MADRE
MARÍA INÉS TERESA, INTERCESORA DE LA ALEGRÍA
Mons. Pedro Agustín
Para algunos matrimonios, el no poder engendrar
hijos es una de sus penas mayores. En lo personal quiero compartir que desde
hace años, al escuchar a diversas personas sobre sus problemas, conflictos o
necesidades, les sugiero que invoquen la intercesión de la Madre María Inés
Teresa y por lo menos en tres casos, puedo dar fe, que matrimonios que llevaban
años de casados y no se habían embarazado, Dios les ha concedido el don de la
paternidad, habiendo orado yo por ellos, invocando la intercesión de esta
religiosa, misionera mexicana sin fronteras. Dos de esos niños, ya tienen más
de cinco años y el otro está por venir en un hogar, en donde será recibido con
mucho amor, después de 11 años de estar esperándolo.
La tristeza se anida en algunos corazones,
especialmente cuando hay malos entendidos entre los esposos. Una amiga me
comentó que estando sentada en su casa, frente a una mesa en la que tenía una
foto de la Madre María Inés Teresa, teniendo los ojos cerrados, platica con
Dios sus cuitas, mientras algunas lágrimas se le salían. Esta persona me comentó
que al abrir los ojos, lo primero que vio fue la imagen de la religiosa y le
pareció que le sonreía y le decía que no se preocupara, que el conflicto iba a
pasar. Mi amiga me dijo: Padre, mi actitud, mis sentimientos y mi rostro
cambiaron. Si alguien me hubiera visto en ese momento, podría pensar que me
había vuelto loca, pero la verdad es que la dulce sonrisa de la Madre, que me
pareció se dirigía a mí, hizo que se me olvidaran mis penas y me puse a reír.
Entró paz en mi corazón y poco tiempo después, los nubarrones que pensaba
estaban en mi vida, desaparecieron. Le doy gracias a Dios, me dijo, porque
ahora soy muy devota de la Madre María Inés Teresa.