TÚ PUEDES SER UN SANTO EUCARÍSTICO
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz
Él
nos da muchos medios para llegar a la santidad, pero lo más importante es Su
presencia. Todos sabemos que Dios está en todas partes, pero en especial está
presente en cada Hostia Consagrada, en cada celebración eucarística Él se hace
presente.
Dios
también quiere estar en el corazón de cada uno de nosotros, por eso debemos ver
nuestro corazón como el sagrario donde Dios quiere estar.
Algunos
de los santos que podemos tomar como ejemplo de vida eucarística son Juan Pablo
II, Teresa de Ávila, la beata Madre María Inés, y por supuesto a la Virgen
María, Ella fue el primer sagrario donde Jesús se hizo presente con su Cuerpo y
Sangre.
Juan
Pablo II en el Templo Expiatorio a Cristo Rey y en familia Eucarística lo
reconocemos como “Apóstol de la Eucaristía”, porque durante su pontificado nos
dio varios documentos eucarísticos como: “Quédate con nosotros Señor”,
“Ecclesia de Eucharistia”; al igual que
homilías, cartas, ángelus y catequesis.
La
beata María Inés Teresa compartió el gozo de llevar el amor de Jesús en su
corazón. Ella decía: “La humanidad vive triste porque no sabe que tiene un Dios
que los ama”. Nuestra misión es llevar la alegría que hay en nuestro corazón.
También
decía: “Solo el Pan Eucarístico da fuerzas para la lucha en la vida”. ¿Tienes
alguna tentación, problema miedo de una enfermedad tuya o de tu familia, tu
corazón está lleno de odio o resentimiento? Ora y adora Jesús Eucaristía.
Madre
María Inés también señalaba que “Sin la Eucaristía sería imposible la vida. Con
Él todas las amarguras son dulces, Él todo lo comprende y suaviza. Las almas
que viven de la Eucaristía son felices, las penas no las agobian, las
tentaciones no las hacen caer”.
Teresa
de Ávila, para avivar en nosotros el deseo de la comunión, cuando no la
pudiéramos realizar sacramentalmente, dijo que la podíamos hacer espiritualmente
“esto es de gran provecho, esto es lo que imprime el amor de Dios en nuestros
corazones”.
Estimados
hermanos, para que podamos tener una renovación completa en nuestras vidas con
un impulso misionero, debemos centrar nuestra vida en Jesús, de esta manera lo
estaremos amando y así será más fácil imitarlo.
Los
santos son eucarísticos porque son parte de la iglesia, ellos también viven de
la eucaristía y de la contemplación brota su fe.
La
Eucaristía es la presencia salvadora de Jesús y también es nuestro Alimento
Espiritual, ya que en Ella Jesús se nos
da fiel y totalmente cada vez que participamos en la Misa.
Cuando
estamos ante Jesús Eucaristía no solamente estamos rezando, estamos haciendo un
acto de adoración que nos lleva a pedir perdón por nuestros pecados y los de la
humanidad. Un hombre o mujer eucarístico es una bendición para su hogar pues no
sólo transforma su vida, sino la de los demás.
Queridos
hermanos, para poder ser santos eucarísticos hay que ponernos ante el Señor y
darnos cuenta que nada es importante, que sólo Él basta. Necesitamos el trato
frecuente con el Amigo que nos ama. Él verdaderamente está con nosotros y nos
acompaña siempre.