miércoles, 10 de agosto de 2011

Meditación del Evangelio del 10 de agosto del 2011


11-08-10.
SAN LORENZO. Jn 12, 24-26.
¡Señor te seguiré!
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER. Jesús habla del grano de trigo que cae en tierra, que al “morir” da frutos abundantes. También nos invita a seguirlo y nos habla de la recompensa que el Padre nos dará.

MEDITAR: Podríamos pensar que la recompensa que esperamos del Padre, se nos dará hasta que muramos biológicamente. No es así, la recompensa es para aquí y ahora, es para hoy. Para Dios no existe el tiempo, para Él todo es un eterno presente. Cuando Jesús habla con el “buen ladrón” le dice “hoy estarás conmigo en el Paraíso”. Por eso la recompensa es para hoy. Es la Vida Nueva que en Cristo, Dios nos da. La recompensa es estar con Jesús. La recompensa es tener a Jesús en el corazón y dejar que Él guíe mi vida. Es tenerlo como amigo fiel, con Quien puedo dialogar constantemente. Lo que necesito es tomar la decisión de conocer y amar a Jesús, y esforzarme en vivir de acuerdo a sus enseñanzas, asemejarme a Él. Por eso hoy le diré a Jesús. ¡Te seguiré!

ORAR: Señor, yo te abro las puertas de mi corazón, en Él te recibo. Ven y haz morada tuya y de la Santísima Trinidad. Te entrego mi vida entera. ¡Te seguiré!

CONTEMPLAR: Señor, hay muchas cosas a las que debo morir: mis pecados,  mi egoísmo, mis pasiones desordenadas. SÍ, a todo eso debo morir y cambiar. Pero también a mis miedos, a mis complejos, a mis traumas.

Quiero entregarme a Ti y dejar que seas Tú el que me perdone y me sane. Tú lo puedes todo, yo sin Ti no puedo nada.

ACTUAR: Hare una revisión de mi vida. Si es posible escribiré aquello que me hace sufrir y me impide ser feliz y lo pondré en el Corazón de Jesús. Le diré al Señor, quiero morir a mi pecado y a la fuente de mi tristeza, para que tenga vida nueva en Jesús. ¡Señor, Te seguiré!

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

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