viernes, 10 de junio de 2011

Dios concede nuevo beato para fieles mexicanos y españoles

El domingo 5 de junio, en la Catedral de la Asunción, ubicada en el Burgo de Osma (España), se llevó a cabo una celebración especial con la que se beatificó a Juan de Palafox y Mendoza, quien fuera Arzobispo y Virrey de la Nueva España.

Durante la ceremonia se dio lectura al decreto de Beatificación que el Santo Padre concedió a las diócesis de Osma y Puebla de México, después de que el Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano, concluyera un largo proceso para reconocer a Palafox entre los beatos católicos.

En el evento, el Obispo de Osma-Soria, Mons. Gerardo Melgar Viciosa agradeció al Papa Benedicto XVI por haber concedido a los pueblos de México y España el inscribir en el libro de beatos a Juan de Palafox y Mendoza, cuya causa fue abierta en España en 1666 y en 1668 en Puebla. Ahora, tras varios intentos de reanimarla en el siglo XVII, XVIII y XIX, la Iglesia se alegra por éste acontecimiento.

En la eucaristía de ese día, también se develó la pintura monumental del Beato Palafox y se exhibió -por primera ocasión- una reliquia del nuevo beato, para la veneración de los fieles. Luego, al finalizar la beatificación, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, obispo de Osma-Soria entregó a Mons. Eugenio Lira Rugarcía, obispo auxiliar de Puebla, las reliquias del Beato Juan de Palafox y Mendoza destinadas a las catedrales de México y Puebla.

En cuanto a la Arquidiócesis de México, desde el mes de abril el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México emitió una carta pastoral en la que dio a conocer que se concedería indulgencia plenaria el día en que la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México recibiera las reliquias de Palafox, lo cual sucederá el próximo miércoles 22 de junio, para lo cual se invita a los fieles a participar de la peregrinación con los restos del beato Palafox, partiendo desde la Parroquia de la Santa Vera Cruz (ubicada sobre la Av. Hidalgo) a las 9:00 hrs.

"Todos los gobiernos se deben comprometer a proteger la naturaleza”, asegura Papa Benedicto XVI

En su discurso a seis nuevos embajadores ante la Santa Sede, quienes se presentaron la mañana del jueves 9 de junio, el Papa Benedicto XVI recordó que "la ecología humana es un imperativo" urgente, respetando la dimensión religiosa de todo ser humano.

Durante el encuentro, el Pontífice pronunció un discurso común para todos los nuevos diplomáticos y después entregó a cada uno un discurso específico para la nación que representaban.

Al referirse a las "innumerables tragedias que han afectado a la naturaleza, la tecnología y los pueblos" en los primeros seis meses del 2011, el Sucesor de Pedro destacó que "los Estados deberían reflexionar juntos sobre el futuro a corto plazo del planeta, sus responsabilidades con respecto a nuestra vida y a las tecnologías".

Luego exhortó a "adoptar un estilo de vida que respete el medio ambiente y apoye la investigación y la explotación de energías limpias que preserven el patrimonio de la creación y sean inofensivas para los seres humanos, deben ser prioridades políticas y económicas". Por otra parte, subrayó que es necesario "un cambio de mentalidad" para "llegar rápidamente a un estilo de vida global que respete la alianza entre el hombre y la naturaleza, sin la cual la familia humana puede desaparecer".

"Todos los gobiernos se deben comprometer a proteger la naturaleza para que pueda desempeñar su papel esencial en la supervivencia de la humanidad. Las Naciones Unidas parecen ser el marco natural para una reflexión de este tipo, que no sea oscurecida por motivos políticos y económicos ciegamente partidistas, privilegiando la solidaridad por encima de intereses particulares", agregó el Santo Padre.

Benedicto XVI señaló luego que "también conviene interrogarse sobre el papel apropiado de la tecnología", porque "creer que es el agente exclusivo de progreso o de la felicidad, lleva a una mercantilización del hombre que conduce a la ceguera y a la miseria". Después puntualizó que "la técnica que domina al ser humano le priva de su humanidad. El orgullo que engendra ha creado en nuestras sociedades un economicismo empecinado y un hedonismo que determina subjetiva y egoístamente los comportamientos. El debilitamiento de la primacía del hombre provoca una pérdida del sentido de la vida".

El Pontífice resaltó además que "es urgente llegar a conjugar la tecnología con una fuerte dimensión ética. (…) La técnica debe ayudar a la naturaleza a desarrollarse en la línea prevista por el Creador. Al trabajar juntos, el investigador y el científico se adhieren al plan de Dios, que ha querido que el hombre sea la cumbre y el administrador de la creación. Las soluciones basadas en este fundamento protegerán la vida humana y su vulnerabilidad, así como los derechos de las generaciones presentes y futuras".

"Los gobiernos deben promover un humanismo que respete la dimensión espiritual y religiosa del hombre, porque la dignidad de la persona humana no varía con la fluctuación de las opiniones. Respetar sus aspiraciones a la justicia y a la paz permite la construcción de una sociedad que se promueve por sí misma, cuando sostiene a la familia o cuando rechaza, por ejemplo, la primacía exclusiva del dinero", comentó el Vicario de Cristo.

Para concluir su mensaje, el Papa manifestó que "la vida social se debe considerar sobre todo como una realidad de orden espiritual, los responsables políticos tienen la misión de guiar a los pueblos a la armonía humana y a la sabiduría tan deseadas, que deben culminar en la libertad religiosa, rostro auténtico de la paz".