martes, 25 de octubre de 2011

Meditación del 24 de Octubre del 2011

11-10-24. Lunes 30ª
Lc 13, 18-21.

Sáname Señor, pues quiero amar como Tú.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 13, 10-17: Un sábado, estaba Jesús enseñando en una sinagoga. Había allí una mujer que llevaba dieciocho años enferma por causa de un espíritu malo; estaba encorvada y no podía enderezarse. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». Le impuso las manos y, al instante, la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiera hecho una curación en sábado, le dijo a la gente: «Hay seis días de la semana en que se puede trabajar; vengan, pues, durante esos días a que los curen y no el sábado». Entonces el Señor dijo: «¡Hipócritas! ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro del pesebre para llevarlo a abrevar, aunque sea sábado? Y a esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo atada durante dieciocho años, ¿no era bueno desatarla de esa atadura, aún en día de sábado?» Cuando Jesús dijo esto, sus enemigos quedaron en vergüenza; en cambio, la gente se alegraba de todas las maravillas que él hacía.

I.- ENSEÑANZA BREVE: Experimentar el amor de Dios en nuestras vidas, hace la diferencia. Constantemente me encuentro con personas que viven tristes o amargadas porque guardan odio y resentimientos en su corazón. Hay quienes parecen que viven peleados con todas las personas, con las cosas, con lo que ocurre en el mundo, incluso con Dios. En general, con aquellas personas que se han dado la oportunidad de experimentar el amor de Dios, ya sea a través de una plática o de un retiro y se han acercado al sacramento de la Confesión y al de la Eucaristía, han podido experimentar un cambio en su vida, independientemente de los años que hubieran guardado su rencor.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
El rostro de muchas personas revela la tristeza y la amargura que llevan en su corazón; en algunas de ellas, se percibe la violencia que llevan a flor de piel y que en ocasiones, expresan en sus ojos, en sus palabras y en sus acciones. Hay quienes consideran incluso normal criticar a los demás por lo que dicen, como se visten o lo que son, sin captar que la envidia y la crítica son expresiones del mal que hay en su corazón.
JUZGAR
Una mujer encorvada, con muchos años de represión, se encontró con Jesús y su vida cambió. El texto bíblico habla de un espíritu malo que la reprimía y esta expresión la podemos equipar con las ideas negativas que nos impiden experimentar el amor de Dios.
Cuanta gente prefiere vivir en su error y en lugar de abrir su corazón al perdón; hace de su dolor una especie de caparazón que le impide experimentar el amor de Dios, de ser feliz y de reconocer lo bello y bueno en los demás. El mundo es trasformado por los que son libres en el amor de Dios. Tú estás llamado a trasformar el mundo en el Amor de Dios.
ACTUAR
Hoy revisaré mi vida, mis pensamientos, mis palabras y la forma en la que me conduzco en la relación con los demás y si reconozco que en mí hay envidia, crítica o resentimiento, con sencillez me volveré a Jesús y le diré: Sáname Señor, pues quiero amar como Tú y para ello necesito de tu perdón y amor. Sáname Señor, pues sé que me amas y yo quiero amarte a Ti en los demás.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

Meditación del 23 de Octubre del 2011

11-10-23. DOMUND.
“Día Mundial De las Misiones”
Mc 16, 15-20.

FACTOR DE CAMBIO.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Mc 16, 15-20: En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y estos quedarán sanos".

El Señor Jesús, después de hablarles, subió al Cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían.

I.- ENSEÑANZA BREVE: El encuentro de corazón palpitante y ojos abiertos con Jesús Resucitado, transformó la vida de los apóstoles y de los santos. Ellos no se encontraron con una serie de ritos o normas de vida, se encontraron con una persona, con Jesús mismo. La experiencia del encuentro con Dios no es solo del pasado, hoy sigue sucediendo y transformando vidas. Tú también puedes encontrarte con Él.

Sé feliz, Jesús está presente en medio de nosotros y te habla a través de la Sagrada Escritura, de la Sagrada Eucaristía, de los Sacramentos, de la Iglesia.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR

VER
Anhelamos tener paz y ser amados y sin embargo la violencia y la inseguridad se hacen presentes de muchas maneras en el mundo, en nuestras ciudades e incluso en nuestros hogares. Esto nos genera miedo y angustia. Parecería que siempre fuerzas externas a nosotros son las que nos quitan la felicidad, parecería que es imposible amar y ser amado.
JUZGAR
Las expresiones de la falta de amor en el mundo son muchas y sin embargo el AMOR está presente en medio de nosotros. El mal que vemos en el mundo, lo genera el ser humano, por lo que para transformar las situaciones negativas se requiere que en el corazón del hombre esté el amor. El amor que requerimos, va mucho más allá de aquello que llamamos amor y que muchas veces es un disfraz de nuestro propio egoísmo, requerimos del amor pleno que sólo está y brota de Dios.
DIOS ES AMOR y Jesucristo es la manifestación encarnada del amor de Dios. Cuando Él envía a sus apóstoles a anunciar el Evangelio, les está enviando a hacer presente el amor de Dios que ellos han recibido y llevan en su corazón. El amor divino de Dios en el corazón del hombre es el factor que transforma al mundo. Ese amor, desde tu bautismo está en ti y se incrementa cuando buscas y encuentras a Dios en tu corazón, viven en su gracia, haces el bien y frecuentas los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.
ACTUAR
Hoy tomaré conciencia que el amor de Dios está en mi corazón y que a través de mí quiere manifestarse a los demás. Hoy seré factor de cambio para que mi entorno sea mejor y para ello, procuraré que otros también se acerquen y vivan el amor de Dios.

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“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

viernes, 21 de octubre de 2011

Meditación del 22 de Octubre del 2011

11-10-22. SÁBADO
Lc 23, 46.

EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

En este sábado te invito a contemplar la Séptima Palabra que el Señor Jesús pronunció en la Cruz. Ciertamente no estamos en Cuaresma, por lo que seguramente apreciarás mejor esta meditación.

I.- ENSEÑANZA BREVE: Todos los días podemos ponernos en las manos amorosas de nuestro Padre Dios, todos los días hemos de morir a nuestro pecado. Para lograr esto, el Señor Jesús nos da su Espíritu.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Muchas personas le tienen miedo a la muerte, sin darse cuenta que todos los días morimos para dar inicio a una nueva vida. Esto ocurre a cada instante, pues el tiempo pasado ya no existe. Lo mejor es que en Jesús, al morir resucitamos y así, siempre unidos a Él, en el Él, tenemos Vida Nueva.
JUZGAR
El Señor Jesús muere en la Cruz, para manifestarnos cuánto nos ama y para darnos su Espíritu, de tal forma que, cada día, muriendo en Él, vivamos en Él. Jesús resucita para que todos los días tengamos Vida Nueva y un día alcancemos la Vida Eterna.
ACTUAR
Me esforzaré cada día, en manifestar la gracia del Espíritu Santo en mi corazón y que Jesús me da en la Cruz. Así, a cada instante y especial en los momentos más difíciles, cuando sienta que la angustia me agobia, le diré: “Señor, que muriendo en la Cruz, me das tu Espíritu, para fortalecerme y darme vida nueva, llévame al Padre, en TI CONFÍO.

III.- LECTIO DIVINA. Leer – meditar – orar – contemplar - actuar.

LEER
En tus manos encomiendo mi Espíritu (Lc 23, 46). Las últimas Palabras de Jesús en la Cruz son una invitación para que aprenda a abandonarme amorosamente en los brazos del Padre y recibir al Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es el amor que procede del Padre al Hijo y del Hijo al Padre. Cuando Jesús entrega su Espíritu en el momento de morir, expresión de su total entrega amorosa, es como si la unión que siempre existe en las Tres Divinas Personas, “nuevamente se plenificará” en la Eternidad. Jesús, eternamente está unido, plena y totalmente, con su Padre, por obra del Espíritu Santo. Las palabras de Jesús: “En tus manos encomiendo mi Espíritu”, también nos sitúan en el momento de la Encarnación. Este “instante de eternidad” Jesús lo señala anticipadamente cuando dice “he salido del Padre y he venido al mundo, ahora dejo de nuevo el mundo y voy al Padre” (Jn 16,28). El acto libre y amoroso con el que Cristo se encarna en el seno purísimo de la Virgen María está en continuidad con el momento en que Jesús regresa al Padre, abandonándose en los brazos amorosos de Él.

En la Cruz, Jesús nos une a la Santísima Trinidad cuando nos da su Espíritu y nosotros nos introducimos y quedamos unidos al Misterio del Amor Trinitario cuando recibimos al Espíritu de Dios.

Jesucristo se entrega, todo Él, por la salvación del mundo y así, con la ofrenda de su ser, no solo “me compra” y me rescata junto con toda la humanidad, para su Padre Dios, sino que además me da su Espíritu de amor. Con su sacrificio redentor Jesús me hace hermano Suyo, hijo del Padre y Templo del Espíritu Santo. Esta entrega es la que me ayuda a ponerme y abandonarme en las manos amorosas del PADRE y a pedirle y a agradecerle a JESÚS el DON DEL ESPÍRITU SANTO.

MEDITAR
En el “hoy” de Jesucristo, yo me puedo unir a su sacrificio redentor y confiadamente, movido por el Espíritu Santo, ponerme en las manos amorosas del Padre, suplicando y dejando que en mí, se haga su voluntad, para bien mío y salvación de la humanidad. Saciando su sed de almas y “comprando muchas para Él”, siempre podré decir: “Padre… me pongo en tus manos, me entrego a tu amor, a tu bondad, a tu generosidad; haz de mí lo que quieras, pero dame almas, muchas almas, infinitas almas...” (Madre María Inés Teresa).

Jesús, al morir, hace su entrega total y perfecta al Padre y a nosotros. En la Cruz Jesucristo nos da al Espíritu Santo, Señor y dador de Vida, fuente inagotable de Vida Nueva y Eterna. De su corazón traspasado brotan agua y sangre, símbolos de los sacramentos del Bautismo y de la Eucaristía, fundamento y alimento de la Iglesia, que vive de la Eucaristía.

San Pablo nos enseña que el Espíritu Santo es Quien hace que podamos llamar a Dios: “Abba”; término muy familiar que podemos traducir como: “papá”, “papacito” (Rom 8,15). El Espíritu Santo es también, Quien nos lleva reconocer que Jesús es Señor (1Cor 12,3). Por eso en la Cruz, Jesucristo al darnos al Espíritu Santo, nos introduce en la relación filial íntima de ser hijos de Dios, para abandonarnos a su amor.

Jesús no me impone nada, toca a la puerta de mi corazón y me invita a que le abra para que Él y su Padre, en el amor del Espíritu Santo, habiten en mí.

Jesucristo entregándose al Padre y dándonos al Espíritu Santo, posibilita que en nosotros habite la Santísima Trinidad. El efecto de atender a su llamado es que: Dios mismo habite en mi corazón.

ORAR
Señor, ya que desde la Cruz me das al Espíritu Santo, ayúdame a comprender la grandeza de este regalo que procede de Ti y del Padre, para que yo lo acoja en mi corazón y sea Él, Quien ilumine mi entendimiento, fortalezca mi voluntad, me guíe, me purifique, me sane, me santifique y me configure a Ti, para transformar al mundo en comunión con mis hermanos en la Iglesia.

Espíritu de amor, ven a mí y ayúdame a comprender y a vivir el misterio del Dios Trinitario que amando al ser humano quiere habitar en mí y en cada persona, para hacernos partícipes de su Vida Divina. Dios, Uno y Trino, que todos te conozcan y te amen, es la única recompensa que quiero.

CONTEMPLAR: Si Jesús al morir se ofrece al Padre y nos da al Espíritu Santo, nosotros debemos valorar y aprovechar su Sacrificio Redentor, en cada instante de nuestra vida, de tal manera que muriendo con Él, resucitemos a una vida nueva. Esta es la clave que los santos nos han dejado, pues viviendo en la presencia de Dios, mueren con Jesús, para renovar su vida con la acción del Espíritu Santo. Este diario morir-vivir en Cristo, nos hace testigos de su amor, de tal manera que en Él, un día moriremos para alcanzar la Vida Eterna, no por nuestros méritos sino por la Gracia del Amor del Dios, Uno y Trino, que habita en nosotros.

ACTUAR: Guarda unos momentos de silencio, cierra tus ojos, respira profundamente, repite varias veces y de manera pausada, el nombre de Jesús o alguna otra jaculatoria. Deja que el amor de Dios inunde tu ser. Reflexiona sobre lo que has meditado, dejándote guiar por el Espíritu Santo, como la Virgen María que todo lo guardaba en su corazón (Lc 2,19).

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

jueves, 20 de octubre de 2011

¡No faltes!

El próximo sábado 22 de octubre, de las 9:00 a las 14:00hrs, en el Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe tendré uno más de mis retiros, mensuales. En ésta ocasión, recordaremos al beato Juan Pablo II en su día, pues fue en la ceremonia de beatificación cuando el Papa Benedicto XVI dijo que éste día sería dedicado al nuevo beato.


Por la tarde (a las 17:00hrs) celebraré una misa en memoria del "Papa mexicano".


Te espero, invita a tu familia y amigos.
Mons. Pedro Agustín Rivera



Meditación del 21 de Octubre del 2011

11-10-21. Viernes 29º
Lc 12, 54-59.

JESÚS, NO ES UN METEREÓLOGO.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 12, 54-59: En aquel tiempo dijo Jesús a la multitud: «Cuando ustedes ven que una nube se va levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover y, en efecto, llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora? Cuando vayas con tu adversario a presentarte ante la autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo».

I.- ENSEÑANZA BREVE: Planea tu vida o serás planeado. Hay quienes no saben tomar decisiones o no quieren tomarlas. Ciertamente nos podemos equivocar pero al tomar una decisión y asumir las consecuencias de nuestros actos, nos realizamos como personas. Si nos equivocamos podemos corregir rumbo, si acertamos podemos disfrutar del éxito. En uno u otro caso lo importante es que tomamos una decisión y asumimos las consecuencias de nuestros actos.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Hay quienes piensan que la juventud, el dinero, el placer, el poder o la misma vida, les va a durar toda su existencia biológica. Hay quienes no saben o no quieren pensar en la Vida Eterna y por lo mismo o vagan sin sentido en su vida o pretenden encontrar el sentido a su existir en cosas pasajeras, sin tomar en cuenta el valor supremo de la Vida en Dios.
JUZGAR
El ser humano, en el mundo material, es el único que puede gozar de la felicidad y para ello requiere de tener algo o alguien por qué o por quien luchar. Quien se pone metas y se esfuerza por alcanzarlas, es productivo. Quien reconoce lo efímero de la vida y pone su atención en realizar su existencia para glorificar a Dios, alcanza la felicidad máxima, la santidad.
ACTUAR
Si quiero ser feliz en esta tierra no puedo postergar mi decisión de vivir en estrecha relación con Dios, a través de la oración, de los sacramentos y del servicio a mis hermanos, procuraré hacer el mayor bien posible.

III.- LECTIO DIVINA. Leer – meditar – orar – contemplar - actuar.
Jesús está rodeado de una multitud y les invita a tener a fe, reconociendo que en medio de ellos está Él, que es Camino, Verdad y Vida. Por lo que exhorta a su auditorio a que abra su mente y su corazón al mensaje de la salvación.

LEER. Hoy Jesús invita a su audiencia a la conversión -“metanoia”- de mente y de corazón, conversión, que se ha de manifestar cada día, en el trato con Dios, con los demás y con obras.

MEDITAR: Jesucristo es Verdad, Camino y Vida. Sus palabras traen la auténtica felicidad a la humanidad. Sin embargo, hay una gran mayoría de personas que no lo conocen, a algunos no les interesa lo que dice, otros lo oyen pero no hacen caso a sus palabras, porque están distraídos o “dormidos” o “contentos y acomodados” en sus estilos de vida. Afortunadamente también hay quienes le escuchan y se esfuerzan por seguirlo. ¿Tú a qué grupo perteneces?

Para llamar la atención de su auditorio, el Señor Jesús, habla del clima: “las nubes”, “la lluvia”, “el calor” y del “viento”. Cuando tiene cautiva la atención de sus “oyentes”, les llama “hipócritas”, con la intención de hacerlos reaccionar y que “le escuchen” y ya no solamente “le oigan”. Jesús, no es un metereólogo, lo que desea, es hacernos comprender la importancia de seguirlo, sin guardar odios o rencores, para ser felices y alcanzar la Vida Eterna, haciendo felices a los demás.

Para lograr esto, entre otras cosas, es importante el perdón que podamos dar o recibir, y por eso nos invita a vivir “ligeros de equipaje” de tal manera que nada nos impida experimentar la grandeza de su amor.

ORAR: Señor, me quiero poner en tu presencia, haciendo un lado cualquier pecado o sentimiento que me impida experimentar tu amor, amarme a mí mismo y amar a los demás. Por eso Señor, introducido en el “camino” que eres Tú, te pido me des tu paz, pongas en orden mis sentimientos encontrados, perdones mis pecados, sanes mis heridas por resentimientos y odios guardados y reconciliado Contigo y con los demás, sea “libre de equipaje” para poder, en todo amarte y servirte en mi prójimo.

CONTEMPLAR: El término griego “metanoia” significa conversión. El Señor Jesús está en medio de nosotros y nos da muchos signos a través de los cuales podemos reconocer su presencia amorosa en nuestras vidas. Por eso nos invita a que estemos despiertos y hagamos a un lado todo lo que pudiera ser un obstáculo para amarlo a Él y amarnos unos a otros.

Jesús sabe que muchas veces no experimentamos su amor porque “vivimos” atorados en nuestros sentimientos y en nuestras actividades. Incluso sabe que muchas veces somos “hiperactivos” por tantos sentimientos encontrados que llevamos en nuestro interior, así que nos pide que en el “Camino”, es decir en Él, nos reconciliemos con Dios y con los demás.

ACTUAR: Revisaré mi vida y mis sentimientos. Le pediré al Señor que me perdone y si lo necesito me acercaré al Sacramento de la Reconciliación. También es importante que planeé qué cosas haré para que mi familia y mis amigos sean mejores, se acerquen y conozcan a Jesús.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Meditación del 20 de Octubre del 2011

11-10-20. Jueves 29º
Lc 12, 49-53.

EL FUEGO DEL AMOR DE DIOS CAMBIÓ MI VIDA.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 12, 49-53: En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a traer fuego a la tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega! ¿Piensan que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo, no he venido a traer paz, sino más bien división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estarán divididos: el padre, contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».

I.- ENSEÑANZA BREVE: Para purificar los metales se utiliza el fuego, pues en él desaparecen las impurezas. El fuego del amor de Dios purifica las almas, dejemos que el amor de Dios nos purifique. Una señora me dijo: “Los primeros años de casada viví en casa de mi suegra, ella me maltrata mucho y siempre le guardé resentimiento. Cuando conocí el amor de Dios, le perdoné, el fuego del amor de Jesucristo purificó mi corazón”.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Muchas personas viven atadas a situaciones equivocadas, que hacen presencia en el ambiente social en que nacieron o en el que se mueven; donde la envidia, la avaricia, los “chismes”, las intrigas, los gritos, los insultos, los pleitos, la violencia intrafamiliar o situaciones más graves como la prostitución, el alcohol, las drogas y otras cosas más, son vistas como algo común. Ellas permanecen en esos estilos de vida porque no conocen el amor de Dios.
JUZGAR
Jesús trae el fuego de su amor y de la verdad para purificar las relaciones humanas y no todos están dispuestos a dejar aquello que los esclaviza. Quien conoce el amor de Dios no puede seguir con estilos de vida equivocados y por eso, al ser libre en el amor y la verdad, es mal entendido, rechazado e incluso perseguido o maltratado por aquellos que no quieren dejar las actitudes y acciones que les hacen mal.
ACTUAR
Abriré mi corazón al amor de Dios, me dejaré amar por Jesús y a la luz de su amor revisaré mis ideas, sentimientos, personas y acciones a los que estoy atado(a) y que son contrarios al amor que Él me tiene y el bien que Él quiere para mí y para mi familia. Le pediré fuerzas para cambiar de esas situaciones equivocadas, aunque me duela y sea criticado(a) o rechazado por seguir el Plan de Amor de Dios.

III.- LECTIO DIVINA. Leer – meditar – orar – contemplar - actuar.

LEER. El capítulo 12 de san Lucas, que hemos estado meditando en estos días, sitúa a Jesús en medio de multitudes, como en el Sermón de la Montaña (cf. Capítulo 5 de san Mateo). El fragmento de hoy, versículos del 49 al 53, nos invita a reconocer cómo Jesús expresa su amor por nosotros con la comparación del fuego, que es energía trasformada en calor y luz, por lo que al tiempo que ilumina, también purifica el lugar donde está presente el fuego de su amor.

Donde hay un creyente honesto, coherente con su fe, ciertamente suscita admiración de algunos, pero también envidia y rechazo de otros, pues las actitudes justas de un cristiano, en ambientes alejados de Dios, hacen más notorios sus errores.

Hay quienes, ante el temor de rechazo, se repliegan y optan por ser “uno más del montón”. Quien es firme en sus convicciones, asume el reto de vivir de acuerdo a sus valores cristianos y mantenerse firme en ellos a pesar de ser criticado. Creyentes así son los que cambian el mundo. Cada uno de nosotros estamos llamados a ser firmes en nuestras convicciones y a ejercer con libertad el derecho a expresarnos. De esta forma, aún para los que lo rechazan o critican, el cristiano es un punto de referencia por su proceder justo y valiente. Dejemos que el fuego del amor de Dios, que su Espíritu Santo nos guíe y fortalezca.

MEDITAR: En Jesús, el amor y la verdad van juntos, por lo que liberan al hombre.
Desde los primeros años del cristianismo, el mundo de “la poligamia”, de la “multitud de divinidades”, de “esoterismos” y “supersticiones”, de la barbarie de tribus que aniquilaban otros tribus, de pleitos de familias contra familias, fue transformado por la presencia de los cristianos. En el Imperio Romano y en los “pueblos bárbaros” del pueblo de Europa, la presencia de la Iglesia pacificó a Europa y le dio unidad e identidad.

El mosaico étnico de Mesoamérica, bajo el dominio del Imperio Azteca, liberó a pueblos esclavizados de tener que ofrendar a sus hijos a las “divinidades”.

El pensamiento cristiano fue el sustento unificador, fundamento para la creación de las Naciones Unidas y la Declaración de los Derechos Humanos.

Hoy, surgen nuevas situaciones de violencia y de injusticia, en contra de grandes sectores de la humanidad. “El mal también se globaliza” y cuenta con nuevas estrategias y alcances mayores. Hoy también hacen falta cristianos que se dejen purificar y transformar por “el fuego del amor de Dios”.

Ciertamente la humanidad en su totalidad, nunca ha aceptado a Jesucristo ni ha estado bajo su égida, por lo mismo es más notoria la presencia del creyente en los ambientes y épocas donde se han vivido plenamente los valores cristianos. Fruto de esta presencia son los orfanatos, los hospitales, las escuelas y universidades, así como las expresiones más bellas en el campo de la música, la pintura, la arquitectura y en el arte, en general.

En la actualidad, podemos constatar como el fuego del amor de Dios sostiene a muchos, jóvenes y adultos, en su esfuerzo por ser mejores y por no dejarse dominar por el mundo y sus criterios. Familias enteras han dejado que el fuego del amor de Dios, sea el centro de su unidad y convivencia familiar.

Estar consciente del pasado cristiano, como creyentes, nos da esperanza hacia el futuro y nos presenta el reto para nuestro aquí y ahora. La fuerza del mensaje de Cristo y la presencia de los hombres y mujeres que se han dejado transformar por Él, son el testimonio que nos tiene que llevar a asumir el reto de abrir nuestro corazón a Jesucristo, para que al igual que nuestros antepasados, a pesar de los problemas que tengamos que afrontar, no dejemos de conocer mejor nuestra fe y de trabajar para que su valores y principios, sea respetados y vividos en medio de un mundo y de personas que viven alejadas de Dios.

Si bien es cierto, que no podemos decir que haya existido alguna época “perfectamente cristiana” no podemos dejar de reconocer que en la “imperfección del mundo” ha brillado el testimonio de los santos, quienes han manifestado el fuego del amor de Dios en sus vidas, siendo felices, aún en medio de situaciones trágicas para su país o la humanidad. Algunos ejemplos: Tomás Moro en tiempos de Enrique VIII (inglés), Maximiliano Kolve ante el Nazismo (polaco), Miguel Agustín Pro en la persecución religiosa en México (mexicano), Santa Clara en la invasión a Asís por parte de los Sarracenos (italiana), etc.

La presencia del cristiano, no sólo ha de cambiar su entorno familiar, sino también a la sociedad y a la humanidad entera. Hay mucho por hacer, pero al igual que los santos y los creyentes de otras épocas, cada uno debemos hacer lo que nos toca realizar hoy. Pidámosle al Señor que en nuestro corazón arda el fuego de su amor.

ORAR: Señor, contemplo tu plan de amor que se traduce en diálogo, unidad, solidaridad, paz y desarrollo común y el plan del mundo que siembra, discusión, división, injustica, guerra y egoísmo y al tiempo que soy consciente que en muchas ocasiones me he dejado guiar por los criterios del mundo, hoy te pido que inflames mi corazón con el fuego de tu amor, que en él me purifiques y me fortalezcas para vencer la tentación en mí y para sostenerme en llevar el resplandor y el calor de tu presencia a mi familia y al mundo entero.

CONTEMPLAR: Muchos casos se pueden mencionar para ejemplificar la acción del “fuego del amor de Dios” en el creyente. Ciertamente, quien por amor a Dios decide transformar o dejar ambientes negativos, será rechazado: La joven que deja de andar con un hombre casado. La persona que se aleja de otra que la maltrata. El joven que se aleja de “la pandilla” o del grupo con quien se droga. Quien deja de ir con los amigos (as) “al antro”. El casado que no va “a la parranda” con sus compañeros, La mujer que decide no abortar. El político que defiende la vida. El comunicador que no se vende y dice la verdad. El policía que es honesto, y… seguramente que tú podrás poner otros ejemplos más, incluso de tu propia experiencia.

ACTUAR: Invocaré al Espíritu Santo, revisaré mi vida y los criterios que han normado mi existir y le pediré a Jesús que el fuego de su amor, me purifique y renueve para que me esfuerce en ser cada día mejor.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

Meditación del 19 de Octubre del 2011

11-10-19. Miércoles 29º
Lc 12, 39-48.

SERÉ UN CATÓLICO PROACTIVO.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 12, 39-48: En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen vendrá el Hijo del Hombre».

Entonces Pedro le preguntó: «¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?» El Señor le respondió: «Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso ese empleado, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si ese empleado piensa: “Mi amo tardará en llegar” y empieza a maltratar a los otros empleados, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte de los desleales. El empleado que conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más».

I.- ENSEÑANZA BREVE: La presencia amorosa de Dios en nuestras vidas nos reta a ser cada día mejor. Dejaré de ser un católico pasivo para ser un católico proactivo que construye el Reino de Dios y alcanza la Vida Eterna. En Monterrey, un matrimonio amigo, a partir de una vivencia espiritual en la Semana Santa, empezaron, con sus hermanos y amigos, una serie de retiros que están tocando el corazón de otros matrimonios y acercándolos a Dios.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Hay quien trabaja sólo si alguien lo vigila o si va a obtener un beneficio. No disfrutan su vida, simplemente la dejan pasar.
JUZGAR
Cada uno estamos en esta vida porque somos un pensamiento de amor de Dios. Cada uno tenemos algo que realizar. Lo importante no es esperar a que sucedan las cosas, sino hay que procurar que sucedan las cosas buenas.
ACTUAR
Yo no existo para ver cómo me pinta la vida, yo estoy aquí para darle color y con ello hacer este mundo mejor. Como católico, en lugar de reaccionar cuando suceden las cosas (ser pasivo), procuraré que las cosas buenas sucedan (proactivo) para Gloria de Dios y bien de mis hermanos.

III.- LECTIO DIVINA. Leer – meditar – orar – contemplar - actuar.

LEER. Jesús nos pide estar preparados para cuando venga el Hijo de Dios. San Pedro le pregunta que cuando ocurrirá eso. La respuesta de Jesús, aparentemente es evasiva, pues no le da fecha alguna, sin embargo su respuesta nos pone en movimiento, ya que en lugar de esperar a que eso ocurra, nos reta a estar activos para Gloria de Dios y bien de los demás, pues el Señor ya está en nuestras vidas.

MEDITAR: Hoy se habla de personas pasivas ante los hechos, pues esperan a que lo que han planeado ocurra y si no simplemente esperan para ver por donde los lleva la vida. Se habla también de personas proactivas, que trabajan para que las cosas buenas ocurran. Ciertamente, las primeras se mueven “en la paz y la quietud” de los sepulcros y los proactivos se mueven en “la paz y la satisfacción” del bien realizado. ¿Tú a cuál de estas personas te pareces, a cuál de ellas te gustaría parecerte?

En relación a la venida de Jesús, hay quien asegura que vivimos en el “ya, pero todavía no”. Es decir, “YA ESTÁ AQUÍ” en tu corazón, en tu familia, aunque “aún no” porque falta que llegue “el fin de los tiempos”.

El auténtico creyente no es el que “no hace nada” o “sólo actúa por miedo” o “por una recompensa”. El católico pleno es aquel que actúa movido por el amor a Dios y a sus hermanos. Lo más importante para el creyente, es la presencia de Cristo para el “hoy de su vida”. Ciertamente, disfrutaremos de la presencia plena de Dios, en la Vida Eterna, pero también es cierto que desde nuestro Bautismo, el gozo de la presencia de Jesús en nuestro corazón, es una realidad y obra del Espíritu Santo, por lo que cada uno debemos aprender a ponernos en la sintonía del Espíritu de Dios para descubrirlo en nuestro corazón y disfrutarlo en nuestro interior y expresarlo hacia nuestro exterior.
Es decir, cautivados por Jesús, entregándole todo nuestro ser, disfrutamos de su presencia y dejamos que desde nuestro interior, Él nos transforme, hasta asemejarnos a Él. Dejar que la Gracia de Dios actué en nuestras vidas y nos ponga en movimiento y nos guíe, es ser un católico proactivo.

La presencia de Dios en nuestro corazón nos cautiva y anima, nos hace amarlo y amarnos y, en Jesús, amar a todos y a todo. De esta manera, de lo que contemplamos en nuestro interior sacamos fuerza para transformar nuestro alrededor. Vivir de esta manera, nos ayuda a ser contemplativos en la acción y activos en la contemplación. Así, no sólo transformamos nuestra vida personal, sino que también incidimos en la personas y en los ambientes que nos rodean. Esta experiencia se incrementa y autentifica cuando es acompañada y fortalecida por la participación de la Misa, de los sacramentos y en comunión con la Iglesia católica desde la parroquia y la comunidad eclesial diocesana.

Lograr lo anterior, nos hace ser misioneros proactivos que como fruto de de su oración, a través de constantes obras de amor y de servicio, manifiestan su experiencia de Dios. No hay mayor caridad que anunciar a Cristo, por eso, quien disfruta de la presencia de Dios en su vida, es un misionero de tiempo completo, pues su campo misional, está en su vida diaria, con las personas con las que convive y en las cosas habituales que realiza, impregnando el mundo del buen aroma de Cristo, con la evangelización, al interno de la Iglesia y la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia para construir el Reino de Dios en el mundo.

ORAR: Señor, ayúdame a descubrir tu presencia en mi corazón, para experimentar cuánto me amas, e impulsado por tu amor, sea proactivo en la búsqueda de la santidad y de la construcción de un mundo mejor, como discípulo y misionero tuyo, en unidad con la acción pastoral de mi grupo apostólico, de mi parroquia, de mi diócesis, de la Iglesia toda.

CONTEMPLAR: ¿Cuántos años llevo como un católico pasivo? ¿Cuántos años llevo sin hacer algo, como correspondencia del amor que Dios me tiene? Dice Madre María Inés Teresa, cuya fecha de beatificación es el 21 de abril del 2012; “si no es para ganar almas, no vale la pena vivir”.

El Señor Jesús, para redimirnos y para darnos Vida Nueva y la Vida Eterna, muere en la Cruz y así nos manifiesta cuánto nos ama. El viene a mostrarnos el amor de su Padre y a darnos la Gracia del Espíritu Santo para que en medio de una humanidad, que no tiene la experiencia del amor divino, tú, yo y todos los bautizados, tengamos la fuerza de su amor y siendo católicos proactivos hagamos este mundo mejor y llevemos hacia Dios a las personas con las que entramos en contacto.

ACTUAR: Las situaciones difíciles que me rodean, me muestran cómo hay infinidad de personas que viven alejadas de Dios y no conocen su amor. Abriendo mi corazón a Él, en la oración descubriré su presencia amorosa y dejando que me purifique, sane y ponga en orden mi vida, descubriré lo que hoy puedo hacer a favor de mis hermanos, para bien de ellos y Gloria de Dios y así manifestarme como un católico proactivo, constructor del Reino de Dios.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.