martes, 23 de agosto de 2011

Meditación del Evangelio del 23 de agosto del 2011


11-08-23.
MARTES XXI. Mt 23,23-26.

SINCERIDAD EN TODO, SIGNO DE LIBERTAD INTERIOR

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER. Las palabras de Jesús, que aparecen en el capítulo 23 de la versión del Evangelio, en san Mateo, son duras y no sólo van dirigidas contra los escribas y fariseos, sino a todo aquél que se engaña a sí mismo, que piensa que se puede amar a Dios y experimentar su amor, llevando una vida alejada de Él, de la verdad, de la justicia, del autodominio, cumpliendo con normas externas y guardando apariencias, pero teniendo dobles intenciones en el corazón. Eso es una esclavitud porque se basa no en la Verdad, sino en la mentira y en la apariencia.

Al final aparece el texto bíblico.

MEDITAR: Las palabras de Jesús son duras y se dirigen a todos, en particular a los que son injustos, inmisericordes, hipócritas, ladrones, mentirosos… pues tienen su corazón lleno de mentira, de odio, insatisfacción y de violencia contra ellos mismos y contra quienes viven a su alrededor. Divididos en su interior y con quienes conviven y con lo que los rodea, piensan que están bien en su proceder y se cierran a la Gracia de Dios y a su Reinado que se expresa en verdad, bondad y mansedumbre, y además genera paz, desarrollo y bienestar.

Conocemos los efectos de una vida “farisaica”, baste pensar en quienes ocupan puestos de elección popular y suponen que están ahí para su provecho y el de su partido. Observar el proceder de quienes basan su modo de vivir en el odio, el resentimiento, el insulto, la división, la violencia. Percibir los efectos del modo de actuar de quien se aprovecha de los demás, en particular del débil y del ignorante.

Formas de actuar así, inician en el corazón de una persona y ensombrecen la vida familiar, expandiendo su error en el entorno social, pudiendo llegar a casos extremos como el crimen organizado del narcotráfico, la trata de personas y otros males más.

En el marco de la realidad que hoy vivimos, nos damos cuenta, que las palabras de Jesús, más que duras, son una advertencia firme para un cambio de vida, personal, familiar y social.
Jesús nos invita a establecer el Reinado de Dios en nuestro corazón, a vivir en la verdad y a realizar nuestra vida siendo sinceros, para construir un mundo mejor.

El Enemigo del hombre es el “padre de la mentira”. Todo signo de hipocresía en nuestra vida, manifiesta el área o las áreas en las que la mentira domina nuestro ser.

Lo opuesto a la mentira es la verdad, lo opuesto a la hipocresía es la sinceridad. La hipocresía es doblez, es vivir con segundas intenciones. La sinceridad es esforzarse a vivir en la verdad, sin dobles, actuando como se piensa y se dice. Eso es ser libre.

ORAR: Señor, Tú conoces mis esclavitudes. Tú sabes qué áreas de mi vida no te he entregado. Me abro a tu Gracia y a tu perdón para ser libre. Quiero amar y servir como Tú.

CONTEMPLAR: El texto evangélico que hoy meditamos nos invita a una revisión profunda de nuestras actitudes y acciones. Habrá quienes tengan mucho qué modificar y quizá algunos, sólo algunos detalles. Lo importante es que hagamos nuestra revisión con mucha sinceridad, sólo así seremos libres. Es el mismo Jesús, quien enseña que la Verdad nos hace libres (cf. Jn 8, 32).

ACTUAR: Haré una revisión de mi vida y anotaré las cosas que considero que debo cambiar, para ser veraz y sincero.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Mateo (23,23-26): En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera.»

Meditación del Evangelio del 22 de agosto del 2011


11-08-22.
LUNES XXI. Lc 1,26-38.

EN TODO Y CADA DÍA, HACER LA VOLUNTAD DE DIOS.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER. Hoy celebramos a María Reina. La liturgia nos propone el diálogo entre la Virgen María y el arcángel Gabriel, en el día de la Encarnación del Hijo de Dios. Destacamos la grandeza del acontecimiento, la humildad de Quien lo acepta y la sencillez con que se produce. En cuanto a sentimientos, en la Virgen María hay alegría, desconcierto, confianza y paz.

Al final aparece el texto del Evangelio que meditamos.

MEDITAR: La Virgen María, atenta a la Palabra de Dios, primero, concibe en su mente al Hijo de Dios y luego lo hará en su cuerpo; asumiendo las consecuencias que ello conlleva. Consecuencias como la alegría de sostener entre sus brazos a su bebé-Dios; el dolor de tener entre sus brazos el cuerpo de su Hijo muerto, bajado de la Cruz y la consecuencia final y la más importante: la de disfrutar eternamente la presencia de su Hijo resucitado.

María tiene un papel primordial en la redención de la humanidad, El sí de María, la hace portadora de la Vida Nueva y Eterna, al aceptar participar en la obra de salvación.

El sí de María, establece el Reinado de Dios en su corazón.

¿Cuántas personas viven llenas de angustia por no aceptar lo que acontece a su alrededor? ¿Cuántas personas viven amargadas, quejándose de todo en lugar de ocupar su tiempo y energía en hacer el bien mayor posible, aceptando la voluntad de Dios?

Realizar diariamente nuestra vida, en la confianza de que Dios me ama, me cuida y me guía, además de darme seguridad interior, me permite trabajar con entusiasmo y alegría. Señor, concédeme estar atento a tu voz, para procurar, en todo y cada día, hacer tu voluntad.

ORAR: Señor, Jesús, todos los días Tú me hablas de muchas maneras y eso me genera alegría; concédeme atender tu voz y hacer tu voluntad, aunque muchas veces no alcance a comprender lo que me pides y eso me genere desconcierto. Gracias porque me invitas a ser parte de tu redención. En todo quiero hacer tu voluntad. Fortalece mi confianza en Ti, y en mí; ¡dame tu paz!

CONTEMPLAR: Hay una oración que la Iglesia nos invita a realizar tres veces al día: a las 6:00, a las 12:00 y a las 18:00 horas: EL ÁNGELUS. Con ella recordamos el Misterio de la Encarnación, somos invitados a tener las actitudes de la Virgen María y a colaborar en la obra de la redención. Veamos cuál es el proceso.

EL ÁNGEL DE SEÑOR ANUNCIÓ A MARÍA. Dios me habla y me invita a que me llene de alegría. Dios me habla en cada acontecimiento, me guste o no, me parezca agradable o no, sea fácil o difícil.

HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA. Dios espera mi respuesta. Yo podré responder afirmativamente, si más que mirar mis sentimientos o mi provecho, veo en ello, la voluntad de Dios y la acepto, asumiendo libremente las consecuencias de mi decisión.

EL VERBO SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS. Se hace la voluntad de Dios. En mi corazón brota la confianza y la paz al procurar que el Reinado de Dios se establezca en mi corazón, y su presencia en el mundo.

ACTUAR: Hoy procuraré estar atento a la voz de Dios, para descubrirlo en cada acontecimiento y con alegría y total libertad, me esforzaré en hacer su voluntad, para que su obra se realice en mí y en mis hermanos.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Lucas  1: 26 - 38 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.  Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»  Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.  El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;  vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.  Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.»

María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»   El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.   Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril,   porque ninguna cosa es imposible para Dios.»   Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue. 

Meditación del Evangelio del 21 de agosto del 2011


11-08-21. DOMINGO.
Mt 23, 1-12.

JESÚS, A TRAVÉS DE TI, QUIERE EDIFICAR LA IGLESIA

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER. Jesús hace dos preguntas a sus discípulos. “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” y “¿quién dicen ustedes que soy Yo?, Pedro responde “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios Vivo”. Esta respuesta lleva a Jesús a decirle: “tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”.

Para que cada quien amplíe sus reflexiones personales, al final aparece el texto bíblico.

MEDITAR: La escena es presentada en los Evangelios, después de que Jesús había orado. Se sitúa en Cesarea de Filipo, lugar donde nace el Rio Jordán. Jesús hace dos preguntas a sus discípulos.

La segunda pregunta de Jesús, es más personal. Ya no es “qué dicen los otros” sino “qué dicen ustedes” y para personalizarla y dirigirla a nosotros, -a ti y a mí-, la podemos entender como “qué dices tú”.

La respuesta a la primera pregunta es más general, implica un conocimiento intelectual. Pero Jesús quiere llegar al corazón de quienes le escuchan. Por eso la respuesta es más personal. Para ti, ¿Quién es Jesús? La respuesta implica conocimiento, experiencia de Jesús, requiere la fe: el reconocimiento de que Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre.

Esto es lo que afirma Pedro, cuando responde: eres el “Mesías” (hombre), eres el “Hijo de Dios Vivo” (Dios). La fe nos sitúa en el contexto de Quién es Jesús y por eso sus palabras tienen un significado muy particular, que va más allá de las meras palabras y de la acción humana. “Tú eres Pedro y sobre está “roca” edificaré mi Iglesia”.

La palabra iglesia significa: asamblea, convocados, comunidad de creyentes, convocados por Dios, a través de la fe.

La teología del Vaticano II nos enseña que todos los bautizados somos miembros de Iglesia (con mayúscula), y que también somos iglesia (con minúscula). Cada bautizado se identifica con la Iglesia, no la agota, pero en él está la Comunidad creyente, así como él está en Ella. Donde quiera que estemos e independientemente de lo que hagamos; podemos y debemos tener la convicción de que la Iglesia se hace presente por nuestro decir y actuar. Por lo mismo deberíamos sentirnos comprometidos en hacer presente a la Iglesia y con Ella, a Cristo en todos los instantes de nuestra vida.

La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo en el mundo, Cristo es nuestra cabeza y donde está el Cuerpo está la Cabeza. Por lo mismo, todos deberíamos tener conciencia de que a través de nosotros, Cristo se hace presente en el tiempo y en la historia. Mi historia personal es parte de la historia de la Iglesia y a través del bautismo, mi vida está engarzada con la de Jesús. Por el bautismo, la vida de la Gracia, el amor de Cristo, está insertado en mí.

Desde esta visión, cada uno podemos apropiarnos de las palabras que escuchó Pedro y llenarnos de gozo, pues desde esta realidad cada uno podemos decir. Jesús me llamó por mi nombre y me dijo N………. sobre ti edificaré mi iglesia.

La familia ha sido llamada “iglesia doméstica”, así también, cuando en el lugar de trabajo, de estudio, de diversión, o en los problemas económicos o relacionales o en la limitación física o en la enfermedad: con mis principios, valores y mi forma de actuar hago presente a Cristo, ayudo a que este mundo sea mejor, tenga fe y a que los valores del Reino, impregnen y mejoren la realidad que nos circunda.

Ser testigo de Cristo no es fácil, pero tampoco imposible. Cuando escucho y hago mías las palabras de Jesús, como dichas para mí, de manera personal “N… tu eres roca y sobre esta roca edificaré mi Iglesia”, si abro mi corazón a la acción del Espíritu Santo, Él me iluminará y fortalecerá para que donde quiera que esté, pueda hacer presente el amor de Dios, a Jesús y a la Iglesia, haciendo este mundo mejor.

ORAR: Señor, soy débil, pero agradecido(a) por tu llamado, sintiéndome parte de la Iglesia, quiero ser generoso(a) y movido por tu Gracia, quiero esforzarme en la tarea evangelizadora de la Iglesia, haciendo presente tu Palabra y amor, en las actividades diarias de mi vida.

CONTEMPLAR: Reconocerme “iglesia” debe sacarme de la pasividad en la que muchas veces vivo, al no responsabilizarme de la tarea de evangelizar y hacer este mundo mejor.

ACTUAR: Reflexionaré sobre el significado para mí, de que me apropiaré de las palabras de Jesús dichas a san Pedro “sobre ti edificaré mi Iglesia” y compartiré mi reflexión con familiares y amigos, procurando crear conciencia de la importancia de esta tarea y de la conveniencia de que nos unamos para que juntos hagamos presentes a la Iglesia en los ambientes donde realizamos la vida, comenzando por nuestra propia familia.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Mateo (16, 13-20): En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.» Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

Meditación del Evangelio del 20 de agosto del 2011


11-08-20. SÁBADO.
Mt 23, 1-12.
LIBRE EN EL AMOR DE DIOS.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER. El Señor Jesús enseña a la gente y a sus discípulos. Mateo distingue dos modos de escuchar a Jesús, el de la “gente” que luego se irá y el del discípulo. El discípulo no solo lo escucha, sino que quiere aprender de Jesús y vivir de acuerdo a sus enseñanzas. La enseñanza de Jesús es novedosa. Dios no es para unos cuantos, es para todos. Dios no es solo para los “puros” es también para los pecadores. Dios a todos nos purifica, nos quiere felices, nos hace santos.

Los fariseos y los escribas, se sentían “maestros”, poseedores de la “verdad de Dios”, lo que además les daba “un status” que les hacía sentirse superiores a los demás. Ellos eran los “buenos” porque cumplían la “ley de Dios”, sin embargo, en su error ensoberbecido, no se daban cuenta que cerraban su corazón a Dios.
Con sus actitudes, se auto-engañaban, porque más que estar cerca de Dios, estaban cerca de su soberbia y al ponerse como “maestros” cerraban a los demás la posibilidad de entrar en contacto con Dios.

Para ayudar al cambio de actitud de sus oyentes y para que se abrieran a la experiencia del auténtico amor de Dios, Jesús utilizará hipérboles e invitará a sus oyentes, a no dejarse llamar ni “maestro”, ni “padre”, ni “consejero”, e invitará a la sencillez de vida: “El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.

Para que cada quien amplié sus reflexiones personales, al final aparece el texto bíblico.

MEDITAR: El Señor Jesús habla a gente y a sus discípulos. Jesús habla para todos. Unos no lo escuchaban, otros lo rechazaban; algunos sentían curiosidad por lo que decía, algunos procuraban hacer vida, lo que Él enseñaba; otros lo seguían y se hacían sus discípulos. De entre ellos, Jesús llamó a algunos para ser apóstoles (enviados). ¿Tú, en qué grupo estarías?

El Señor Jesús, inaugura un nuevo modo de enseñar. Lo común es que la gente acudiera donde estaba el “maestro”. Jesús sale en busca del discípulo. Él es el Maestro itinerante. A la casa del “maestro” no iban las mujeres. En el grupo de discípulos de Jesús, había mujeres. Al “maestro”, ni los pecadores, ni los enfermos ni las mujeres lo podían tocar. Jesús, no sólo se deja tocar, sino que Él mismo: toca, sana y perdona a todos, sean hombres o mujeres.

Las palabras, acciones y actitudes de los escribas y fariseos, hacen de “su forma de vivir”, no un medio de encuentro con Dios y con el hermano. Al despreciar al semejante, sintiéndose más que el otro, rompen, aún sin darse cuenta, la relación con Dios, que es Amor.

El Señor Jesús señala los errores de los fariseos, no para condenarlos, sino para invitarlos a salir de la esclavitud de “su forma de ser”, para que sean libres, abriendo su corazón al amor de Dios. Nos invita a ser sencillos para ser libres, felices y santos.

TEXTO BÍBLICO
FARISEOS
EL CRISTIANO
ha de ser
No hacen lo que dicen
Mienten
Veraz
Imponen cargas
Oprimen
Liberador
Lo que hacen es para que los vean
Ostentosos
Discreto
Ensanchan filacterias
Presumidos
Sencillo
Buscan primeros lugares
Dividen
Fraterno
Que los reverencien
Soberbios
Humildes

ORAR: Señor, Jesús, perdóname por las veces en que farisaicamente he criticado a mis hermanos. Te abro mi corazón para que me enseñes a amar, a ser humilde y a servir. Quiero ser libre, quiero ser feliz, quiero ser santo(a).

CONTEMPLAR: En muchos aspectos, realmente, los escribas y fariseos podían ser considerados “buenas personas” y “bien intencionadas” y no se daban cuenta de su error, pues ese era su estilo de vida. Quien vive así le importa mucho el presumir, el “qué dirán” y el criticar a los demás. Hay un adagio que dice “dime qué criticas y te diré de qué careces”. Fijarse en los defectos del otro y llamar la atención en ellos para que no se vean los propios, en psicología se llama “transferencia”.

Quién vive criticando a los demás, tiene una autoimagen muy pequeña, no se valora a sí mismo y considera que sólo será tomado en cuenta si habla mal de otro(a). Esa es una manera de ocultar sus errores o lo que considera que está mal en sí mismo(a). Es poner las rejas de su cárcel y así “protegerse de los demás” pues “se le tiene miedo a su estilo de criticar”. Una persona así, no soporta que le critiquen. Vive en su mundo de fantasía y como no es feliz, le molesta el que otros lo sean. Quien critica, tiene cerrado su corazón al amor de Dios.

ACTUAR: En mi esfuerzo por ser mejor, abriré mi corazón al amor de Dios y procuraré ser: veraz, discreto, sencillo y fraterno.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar

Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Mateo (23,1-12): En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del Cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»