lunes, 3 de octubre de 2011

Meditación del 4 de Octubre del 2011

11-10-04. Martes XXVIII
Lc 10, 38-42.

HOY ME DEJARÉ AMAR POR DIOS

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 10, 38-42: En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: «Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude». El Señor le respondió: «Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará».

VER
Jesús visita a dos hermanas en su casa, una se muestra feliz, la otra no tanto.
JUZGAR
En casa de dos hermanas está el Señor Jesús. Una de ellas no es feliz, pues en lugar de disfrutar a Quien tiene en su hogar y lo que ella misma hace, se la pasa criticando a su hermana.
ACTUAR
Reflexionaré cuanto tiempo dejo de aprovechar y disfrutar por andar fijándome en lo que dicen, hacen o tienen los demás, para criticarlos. Reflexionaré también si soy feliz con lo que tengo o envidio a otros. Aun mejor, procuraré disfrutar al máximo la presencia de Jesús en mi corazón.

LEER. El texto bíblico nos muestra al Señor Jesús de visita en un hogar. Su sencillez no lo hace sentirse incómodo por la “desatención de una de las anfitrionas”. Él de manera coloquial instruye a quien optó por escucharlo y quien como un(a) discípulo(a) está sentada a los pies del Maestro. La crítica de la otra hermana, su malestar, no lo asume el Señor Jesús, Quien en lugar de “subirse en el ring” de la crítica, da una respuesta que “va más allá del pleito” y así pacifica la situación y le da otra dimensión que invita a ser mejor, a Martha, que no solo agrede a su hermana, sino que incluso es descortés para Quien les visita que, es nada menos que el Señor Jesús.

MEDITAR: La imagen familiar y coloquial que nos presenta san Lucas, nos muestra como el Señor Jesús al encarnarse en el seno de María Santísima, asume lo ordinario de la vida para santificarlo. Mucha gente no ha entendido esto y piensa que para relacionarse con “dios” y con las “energías”, “fuerzas” y “vibras”, hay que utilizar una serie de sortilegios, invocaciones, saumerios, aromas, etc.
 
Por otro lado, el texto nos revela cómo puede estar el Señor Jesús en nuestro corazón, lo cual no significa que lo estemos escuchando o atendiendo (Martha). Para ello se necesita que sepamos hacer silencio y estando quietos, tengamos paz, con una actitud de atenta escucha, para captar su mensaje de amor y hacerlo vida (María).

Martha, no atiende al Señor no sólo porque “está ocupada”, sino también porque tiene envidia y critica en su interior a su hermana. Así ni disfruta al Maestro, ni está atenta a lo que hace, ni disfruta su trabajo, ni está contenta consigo misma, ni… porque su corazón no está en lo que debe de estar.

Martha, tiene mucho ruido interior, mucho dolor, mucha ira, mucho rencor, mucha envidia, que se manifiesta en crítica y a fin de cuentas, molestia, porque en su casa, en su corazón, está Jesús. Cuanta gente será así, cuantos católicos habrá así. ¿Seré yo uno de ellos?

María, se manifiesta serena, porque escucha a Jesús. Como luego dice la gente “el trabajo nunca se acaba”, pero incluso para realizarlo hay que saber estar atento a la presencia de Jesús.
Jesús no rechaza a Martha, no le recrimina, “no se sube en el ring y se pelea con ella” ni le manifiesta molestia por sus actitudes groseras. Al contrario, le invita a que se deje querer, que se deje amar, por Dios y por los demás.

El hogar de Marta y de María, representa su corazón. En el interior de nosotros está Jesús, pero ¿le hacemos caso? Somos descuidados con Él o estamos atentos a su Palabra, a su amor.
El hogar de estas mujeres, es una imagen de nuestra propia familia. ¿En medio de nosotros está Jesús?, ¿le ponemos atención?, ¿Dejamos que su Palabra nos una y nos mantenga unidos en su amor?

ORAR: Señor enséñame y ayúdame a ser atento(a) Contigo. Que reconozca que estás en mi corazón y que tu presencia me sana, me enseña a perdonar, a amar y me da paz. Al igual que María, la hermana de Martha, quiero ponerme a tus pies como un(a) discípulo(a) en la oración y en la contemplación de tu persona, para dejarme transformar y asemejarme a Ti.

CONTEMPLAR: En ocasiones hay quienes con sus palabras nos dan una buena imagen pero con sus acciones se desdicen. Hay quienes buscan con un corazón sincero a Jesús, pero no dejan que Él les transforme y les dé su paz y siguen con sus conflictos interiores, con sus odios y rencores o malos hábitos, incluso algunos en total desorden, contrarios al amor de Dios.

Al revisar mi vida, siempre he de recordar que la meta es asemejarme a Jesús, Él se hizo hombre para divinizarme, luego entonces debo poner lo mejor de mí para ser mejor. Él me ama, es paciente conmigo, pero siempre espera que yo, tornándome en discípulo suyo, me deje amar por Él y aprenda a ser como Él. No debo usurpar el papel del Maestro. Quien me enseña y engrandece es Él, enseñándome a salir de “mi mundito” de odios, rencores o preocupaciones. Debo dejarme amar por Dios y crecer a su medida y no pretender que Dios se haga “chiquito” a mi medida.

ACTUAR: Hoy me daré un momento para estar a solas con Dios, revisaré mis sentimientos y actitudes, me detendré en aquellos que no me permiten ser reflejo de Jesucristo. Buscaré el origen de ellos y le pediré a Jesús que me sane y me ayude a estar más atento a su persona en mi vida. HOY ME DEJARÉ AMAR POR DIOS.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.


Meditación del 3 de Octubre del 2011

11-10-03. Lunes XXVII.
Lc 10, 25, 37.

AMAR SIRVIENDO
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 10, 25-37. En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba y le preguntó: «Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?».  Jesús le dijo: «¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?”. El doctor de la ley contestó: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser; y a tu prójimo como a ti mismo». Jesús le dijo: «Has contestado bien; si haces eso vivirás». El doctor de la ley para justificarse, le preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?» Jesús le dijo: «Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones los cuales le robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y pasó de largo. De igual modo un levita que pasó por allí, lo vio y siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él. Al día siguiente, sacó dos denarios, se los dio al dueño del mesón y le dijo: “Cuida de él y lo que gastes demás te lo pagaré a mi regreso”. ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?» El doctor de la ley le respondió: «El que tuvo compasión de él». Entonces Jesús le dijo: «Anda y haz tú lo mismo».

Ver-Juzgar-Actuar.

VER
Ante el dolor ajeno, la mayoría de las veces somos indiferentes a las necesidades de los demás.
JUZGAR
El Señor Jesús nos invita a que además de ser buenas personas como el sacerdote y el levita, estemos dispuestos a siempre ayudar. Ciertamente no podemos solucionar todos los males del mundo, pero algo podemos hacer, sobre todo si el amor es el motor de nuestra vida.
ACTUAR
Hoy procuraré estar atento a las necesidades de mi prójimo y para ello será importante que sepa hacer a un lado “mis muchas ocupaciones” para estar atento a las necesidades de los demás. No se trata de dar sólo cosas materiales, puede ser incluso una llamada telefónica o un tiempo para escuchar al otro. Hoy procuraré descubrir en mi hermano necesitado a Dios y procuraré mostrar a Dios en mí, a través de mi disposición a escuchar y servir.

LECTIO DIVINA. Leer, Meditar, Orar, Contemplar, Actuar.

LEER: San Lucas nos presenta a Jesús en diálogo con un doctor de la Ley, a quien le responde con una narración ficticia pero basada en la realidad. Los personajes de la narración son unos bandidos, un hombre asaltado y lastimado, un sacerdote, un levita, un samaritano y el dueño de un mesón. La pregunta es “quién es mi prójimo”.

MEDITAR: El fragmento del Evangelio nos presenta a un doctor de la Ley, que se presenta ante Jesús para ponerlo a prueba. Quizá no atendió la respuesta de Jesús y se volvió como llegó o ante lo que Jesús le dijo, su vida cambió. Las palabras de Jesús son sabias y dan plenitud de alegría a nuestra vida terrena y nos abren las puertas a la Eternidad. Jesús no es rebuscado, nos instruye con ejemplos sencillos para tocar nuestra inteligencia y mover nuestro corazón a la conversión.

Muchas personas buscan “lo aparatoso”, “lo esotérico”, “lo oculto”, lo que les haga pertenecer a “un grupo secreto” o “de iniciados” o “iluminados”. Eso, a la larga no es sino vender la propia libertad para someter el entendimiento y la voluntad a un pseudo líder de un movimiento “social”, “científico” o “religioso”. Creer en Cristo es ser libre para amar y servir. Ciertamente esto no se puede hacer sólo y por eso existe la Iglesia, que conserva la experiencia de fe, adquirida a lo largo de los siglos y por lo mismo nos presenta normas a seguir, pero no como imposición, sino como un parámetro de fidelidad a la enseñanza de Jesucristo, esto no lo han querido entender, los que hacen “un cristo” a su manera u “organizan su propia iglesia” y entonces “viven su fe a su manera”.

Lo esencial de la vida diaria y de la fe, más que quedarse en el mundo de las ideas o de los sentimientos es el amar en el servicio. La clave que Jesús nos deja para ser felices es el amar desinteresadamente en el servicio, por lo que el amar a Dios, como “ideal”, se traduce en amar al prójimo como “acción”. Así el “amar a Dios”, es descubrirlo en el otro y servirlo en el otro, como lo hicieron Madre Teresa de Calcuta, Santa Isabel de Hungría, san Juan de Dios, otros santos más, y como lo hace también, cada madre o padre de familia que se desgasta por sus hijos, cada persona médico, maestra, empleado o ama de casa, que sabe poner en la tarea que realiza, el amor de Dios que le motiva a servir a los demás.

El amor es mucho más que sentimientos, pensamientos o ideas. El amor se ha de manifestar en la vida y por eso, el mejor termómetro de autenticidad de la vida cristiana es el amar sirviendo al prójimo. Esto lo señala san Juan cuando señala que “aquel que dice que ama a Dios, pero no ama a su prójimo, es un mentiroso”.

ORAR: Gracias Señor, porque me retas a manifestar que te amo, sirviendo a mi prójimo como “el samaritano”, sin esperar nada a cambio. Señor, por amor a Ti, permíteme servir a mis hermanos, para encontrar en el servicio desinteresado la alegría de vivir para llegar a Ti.

CONTEMPLAR: En el mundo encontramos a muchas personas en situaciones difíciles y ciertamente no podemos resolver todos los problemas, pero si podemos hacer algo por los demás, en particular a los más próximos. Lo único que nos hace falta es un poco de ingenio, vencer “nuestra ceguera”, dejar nuestra comodidad, organizar mejor nuestro tiempo y descubrir la alegría de servir.

Un ejemplo es el voluntariado o apostolado que podemos realizar desde nuestra parroquia. En ella podemos encontrar que hacen falta catequistas, Ministro Extraordinarios de la Comunión Eucarística, apoyo para la atención de ancianos o enfermos, coordinadores de acciones de esparcimiento, recaudación de fondos, etc.

Las barreras mentales que podemos poner son muchas, desde el “que no tengo tiempo”, hasta el que “yo no nací para eso”. Estas barreras sólo se pueden romper de manera eficaz si entramos en acción. Algo que puede motivar a actuar, es organizarse mejor para desaparecer esos tiempos perdidos “de aburrimiento”, de “pereza mental”, de “elucubración de malas acciones”, de estar al tanto de los “chismes de los artistas”, de la pornografía o de alcohol o de droga. Ponerme al servicio de los demás es aceptar el reto de ser mejor, de enfrentarme a mis limitaciones para superarlas, es darle un nuevo sentido a mi vida. Si además, el servicio lo realizo acompañado de familiares o amigos, con ellos, incrementaré y mejoraré y fortaleceré los lazos familiares y de amistad. Muchos beneficios más se podrían señalar, pero la motivación mejor y más alta, ha de ser la de hacer presente el amor de Dios en el mundo, a través de mí y de mi servicio.

ACTUAR. Revisaré si, además de las veces en que ocasionalmente ayudo a alguien, de manera constante, ya tengo alguna actividad de servicio a los demás. Si es así buscaré de qué manera puedo invitar a otros familiares o amigos para que también participen. Si no es así, procuraré insertar en mis actividades semanales alguna acción de servicio. En uno u otro caso, para mantenerme y crecer en el servicio, oraré, participaré en la Misa dominical y frecuentaré los sacramentos de la Confesión y de la Comunión.

Si deseas hacerme alguna consulta o compartirme alguna experiencia tuya sobre este tema, ya sabes que lo puedes hacer a través del correo electrónico. DIOS TE BENDIGA.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Meditación del 2 de Octubre del 2011

11-10-02. Domingo
Mt 21, 33-43.

DIOS ESTÁ EN MI VIDA

Evangelio: Mateo 21, 33-43: En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: «Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje. Llegado el tiempo de la cosecha, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo. Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: “A mi hijo lo respetarán”. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: “Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia”. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron. Ahora, díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?» Ellos le respondieron: «Dará muerte terrible a esos desalmados y alquilará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo». Entonces Jesús agregó: «¿No han leído nunca la Escritura que dice: “La Piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?” Por esta razón les digo a ustedes que les será quitado el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos».

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
La muerte trágica de algunos artistas famosos, la manera en la que muchas personas caen en el uso de las drogas, la forma en que algunas jóvenes destruyen su futuro a causa del aborto, los hogares donde la violencia se hace presente, no sólo nos han de llamar la atención sino que nos han de llevar a la reflexión sobre lo que esas personas hicieron para perder todo, incluso la vida. Ellos expulsaron a Dios de su vida.

Quizá tenían todo pero no tenía a Dios. Lo triste es que también nos puede pasar a nosotros.
De hecho le pasa a muchos católicos “una noche de copas”, “una noche de sexo”, “una grapa de droga”, “un grito”, “una infidelidad matrimonial”, “un golpe”, “un aborto”, pueden hacer que perdamos piso y no precisamente porque “una vez” cometimos un error, sino porque al mirarnos sucios, pensamos que ya todo está perdido. Matando en su corazón la fe, se dieron muerte a ellos mismos. Ellos expulsaron a Dios de sus vidas.

Otros, dejan la “piedra angular”, porque se descuidaron, dejaron de ir a Misa, dejaron de orar, escucharon “ideas llamativas”, confiaron en amuletos, simplemente, sin darse cuenta, “se enfriaron” en la fe y pensaron que no les era útil, que no la necesitaban. Ellos expulsaron a Dios de sus vidas.

Otros, confundieron a Jesús con “un iluminado”, con un “hombre sabio” e incluso, algunos, “con un extraterrestre”. Otros pensaron que “todas las religiones son iguales”, algunos más “cambiaron de religión” o se hicieron “ateos” mientras no necesitaron de Dios. Ellos expulsaron a Dios de sus vidas.

JUZGAR
La grandeza del hombre es ser humilde, es reconocer que es creatura y que Dios es Dios, pero no un Dios lejano y mucho menos etéreo, o “energía” o “luz” o “mente creadora” o “el todo del soy una parte”. Dios es persona, es relación de personas, es amor. Ciertamente Dios es Uno y Trino y yo me puedo relacionar con Él como su hijo(a), pues es mi Padre; como su hermano(a), pues Jesús es mi Hermano y Salvador; como morada suya, pues el Espíritu Santo mora en mí, como en su templo. Dios está en mi vida.

La unión con Dios, me da sentido de pertenencia, en donde quiera que esté porque Dios está en todo lugar y por eso en Él está mi fortaleza. Él me reta a ser cada vez mejor. Dios está en mi vida.

La fe me da identidad, no sólo un conjunto de normas, sino sobre todo un estilo de vida en constantes superación y deseo de ser mejor, de ser santo. Por lo mismo me da seguridad personalidad y me enseña a amarme y respetarme, a no caer y si me caigo, me enseña también a levantarme. Dios está en mi vida.

Con Dios puedo tener todo o nada. Quien importa es Dios y a Él le importo yo. Dios está en mi vida.
Dios sale a mi encuentro, yo debo dejarme encontrar por Él. Él es el Dios oculto, yo debo buscarlo a Él que Él se dejará encontrar por mí. Dios está en mi vida.

ACTUAR
Revisaré como es o como ha estado mi relación con Dios, no sólo en los últimos días sino a lo largo de mi vida. Seguramente encontraré que a lo largo de ella, Dios, de una u otra forma, me ha manifestado su amor. En lo particular, un día, casi para ordenarme sacerdote, relacioné dos acontecimientos, uno de mi infancia y otro de mi adolescencia, con mi elección profesional de Químico y con mi vocación, pero esa la compartiré con quien me lo pida.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.