miércoles, 13 de junio de 2012

“Que Eucaristía sea el corazón pulsante de la vida de toda la Iglesia”, solicita Papa Benedicto XVI



Esta mañana con motivo de la celebración del 50º Congreso Eucarístico Internacional que inició el pasado 10 de junio y concluirá el próximo 17 de junio, el Papa Benedicto XVI hizo votos para que la Eucaristía sea el "corazón pulsante" de la Iglesia.

Bajo el lema "La Eucaristía: Comunión con Cristo y entre nosotros", se está llevando a cabo dicho congreso en Dublín, Irlanda. Al respecto, durante su audiencia general de los miércoles, Su Santidad destacó la importancia de este evento eclesial que "es una preciosa ocasión para reafirmar la centralidad de la Eucaristía en la vida de la Iglesia. Jesús, realmente presente en el Sacramento del Altar con el supremo Sacrificio de amor de la Cruz se dona a nosotros, se hace nuestro alimento para asimilarnos a Él, para hacernos entrar en comunión con Él" y a su vez une a los hombres, haciéndonos “una sola cosa con Él, miembros los unos de los otros".

Al final de su mensaje, el Vicario de Cristo pidió a la Iglesia unirse en oración por los frutos del Congreso Eucarístico, donde participan obispos, consagrados y laicos de todo el mundo.

Sagrado Corazón de Jesús derrama amor en el mundo


Este viernes 15 de junio en la Iglesia Católica celebraremos la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que nos recuerda el amor generoso y fiel de Cristo, entregado a toda la humanidad. Esta es la tercera y última de las fiestas que han seguido al Tiempo Pascual, luego de vivir la solemnidad de la Santísima Trinidad y el Corpus Christi.

El origen de esta fiesta se remonta a 1675, cuando el Hijo de Dios se apareció a Santa Margarita María de Alacoque el 16 de junio de ese año, para mostrar su Corazón rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y de cuyo interior salía una cruz. El Señor Jesús le dijo a la religiosa: "he aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres recibo ingratitud, irreverencia y desprecio".

El Papa Benedicto XVI nos ha exhortado: “al ver el corazón de Señor, debemos de mirar el costado traspasado por la lanza, donde resplandece la inagotable voluntad de salvación por parte de Dios, no puede considerarse culto pasajero o de devoción: la adoración del amor de Dios, que ha encontrado en el símbolo del ‘corazón traspasado’ su expresión histórico-devocional, la cual sigue siendo imprescindible para una relación viva con Dios".