de defensa de “derechos humanos” respeten el Derecho Fundamental y Universal de la Vida que da sustento a la paz de toda Nación.

Manifestémonos como defensores de la Vida, de la Dignidad Integral,  de la Mujer y de la Familia.

    Te esperamos el  DOMINGO 25 DE SEPTIEMBRE  DE 2011.
                                   MONUMENTO A LA MADRE 9:30 AM
                       Lleva ropa blanca y pancartas en defensa de la Vida

Coalición Vida.
Mayores informes en los teléfonos:
5271 0043
5207 3578

                                                       "SOY VOZ DE LOS QUE NO TIENEN VOZ"
                                                 ASOCIACION DERECHOS DEL CONCEBIDO
                                                          www.derechosdelconcebido.org.mx



Meditación del 21 de septiembre del 2011

11-09-21. SAN MATEO
Mt 9, 9-13.

Mi conversión radical hacia Jesús.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
Cada día estoy lleno de ocupaciones. Atiendo lo urgente y lo emergente, no lo esencial. Me alarman los desastres de cada día, me distraigo en lo meramente placentero y me preocupa la escases del dinero y el acumulamiento de deudas. NO SOY FELIZ. No atiendo lo esencial de mi vida, no tengo tiempo para mis seres queridos, ni para mí, ni para Dios.
JUZGAR
Mateo está ocupado en sus cosas, está sentado en el banquillo del dinero. Jesús le llama. Él le escucha y encontrando en Jesús la AUTÉNTICA FELICIDAD, dejándolo todo, le sigue.
ACTUAR
La clave de la felicidad no está en lo que hago o en lo que tengo, sino en lo soy. Jesús mira en lo profundo de mi corazón y me ama y me llama. Hoy haré un alto en vida y pondré atención a sus palabras y las haré vida, pues en ellas, está mi felicidad.

Evangelio: Mateo 9, 9-13. En aquel tiempo vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió. Y estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que su maestro come con publicanos y pecadores?» Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Vayan y aprendan lo que significa “misericordia quiero y no sacrificios”: que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores».

LEER. Los personajes son Jesús, Mateo, los “publicanos y pecadores”, así como los fariseos.

MEDITAR: Hoy celebramos a san Mateo y la liturgia de la Palabra nos invita a meditar el texto de su conversión.

Mateo es un joven rico, pertenece a una familia que se ha enriquecido por el cobro de impuestos a los hebreos, a nombre del Imperio Romano, por lo mismo se le considera “publicano y pecador”, es decir excluido. Mateo está en lo que sabe hacer y lo disfruta, es el negocio familiar, desde pequeño vivió de él. Ahora es un joven, es diestro y sabe como cobrar y manejar situaciones, quizá incluso de extorción. Piensa que es feliz, pero no lo será de verdad hasta que se encuentre con Jesús. En Él y por Él, conocerá la AUTÉNTICA FELICIDAD y dejando todo su pasado, le seguirá.

El cambio radical de Mateo está en que no sólo deja las cosas materiales, eso incluso podría ser fácil. Para Mateo lo radical estará en dejar todos los esquemas mentales que tenía y que marcaban su vida. Dejar lo material puede ser sólo una conversión circunstancial, cambiar su modo de pensar y actuar, es la auténtica conversión radical que nos pide y ofrece Dios, para que seamos felices. Algo similar le ocurrió a san Pablo, a san Francisco y a muchos más, hombres y mujeres. Luego entonces también puede ocurrir en ti y en mí, si abrimos nuestro corazón a Jesús.

La conversión radical hacia Jesús consiste en dejar nuestros esquemas mentales equivocados, para ponernos bajo la óptica del amor de Dios. Esta conversión es reconocernos amados por Él y, perdonados por Él, para nosotros amar y perdonar como Él. Es dejar de pensar sólo en nosotros mismos y abandonar nuestros miedos y temores, y así poder ser libres para amar y servir. Es dejar nuestras tristezas y amarguras, fruto de sentirnos el “centro del universo” o “ignorados”, para ser felices, reconociéndonos “muy amados por Dios” y por lo mismo capaces de amar.

ORAR: Señor, gracias porque todos los días pasas a mi lado. Perdón porque prácticamente nunca he hecho caso de tu presencia ni he atendido a tu llamado. Sabes que en ocasiones he pensado que seguirte a Ti es “ser buenito(a)”, hacer cosas buenas para sentirme bien o porque necesito algo de Ti o para agradecerte algo que has hecho por mí. Ciertamente eso no ha sido malo en mi vida, pero lo que Tú me ofreces va más allá de sentirme bueno(a), me quieres para Ti, me ofreces la libertad de amar y para ello requiero vaciar mi corazón de malos hábitos. Sentimientos de culpa, odios, resentimientos, envidias, egoísmos, etc. Señor, Tú lo puedes todo, yo sin Ti no puedo nada, concédeme la gracia de escuchar tu voz para seguirte radicalmente. Señor no soy feliz y muchas cosas me agobian, debido a “los parámetros de felicidad” que manejo y que muchas veces están centrados en el egoísmo o en una imagen pobre de mí mismo(a). Hoy quiero fijar mi atención en tus palabras, quiero seguirte a Ti. Dame oídos de discípulo y corazón misionero, para que atento(a) a tu Palabra, la lleve a cabo y sea feliz, haciendo felices a quienes están a mi alrededor.

CONTEMPLAR: A Jesús le juzgan porque come con pecadores. Esto nos ha de alegrar, porque significa que Jesús no se avergüenza ni de mí ni de ti y sale a buscarnos. Escuchémosle, dejemos que nos ame y sigámosle, como san Mateo, que llegará a ser apóstol de Jesús, quien poniendo sus conocimientos y habilidades en la misión, escribirá la versión del Evangelio que lleva su nombre y que está dirigida, precisamente a los creyentes de origen hebreo. Podríamos decir que si les quitó sus riquezas materiales con el cobro de impuestos, les devolvió con creces lo que les quitó, al darles a ellos, a nosotros y a las generaciones venideras, la auténtica riqueza del hombre: LA PALABRA DE DIOS.

La radicalidad de la conversión de Mateo, está precisamente en el abandono de los esquemas mentales que rigieron toda su vida, centrada en la riqueza, en la vida de lujos, en el aprovecharse de los demás, en “el qué dirán”, en la envidia, en el temor ante el mal realizado, en “la exclusión del otro”, en “el sentirse excluido”, en el odio, en la venganza, etc. Con Jesús aprenderá a perdonase a sí mismo y a perdonar a los demás, a ver a cada persona, no bajo el interés del beneficio que pudiera obtener de ella, sino como un igual, como un hermano, como un hijo de Dios.

Dejar las cosas materiales puede ser fácil, la conversión radical es dejar que Jesús modifique mis criterios, mis pensamientos, mis palabras y acciones, es decir, que Jesús reine en mi corazón. La Madre María Inés Teresa, misionera mexicana sin fronteras, quien será beatificada el 21 de abril del 2012, en la Basílica de Guadalupe, siendo una joven, de buenos principios, tuvo un cambio radical en su vida cuando en el 1924, a la edad de 20 años, asistió a una procesión con el Santísimo y experimentó de tal manera la presencia de Jesús Eucaristía, que dirá “mi corazón se fue tras Él”. Este encuentro con Jesús la llevó a una conversión radical, ya era “buenita”, con Jesús fue plenamente feliz, con Él fue “santa”.

La conversión radical es un proceso continuo, es un pasar de “distraído a consciente de que soy hijo de Dios”, de “malo a buenito”, de “buenito a bueno”, de “bueno a perseverante”, de “perseverante a virtuoso”, de “virtuoso a santo” ¡Animo, Jesús también, espera de ti y de mí, la respuesta generosa que nos lleve a una conversión radical, para que en Él seamos plenamente felices, para que en Él seamos santos!

ACTUAR: Hoy debo hacer un alto en mi vida, para escuchar la voz de Dios y responderle. En oración reflexionaré sobre “mis riquezas”, no sólo “mi soberbia”, sino también aquellas cosas que “me hacen sentir menos que los demás”. Reconoceré que Jesús me ama y está a mi lado, por lo que procuraré hacer silencio para escuchar su voz, para seguirlo, para dejar que Él me purifique, me renueve, me sane y santifique.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

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Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.