lunes, 16 de julio de 2012


“Vida, mujer y familia”

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz,
Conferencia en el Congreso Mariano  2012

El corazón de la familia es el matrimonio en el amor del hombre y la mujer, algunos dicen que el matrimonio puede ser entre dos personas del mismo sexo, pero la misma palabra nos dice que esto es imposible. Matrimonio: matriz, una mujer.

El matrimonio es constituido por la legislación romana siglos antes del cristianismo para proteger a la familia. No nos dejemos engañar con la falsa idea de que se puede constituir un matrimonio con la unión de dos mujeres o dos hombres. Una mentira por más que sea repetida jamás será verdad.

Muchos podrían caer en el engaño que esto es un estilo de vida, sin embargo los resultados son nefastos cuando se ataca a la familia.

Otra de las formas de destruir a la familia es haciendo que la mujer pierda su identidad. Una diferencia que es propia de la mujer y que es parte de su gran dignidad es el don de ser madre. Ningún hombre tiene ese don y esa capacidad, y aunque avance la ciencia no hay nada que pueda suplir el vientre de una mujer para dar vida.

Hoy muchas mujeres han caído en el engaño de que la maternidad es una imposición o es algo que les degrada o afecta. Necesitamos despertar la conciencia de esas mujeres.

No podemos olvidar lo que la ciencia dice: la vida de todo ser humano comienza desde el momento de la concepción. Por eso defendemos el respeto a los derechos y a la dignidad del ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural. Defender  la vida, no es para el católico una opción, es un elemento propio de su fe.

No estamos en contra de quienes promueven el aborto, ni de las mujeres que lo sufren, porque ellos también son nuestros hermanos aunque piensan de manera equivocada; tenemos que orar por su conversión, pero definitivamente no debemos callar la verdad. Seamos propositivos y con mucha caridad dirijámonos a ellos.

No hay interrupción del embarazo, porque algo que se interrumpe se puede volver a comenzar. El aborto es un asesinato y una mujer que ha abortado no es una mujer que se libró de un problema. Hay que promover la paternidad responsable y decirles a los jóvenes que respeten su dignidad, que entiendan que una relación íntima entre un hombre y una mujer, sólo se puede basar en el profundo amor que se tienen y que los lleva al compromiso de contraer matrimonio y constituir una familia.

Dios que es Amor crea todo cuanto existe porque ama y la consecuencia de este amor es la vida. Todos somos un pensamiento del amor de Dios, ojalá esto nunca se nos olvide.

Infinidad de personas no conocen esta verdad y no viven la alegría de ser hijos de Dios, por eso no nos extrañe que no todos piensen como nosotros.

Tenemos que ser valientes para poder proclamar aquello que creemos. El mundo no conoce a Dios y por eso nos propone acciones que son ajenas al Plan de Dios.

Hoy estamos llamados a iluminar la vida de todos con el anuncio de Jesucristo. No dejemos que nuestra fe se apague, anunciemos con alegría la grandeza e importancia de la familia constituida en el matrimonio de un hombre y una mujer.