lunes, 7 de noviembre de 2011

Nuevo lanzamiento de Sabiduría de Dios


La propuesta de Semana de Santidad en Oración Contemplativa, da pistas para rezar, orar, meditar y contemplar el misterio del amor y la presencia de Dios en la persona que día a día, se esfuerza por ser plenamente humana y feliz, amando y sirviendo a Dios en los demás, haciendo este mundo mejor.

Ésta obra que les presento, es una propuesta para quien busca la santidad, siendo contemplativo en la acción y activo en la contemplación.

Quien desee hacer suyo éste libro, puede conseguirlo en la colecturía del Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe.

Mons. Pedro Agustín Rivera

Meditación del 8 de noviembre del 2011

11-11-08. martes  32ª

LO NUESTRO ES AMAR

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 17, 7-10: En aquel tiempo Jesús dijo a sus apóstoles: «¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños le dice cuando éste regresa del campo: Entra enseguida y ponte a comer? ¿No le dirá más bien: Prepárame de comer, y disponte a servirme para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú? ¿Tendrá acaso qué mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación? Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les manda, digan: No somos más que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos qué hacer».

I.- ENSEÑANZA BREVE: En una ocasión, una amiga sufría porque había terminado con su novio y encontró una poesía que decía más o menos así; “Hemos terminado y de los dos, quien más ha perdido, eres tú, porque yo podré encontrar a quien amar como te amé a ti, pero tú no encontrarás quien te ame como yo.” Ciertamente cuando amamos, podemos ser traicionados, pero la experiencia del amor queda en quien amó.
Dios es amor (Deus Caritas est) y es la fuente inagotable del amor. Él nos crea por amor y su amor es el que sustenta nuestra vida, por eso san Pablo dice: en Dios nos movemos, existimos y somos. Dado que esto es así, nuestra vocación es amar y en el amar está nuestra felicidad.
Nadie da lo que no tiene, sólo cuando nos reconocemos amados por Dios, podemos amar de manera total y desinteresada a los demás, pues Dios nos llena con su amor y de su abundancia podemos compartir con los demás, como lo han hecho los santos, como lo hicieron: Madre Teresa de Calcuta, santa Faustina, el Padre Pío, san Francisco,  la beata Madre María Inés Teresa, etc.
Solo cuando experimentamos el amor de Dios, podemos perdonar a quien se aleja, nos traiciona o rechaza. Es más, cuando el amor de Dios llena nuestro corazón, nada puede herirnos, pues todo lo llena el amor de Dios. Solo Dios puede llenar nuestras carencias de amor. Si amamos, realmente seremos felices y lo más extraordinario será que realmente nos podremos reconocer siervos, que únicamente hicimos lo que teníamos que hacer.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
El drama mayor que infinidad de personas viven, es que no se sienten amadas, sino más bien abandonadas, ignoradas, maltratadas o rechazadas. Necesitadas de amor, son capaces de hacer hasta lo imposible con tal de obtener una migaja de amor o algo que se le parezca, y entonces, como el niño de la calle que para no experimentar hambre se droga y anda con su “mona de thínner”, tratan de suplir el auténtico amor por la caricatura del placer, de la fama, del dinero o del poder. Entre el grupo de personas que delinquen, existe un alto número de personas que provienen de hogares desintegrados y lo mismo sucede en personas que se dedican a la prostitución o a la drogadicción o a otro tipo de conductas que les deshumanizan. Lo que le da sentido a la vida de toda persona es el amor y lo que la plenifica es el amor de Dios. Hay quienes no sintiéndose amados, no aman y llevados a la desesperación por su carencia de amor, se suicidan o simplemente se dejan morir.

JUZGAR
¿Qué es lo que tiene que hacer el ser humano para ser feliz?: AMAR. Nuestra tarea principal no es hacer dinero, ni comprar todo lo que nos ofrecen, ni ser famosos o políticos o artistas. Tampoco es el gozar o el sufrir, ni siquiera es, el ser amado, LO NUESTRO ES AMAR.
Erich Fromm dice que el amar es un arte y por lo mismo, a lo largo de los años aprendemos el arte de amar. La clave de la felicidad no está en ser amados, sino en amar. Los griegos hablaban de por lo menos tres tipos de amor: filía, eros y ágape. El amor de filía, es el de amistad. El término de amor eros denota el deseo de poseer lo que le falta y anhela la unión con el amado, y el ágape indica el amor oblativo de quien busca exclusivamente el bien del otro. EL AMOR DE DIOS ES ÁGAPE. Este último es el amor con que Dios nos ama y cuando amamos como Dios, es entonces cuando aprendemos a ser libres y a amar sin el deseo de poseer al otro, ni esperar nada a cambio. “Ama y haz lo que quieras”, decía san Agustín. “Amo por amar”, decía san Bernardo.
ORAR
Señor, nadie da lo que no tiene, y ya que Tú me das la tarea de amar; yo, necesitado de amar y carente de amor, lastimado por el rechazo de los demás y herido por las veces que de manera equivocada he buscado ser amado por relaciones destructivas o acciones que me han hecho daño, hoy me acerco a Ti, para decirte que necesito de tu amor que me sane, para que yo pueda amar. Dame la conciencia de saber que soy amado por Ti, concédeme experimentar tu amor y permite que en Ti ame a lo largo de mi vida, para que al final de ella pueda decir, todo está consumado y no he sido más que un siervo que ha hecho lo que tenía que hacer: AMAR.
ACTUAR
La mayoría de las personas no experimentan el amor de Dios. Grandes sectores de la población ignoran que Dios es amor y que son amados por Dios. En opinión de la beata, misionera mexicana sin fronteras, Madre María Inés Teresa, cada uno de nosotros “somos un pensamiento de amor de Dios”. Cada persona está llamada a ser el rostro del amor de Dios. Para ello es importante que yo me reconozca y experimente amado por Dios. Por eso hoy, lleno del amor de Dios, procuraré mostrar a todos que los amo, en el nombre de Dios.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

Meditación del 7 de noviembre del 2011

11-11-07. Lunes 32ª

PERDONAR CON FE PARA SER FELIZ

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 17, 1-6: En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquél que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado. Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo». Los apóstoles dijeron entonces al Señor: «Auméntanos la fe». El Señor les contestó: «Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: Arráncate de raíz y plántate en el mar, y el árbol los obedecería».

I.- ENSEÑANZA BREVE: La fe no sólo es creer en Dios, sino creerle a Él. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Él es la Verdad, la Palabra, el Amor de Dios, hecho hombre. Dios no se contentó solo con crearnos, sino incluso vino a enseñarnos cuánto nos ama y cómo debemos amarnos a nosotros mismos y a los demás. La fe brota no del encuentro con una serie de dogmas o mandamientos, sino del encuentro personal con Jesús. Por lo mismo no basta decir soy católico es necesario vivir como Jesús. Hoy, Él nos dice: PERDONA. Para sus apóstoles eso parecía imposible, hoy la psicología enseña que para ser feliz hay que perdonar. No es Jesús el que está mal o nos pide “cosas imposibles, como perdonar”. Soy yo quien le pone barreras al amor de Dios. No basta con decir “Señor, Señor”, es necesario creerle a Jesús. Por eso para perdonar cristianamente y vivir la experiencia de ser libres en el amor de Dios hay que aprender a perdonar con fe para ser feliz. Hoy como los apóstoles digámosle a Jesús, “auméntanos la fe” y repitamos una y otra vez “Jesús, en Ti confío” y digamos también: “en tu nombre Jesús, yo perdono a quien me ha ofendido”.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Muchas personas viven tristes y con una violencia interior. Por el odio que llevan en su interior algunas personas viven desadaptadas a su entorno familiar, laboral, estudiantil y social. El resentimiento que llevan en su interior se nota en su rostro, en sus palabras, en sus acciones. Algunos son tímidos, algunos inseguros, otros callados, algunos envidiosos, otros celosos, algunos explosivos, otros violentos verbalmente o físicamente. Algunos manifiestan su falta de perdón y de amor en manías como el ser mentirosos o robar.

JUZGAR
Hay quienes piensan que así son y nunca van a cambiar, porque “la vida los hizo así”. No es verdad, Dios que es amor nos ha creado por amor y para que seamos felices, por lo que, Jesús nos da su perdón y nos enseña a perdonar, para que seamos libres para amar y ser felices. Jesús señala que aunque el odio estuviera tan fijo e inamovible como una montaña o estuviera enraizado profundamente como un árbol, si tengo fe y perdono con fe, el odio y el resentimiento, como la montaña y el árbol desaparecerán.
La psicología habla de la importancia de perdonar. El perdón del que Jesús habla, es el que procede de Él. El perdón que el católico da no ha de ser motivado sólo por una conveniencia psicológica sino que ha de estar lleno del amor de Dios, que nos quiere libres de toda opresión. Cuando un católico perdona, no lo ha de hacer sólo con sus propias capacidades psicológicas, sino con el poder y la fuerza del amor de Dios. Por eso los apóstoles le dirán a Jesús: “auméntanos la fe”.
Sólo Dios puede perdonar los pecados, por lo mismo cuando perdono en el nombre de Jesús, además de mi intención humana está la Gracia del poder de Dios, que sana la herida abierta que una mala acción dejó en mi corazón.
Yo debo aprender a perdonarme a mí mismo(a), para amarme.
Debo perdonar a los que me han ofendido para vivir reconciliado(a) con todos.
Debo vivir reconciliado(a) con los ambientes donde realizo mi vida. Debo aprender a perdonar las situaciones y circunstancias que me afectan, desde el perro que ladra, la planta que estorba el paisaje, el ruido de los coches, la inseguridad de las calles, la situación de violencia del país, la incertidumbre económica del mundo, los desastres naturales, etc. Estas cosas y todas las que puedo recordar y que me quitan la paz, requieren que las perdone en el nombre de Jesús para vencer los sentimientos de odio, resentimiento, temor, indefensión o cualquier otro sentimiento negativo que yo pudiera tener. Perdonar en el nombre de Jesús me reconcilia conmigo mismo, con los demás, con mi entorno y sobre todo con Dios, pues me permite experimentar su amor.
ORAR
Muchas personas no son felices porque viven presas de sus odios, rencores y envidias. Piensan que su lucha está en el exterior y en contra de aquellos que les han hecho daño. Se equivocan, la lucha está en su interior, porque no tienen amor en su corazón, sino sentimientos negativos. Algunas personas encuentran ayuda o paliativos en terapias psicológicas o en la participación de algunos talleres de perdón o de desarrollo humano o en libros que hablan sobre el tema. Esto es bueno, pero no es lo único ni lo mejor. Si por ejemplo, se me descompone un reloj, puede ser que me lo arregle el “chalán” del taller mecánico, pero lo mejor es que me lo arregle el relojero que lo hizo. Así, si quiero sanar las heridas de odio o resentimiento que llevo en mi corazón, lo mejor es que me ponga en la presencia de Dios y le diga: Señor Jesús, Tú que te has hecho hombre para mostrarnos tu amor y perdonarnos, enséñame a amar y a perdonar para ser libre y ser feliz en tu amor y perdón. Tú lo puedes todo, yo sin Ti, no puedo nada. Ven con la ternura de amor y enséñame a perdonarme a mí mismo(a) y a los demás.
ACTUAR
Porque no quiero sólo creer en Jesús, sino creerle a Él, y hacerlo Señor de mis sentimientos, hoy pensaré en aquella(s) persona(s) que me han hecho algún daño y a las que les guardo rencor. Dejaré que el sentimiento de odio, rechazo o de tristeza que experimento cuando pienso en ella(s) aflore en mi corazón y visualizándola(s) en mi imaginación, le(s) llamaré por su nombre y le(s) diré: “ _____ en el nombre de Jesús, yo te perdono”. Por ejemplo si siento que tengo algún rechazo con mi papá, lo visualizaré y le diré Papá en el nombre de Jesús, yo te perdono”.
Algo similar tendré que hacer, si reconozco que no me amo a mí mismo(a) o que vivo en lucha con algunas etapas o acciones erróneas de mi vida. Entonces, visualizando aquello que no acepto de mí mismo(a) diré mi nombre y diré Yo, ________, me perdono y me amo en el nombre de Jesús” y con mis propios brazos, me daré un abrazo.
Seguramente que después de que hagas esta oración de perdón, sentirás paz en tu corazón y notarás cambios muy positivos en ti, que se mostrarán en tu rostro y con nuevas actitudes, mostrarás que le has creído a Jesús y lo has hecho Señor de tus sentimientos.
Si puedes, y quieres, comenta los efectos de esta oración con un(a) amigo(a). Si lo haces con un sacerdote, incluso puede ser materia de confesión.
Por cierto, si cuando haces esta oración de perdón sientes que brotan lágrimas, déjalas fluir.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

Meditación del 6 de noviembre del 2011

11-11-06. Domingo 32ª

LOS NINIS CATÓLICOS

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Mateo 25, 1-13: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a diez jóvenes que, tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó un grito: “¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!”. Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: “Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando”. Las previsoras les contestaron: “No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo”. Mientras aquellas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: “Señor, señor, ábrenos”. Pero él les respondió: “Yo les aseguro que no las conozco”. Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora».

I.- ENSEÑANZA BREVE: En el tiempo en que di clases en la Universidad de Chapingo, un alumno que había sacado 5.6 en un examen parcial me pedía que le pusiera 6.0 de calificación, me decía que había reprobado por 4 décimas. Yo le comenté que no le subiría la calificación pues tenía otras oportunidades para superarse, pero también le pedí que saliera de su error, pues él no había ido a la Universidad a sacar “seises” sino “dieces” por lo que para aprobar requería de 4.4 puntos más.
Hay quienes se rigen por la ley del menor esfuerzo, hay quienes piensan que están en este mundo para medio sufrir, para medio gozar, para medio ser felices, para medio ganar la vida eterna, para ser siempre mediocres.
El plan de amor de Dios para cada uno de nosotros es que seamos plenamente felices, que seamos santos y por lo mismo nos reta a que cada día lo vivamos con profunda alegría poniendo lo mejor de nosotros mismos en cada cosa que hacemos, incluso, cuando tenemos que descansar.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Las jóvenes del Evangelio bien pueden representar a muchas personas en el conjunto de la humanidad. Definitivamente son pocos los que tienen la conciencia de que esta vida pasa y que estamos llamados a la Vida Eterna y por lo mismo, realizan su vida de manera descuidada. Hoy quizá el caso más notorio son los llamados “ninis”: ni trabajan, ni estudian, ni proyectan su futuro. Sin embargo y desafortunadamente un gran sector de bautizados están en la misma situación, podríamos decir que son los “ninis católicos”, que ni van a Misa, ni leen la Biblia, ni se confiesan, ni hacen obras de misericordia, ni se esfuerzan en ser mejores cristianos. Son los “ninis” que se quedaron con la formación que recibieron para la Primera Comunión y que cuando se van a casar, piensan que eso de tener que asistir a pláticas matrimoniales y entregar los papeles para la boda religiosa son “las cosas por la que <luego la gente pierde la fe> o <no se quiere casar>”.
JUZGAR
No te espantes si conoces a muchos “católicos ninis” o si eres o fuiste de ellos, lo importante es que dejes que tu lámpara (corazón) esté llena de aceite (amor de Jesús) e ilumine tu vida y con ella ilumines la vida de los demás. Los “ninis católicos” existen porque no han tenido la experiencia del trato personal con Dios que es Amor.
Dios nos ha creado por amor y nos ha manifestado ese amor en Jesús, quien siendo Dios, ha dado su vida por nosotros para que tengamos “vida en abundancia”. De tal manera que cuando la “luz del amor de Dios” enciende nuestras vidas, desde nuestro corazón brota no sólo la alegría de vivir, sino sobre todo la felicidad de sabernos amados por Dios y por lo mismo la necesidad de compartir ese amor y esa felicidad con quienes nos rodean y con el mayor número posible de personas.
Quien ha dejado que la llama del amor de Dios esté en su corazón, alimenta el fuego de la felicidad, con la participación de la Eucaristía y de la Reconciliación; con el estudio de la Sagrada Escritura y la oración; además, con las buenas obras que realiza dentro y fuera de la Iglesia, comunitaria o individualmente. Es decir, impregna con la alegría del Evangelio, su casa, su trabajo, su lugar de estudio o diversión, etc. Es un católico de tiempo completo, discípulo y misionero, que ha comprendido que la santidad es el alto grado de vida, al que todo bautizado debe aspirar y que esa santidad es consecuencia de una vida llena de felicidad interior, de servicio a los demás y de amor a Dios, por encima de todas las cosas.
ORAR
Señor Jesús, me pongo en tu presencia, gracias porque el fuego de tu amor ha llegado a mi corazón, sé que aún me falta mucho, pero te pido que día a día, tu amor me sostenga y me aliente para ser mejor. Gracias por la paz que me das, gracias por los retos que me pones, gracias por tu compañía que me impulsa siempre a ser mejor y me ayuda a disfrutar la Vida Nueva que de Ti procede y a anhelar la Vida Eterna que con tu muerte y resurrección me concedes.
ACTUAR
Tomando la decisión de ser mejor cada día, revisaré el interés que pongo “en las cosas de Dios” y en el servicio de los demás. Viviré las cualidades del discípulo y procuraré desarrollar las misionero, para llevar la alegría de la fe a los “ninis católicos” que conozco, invitándoles a que dejen que el amor de Jesús transforme su vida.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

Meditación del 5 de Noviembre del 2011

11-11-05. Sábado 31ª

LA IDOLATRÍA DEL DINERO

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 16, 9-15: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Con el dinero, tan lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el Cielo. El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes. Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes? No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o se apegará al primero y despreciará al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero». Al oír todas estas cosas, los fariseos, que son amantes del dinero, se burlaron de Jesús. Pero Él les dijo: «Ustedes pretenden pasar por justos delante de los hombres, pero Dios conoce sus corazones, y lo que es muy estimable para los hombres, es detestable para Dios».

I.- ENSEÑANZA BREVE: Un hombre de ciudad fue con todos sus arreos de pesca a un río y vio a un hombre más joven, indígena, que pescaba con una sencilla caña. Dado que el paisaje era muy bello, le preguntó de quienes eran esas tierras. El indígena contesto que de su pueblo. El hombre le dijo que le ofrecía dinero por sus tierras y el indígena le preguntó que para que querría él, el dinero. El citadino le dijo que “podría tener un coche, una oficina, muchos empleados”. El hombre de campo preguntó: “¡Yo para que quiero todo eso?”. El empresario respondió: “pues, para hacer negocios, trabajar en la semana, incrementar tus recursos económicos”. Y el lugareño volvió a preguntar. “Yo para qué quiero hacer negocios”. El empresario, un tanto desesperado, le contestó: “pues para que cuando estés cansado, como yo, tengas todo lo necesario para poder irte un día de pesca”. El indígena respondió: “Pues eso estoy haciendo, y lo hago todos los días, aunque no tengo dinero”.
En ocasiones pensamos que la felicidad está en el tener cosas, cuando lo más importante es tenernos a nosotros mismos.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Hay quienes movidos por la avaricia y sus intereses personales o grupales, fácilmente dejan de ver a Dios y ponen su atención en el dinero, de tal manera que para ellos, el ser humano es visto como un objeto de economía y se le valora en función del dinero que pueda producir o de los gastos que pueda ocasionar.
La economía mundial se basa en esos parámetros y por eso no es raro que los países y las empresas económicamente más poderosos pretendan regir los destinos de la humanidad no en razón de la voluntad de Dios sino en base a sus intereses particulares.
Esta situación también llega a afectar la economía familiar y la percepción que cada persona pueda tener sobre sí mismo o los demás. Hay quienes se valoran y valoran a los demás por lo que tienen, por lo que al no alcanzar los estándares económicos que han asumido, sin querer reconocer que se le han impuesto o han idealizados como óptimos, por lo que caen en la simulación de aparentar lo que no son, aunque ello les lleve a endeudarse y a vivir esclavizados teniendo que pagar los intereses de las tarjetas de crédito.
Sin que se presente a manera de un culto religioso o una divinidad, la economía y el factor dinero, son la gran idolatría actual que esclaviza a grandes sectores de la población, incluso católica. Las redes de esta idolatría son ampliamente extendidas por los medios de comunicación social y se manifiestan en el insaciable consumismo y el hedonismo, que afecta no solamente a los adultos, sino que tiene un especial atractivo entre la juventud, que incluso económicamente no es productiva pero que toca sensiblemente el corazón de los padres que no han sabido educar a sus hijos en la moderación y el recto uso de las cosas.

JUZGAR
Ciertamente vivimos en un mundo altamente tecnologizado, lo cual no implica que cada día tengamos que tener el último producto en televisiones, cámaras, computadoras, ipods, ipads, celulares, etc. ni que tengamos que tener varios de estos instrumentos a la vez, para cuando alguno no me funciona o simplemente para “presumir” de que yo sí estoy a la moda. Por ejemplo, ¿realmente necesito 2 ó 3 celulares y tenga que pagar 2 ó 3 rentas por su uso?, ¿Mientras más celulares tengo, realmente estoy más comunicado o lo hago por estar esclavizado al qué dirán? ¿Valdrá la pena parecer más importante, aunque realmente sea más pobre al tener que pagar tres rentas?, ¿Cuántos miembros en una familia tienen celular y cuantos celulares tiene cada uno?, ¿Cuánto se paga al mes por ellos? Este es un ejemplo, pero lo mismo podríamos decir de los coches, los televisores en un hogar, además de los zapatos, la ropa de moda, los conciertos, etc.
Vivir de esta manera, incrementa la angustia generada, ya de por sí, por tener que pensar en cómo cubrir los gastos básicos e indispensables de alimentación, educación, vivienda y salud, lo que indudablemente, afecta las relaciones a nivel familiar con el cónyuge, los hijos, los padres, los hermanos y amigos más cercanos.
Ocupada la mente y corazón en la idolatría del dinero, ciertamente no hay tiempo para pensar en personas que estén más necesitadas o en las que viven en extrema pobreza.
La enseñanza de Jesús es muy clara y totalmente libertaria, con respecto al dinero. Quienes viven apegados a él, se burlan y rechazan a Jesús, sin reconocer que si en vez de vivir esclavizados a la idolatría del dinero, ponemos nuestra atención en Dios, nos valoraremos a nosotros mismos en función a su amor y amaremos a nuestros hermanos y les serviremos con alegría, utilizando los bienes materiales, incluido el dinero, de manera razonable sin esclavizarnos a nada, disfrutando de la vida e incluso teniendo la posibilidad de ayudar a los demás.
Madre Teresa de Calcuta no tenía dinero, los puños de sus manos no estaban cerrados, atesorando ninguna moneda. Al contrario, sus manos abiertas estaban al servicio de los más pobres entre los pobres. Seguramente que careció de muchas cosas, la mayoría de las cuales no necesitó, por lo que en vez de encadenarse a las cosas, fue libre para amar a Dios y en Él, amar a los demás. No tenía dinero qué dar, se daba ella misma y en esto era feliz y hacía felices a los demás.
ORAR
Ciertamente Señor Jesús, Tú no nos das una clase de economía, nos vienes a enseñar a amar y a ser libres, para amar y liberar a los que viven presos de falsas idolatrías. Enséñame a entrar en mi corazón y a descubrirte en mi interior, para vaciarme de mí y llenarme de Ti, de tal manera que Tú seas mi único tesoro y de Ti aprenda a administrar los bienes que tengo y a compartirlos con los demás.
ACTUAR
Las crisis económicas a nivel mundial son cada vez más recurrentes y afectan el entorno social y el bolsillo familiar y personal. No sólo por razones preventivas, sino sobre todo por amor a Dios, debo reconocer las cadenas que me hacen esclavo(a) del dinero para liberarme de ellas y debo aprender a dar el testimonio cristiano del manejo sobrio de los bienes materiales, para que en lugar de vivir en la angustia de sobrevivir a la “quincena” y en pleito con todos, tenga “tiempo de calidad amorosa y lleno de Dios” para compartir con mi familia y los demás.


Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)