lunes, 14 de noviembre de 2011

Meditación del 14 de Noviembre del 2011

11-11-14. Lunes  33ª

QUÉ LE PEDIRÍAS A DIOS

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 18, 35-43: En aquel tiempo, cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado a un lado del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello. Le explicaron que era Jesús el Nazareno, que iba de camino. Entonces él comenzó a gritar: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!» Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» Entonces Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?» Él le contestó: «Señor, que vea». Jesús le dijo: «Recobra la vista; tu fe te ha curado». Enseguida el ciego recobró la vista y lo siguió, bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.

I.- ENSEÑANZA BREVE: Un dicho dice: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Con personas así se encontró Jesús y muchas así, también existen hoy. Entre ellas, un hombre ciego le pidió a Jesús la capacidad de ver y el Señor se lo concedió.
Aún desde un punto de vista meramente humano, conocer la Palabra de Dios, meditarla, compartirla y hacerla vida es un instrumento valioso para enriquecer la convivencia humana y presenta la originalidad de quien cree en Dios; al expresar con su vida, la paz interior y la felicidad que solo Él puede otorgar. Las situaciones sociales y económicas que estamos viviendo, nos impiden ver que la felicidad está al alcance de nuestra mano, por lo que al oír la voz de Jesús, debemos dialogar con Él y escucharlo para poder ver la grandeza que hay en nuestro corazón. Dejar que Jesús entre en nuestro corazón y Él nos sane, para vernos a nosotros mismos y amarnos, nos libera y propicia que con nuestros pensamientos, palabras y obras, proyectemos la originalidad con la que Dios nos ha dotado para ser felices y hacer este mundo mejor.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
La capacidad de adaptación del ser humano es notable. Tiene ansia de sobrevivir y lo logra. Baste recordar los hacinamientos humanos de los campos de los desplazados por las guerras en África, las condiciones inhumanas de los trabajadores chinos, la extrema pobreza de algunas comunidades indígenas de nuestro continente, las personas que viven en situación de calle en nuestras ciudades e infinidad de personas que están atrapadas en las redes de las drogas o del alcohol.
Para muchas personas, perecería que vivir es seguir la corriente frenética de la despersonalización. Parecería que vivir para ellas es suficiente con suplir sus necesidades básicas, saciar sus ansias de comprar y de sufrir para salir de sus deudas. Metidas en un activismo frenético no hay tiempo para ellas mismas ni para fortalecer las relaciones humanas y mucho menos el esfuerzo para superarse y hacer este mundo mejor. No hay tiempo para el estudio y el crecimiento intelectual. Basta con lo que la televisión dice, con saber de la vida de los artistas o los avances de la última telenovela. En medio de todo esto, indudablemente no hay lugar para Dios. Ellos piensan que ven, pero están ciegos, ellos piensan que están vivos, pero están muertos. Ellos piensan que eso es vida, que así les toco vivir y que nada puede cambiar.

JUZGAR
Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, toma nuestra naturaleza humana, para que tengamos conciencia de que Él nos ama y que nuestra vida se vive en plenitud, no solo cuando hacemos lo que tenemos que hacer, sino sobre todo cuando lo hacemos correspondiendo al amor que Dios nos tiene.
La fe no sólo le da sentido a nuestra vida sino que se convierte en el parámetro fundamental para romper con los condicionamientos que la sociedad proyecta, y termina imponiendo, para masificarnos. La fe nos ayuda a ser nosotros mismos, retándonos a manifestar la originalidad con la que nos ha creado Dios. La fe en Jesús, además de liberarnos y mostrarnos los causes para ser felices, nos abre las puertas a la Vida Eterna. Los santos se han sobrepuesto a los condicionamientos que los rodeaban y siendo profundamente auténticos con su vida nos mostraron caminos de libertad en el servicio.
Para ser libres, tenemos que aprender y acostumbrarnos a escuchar la voz de Dios, que una y otra vez nos dice: “Te amo. Eres mi hijo(a) muy amado(a)”. Ante su voz debemos responder: “Habla Señor que tu siervo(a) escucha”. Experimentando el amor divino, nuestra vida cambia. Vemos las cosas diferentes. Ya no importan mis errores ni mis pecados. Ya no son significativos mis rencores. Ya no es fundamental llamar la atención ni me importa el qué dirán. Ya no son la fiesta o el placer lo primero. Ya no hay angustia ni miedo en el corazón. Lo que ahora hay es el amor de Dios, la paz que sólo Él me puede dar y la libertad para ser yo mismo(a), para que lo mejor de mí se proyecte a los demás.
Oír la voz de Dios, responder a su voz, es lo que hace que vea. Así le ocurrió al ciego del camino. Él no veía, pero sí oía y luego escuchó. Él buscó y encontró a Jesús. Cuando estuvo ante Él, reconoció su necesidad. Podía pedir cualquier otra cosa, pero él pidió ver y Jesús se lo concedió. ¿Cuál es tu ceguera? ¿Si hoy te encontraras con Jesús, qué le pedirías?
ORAR
Señor debo reconocer que intento ser feliz y no lo soy. Quizá sin darme cuenta he puesto mi felicidad en cosas, acciones o personas o incluso en mí, pero nunca en ti. Hoy que oigo tu voz, una esperanza se abre en mi corazón. Quiero detenerme, hacer un alto en mi vida para escuchar tu voz, quiero decirte que necesito aprender a ver como Tú, para sobreponerme a los condicionamientos que dominan mi vida. Dame tu claridad para que vea y sea feliz, amando y sirviendo en libertad, como lo haces Tú, Señor.
ACTUAR
Revisaré mi vida, trataré de visualizar las vanalidades que me rodean para deshacerme de ellas. Procuraré entrar en mis sentimientos para pedirle a Jesús que sane mis heridas, aprenderé a perdonar. Revisaré mis errores y procuraré superarlos. Me esforzaré por conocer más la Palabra de Dios y de hacer oración para escuchar mejor la voz de Jesús. Procuraré acercarme a la confesión y a la Eucaristía.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

Meditación del 13 de Noviembre del 2011

11-11-13. domingo  33ª

TÚ ESCOGES EL FINAL

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Mateo 25, 14-30: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un millón, hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor.

Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que había recibido cinco millones y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco millones me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado”. Su señor le dijo: “Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor”.
Se acercó luego el que había recibido dos millones y le dijo: “Señor, dos millones me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado”. Su señor le dijo: “Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor”.
Finalmente, se acercó el que había recibido un millón y le dijo: “Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu millón bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”. El señor le respondió: “Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso, lo recibiera yo con intereses? Quítenle el millón y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene. Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación”».

I.- ENSEÑANZA BREVE: Recordemos la narración del huevo de águila que fue depositado en un gallinero de donde nació un aguilucho que rodeado de gallinas aprendió a comer maíz y a andar buscando su alimento en la tierra. Cuando volteaba al cielo y veía a otras aves volar, comentaba que a él le gustaría hacer lo mismo, pero quienes estaban en el gallinero le decían: “Sí, pero eso no es para ti, no pierdas el tiempo pensando en tonterías y sigue comiendo maíz, antes de que llegue el día que tengas que morir”. Esta narración tiene dos finales, escoge el que más te agrade. En el primer final, el aguilucho les hizo caso a las gallinas y bajando la cabeza siguió comiendo maíz, hasta el día que, todo enjuto, lleno de tristeza murió. El otro final es diferente. El aguilucho, al ver el gallinero y ver el cielo, intuyendo que su realidad era diferente a lo que le decían, abrió sus alas, aleteó y después de algunos intentos pudo volar y llegar a las alturas, desde donde contempló el gallinero, vio el desplumadero y el lugar donde las gallinas eran vendidas o conducidas a morir. La vida del católico, tu vida, así se parece, siendo su destino final el Cielo, el cual se tiene que anticipar aquí en la tierra, corre el riesgo de adaptarse a la situación en que vive y dejando de ser “luz y sal del mundo”, quedarse en una vida gris, en lugar de ser santo y plenamente feliz. TÚ ESCOGES EL FINAL.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
En la vorágine de situaciones en que vivimos, mucha gente piensa que esa es la realidad y se adapta a ella, pasivamente la asume y “se lleva la vida ligera”, sin complicaciones nace, crece, se reproduce y muere. Algunos, un poco más despiertos, piensan que la vida es comprar, gastar, divertirse, tener experiencias al máximo y después morir. También hay quienes poniéndose por encima de lo anterior, buscan encontrar el sentido de su vida, destacando y haciendo aportes, para hacer este mundo mejor. Hay quienes aprovechando estas “realidades” procuran generar necesidades a todos y potenciar un consumismo que a costa de otros les permita a ellos concentrar el dinero, tener poder y placer. ¿Pero realmente será este el destino del hombre? ¿Existirá la roca en la que podamos sustentar nuestra vida para darle sentido?

JUZGAR
En medio de tantas situaciones que nos obligan a estar fuera de nosotros mismos, sin caer en relativismos, debemos entrar en nuestro interior y ser conscientes de las certezas que nos dan seguridad. Yo existo, soy humano, tengo personalidad única e irrepetible. Estas cualidades son también de cualquier otra persona. Soy creatura, la vida yo no me la di, no soy dueño(a) de ella, pero sí es mi responsabilidad desarrollarla al máximo, para mi bien y el de los demás. Dios es creador de todo cuanto existe y al ser humano lo ha creado a imagen y semejanza suya. Soy imagen de Dios y cada persona también lo es. Dios nos ama y haciéndose hombre, nos manifestó su amor dándose a Sí Mismo. En Jesús, estamos llamados a ser hijos de Dios. Y lo somos, todos aquellos que hemos creído en Él. Jesús muere en la Cruz para liberarnos del pecado y de sus consecuencias. En Jesús, tenemos la roca, el parámetro, para ser libres y ser santos en el perdón y en amor. En Jesús y por Él, sé que además de esta vida, que en Él es plena, en la resurrección estoy llamado a la Vida Eterna.
Todos tenemos talentos, pero cuando no sabemos en qué ocuparlos y a donde encausar nuestras acciones podemos sentirnos perdidos en la nada. El cristiano sabe que el sentido de su vida está en el amor y que el final de su camino es la Gloria entera, por eso, con estas certidumbres él ha de dirigir su vida, con un rumbo definido, que le ha de distinguir de aquellos que no conocen a Dios. La vida del cristiano tiene un faro que le guía en su camino, en la Verdad y ese faro es Jesucristo y su enseñanza.
Quienes no creen en Jesús, una y otra vez, te dirán, de una u otra forma, que esa luz, ese camino y esa meta no existen, que eres un tonto o un ingenuo. Que lo que hagas será muy poco para cambiar el mundo, que lo mejor es llevarse la vida ligera, etc. Palabras similares escucharon Teresa de Calcuta, san Antonio, san Ignacio de Antioquía, Santa Teresa de Ávila, san Francisco, san Maximilano Kolbe, santa Rosa de Lima y muchos santos y santas más. No sabemos los nombres de quienes les criticaron y optaron por no multiplicar sus talentos, fueron muchos, ellos escogieron su final, los SANTOS ESCOGIERON TAMBIÉN SU FINAL.
Los santos supieron reconocer sus talentos y los multiplicaron poniéndolos al servicio de Dios y de los demás. ¿Conoces tus talentos, los pondrás al servicio de Dios y de tu prójimo? Recuerda, el final tú lo escoges, no te lo impone la vida, ni los demás. TÚ ESCOGES EL FINAL.
ORAR
Señor aquí estoy con los talentos que me has dado, muchos o pocos, sé que los puedo multiplicar, si en lugar de quedar paralizado, los pongo al servicio de los demás. Dame la Gracia de tu Espíritu, para que Él me fortalezca y me guíe.
ACTUAR
Haré una revisión sincera de las cualidades que Dios me ha dado y analizaré la manera en que puedo poderlos al servicio de los demás para incrementarlos.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

Meditación del 12 de Noviembre del 2011

11-11-12. sábado 32ª

LA FE NO OBSCURECE LA RAZÓN: LA ILUMINA

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 18, 1-8: En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: «En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que le solicitaba con frecuencia: “Hazme justicia frente a mi adversario”». Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo: “Aunque no temo a Dios ni respeto a nadie, por la insistencia de esta viuda le haré justicia para que no me siga molestando”. Dicho esto, Jesús comentó: «Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Que los hará esperar? Yo les aseguro que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará esta fe en la tierra?»

I.- ENSEÑANZA BREVE: El poeta, el pintor, el novelista y otros artistas más son altamente apreciados porque nos permiten ver las cosas de manera distinta y bella. En lo personal no deja de extrañarme que no exista un aprecio similar o aún mayor para el hombre creyente. En una ocasión en que me cuestionaron sobre mi fe y el rigor científico que debería seguir en mis estudios en la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México. Yo comentaba que mi fe, no empobrecía ni mis conocimientos ni mi inteligencia, sino que al contrario, los exaltaba, porque me daba la oportunidad de contemplar las cosas desde un punto de vista más, incluso diferente a los que decían no tener fe, y que consideraba absurdo que se me pidiera que en lugar de aplicar todas mis cualidades y habilidades, se me pidiera que las restringiera. La fe no obscurece la razón, al contario la ilumina y la guía hacia la Verdad. La fe, además, nos ayuda a reconocer la belleza trascendente que existe en cada creatura, en especial en el hombre, en donde podemos descubrir con mayor facilidad el rostro de Dios, dado que Dios mismo, en Jesucristo, tomó nuestra naturaleza humana.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
En varios ambientes políticos, económicos, educativos y de medios de comunicación social, entre otros, se pretende tomar decisiones al margen de la fe en Dios. Esto en aras de un supuesto rigor científico. De hecho, no solo si un obispo o un sacerdote habla de política, sino también cuando cualquier ciudadano creyente pretende tocar esos temas, no faltan inmediatamente descalificaciones a sus opiniones y el rechazo a sus ideas, por ser persona de fe. Argumentos similares son aducidos por grupos abortistas, que incluso negando el dato científico, que demuestra que el momento en que inicia la vida del ser humano es el de la concepción; ellos señalan que esto no tiene fundamento, porque es “un argumento religioso”. Ciertamente estas acciones y argumentos son violatorios, no solo del derecho fundamental de la vida, sino también de los derechos de libertad de expresión y de religión. Estos hechos además de discriminatorios son irracionales porque niegan los datos que la ciencia arroja, manifiestan su ideología relativista que rechaza todo argumento, aún científico, que sea contrario a sus intereses y mentiras.

JUZGAR
Ante estas y otras situaciones, en mi opinión, lo más grave, no es que se pretendan coartar los derechos de libertad religiosa y de expresión, sino que alguien ignore que no sepa que tiene esos derechos, o no los quiera ejercer o tenga miedo de expresar sus argumentos, incluso científicos, por miedo a ser rechazado por su fe.
El Señor Jesús pregunta: “cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará esta fe en la tierra? En lo personal creo que sí, ¿de cuántos? No lo sé, pero por eso estoy trabajando para que sean muchos los que tengan fe y amando a Dios, se esfuercen por hacer este mundo mejor, viviendo en libertad y compartiendo la Verdad. Estoy seguro que algunos de los que hoy tienen fe, son los que leen estas líneas y también estoy seguro que ellos también están trabajando para que cada vez sean más los que tengan una fe bien formada y tenga un ansia misionera para compartirla. (Si me equivoco, es tiempo de empezar ¿o no?).
Por otro lado, destaco, como un dato que debemos reconocer, que la coerción de la fe, incluso a nivel mundial se dirige principalmente contra la fe de los católicos y esto no ha de extrañarnos, pues, aún entre otras denominaciones cristianas, los católicos somos los únicos que contamos con todo un aparato crítico desarrollado a lo largo de los siglos, que hace a la Iglesia, experta en humanidad. La realidad de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre hace que la teología sea un faro que ilumina la antropología y hace de la antropología un camino para llegar a Dios. El humanismo de la Iglesia ha sido expresado en diversos foros y ha quedado plasmado en diversos documentos, en particular, a través del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia Católica, documento que no debería de faltar en ningún hogar católico, lo mismo que el Catecismo de la Iglesia y sobre todo la Biblia, que de una u otra forma diariamente debería ser leída, meditada y comentada.
ORAR
Señor Jesús, gracias por el don de la fe, porque tu Palabra ilumina mi vida y me reta a amar y a ser mejor. Señor Jesús, perdóname porque no he valorado este don y sobre todo porque he sido cobarde en muchos momentos en los que he preferido quedarme callado ante la mentira y el error, con tal de no ser reconocido como católico o incluso me he burlado de mi fe o he actuado en contra de ella, dando mal testimonio. Sé que como a san Pedro me perdonas y al igual que él quiero responderte, no sólo tres veces, sino en todos los instantes de mi vida. Te amo y te pido que derrames sobre mí la Gracia de tu Espíritu Santo, para que como discípulo y misionero tuyo, trabaje por la extensión de la fe. “Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo” (cf. Jn 21,17) y sabes que lo único que quiero es que todos te conozcan y te amen.
ACTUAR
Reconociendo el llamado que hoy Jesús me hace para que dé testimonio de mi fe y la importancia que esta acción tiene para el bien de mis hermanos, actuales y futuros, compartiré mi alegría por ser católico y también me esforzaré por conocer más las enseñanzas de Jesucristo, transmitidas por la Iglesia, profundizándolas en el estudio de la Biblia, del Catecismo de la Iglesia y del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia. (Quizá lo primero que tenga que hacer es comprarme un ejemplar de cada uno de estos tres documentos, básicos para la biblioteca de quien quiere ser cada vez mejor católico. ¿Dónde comprarlos? Seguramente que mi párroco me informará).

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

viernes, 11 de noviembre de 2011

Meditación del 11 de Noviembre del 2011

11-11-11. viernes  32ª

SEREMOS EXAMINADOS EN EL AMOR.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 17, 26-37: En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: «Lo que sucedió en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían; pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste. Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará. Yo les digo: aquella noche habrá dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra abandonada». Entonces, los discípulos le preguntaron: «¿Dónde sucederá eso, Señor?» Y él les respondió: «Donde hay un cadáver, allí se juntan los buitres».

I.- ENSEÑANZA BREVE: Cuando asistimos a una escuela, ya sabemos que un día llegarán los exámenes parciales o finales. Hay quienes se preparan con tiempo y el día en que son examinados, se presentan con tranquilidad. En cualquier oficina o taller, todos saben que en un tiempo determinado deberán presentar un informe o un producto determinado. Quienes día a día han trabajado responsablemente, cuando llega el tiempo de entregar cuentas, también están tranquilos y confiados, pues saben la responsabilidad con la que han actuado. ¿Es así con nuestra vida personal? Ciertamente un día moriremos, un día tendremos que entregar cuentas de lo que hemos hecho con las cualidades que tenemos y las responsabilidades que se nos han dado. Cuando llegue ese día, ¿estaré tranquilo(a) o angustiadamente estaré pidiendo un plazo mayor para hacer el bien que no he hecho y amar a quien no he amado?

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
En la vorágine de oportunidades que el mundo actual nos presenta, parecería que cada día se tienen que hacer más y más cosas. Hay quienes no se valoran si no están haciendo algo u obteniendo alguna ganancia. Parecería que lo importante es hacer, tener, parecer o poseer. Así, sumergidos en el mundo del activismo, hay quienes se despersonalizan pues lo importante no son ellos ni quien está a su lado, sino lo que se hace. Así, la familia pasa a un segundo plano, el descanso también y la relación con Dios no importa, pues está totalmente descuidada e, incluso, olvidada. Pero, ¿vivir así, será realmente vivir?
En la actualidad, para algunos, su vida consiste en consultar la internet, responder el twitter, mandar mensajes telefónicos, ser hábil en el juego electrónico de moda, saber la canción del momento, contestar el celular, ver la película de estreno. Así, “en red con muchos”, en diversas partes del mundo, aunque no los conozca, pueden olvidarse de su padre, madre o hermano, o de quien esté a su lado. Piensan que son populares pero realmente están solos. Ya no pueden detenerse en el hacer, pues eso les genera angustia, pues si se detienen, tienen que enfrentar su realidad. No sólo descuidaron a los demás, se descuidaron a sí mismos, dejaron de prepararse para la vida, dejaron de estudiar, de trabajar y de superarse, dejaron de relacionarse con los demás y de compartir sentimientos, palabras, acciones y muestras de cariño con quienes estaban cerca. Enajenados en lo que hacen, ignoran a quienes están a su lado y en poco tiempo, ellos serán quienes los ignorarán.

JUZGAR
Las posibilidades que hoy tenemos de comunicarnos rápidamente hacia cualquier parte del mundo son extraordinarias y esto hay que apreciarlo, pero no es lo esencial. Por detenernos en ver un aspecto de la realidad no podemos dejar de contemplar el extenso panorama que la vida nos presenta y la cual tenemos que realizar en el amor.
Entre todos los seres vivos que conocemos, sólo el ser humano es capaz de amar. Cuando alguien dice que ama a su perrito o que él le corresponde, está utilizando términos no apropiados. Ninguna cosa, planta o animal puede amar ni corresponder al amor humano, sólo otra persona.
Para desarrollarnos plenamente como personas, necesitamos amar y ser amados. Nadie conoce lo que no ama, nadie ama lo que no conoce, por eso el amor es la fuerza que nos lleva a salir de nosotros mismos en búsqueda del otro y es también la fuerza que nos lleva a darnos a conocer. Dado que el ser humano es limitado, el ansia de amar y de ser amado, ninguna persona la puede saciar, solo el amor de Dios.
San Juan de la Cruz, dice que seremos juzgados en el amor. No por lo que tuvimos o hicimos, sino por lo que amamos, de ahí que, para alcanzar la plenitud de vida, debemos amar y para que nuestro amor sea auténtico es necesario que esté sustentado en el amor de Dios y tenga como modelo al rostro del amor divino que es el Señor Jesús.
Dado que seremos examinados en el amor, el amor principal que debemos cultivar es el de Dios, quien nos ha creado y nos ama. Experimentándonos amados por Él, nos amaremos y amándonos en Dios, con su amor, podremos amar a los demás.
La experiencia que ha llevado a los santos, hombres y mujeres, es el sentirse amados por Dios y responder a su amor, amando al prójimo. El amor de Dios no me enajena, al contrario, me hace dueño de mí mismo y me hace capaz de amar en libertad, pues busco al AMADO en el prójimo y en el amor de Dios amo al hermano, aunque el prójimo no me pueda corresponder con su amor o me rechace. Un caso contemporáneo y notorio, es la acción de Madre Teresa de Calcuta, quien en la Hostia Consagrada adoraba a Jesús y le servía en el más pobre entre los pobres. Para ella, no existía dicotomía entre el amar a Dios y servir al hermano.
Ciertamente, Teresa de Calcuta, para mantenerse en su intensa acción de amor, no caía en el activismo. Amaba conscientemente, pues sabía que lo importante no era lo que hacía sino la forma en que se relacionaba con el prójimo y para ella, “su más prójimo” era Jesús, con Quien todos los días y  a todas horas dialogaba en la oración.
ORAR
Señor, delante de Ti, me arrepiento porque en más de alguna ocasión he olvidado que lo más importante no es el “hacer”, sino el “ser”. Y, yo soy hijo(a) tuyo(a), muy amado(a) por Ti y me has invitado a hacerte presente en el mundo y esto lo ignoraba o no lo he tomado en cuenta. Enséñame Señor a valorarme, no solo como creatura tuya llamada al amor, sino sobre todo como hijo(a) tuyo(a) redimido(a) por el amor redentor de Jesucristo, para amarte y servirte en el prójimo, comenzando por mi familia y continuando con el más débil y desprotegido.
ACTUAR
Hoy tomaré la decisión de darme un tiempo diariamente para orar, hoy también procuraré dialogar más con mi familia y me dispondré a disfrutar conscientemente lo que hago, poniendo como parte de mi rutina diaria, el buscar a quién servir y en algún apostolado en el que pueda hacer algo por los demás, todo ello motivado por la consciencia de que soy profundamente amado(a) por Dios y conscientemente le he de responder amándolo y sirviéndolo en los demás.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

jueves, 10 de noviembre de 2011

Defendamos la vida desde el momento de la concepción hasta su muerte natural

Meditación del 10 de Noviembre del 2011

11-11-10. jueves  32ª

EL REINO DE DIOS ESTÁ EN NUESTRO CORAZÓN

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 17, 20-25: En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: «¿Cuándo llegará el Reino de Dios?» Jesús les respondió: «El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: “Esta aquí”, o “Está allá”, porque el Reino de Dios ya está entre ustedes». Les dijo entonces a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia del Hijo del hombre, y no podrán. Entonces les dirán: “Está aquí”, o “Está allá”, pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación».

I.- ENSEÑANZA BREVE: Un pez pequeño, nadando en el mar, le preguntaba a su papá: “Papá, dime ¿dónde está el mar?”. San Pablo afirma: “En Dios nos movemos, existimos y somos”. San Agustín nos comparte su sabiduría adquirida al paso de los años, diciendo: “Tarde te ame, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé, te buscaba fuera de mí y estabas dentro de mí”. Cada una de estos autores nos comparte su interioridad como fruto de la experiencia del encuentro personal e íntimo con Jesús: DIOS NOS AMÁ Y ESTÁ EN NUESTRO CORAZÓN. Esto tendría que ser evidente para todos, pero no es así. Casi al término de la carrera de Químico, que estudié en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un compañero me preguntó que “cómo era posible que yo creyera en Dios, después de todo lo que habíamos estudiado” y yo le respondí “como no creer en Dios, después de todo lo que hemos estudiado”. “Lo esencial sólo se ve con el corazón” (Antoine de Saint-Exupery).

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Gracias a los avances tecnológicos y científicos el ser humano ha sido capaz de llegar a grandes distancias fuera del planeta y a las profundidades del mar. Las ciencias médicas y psicológicas le han permitido escudriñar el corazón del hombre, sin embargo no ha sido capaz de develar el misterio de quién es el hombre en su integralidad y cómo puede ser auténticamente feliz.
Los inventos del hombre son importantes, no sólo porque nos ayudan a alcanzar estilos de vida más cómodos (desafortunadamente no para todos), sino también porque son expresión de las capacidades del ser humano. Sin embargo estos avances, no ha sido suficientes para que el hombre llegue a la plenitud de su vida y a encontrar el sentido a su existir e incluso, para algunos, han sido obstáculos para alcanzar ese fin.
El ser humano, además de sus limitaciones, se encuentra con dificultades en su entorno social y económico y experimenta el dolor y el tener que afrontar la muerte de sus seres queridos y el hecho de que un día, él también morirá.
¿Será que el hombre ha sido creado sólo para sufrir y morir, después de haber luchado para evitar todo esto? ¿Será ésta, la triste realidad que tendrá que padecer hasta que llegue el final de sus días? ¿Valdrá la pena de sostener sin esperanza, la esperanza de una vida feliz, después de la muerte?
Estas y otras muchas interrogantes, que se quedan sin respuesta, son las que se plantean, quienes no aceptan en su corazón, el Mensaje de Salvación, que Jesús nos ha traído con su encarnación, con su vida, pasión, muerte y resurrección.

JUZGAR
El hombre no sólo conoce por lo que puede medir. El amor es también una forma de conocer. Nadie conoce lo que no ama, nadie ama lo que no conoce. Dios es amor y su Reino es amor. Hemos sido creados por amor y sólo en el amor nos podemos realizar plenamente, por eso san Agustín decía: “ama y haz lo que quieras”.
Jesucristo, es el amor encarnado de Dios, es Dios mismo que nos ama, por lo que al tomar nuestra naturaleza humana, nos viene a mostrar que su Reino de Amor, está en nuestro corazón. La vida del ser humano, cuando se abre al Mensaje de la Salvación, entra en contacto con la Realidad Fundante, con Dios mismo. Dios es amor y habiendo sido creado en el amor, nos realizamos en el amor.
Cuando el punto de partida para analizar y realizar nuestra vida no es solo el materialismo consumista, sino la mirada de amor que la fe en Jesucristo, suscita en nosotros, nos resulta más fácil entender que realmente el Reino de Dios está en nuestro corazón, porque nuestros parámetros no son sólo utilitarios, sino llenos de fe, de esperanza y de amor, lo cual no significa que dejemos de ser altamente objetivos. Es más, me atrevo a afirmar que para ser auténticamente objetivos, se requiere de la fe.
Nosotros medimos nuestra felicidad por lo que tenemos, Jesús fue pobre, nació en una gruta que no le pertenecía y fue enterrado en otra que tampoco era suya. Buscamos el poder y Él, en cuanto Dios, teniendo todo poder se sometió hasta la muerte y muerte de cruz (Flp 2,8). Buscamos el sólo disfrutar y gozar y Él aceptó el dolor por la salvación de todos. Queremos “ser libres” y Él en todo se sometió a la voluntad de su Padre.
Jesús al anunciar el Reino de Dios y testimoniar sus valores con su propia vida, se convierte en el  parámetro a seguir para ser felices y nos libera del engaño del mundo, que se rige por criterios que nos oprimen. El Reino de Dios está en nuestro corazón cuando aceptamos los valores del Reino y los hacemos vida. Estos valores son la verdad, el amor, la libertad, la justicia, la paz. Pero nuestro aprecio a estos valores no está sólo en que nos encontramos con ellos y los aceptamos, sino sobre todo porque nos encontramos con la persona que los encarna y nos los comparte y esta persona es Jesús, a quien invitamos a que venga a nuestro corazón y nos dé su paz y nos enseñe a vivir, a compartir y a construir su Reino de amor en nuestra vida, en nuestra familia y en el mundo entero.
Para ser plenamente felices y humanos, tenemos que despojarnos de las visiones erróneas con las que “el mundo” nos ha programado. Tenemos que vislumbrar los valores del Reino y hacerlos presentes en nuestra vida y nuestro entorno para hacer este mundo mejor. Esto es lo que descubrieron los santos y con su vida nos dieron testimonio de la libertad y felicidad que les proporcionó descubrir y vivir el Reino de Dios.
ORAR
“Cuando contemplo el cielo y las estrellas que has creado, me pregunto qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder” (cf. Sal 8).
Hechura de tus manos soy (cf. Is 64,7) y Tú conoces del barro del que estoy hecho. Sabes los anhelos que tengo de amar y de ser amado, de servir y no de ser servido, por eso hoy te pido Señor, que me ayudes a descubrirte en el interior de mi corazón, para llevarte a mis hermanos y ayudarles a descubrir tu reino de amor en su corazón.
ACTUAR
Revisaré mis valores a la luz de las enseñanzas de Jesús y procuraré hacerme un plan de vida, conforme a los valores del Reino de Dios y no a los del mundo.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx
“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Papa Benedicto XVI invita a meditar la palabra de Dios de día y de noche

En la audiencia general del miércoles 9 de noviembre, el Papa Benedicto XVI meditó sobre el salmo 118 (119) y explicó que la ley de Dios, su Palabra, no constituye en lo absoluto esclavitud para el hombre sino que es un don que nos lleva a un encuentro con Él.

Al inicio de su mensaje, el Pontífice explicó que este salmo es uno de los más extensos ya que consta de 176 versículos y 22 estrofas, escrito como un "acróstico alfabético" que usa todas las letras del alfabeto hebraico. En su contenido se haya un canto solemne sobre la ley de Dios, "que interpela al hombre e impulsa su respuesta de obediencia confiada y de amor generoso".

Luego, el Vicario de Cristo agregó que "este Salmo está impregnado de tal modo del amor hacia la Palabra de Dios, que celebra su belleza, su fuerza salvífica, su capacidad de donar alegría y vida. Porque la Ley divina no es yugo pesado de esclavitud, sino don de gracia que hace libres y conduce a la felicidad".

"La Ley del Señor, su Palabra, es el centro de la vida del orante; en ella él encuentra consuelo, en ella medita, la conserva en su corazón: ‘Conservo tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti’, éste es el secreto de la felicidad del Salmista; que dice también: ‘Los orgullosos traman engaños contra mí. Pero yo con todo el corazón custodio tus preceptos’", indicó.

Respecto a la figura de María, el Santo Padre recordó que "es la Virgen María la que lleva a cumplimiento la perfecta figura del creyente, que describe el salmista. Es Ella la verdadera ‘feliz’, como proclama Isabel ‘por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor’, y es a Ella y a su fe que el mismo Jesús rinde testimonio".

Benedicto XVI subrayó que la ley divina es fuente de vida y que “el anhelo de comprenderla, de observarla, de orientar hacia ella todo su propio ser es la característica del hombre justo y fiel al Señor, que la ‘medita día y noche’, come reza el Salmo 1". Además explicó que "la ley de Dios es una ley que se debe conservar en el corazón, como dice el célebre texto del Shemá en el Deuteronomio: Escucha, Israel. Estos preceptos que yo te doy, grábalos en tu corazón. Incúlcalos en tus hijos, háblales de ellos cuando estés en tu casa, cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte".

"Cuando se le pregunta qué hay que hacer para alcanzar la vida eterna, Jesús señala el camino de la observancia de la Ley, pero indicando cómo hacer para llevarla a su cumplimiento: ‘Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme’. El cumplimiento de la Ley es seguir a Jesús, ir por el camino de Jesús, en compañía de Jesús", expresó.

Al final de su reflexión, insistió en la actualidad de este texto que, no sólo se dirige a los sacerdotes, sino también a los fieles "pueblo de Dios que pertenece solo a Él, ‘reino de sacerdotes’ para el Señor, llamados a la radicalidad del Evangelio, testigos de la vida traída por el Cristo, nuevo y definitivo ‘Sumo Sacerdote’ que se ofreció como sacrificio para la salvación del mundo”.

"Dejemos pues que el Señor introduzca en nuestro corazón este amor por su Palabra, y nos done al centro de nuestra existencia a Él y su santa voluntad. Pidamos que nuestra oración y toda nuestra vida sean iluminadas por la Palabra de Dios, lámpara para nuestros pasos y luz de nuestro camino, como dice el Salmo 119, de forma que nuestro camino sea seguro en la tierra de los hombres", concluyó el Papa.

Meditación del 9 de Noviembre del 2011

11-11-09. Dedicación de la Basílica de Letrán

TU BELLEZA INTERIOR

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Juan 2, 13-22: Como ya se acercaba la fiesta de la pascua de los judíos, Jesús fue a Jerusalén. En el templo se encontró con los vendedores de bueyes, ovejas y palomas; también a los cambistas de dinero con sus mesas. Al ver aquello, Jesús hizo un látigo de cordeles y los echó del templo a todos, con sus ovejas y bueyes; volcó las mesas de los cambistas y les tiró al suelo las monedas; y a los vendedores de palomas les dijo: «Quiten esto de aquí: no conviertan en un mercado la casa de mi Padre». En ese momento sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu casa me devora. Intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué señal nos das como prueba de tu autoridad para actuar así?» Jesús respondió: «Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré de nuevo». Replicaron los judíos: «Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y piensas tú reconstruirlo en tres días?» Pero el templo del que Jesús hablaba era su propio cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, recordaron sus discípulos lo que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras que él había pronunciado.

I.- ENSEÑANZA BREVE: En una fiesta un hombre me comentaba: “Ve aquella señora vieja, canosa y llena de arrugas, fue muy bella y yo la quiero mucho. Es mi esposa y madre de mis hijos. Los años, físicamente, la han dejado así, porque nos ha amado y se ha dado por nosotros, pero el mismo tiempo ha embellecido su alma, la cual podemos ver a través de su mirada, de su sonrisa y de su ternura, que cada día se acrecienta más; en particular cuando hace oración y nos habla de Dios”.

Seguramente que tú también conoces a muchos “viejitos” y “viejitas” que “arrugaditos”, como la Madre Teresa de Calcuta, te hablan de Dios. Hay memoria de ellos y agradécele a Dios por tantas personas buenas que ha puesto en tu camino y pídele que tú también, desde tu juventud o los años que tengas, manifiestes la bondad de Dios que hay en tu corazón.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Hay quienes, en su afán de parecer “originales” manifiestan la poca aceptación que se tienen a sí mismos y son capaces hasta de dañar su salud, ponerse al borde de la tumba e incluso morir, con tal de modificar su cuerpo, cambiar su personalidad o dejar de parecer humanos. Ahí tenemos a los darketos, los que practican el “pirsin” (del inglés piercing), los que se tatúan todo el cuerpo, quienes se hacen exageradas cirugías estéticas o incluso, se hacen operaciones de “cambio de sexo”.
Algunas personas, jóvenes o adultas, caen en el consumismo farmacológico, médico y quirúrgico, obsesionados con la belleza, la cual llegan a considerar como indispensable para ser dignas de ser amadas, sin darse cuenta que este exagerado culto al cuerpo es más, una expresión de su alma carente de amor, que de un defecto físico.

JUZGAR
Ciertamente hay operaciones estéticas que son necesarias, como el caso de las personas que han sufrido quemaduras en su cuerpo o que nacieron con algún defecto físico o lo tienen a causa de un accidente.
También hay que reconocer que es válido buscar la mejora estética, cuando una intervención quirúrgica reporta un bien mayor a la persona, incluso un sentirse mejor.
Lo que éticamente pudiera ser ilícito dentro de la cirugía plástica estética, no habría que buscarlo en el deseo de parecer más joven y más atractivo, sino en la obsesión de considerar indispensable ser físicamente bellos para poder llegar a ser dignos de ser amados.
Jesús hace una referencia al templo y a su Cuerpo. Esto nos permite reconocer que cada uno de nosotros somos templos vivos de Dios.
Dado que lo propio del ser humano es la unidad del cuerpo y del alma, debemos saber poner atención a los dos. Tenemos que ser responsables con nuestro cuerpo y debemos cuidarlo, pero también debemos ser conscientes de que tenemos alma y debemos cuidarla y también embellecerla.
¿Cómo cuidar y embellecer nuestro cuerpo? Con hábitos sanos: ejercicio, buena alimentación, descanso, dormir bien, etc.
¿Cómo cuidar y embellecer nuestra alma? Con buenos hábitos como la oración, la participación en la Misa y en el sacramento de la Confesión, las buenas obras, el estudio, las buenas lecturas, etc.
Al paso de los años el cuerpo se debilita, el alma se robustece. Al llegar la muerte, el cuerpo se desmorona, el alma llega a la eternidad. ¿A cuál le pongo más atención? ¿A cuál debería ponerle más atención? Mientras viva, a los dos. El sano equilibrio es necesario, pero quizá deba reconocer que le debo muchos años de atención a mi alma y mientras tenga vida, aún tengo tiempo de recuperarlo. Sin descuidar mi cuerpo, puedo acrecentar la belleza de mi alma.
ORAR
Gracias Señor, por la vida que me has dado, gracias porque me has regalado un cuerpo y un alma que debo dirigir a Ti. Perdona lo descuidado que he sido con mi cuerpo, perdóname aún más, por no haber cuidado que mi alma creciera más. Pero ya que me sigues dando la oportunidad de vivir, procuraré lo más pronto posible hacerme la cirugía plástica del alma, yendo a confesarme, hacer diariamente, por la mañana y, si es posible también por la noche, la caminata de la oración, las pesas de las buenas obras y sobretodo procurar el mejor complemento nutricional que es la recepción frecuente de tu Cuerpo y de tu Sangre. Recuerda: el ejercicio es más placentero y eficaz si lo haces acompañado, por eso, ve a Misa los domingos acompañado de tu familia y amigos e inscríbete en algún grupo parroquial y misionero.
ACTUAR
Hoy mismo pondré en práctica la rutina para fortalecer el alma.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

BREVIARIO CULTURAL. Cuatro son las llamadas Basílicas Mayores y están en Roma: “San Juan de Letrán”, “San Pedro”, “San Pablo” y “Santa María la Mayor”. La principal de ellas es “San Juan de Letrán”, por ser la más antigua y por ser la Sede del primado de todos los obispos: el Papa. Tiene el título honorífico de «Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput» (madre y cabeza de toda las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la tierra). Dedicada a Cristo Salvador, es más conocida con el nombre de san Juan porque tanto Juan Evangelista como Juan Bautista indicaron al Salvador. Este edificio, que fue adaptado para templo fue donado por el Emperador Constantino I, quien, después de tres siglos de persecución, reconoce como religión oficial al catolicismo. La Basílica fue consagrada en el año 324 por el Papa San Silvestre.