jueves, 2 de febrero de 2012

Oración a la Virgen de Guadalupe

 
Papa Benedicto XVI

Virgen María de Guadalupe,
Madre del verdadero Dios por quien se vive.
En San Juan Diego, el más pequeño de tus hijos,
tú dices hoy a los pueblos de América Latina:
“¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?
¿No estás bajo mi sombra?
¿No estás por ventura en mi regazo?”

Por eso nosotros, con profundo agradecimiento,
reconocemos a través de los siglos
todas las muestras de tu amor maternal,
tu constante auxilio, compasión y defensa
de los moradores de nuestras tierras,
de los pobres y sencillos de corazón.

Con esta certeza filial, acudimos a ti, para pedirte que, 
así como ayer, vuelvas a darnos a tu Divino Hijo,
porque sólo en el encuentro con Él
se renueva la existencia personal y se abre el camino
para la edificación de una sociedad justa y fraterna.

A ti, “Misionera celeste del nuevo mundo”,
que eres el rostro mestizo de América Latina
y luminosamente manifiestas 
su identidad, unidad y originalidad,
confiamos el destino de nuestros pueblos.

A ti, Pedagoga del Evangelio de Cristo,
Estrella de la nueva evangelización,
consagramos la labor misionera del pueblo de Dios
peregrino en América Latina.

¡Oh Dulce Señora!,
¡Oh Madre nuestra!,
¡Oh siempre Virgen María!
¡Tu presencia nos hace hermanos!
Acoge con amor esta súplica de tus hijos
y bendice esta amada tierra tuya
con los dones de la reconciliación y la paz.
Amén.

Meditación del 2 de febrero del 2012

PERDONA NUESTRAS OFENSAS (2)
12-02-02
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz
VER NOTA al final del texto.

Evangelio (cf. Mateo 6, 9-13 y Lucas 11, 2-4): Padre Nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; PERDONA NUESTRAS OFENSAS, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

I.- ENSEÑANZA BREVE:
¿Cómo es posible el perdón?: La misericordia penetra en nuestros corazones solamente si también nosotros sabemos perdonar, incluso a nuestros enemigos. Aunque para el hombre parece imposible cumplir con esta exigencia, el corazón que se entrega al Espíritu Santo puede, a ejemplo de Cristo, amar hasta el extremo de la caridad, cambiar la herida en compasión, transformar la ofensa en intercesión. El perdón participa de la misericordia divina, y es una cumbre de la oración cristiana. (Compendio de la Iglesia Católica. Nos. 595).

II.- VER - JUZGAR – ORAR - ACTUAR
VER
Mucha gente no sabe pedir perdón. Incluso hay quien hace el mal y lo disfruta e incluso procura hacer el mayor mal posible. En su justificación podrían decir que la vida les trató mal, que ellos actúan por venganza, que nadie les ama y por lo mismo no tienen por qué hacer el bien y mucho menos, por qué tener que pedir perdón. Quienes llevan al extremo estas situaciones se les reconoce como sicópatas.


JUZGAR
Quienes aceptamos al Señor Jesús en nuestro corazón sabemos que hemos sido creados por amor y que hemos sido redimidos también por amor. Así, al valorar el sacrificio redentor de Jesucristo, quien muere en la Cruz, nos duele el pecar y no responder más generosamente al amor que Dios nos tiene. La voz de la conciencia nos dice que podemos ser mejores y el anhelo de responder al amor de Dios, nos reta para que actuemos en consecuencia procurando en todo la Gloria de Dios y el mayor bien posible a nuestros hermanos.

ORAR
Pequé Señor, y me duele. Ten misericordia de mí que soy pecador. Pecamos Señor, y nos duele. Ten misericordia de nosotros que somos pecadores.

ACTUAR
Reconociéndome pecador, cada día me esforzaré en ser mejor, empezando hoy.
Hoy, de manera más consciente rezaré el Padre Nuestro, reflexionando especialmente las palabras “PERDONA NUESTRAS OFENSAS” y procuraré escribir lo que significan para mí. Si es posible compartiré mi reflexión con Mons. Pedro Agustín.

NOTA: Seguimos meditando el Evangelio, según el esquema de la Lectio Divina (Leer, meditar, orar, contemplar y actuar), presentando: un texto bíblico, un ver, un juzgar, un orar y un actuar. En las meditaciones de estos días tomamos como referencia la Oración del Padre Nuestro, desmenuzando las ideas que nos presenta, para una mejor comprensión y vivencia de las enseñanzas de Jesús, para estar en sintonía con Él, tener sus mismos intereses y ser santos en adoración al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, pues la Oración del Padre nuestro es “el resumen de todo el Evangelio” (Tertuliano) y “la más perfecta de todas las oraciones” (Santo Tomás de Aquino).

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Aparta la fecha para que asistas a la beatificación de la Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento (21-abril-2012. Basílica de Guadalupe. 11:00 horas).