lunes, 13 de enero de 2014

La Arquidiócesis de México agradece un año más de trabajo Pastoral



El sábado 11 de enero la Arquidiócesis de México realizó su peregrinación anual a la Basílica de Guadalupe, encabezada por el Arzobispo Primado de México, el Cardenal Norberto Rivera Carrera.

Se dieron cita en la ex glorita de Peralvillo, obispos, sacerdotes, religiosas y más de 30 mil laicos de las ocho vicarias que conforman esta Arquidiócesis. Entre cantos, alabanzas, porras y el rezo del Santo Rosario dio inicio la peregrinación en punto de las 9:30 de la mañana.

Al llegar a la puerta del Santuario Mariano, el Cardenal fue recibido por el Cabildo de Guadalupe y el Rector de este Recinto para dar inicio la misa que fue presidida por el Arzobispo Norberto Rivera, quien en su homilía agradeció por un año más de trabajo, “Estar reunidos para celebrar la fe nos llena de esperanza y confirma que el Señor Jesús nos acompaña cada día, según su promesa, peregrinar juntos a la casa de nuestra Madre del cielo, ha sido signo que compartimos para dar gracias al Padre y renovar el caminar pastoral siguiendo el impulso del espíritu”.

También pidió a los obispos que tengan presente la misión juvenil “con los rasgos que he insistido y juntos alentemos sus marcha. Como parte de este impulso, no se dude en involucrar a los jóvenes en la planeación pastoral parroquial, sean interlocutores o agentes. Ese será un paso estratégico para acortar la distancia con el sector juvenil y motivar su participación”.

El Cardenal Rivera Carrera entregó a los sacerdotes “las Orientaciones Pastorales 2014”, donde hace explícita la comunión con el Santo Padre y el Magisterio de la Iglesia y propone unas líneas programáticas como marco de referencia que se podrán utilizar a corto y mediano plazo.

El Cardenal pidió a los laicos renovar su compromiso para que participen activamente en la tarea misionera, “Todo el esfuerzo y perseverancia que se tenga en la formación y capacitación para la misión tendrá su recompensa en un mayor y mejor testimonio”.

De igual manera invitó a apoyar a las Comunidades de Vida Consagrada Femeninas y les animó a seguir trabajando en su integración y compenetración con la pastoral arquidiocesana. A los Ministros Ordenados los alentó a “renovar su espíritu de servicio hacia el pueblo de Dios y a estar siempre dispuestos a ir al encuentro de quienes necesitan de la salvación que nos trae el Señor Jesús”.

Recordó la actitud de María que guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón y pidió que aprendamos de Ella a “reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los grandes acontecimientos y en aquellos que parecen imperceptibles”.


Finalmente solicitó a nuestra Madre, María de Guadalupe, que nos ayude a decir nuestro “sí” ante la urgencia de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús, “A recibir del Espíritu la audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todos el don de la belleza que no se apaga”.