jueves, 15 de diciembre de 2011

Meditación del 15 de diciembre del 2011

11-12-15. jueves  3ª Semana de Adviento.

SE FELIZ, NO FRUSTRES EL PLAN DE DIOS


Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 7,24-30: Cuando se marcharon los mensajeros de Juan, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan: "¿Qué salieron a contemplar en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con lujo? Los que se visten fastuosamente y viven entre placeres están en los palacios. Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? Sí, les digo, y más que profeta. Él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare el camino ante ti." Les digo que entre los nacidos de mujer nadie es más grande que Juan. Aunque el más pequeño en el Reino de Dios es más grande que él."  Al oírlo, toda la gente, incluso los publicanos, que habían recibido el bautismo de Juan, bendijeron a Dios. Pero los fariseos y los maestros de la ley, que no habían aceptado su bautismo, frustraron el designio de Dios para con ellos.

I.- ENSEÑANZA BREVE: Un niño se sabía muy querido por su abuelo, a quien admiraba mucho. Un día atrapó a una mariposa y la puso en el hueco de sus manos entrelazadas. Pensó: “se la llevaré a mi abuelo y como es muy inteligente, cuando yo le pregunte qué tengo, va a adivinar y me dirá “una mariposa”. Pero entonces yo le diré: Si abuelo, pero dime como está: ¿viva o muerta? Si me dice que muerta, abriré las manos y la mariposa saldrá volando. Si me dice que viva, entonces uniré mis manos, las frotaré una contra otra y al abrirlas le diré: te equivocaste abuelo, está muerta.

Así hizo el niño y las cosas sucedieron como en parte él había pensado. El abuelo adivino que lo que tenía entre las manos era una mariposa, `por lo que le dijo: Si abuelo, pero dime cómo está: ¿viva o muerta? El abuelo le sonrió y mirándolo a los ojos, le dijo: COMO TÚ QUIERAS.
Dios nos da la vida y tiene un proyecto de amor que nos toca descubrir y realizar. Que lo descubramos y lo realicemos depende de nosotros. Nuestra vida será en gran medida como nosotros queramos que sea. No podemos dejar de reconocer que hay muchos condicionamientos, pero por encima de ellos está la finalidad para la que hemos sido creados que es la de ser felices, ser santos, alcanzar la Vida Eterna, y estos tres fines no dependen de lo que nos rodea, sino en gran medida de nosotros, y para alcanzarlos siempre tendremos que aceptar la Gracia de Dios. Recuerda, tu vida estará viva o muerta, COMO TÚ QUIERAS.

II.- VER - JUZGAR – ORAR - ACTUAR
VER
Una gran mayoría de los humanos viven frustrados porque no tienen los bienes materiales que desean, que van desde una salud completa sin achaques ni enfermedades, un físico siempre joven, una popularidad que no se acaba, dinero que siempre alcanza, vehículos y propiedades, tiempo para viajar y disfrutar lo que se tiene, etc. Unos corriendo por tener apenas lo indispensable, otros para seguir acumulando más y todos descuidados ante Quien nos da todo para existir y ser, para ser felices, para ser santos, para alcanzar la Vida Eterna.
Se busca la felicidad en el poseer, en el placer, en el parecer, en el poder, en el hacer y no en el ser uno mismo EN DIOS.

JUZGAR
La gran mayoría de la población mundial vive de manera frustrada porque no alcanza las metas que se propone y esto es porque no sabe ponerse la meta mayor, que es en todo amar a Dios y servir a los demás en Él.
Dios nos ha creado para ser Felices, para Amar y alcanzar la Vida Eterna, esto lo conseguimos cuando en todo amamos a Dios y servimos a los demás. Para ello debemos procurar el mayor desarrollo personal posible, buscar el bien común y lograr el mayor desarrollo social alcanzable. Esto es factible cuando al hombre y a la sociedad, los contemplamos de manera integral y no solo desde un punto de vista material, para ello se requiere de la fe, del auxilio de Dios y de mantener fija nuestra mirada en Él, aprovechando los recursos que nos da: la Iglesia, la Sagrada Escritura, la oración, los sacramentos, en especial el de la Reconciliación y el de la Eucaristía.
Ciertamente para ser felices tenemos que aprender a usar lo que tenemos, despojarnos de todo para que nada nos aprisione y entonces podamos administrar todo y disfrutarlo todo. Solo de esa manera, Dios será el centro de nuestro ser y existir. Él lo es, pues en Dios nos movemos, existimos y somos, pero nosotros nos olvidamos de esta realidad y consciente o inconscientemente ponemos nuestra atención en personas, cosas o acontecimientos, que a diferencia de Dios, son pasajeras. Estos distractores son los que nublan nuestra inteligencia y bloquean nuestros sentimientos.
Dado que Dios respeta nuestra libertad, es importante que conscientemente lo busquemos a Él y le abramos las puertas de nuestro corazón, de nuestra familia y de nuestro entorno. Un instrumento muy útil para lograr esto y perseverar, es la oración contemplativa. En la medida que nos introducimos en la oración contemplativa y dejamos que Dios actúe en nuestra vida, podemos insertarnos en el camino de la auténtica felicidad, pues quitamos los obstáculos que impiden que sea haga plenamente la voluntad de Dios en nuestras vidas. Los santos son hombres y mujeres plenamente realizados porque no frustraron el plan de Dios en su vida.
Un(a) santo(a) escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica. Para ser feliz no frustres el plan de amor de Dios para ti. Conoce, medita y vive con su Palabra, haz oración, utiliza los sacramentos, ama a Dios y sírvelo en tu prójimo.
Madre María Inés Teresa fue una mujer llena de Dios, inmensamente feliz sirviendo a los demás. Ella fue una misionera incansable porque fue contemplativa en la acción y activa en la contemplación. Tú y yo, también podemos ser así, cumplamos con las obligaciones diarias de nuestra vida, sabiendo poner en cada cosa que hagamos, el amor a Dios. Madre María Inés Teresa descubrió y realizó el plan de Dios en su vida, no lo frustró. Tú y yo, también podemos ser plenamente felices, descubramos y realicemos el plan de Dios para nuestras vidas.
ORAR
Ven Espíritu Santo y lléname con tu amor. Purifícame, renuévame, sáname y santifícame. Ilumina mi entendimiento para buscar y encontrar la Verdad. Orienta mis motivaciones hacia la Gloria del Padre y el bien de mis hermanos, para que mis intereses sean los de Jesús. Fortalece mi voluntad para rechazar el mal y perseverar haciendo el bien. Amén
ACTUAR
A la hora de tomar los alimentos encenderé una vela de la Corona de Adviento y diré “Ven Señor Jesús a mi corazón y a mi familia, para que te adoremos como lo hicieron los pastores y los magos. Concédenos que en estos alimentos reconozcamos tu providencia y en nuestra convivencia familiar te hagamos presente con nuestra alegría”.

Señor Jesús hazme contemplativo(a) en la acción y activo(a) en la contemplación.

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“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. Madre María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)