En la Víspera de la Fiesta de Jesús Divina Misericordia y de la canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, caminemos al Tepeyac y celebremos esta bendición.
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lunes, 21 de abril de 2014
miércoles, 16 de abril de 2014
martes, 8 de abril de 2014
TÚ, BAJO LOS
CUIDADOS DE LA VIRGEN MARÍA
Mons. Pedro
Agustín Rivera Díaz
Juan 19, 25-27: Junto a la cruz de Jesús estaba de
pie su Madre, y también la hermana de su Madre, María, mujer de Cleofás, y
María Magdalena. Jesús, viendo a su Madre y, junto a Ella, al discípulo que
amaba, dijo a su madre: "Mujer, he ahí a tu hijo". Después dijo al
discípulo: "He ahí a tu Madre". Y desde este momento el discípulo la
recibió consigo.
Junto
a Jesús, en la Cruz, sólo 3 mujeres y un hombre joven, los cuatro discípulos de
Jesús. Los cuatro tuvieron un papel muy importante en la evangelización de los
primeros tiempos y lo siguen teniendo desde el Cielo.
En
el texto se destaca la relación nueva que Jesús produce entre la Virgen María y
el discípulo amado, que a partir de ese momento “recibe consigo” a la Madre de
Dios.
Dado
que celebramos la “Fiesta de los Dolores
de la Virgen” recordemos que desde el siglo XIV, a través de las revelaciones
privadas a Santa Brígida de Suecia (1303-1373) se comenzó a difundir la “devoción
a los dolores de la Virgen”, que la tradición identifica como: 1º La profecía
de Simeón (cf. Lucas 2,22-35). 2º La huida a Egipto (Mateo 2,13-15). 3º El Niño
perdido en el Templo (Lucas 2,41-50). 4º María se encuentra con Jesús camino al
Calvario (IV Estación del Vía Crucis). 5º. Jesús muere en la Cruz (Juan
19,17-39). 6º María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz (Marcos
15, 42-46). 7º Jesús es colocado en el Sepulcro (Juan 19, 38-42).
Centrándonos
en el texto joánico que meditamos, observamos, además de Jesús a cuatro
personajes: La prima hermana de la Virgen María, la esposa de Cleofás, es la
Madre de Judas Tadeo y Santiago el Menor, ambos apóstoles de Jesús. La
proyección de la fe de esta mujer queda manifestada en la acción misionera de
sus hijos, pues seguramente que ella les alentó y les exhortó a permanecer
firmes en la misión encomendada. María Magdalena, será quien reciba el envío de
Jesús resucitado, para que les comunique a los apóstoles que Él ha resucitado.
El tercer personaje es el discípulo amado, es identificado como el apóstol san
Juan Evangelista, y el cuarto personaje es la Virgen María: Madre de Dios,
Madre de Jesús, Madre del discípulo amado, Madre de la Iglesia, Madre de los
santos, Madre de los sacerdotes, Madre tuya y Madre mía. Estos y un sinfín de
títulos más, que le podemos aplicarle a Ella, en su dimensión maternal, pues
Jesús antes de morir, en el discípulo amado, nos la dejó como Madre.
Estos
personajes, en medio del dolor que sienten al ver las condiciones en que muere
el Señor Jesús, experimentan en su corazón el AMOR DE JESÚS, por ellos y por la
humanidad. ¿Con cuál te podrías identificar tú?
Enfocando
nuestra meditación a los “Dolores de la Virgen María”, reconocemos que son los
dolores de una Madre y de una creyente, ¡la primera y más grande creyente en
Jesús! Ella, comparte el dolor de Cristo, se duele por Él. Ella experimenta el
dolor como Madre y su corazón se desgarra. Ella contempla el rechazo a Dios por
parte de la humanidad y se compadece de los pecadores y se une a la súplica de
Jesús, “Padre perdónales porque no saben lo que hacen”. Así como en el corazón
de Jesús está la humanidad entera, y estás tú; la humanidad entera y tú están
en el corazón de María.
Jesús
muere a causa del pecado del hombre y de tus pecados, para redimirte. María ora
por tu salvación. El amor divino humanizado es el que une el corazón amante de
Jesús con el de su Madre. El amor humano divinizado es el que une el corazón
doliente de María con el de su Hijo. Cuando Jesús es elevado al cielo en la
Cruz, contempla a la humanidad de todos los tiempos y te contempla a ti. Mira
cuántos no lo aman y lo rechazan, mira cuántos dicen amarlo y lo traicionan,
mira cuántos se alejan de Él por la comodidad o por el miedo y mira, como un
gran consuelo a los que lo amán y están con Él, junto a la Cruz. Tú ¿a qué
grupo perteneces? ¿En cuál te gustaría estar?
En
medio de su situación; Jesús se duele por la humanidad doliente y atraen su
mirada, María su Madre y el discípulo amado. Él, resucitado, nunca los dejará
solos, pero en la Cruz, en el dolor, en el amor, establece la simiente de la
Iglesia y el modelo a seguir: el creyente bajo la protección de María, María
como Madre de todo fiel cristiano. El amor de Jesús en la Cruz es contemplado y
experimentado en su momento y para la eternidad, por estos cuatro personajes.
¿Con cuál te podrías identificar tú?
San
Juan, señala que “desde ese momento”, el discípulo amado “recibió consigo” a
María. Para él, Ella ya no era sólo la Madre de Jesús, la mamá del Maestro,
ahora era también Madre suya, Madre de todo creyente. Para la Virgen María, el
discípulo amado, ya no era una persona más, era la herencia de su Hijo Amado. Dice
el Evangelio que, cuando Jesús le da al discípulo amado, a María como Madre, él
la llevó consigo “a su casa”. Es decir, a su corazón, a su vida toda. Para
Juan, la Virgen ya no será sólo la Madre del Maestro, sino que será realmente,
su Madre, pues de Ella recibirá caricias y palabras de fe, de consuelo, de
fortaleza y a través de Ella tendrá una más íntima y profunda experiencia del
amor de Dios. En correspondencia, el discípulo amado se esforzará en asemejarse
más a Jesús, para que María, como Madre, se alegre al tener un hijo lleno de
amor para Ella y para los demás.
Yo
también quiero ser motivo de alegría para la Virgen María, yo quiero también
ponerme bajo sus cuidados maternales y experimentar la ternura de su amor, por
eso, tomándola como guía, muchas veces le diré: Vamos María, hay que salvar
muchas almas para Dios. Acompáñame en la misión, que mi anhelo más grande, al
igual que en muchos santos, es: “que todos te conozcan y te amen y esa es la
única recompensa que quiero” (cf. Madre María Inés Teresa Arias).
lunes, 24 de marzo de 2014
Un parámetro
para saber qué tanto llevas a Cristo en tu corazón es la alegría
Mons. Pedro
Agustín Rivera Díaz
En
la Exhortación Apostólica del Papa Francisco “La Alegría del Evangelio”, el
Santo Padre nos dice que esta alegría llena el corazón y la vida entera de los
que se encuentran con Jesús, quienes se dejan salvar por Él son liberados del
pecado, de la tristeza, del vacío, del aislamiento; con Jesucristo siempre nace
y renace la alegría.
Por
eso el Papa nos invita a todos a una nueva etapa evangelizadora marcada por la
alegría. San Pablo también nos dice: “Un corazón que ama a Cristo no puede
estar triste”.
¿Pero,
qué podemos decir de la alegría de la Virgen María? Ella es la primera que se
entera de que el Mesías llega a la humanidad y lo hace a través suyo, por eso
es una mujer alegre, porque lleva a Dios en su corazón, es la portadora de la
Alegría porque lleva en su vientre a Jesús.
En
la Biblia, en Juan 15,11 encontramos que Jesús es alegre: “Les he dicho estas
cosas para que mi alegría esté dentro de vosotros y que esa alegría vuestra sea
completa”. Jesús es alegre porque vive en unión con el Padre y está dando su
vida por los demás. Por eso dejémonos amar por Dios Padre y entonces también
compartiremos nuestra alegría de dar la vida por los demás. Por tanto, un
parámetro para saber qué tanto llevas a Cristo en tu corazón es la alegría.
Un
bautizado tiene que seguir con gozo su camino. Hay quienes parecen vivir en el
sufrimiento, vivir como en una cuaresma sin pascua, por eso cuando tengamos
problemas o dificultades debemos saber que van a pasar, no nos quedemos nunca
en la tristeza, mejor tengamos la convicción de que Dios está con nosotros y
por esa convicción es que no podemos darnos por vencidos.
En
el camino de la vida podrás tener situaciones adversas, por ejemplo un engaño,
una pérdida; ciertamente hay un dolor, pero por encima de ello siempre deberá
estar la certeza de que Dios te ama.
En
Juan 16,20 Jesús les dijo a sus discípulos: “En verdad os digo: que vosotros
lloraréis y os lamentaréis, pero el mundo se alegrará. Vosotros os lloraréis de
tristeza; pero esa tristeza se convertirá en alegría”. Y ciertamente días
después de haber dicho estas palabras Él va a morir en la cruz y los apóstoles
se dispersan, están tristes y con miedo, pero cuando Cristo resucitado se
manifiesta su tristeza se convierte en alegría.
Cuando
hablamos de la fe, no hablamos de un cúmulo de ideas, conocimientos,
expresiones, dogmas o leyes morales, estamos hablando de una persona que es
Jesús. Por eso Jesús tomó nuestra naturaleza humana para que sepamos que está
con nosotros y nunca nos deja solos en los momentos alegres o tristes, tampoco
en la juventud o la vejez, ni en la muerte porque Él nos acompaña y nos da la
vida eterna.
De
esa manera la fe se incrementa cuando nos preparaos para compartirla con los
demás porque la fe no es sólo para mí, es también para aquellos que nos rodean.
Nunca permitas que la alegría de la fe se aparte de ti porque nuestra alegría
no procede de una situación material o un bienestar, sino proviene del amor de
Dios.
Me
da pena cuando hay quienes, dicen “Dios se olvidó de mi”, “Dios me está
castigando”. No queridos hermanos, Dios jamás castiga, Él desea que abramos
nuestro corazón a su amor y nunca nos demos por vencidos a pesar de los
problemas.
Grande
y buena es la fidelidad del Señor, de eso podemos estar seguros. El mundo
necesita del amor de Dios y saber que Dios le ama. El mundo necesita
experimentar la alegría de aquellos que se han dejado tocar por Él, por eso,
porque llevamos este gran tesoro en vasijas de barro, tenemos compartirlo con
los demás. No necesitamos saber mucho, lo que necesitamos es amar mucho.
Comparte la alegría y el amor de Dios y entonces a través de ti muchos serán
también alegres.
Te invito a vivir
esta Semana Santa de una forma diferente, con el "Romancero de la Vía
Dolorosa", los días 14, 15 y 16 de abril se recitará las 14 estaciones del
Viacrucis, la cita es en el Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de
Guadalupe; a partir de las 17:00 hrs.
Ven con toda tu
familia y conoce estos versos escritos por el Padre Benjamín Espinosa. Mayores
informes al 5511-3922.
El día 19 de enero, día de san José, Irma y Karina, junto con el equipo de Derechos del Concebido, organizaron una reunión con niños que expresaron un aprecio por la vida de todo niño, incluido el que está en el seno materno. Yo los invité a que se consagraran al Divino Niño Jesús y así lo hicieron. Formemos a las nuevas generaciones en la valoración y respeto a la vida humana y así aprenderán a dar Gloria a Dios.
lunes, 10 de marzo de 2014
Artistas Misioneros Eucarísticos cantan a Jesús Eucaristía. Asiste a la presentación de su disco y juntos adoremos al Amor de los Amores.
Estupenda producción. Estos artistas presentarán su disco el 5 de abril en el Templo Expaitorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe. Tendremos Misa, adoración al Santísimo, concierto y firma de discos. Jesús Eucaristía te espera, nosotros te invitamos.
LA
PARTICIPACIÓN EN LA MISA, NECESARIA PARA SUPERAR TODA TENTACIÓN
Mons.
Pedro Agustín Rivera Díaz
LECTIO DIVINA. Domingo 9 de marzo del
2014
Evangelio: Mateo 4,1-11: En aquel
tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el
diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin
sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: "Si eres Hijo de Dios,
di que estas piedras se conviertan en panes." Pero él le contestó,
diciendo: "Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios.""Entonces el diablo lo lleva a
la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice: "Si eres Hijo
de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que
cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las
piedras."" Jesús le dijo: "También está escrito: "No
tentarás al Señor, tu Dios.""Después el diablo lo lleva a una montaña
altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: "Todo
esto te daré, si te postras y me adoras." Entonces le dijo Jesús:
"Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a
él solo darás culto.""Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los
ángeles y le servían.
Muchas tentaciones rodean a las personas
de hoy. Algunas son presas de ellas y quedan atrapadas en las redes del pecado
y de sus consecuencias.
Toda tentación se disfraza de verdad,
pero es engañosa, pues su origen está en la mentira. Así hay quien mata por un
pedazo de pan (justifica que tenía hambre), pero también existe quien no quiere
compartir (Justifica diciendo que es solo suyo). Hay quien busca solo el placer
y en el hedonismo se olvida de la importancia de dominar el propio cuerpo y sus
apetencias, para evitar el desorden (droga, sexo pornografía, etc.)
Hay quien vive de la apariencia y del
qué dirán (modas, carros, chismes) , pero también quien se engaña pensando que
a través de sus pensamientos pueden dominar a los demás (reiki, esotéricos,
etc.).
Hay quienes se quieren poner en lugar de
Dios e inventas sus “religiones”, sus horóscopos, su control mental,
engañándose al pensar que las estrellas o las piedras y los magnetismos dominan
su vida.
San Mateo expone tres tentaciones de
Jesús en el desierto. El diablo, el padre de la mentira, es el tentador. Jesús
responde a la tentación y la supera con la Palabra de Dios, Él sabe que solo la
Verdad nos hace libre y Él es la Verdad. Por eso, ante la tentación, la
mentira, el engaño, el responde con la Verdad, que está contenida en el la
Palabra de Dios. Jesús es el Verbo, la Palabra de Dios.
Las tentaciones van en relación a lo
físico del hombre, el hambre; a su relación con lo externo, la soberbia y a su
dimensión espiritual en relación con Dios.
Jesús responde y con sus palabras y
ejemplo nos enseña que para vencer la tentación, es necesario tener siempre en
cuenta la centralidad de la Verdad en relación con Dios, a Quien se escucha, a
Quien se respeta en sus leyes y a Quien se adora.
El Papa Francisco, en su mensaje de
Cuaresma, señaló tres tipos de pobreza: física, moral y espiritual. La carencia
de bienes materiales, el pecado y la lejanía de Dios.
Jesús y la Iglesia nos proponen para el
tiempo de Cuaresma y para toda la vida, la limosna, la penitencia y la oración.
Guiados por el Espíritu, al igual que el
Señor Jesús, mantengámonos en unión con Dios, atentos a su Palabra a Jesús y
compartamos nuestros bienes, especialmente con los más necesitados.
Tengamos plena confianza en nuestro
Padre Dios y seamos sencillos con todos, conservando un corazón limpio de
orgullo y de soberbia, lleno de humildad y compasión.
A través de la oración mantengamos
unidos a Dios, Uno y Trino, participando activamente y obteniendo los mayores
frutos espirituales en la oración más perfecta que es la Misa, donde además de
alimentarnos con la Palabra de Dios, comulgamos del Cuerpo y de la Sangre de
Cristo, Verdad y Vida, alimento y anticipo de la Vida Eterna.
martes, 4 de marzo de 2014
jueves, 20 de febrero de 2014
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