viernes, 9 de diciembre de 2011

Meditación del 9 de diciembre del 2011

Me han pedido que comparta este otro video
El mensaje de la Virgen de Guadalupe y la vida del ser humano


El video es bilingüe, la entrevistadora habla en inglés, yo respondo en español



11-12-09. viernes 2ª Semana de Adviento.

LOS HECHOS DAN LA RAZÓN A DIOS

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio Mateo (11,16-19): En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: "Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado." Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio." Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores." Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios

I.- ENSEÑANZA BREVE:
Lo que se ve no se niega. El Universo existe y no fue creado por el hombre. En el Universo, todo tiene una finalidad y se descubren en él, leyes que le rigen y no el azar. El hombre no determina su aparición en este planeta, nadie puede decir que dio la vida a sí mismo. En el microcosmos de las partículas subatómicas se encuentra el orden y lo mismo sucede en los confines del Universo. Todo nos habla de un Creador, al cual el hombre ha intentado conocer a lo largo de los siglos. Los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.
Él mismo se nos ha revelado, tomando nuestra naturaleza humana, “nacido de mujer” (Gal 4,4). Nos ha revelado que Dios no es una “mente creadora”, una “fuerza, luz o energía”, sino que es Padre y nos ama. Nos ha revelado que Dios no es soledad, es comunidad de amor, es persona, es Uno y Trino. Esto lo sabemos y creemos porque Jesús, nacido de mujer, compartió nuestra existencia humana, nos amó y dio su vida por nosotros, para que tengamos Vida Nueva y Eterna. Asesinado, en una Cruz, por la maldad humana, Jesús muere y resucita, asciende a los Cielos y se queda en nosotros en las especies del pan y del vino. Junto con su Padre nos envía el Espíritu Santo, y suscitando la fe, a quienes Le responden, les fortalece, guía y santifica. El testimonio de tantos hombres y mujeres santos, nos demuestran que los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.

II.- VER - JUZGAR – ORAR - ACTUAR
VER
Hay quienes niegan la existencia de Dios y también hay quienes dicen creer en Él, pero viven como si Dios no existiera. Al “no existir Dios” no hay ley ni código estable y permanente que pueda regir las relaciones humanas, “todo es relativo” (mentira vs verdad). No hay manera de distinguir lo bueno de lo malo, así las acciones del hombre se rigen por la conveniencia y el utilitarismo (egoísmo vs amor). Las relaciones humanas se mantienen en base a supuestos acuerdos, donde impera la ley del más fuerte (guerra vs paz). Se vive bajo el libertinaje, que es una esclavitud, en lugar de vivir en libertad (pecado vs gracia).
Las consecuencias de estos estilos de vida lo tenemos ejemplificados, en la historia reciente, en los totalitarismos Nazi y Comunista, la II Guerra Mundial, así como en la actualidad en la pérdida del sentido de la vida, de la identidad sexual, del respeto a sí mismo, del matrimonio, el aborto, el aumento de la drogadicción, la prostitución, y otros males más.
Todo lo anterior, obstaculiza la realización plena del ser humano, obstruye su felicidad y lo desvía de su destino final. Los hechos dan razón a la sabiduría de Dios, pues lo anterior que en su conjunto, puede ser denominado como cultura de la muerte, está en contraposición de la cultura de la vida, en la que se vive el proyecto de Dios.

JUZGAR
En medio de la creación visible, sólo el ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, en cuanto que tiene conciencia de sí mismo, es inteligente, tiene voluntad, tiene capacidad de decidir, es libre y es capaz de amar.
El ser humano, llamado a la existencia, realiza su vida terrena en medio de vicisitudes, sabiendo que va a morir. Para algunos esta realidad les deprime y a otros les aterra, porque ignoran o pretenden desconocer que estamos llamados a la Vida Eterna.
Para los católicos esta vida es bella porque en ella descubrimos la presencia amorosa de nuestro Padre Dios, que se nos manifiesta de muchas formas, empezando por el don de la existencia, que gozamos, por la familia que nos recibe en su seno y nos acerca a Dios, a través de la fe, y de la Iglesia. También reconocemos la presencia divina en las otras personas, en lo que nos rodea, en la creación entera y en los acontecimientos de nuestro diario vivir. Los destellos de esa presencia amorosa de Dios, se tornan en luz intensa cuando hacemos oración, leemos la Biblia, recibimos la absolución de los pecados, y sobre todo cuando comulgamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Para nosotros todo es Gracia de Dios y medios para llegar a nuestro destino final, la Casa del Padre Eterno, por eso el católico, movido por su fe ha de mantenerse siempre en actitud de constante superación y de servicio, procurando su desarrollo integral y el de la sociedad, en la que ha de trabajar para establecer el Reino de Dios.
Esta actitud hizo que desde los primeros años y siglos del cristianismo la Iglesia fuera promotora del fin de la esclavitud, de la lucha de los gladiadores y de los sacrificios humanos. Fue la fundadora de orfanatorios y casas de atención de niñas, de indigentes, leprosarios y hospitales, así como de instituciones educativas a diversos niveles, además de los seminarios. Las primeras universidades fueron católicas, la Iglesia católica es la inventora de la Universidad. Por todos es conocido el impulso que la Iglesia dio a la música, al canto, a la pintura, a la arquitectura. La Iglesia ha sido promotora de la paz y de la integración humana, sin el catolicismo, Europa no existiría ni América se puede entender. Grandes hombres de ciencia han sido católicos, entre otros el padre de la genética, Gregor Johann Mendel (1822 – 1884),un monje agustino católico y el padre de la genética moderna , Jerôme Lejeune (1926-1994), médico, fue investigador en el Centro Nacional de Investigación Francesa en 1952 (CRNS), miembro de diversas academias científicas y galardonado con varios premios internacionales de ciencia.
Interminable sería la lista de aportes y de personas, que en el mundo, desde la fe católica han contribuido a adelantar y construir el Reino de los Cielos, a lo largo de los siglos. Los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.
Lo maravilloso es que tú y yo, hoy estamos aquí y con nuestra palabra, obras y ejemplos tenemos que testificar que los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.
Seamos misioneros del Amor de Dios, hagámoslo presente en el mundo, en la sociedad, en la familia y en nuestro corazón. Aprovechemos esta oportunidad, del Adviento y de nuestra propia vida, como dice san Pablo, “hay que evangelizar a tiempo y a destiempo”.
“La vida tiene una historia muy larga, pero cada uno de nosotros tiene un comienzo muy preciso, el momento de la concepción” decía el Doctor Lejeune. Añado que no estamos aquí por accidente, sino por un designio amoroso de Dios y estamos llamados a la eternidad. Ante la enormidad de la tarea, siempre confiando en Dios, nuestra tarea es hacer presente su Reino en medio de la humanidad, nunca abandonemos este ideal, mostremos que los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.
ORAR
En este hermoso tiempo del Adviento, en que me preparo para tu nacimiento Señor Jesús, te pido que me enseñes a valorar mi fe en Ti para que abra mi corazón a tu Palabra, deje que crezca y nazca en mí, para construir tu Reino de Verdad, Amor, Paz y Gracia.
ACTUAR
A la hora de tomar los alimentos encenderé una vela de la Corona de Adviento y diré “Ven Señor Jesús a mi corazón y a mi familia, para que te adoremos como lo hicieron los pastores y los magos. Concédenos que en estos alimentos reconozcamos tu providencia y en nuestra convivencia familiar te hagamos presente con nuestra alegría”.
Señor Jesús, haz que sea testigo de que los hechos dan la razón a tu sabiduría.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx
“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. Madre María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

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