miércoles, 4 de julio de 2012

EN LA DEMOCRACIA LAS MAYORIAS DECIDEN.



Los candidatos y partidos reciben sueldos, son los primero que han de respetar las decisiones de la mayoría y a las instituciones.
Creados para ser libres, la verdad y el amor, junto con el perdón nos hacen vivir como hijos de Dios. Si renuncio a estos parámetros, difícilmente podre vivir en la libertad de hijo de Dios y por lo mismo, aunque estuviera bautizado, no estaría viviendo como católico.
La voluntad de Dios se manifiesta en la “realidad” y aunque ciertamente “muchas realidades” hay que cambiarlas, para hacerlo, lo primero que hay que hacer es amarlas. 
El odio es un sentimiento y cuando los sentimientos gobiernan nuestras vidas, la razón queda nublada y por lo mismo nuestras decisiones son tomadas guiadas por la pasión y no por la razón. Las pasiones nublan el entendimiento.
Ante el asesinato de misioneros en África y el destrozo de escuelas y hospitales levantados con mucho esfuerzo, el Papa Paulo VI señalaba que un católico es aquel que construye con mucho amor y cuando ve destruida su obra, con el mismo amor, incluso con más, perdona y pacientemente, con amor, vuelve a levantar lo destruido.
En México hemos vivido una elección que ha vista de muchos es muchos extranjeros y la mayoría de los mexicanos ha sido ejemplar. Los contendientes a la presidencia fueron 4 pero atrás de ellos están por lo menos 8 partidos. Ninguno de los candidatos obtuvo la totalidad de los votos, pero si hubo quien concentró la mayoría.
La tolerancia nos habla del respeto a las personas que piensan de manera distinta, a uno mismo, y nos lleva a comprender que no por eso, quien piensa distinto a mí, es mi enemigo. La democracia reconoce esta realidad y por eso es un canal de expresión de la pluralidad de ideas, a través del cual, los electores pueden decidir quién ha de gobernarlos, entendiendo que sólo uno ha de ganar.
La dinámica de la democracia exige que todos respeten los resultados y tomen las vías institucionales, a través de la cual se ha de seguir trabajando por el bien común, en espera de que quien ha sido elegido cumpla con su deber y los que perdieron se sigan esforzando en realizar bien las cosas que les corresponden en espera de ganar electores para las siguientes elecciones. 
Hay que recordar que los candidatos y sus partidos reciben sueldos que son pagados por todos los contribuyentes, independientemente del partido que sean y que por lo mismo, los candidatos y representantes son los primero que tienen que respetar las decisiones de la mayoría y a las instituciones.
Quienes pierden, actuando de manera inteligente y no emocional, más que quedarse en la frustración de la derrota, han de saber atemperar sus emociones y retomar las vías institucionales en lugar de caer en la intolerancia y promover la desunión, el miedo y la violencia.
En la democracia las mayorías deciden. Aceptar la derrota, no significa estar equivocado, sino simplemente reconocer que la mayoría no piensa como yo, pero tampoco por eso, esa mayoría, está equivocada.


Han pasado las elecciones, te invito a reflexionar y a poner a Cristo en tu corazón y en tu acción.

Ser cristiano es ser constructor de paz. La madurez del auténtico demócrata se manifiesta en elegir por quién votar, emitir el voto y respetar los resultados. México vive una incipiente democracia y no creceremos en ella si nos quedamos en las emociones. Naturalmente habiendo varios competidores solo uno gana. 

Hemos orado por el proceso electoral que vivimos, hemos orado por quién ganara las elecciones, Superemos las confrontaciones y trabajemos por la reconciliación, la concordia y la paz que hemos pedido. Quedarnos en el resentimiento, dejando que se haga odio y genere violencia, no es ser demócrata y mucho menos cristiano.

En la democracia los votos cuentan, cada candidato tuvo los suyos, ganó quien más tuvo. El que gana no gobierna para los suyos, gobierna para todos. Que cada quien haga lo que le corresponde para que todos seamos mejores. 

¿Perdió el partido que querías? Pregúntate si realmente tuvo el mejor candidato y si como partido fue unido e hizo lo mejor. La autocrítica le llevará a superar errores y quizá ganar en las próximas elecciones. Esto ayuda a crecer en la democracia.

¿Ganó el que no querías? No te quedes en el berrinche del niño a quien no le cumplen sus caprichos. Tu voto y el de los otros partidos fueron importantes, porque el que gobierne sabe que será vigilado y deberá poner más empeño en hacer bien las cosas.

¿Ganó quién tú querías? No le entregues un cheque en blanco, exígele que sea honesto y que trabaje por el bien común.

Un partido es una parte, la Nación la conformamos la totalidad de los mexicanos. Ls elecciones nos dejan ver que somos diversos, pero no por esos nos excluimos unos a otros, sino que la auténtica democracia nos debe llevar al respeto mutuo y a la inclusión.

Pero tú sabes que yo, más que hablarte de democracia, de Quien te quiero hablar es de Dios. Sólo en Él, podremos encontrar la verdadera unidad y podremos construir la paz. Pongamos a Cristo en nuestro corazón y en la democracia y hagamos un México Mejor. 

Pongamos a Cristo en la democracia y lo encontraremos en ella, Pongamos a Dios en nuestra Nación y en ella lo encontraremos. Pon a Cristo en tu familia y en ella lo encontrarás. Pon a Dios en tu corazón y experimentarás su amor.

DIOS TE BENDIGA
Te envío estos comentarios, ojalá los enriquezcas con tu opinión. DIOS TE BENDIGA