miércoles, 4 de diciembre de 2013

¡Alegrémonos! Nuestro Salvador está por llegar, 
déjalo nacer en tu corazón


El “bien común” para superar la economía de la exclusión y favorecer a todos.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz



La Exhortación apostólica del Papa Francisco, “Evangelii gaudium”, en el número 53, nos habla de la economía de la exclusión, tema que en mi opinión encuentra una ejemplificación en la respuesta de un humanista brasileño.
A continuación ambos artículos.
No a una economía de la exclusión: 53. “Así como el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del «descarte» que, además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes»”(PAPA FRANCISCO Evangelii Gaudium. No. 53. 24-dic-2013).

LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LOS BIENES PARA FAVORECER A TODOS
(El siguiente artículo, bajo el título “Bofetada educadísima de Brasil” al mundo se encuentra completo en:http://lamatrixholografica.wordpress.com/2011/07/02/bofetada-educadisima-de-brasil-al-mundo/
Durante un debate en una universidad de Estados Unidos, le preguntaron al ex gobernador del Distrito Federal y actual Ministro de Educación de Brasil, CRISTOVÃO CHICO BUARQUE, qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia. Un estadounidense en las Naciones Unidas introdujo su pregunta, diciendo que esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño.
Ésta fue la respuesta del Sr. Cristóvão Buarque:
Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro.
Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad.
Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero.
El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio.
De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales.
No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.
También, antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de los grandes museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de un país.
No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto con él, un cuadro de un gran maestro. Ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado.
Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro Del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos Manhatan debería pertenecer a toda la humanidad.
De la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia… cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.
Si EEUU quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil.
En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo a cambio de la deuda.
Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonia. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir.

SEÑOR, TODOS LOS DÍAS VIENES A MI CORAZÓN

SEÑOR, TODOS LOS DÍAS VIENES A MI CORAZÓN

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio del domingo 1 de diciembre del 2013. Ciclo A. 1er. Domingo de Adviento Evangelio: Mateo 24,37-44. En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por lo tanto, estén en vela, porque no saben qué día vendrá el Señor. Comprendan que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estén también ustedes preparados, porque a la hora que menos piensen, viene el Hijo del Hombre.

LECTURA: Lee, pausadamente, una o dos veces el texto del Evangelio, haz un poco de silencio interior, cierra los ojos y visualiza a los personajes y piensa que te dice a ti, personalmente, la Palabra de Dios.

MEDITACIÓN. Jesús, habla con sus discípulos y los prepara para un gran acontecimiento “que vendrá” y eso es lo que significa la palabra “adviento” (venida, llegada). Quién está por llegar es precisamente el Hijo del Hombre, que una expresión que el Señor Jesús utiliza para referirse a Sí mismo y que en los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) es empleado en 66 ocasiones. 
La expresión “Hijo del hombre” trae a la mente de los contemporáneos de Jesús la visión apocalíptica del profeta Daniel que al referirse a Dios señala que vio sentado en un trono a un anciano, y vio “venir en las nubes del Cielo como un Hijo de hombre” (Dn 7,13), quien fue llevado ante el anciano y se le dio todo poder, gloria y reino, cuyo “poder es eterno y nunca pasará y su reino jamás destruido” (Dn 7, 14).

Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre, en Él se dan cumplimiento las profecías. Su auditorio, aún lo sabe, intuye algo, pero no tiene la experiencia del resucitado. Esperan la Mesías y la llegada del Reino de Dios, aunque ignoran el cuándo, el cómo y el modo. Sus anhelos se centran en lo inmediato, en la liberación del imperio romano, el encumbramiento sobre los demás pueblos y sobre la bonanza en bienes materiales. Ignoran que el Adviento anunciado por Jesús es de otro estilo. Algunos de sus discípulos lo comprenderán, vivirán y compartirán después de la muerte y resurrección de Cristo. Sólo después de este acontecimiento pascual ellos constatarán que el Mesías, llegó y está en medio de nosotros, hasta el fin de los tiempos.

ORACIÓN: Guardo silencio, reflexiono sobre lo que medité y hago mi oración propia, lo que sigue sólo es una guía: 

Señor, todos los días vienes a mi corazón, permite que esté atento a tu llegada y a tu presencia en los acontecimientos, en las personas, en la Iglesia, en mí y sobre todo en el Santísimo Sacramento del Altar. Jesús, te adoro aquí, en mi corazón y en todos los sagrarios dónde estás presente. Señor Jesús, “¡yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman!

CONTEMPLACIÓN: El Adviento es tiempo de preparación el nacimiento del Señor Jesús, su venida hace más de 2000 años (pasado), para celebrar el aniversario 2013 (presente) de su nacimiento y en espera de la parusía o su segunda venida (futuro). Por eso la Iglesia nos invita a prepararnos en oración y con algunos signos como: la “corona de adviento”, el “arbolito”, el “nacimiento” o belén”, el “novenario” que da lugar a las “posadas”, etc. Así, somos invitados a poner toda nuestra vida, nuestras alegrías, tristezas y esperanzas, del pasado y del presente, ante el Señor Jesús nuestro Rey y a confiar en Él nuestro futuro.
A diferencia de los contemporáneos de Jesús, por el paso del tiempo del acontecimiento de la salvación, nosotros tenemos la experiencia del adviento de Jesús, en el pasado y estamos en espera de su segunda venida, llenos de alegría, porque en el presente, todos los días lo recibimos en nuestro corazón y lo podemos recibir en la Eucaristía.

Nuestra alegría es grande porque Dios está en su creación y en los acontecimientos diarios de la vida, en los que nos gustan, por la alegría que nos generan; como en aquellos que nos desagradan o no estamos de acuerdo. Jesús está en cada persona y está mí, la buena noticia, es que Él me ama y amándolo a Él y que al amar a los demás, mi vida se llena de gozo y me asemejo a Él; por eso, en Jesús, al compartir mi fe, puedo experimentar la profunda alegría del evangelizador (evangelii gaudium), como lo explica en Papa Francisco en la Exhortación apostólica que nos dio el 24 de noviembre del 2013, en la clausura del Año de la Fe.

La presencia de Cristo en el mundo, la da un giro a la existencia de aquellos que lo hemos aceptado individual y comunitariamente, pues el gozo del encuentro con Jesucristo es personal, nadie puede creer por mí; pero esta alegría también es comunitaria, se vive en familia y en la Iglesia. En la familia es donde recibimos los primeros elementos de la fe, que recibidos con la mente y el corazón, alegran el alma y moldean mi personalidad bajo la guía del Espíritu Santo, pero además de la familia, mi fe se enriquece y fortalece en la comunidad creyente de la parroquia, del grupo pastoral al que pertenezco y en la Iglesia toda. 

En la parroquia, todos los días y, en particular el domingo, recibo la Palabra de Dios y a Jesús Eucaristía. En el grupo parroquial profundizo en las enseñanzas de Jesucristo y encuentro además de amigos y hermanos en la fe, una comunidad que me reta a vivir un apostolado a través del cual, mi proceso personal se hace servicio al prójimo. Finalmente la Iglesia, que además de orientarme a lo largo del Año Litúrgico, me instruye a través del obispo diocesano y a nivel mundial, a través del Papa, quien, en expresión de santa Catalina de Siena, es “el dulce Cristo en la tierra”.

Valorar la dimensión comunitaria de la fe, hace que yo no decaiga ni me desvíe y si por alguna situación esto sucede, la comunidad creyente, con su testimonio y cercanía me estimula para levantarme y corregir el rumbo. Esto es bueno, pero lo mejor es que en la Iglesia, en mi comunidad parroquial, en el diálogo con los demás y con mi familia, tengo la oportunidad de crecer en la fe, ya sea por el trabajo apostólico, el material de espiritualidad que me proporcionan y sobre todo por la enseñanza del Papa que comparte a través de Homilías, Ángelus Dominical, Audiencias Públicas (cada miércoles), Discursos, Mensajes anuales (jornada de la paz, de las vocaciones, de los medios de comunicación social, etc.) y en especial en las Exhortaciones apostólica, las Encíclicas y otros documentos. Todo este material pontificio lo puedo encontrar  en www.vatican.vawww.aciprensa.com,www.zenit.org y en muchas otras páginas más de internet.

ACCIÓN: Procuraré consultar las páginas con información católica para enterarme de lo que ocurre en la Iglesia, a través de fuentes fidedignas y estar al tanto de la enseñanza del Papa; valoraré mi participación en la Misa dominical y en mi grupo parroquial, fortaleceré el diálogo y la vivencia de fe en mi familia, disfrutaré en la oración diaria de mi relación con Jesús y experimentaré la alegría de evangelizar (evangelii gaudium).


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evangelizarorando@yahoo.com.mx