ORACIÓN DE ABANDONO
Robert Kennedy
Dios mío, yo me abandono en tus manos. Modela y remodela este barro como arcilla en manos del alfarero. Dale una forma y después, si quieres deshazla.
Pide, ordena ¿qué quieres que haga? ¿Qué quieres que no haga? Ensalzado o humillado, perseguido, incomprendido, calumniado, alegre o triste, o inútil para todo, sólo diré, a ejemplo de tu Madre: “Hágase en mí según tu Palabra”.
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