lunes, 26 de agosto de 2013

OJOS ABIERTOS Y EL CORAZÓN ATENTO PARA AYUDAR A LOS DEMÁS

FELIZ INICIO DE SEMANA

Les comparto una Lectio Divina para el domingo 1 de septiembre

OJOS ABIERTOS Y EL CORAZÓN ATENTO PARA AYUDAR A LOS DEMÁS
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio del domingo 1º de septiembre del 2013. XXII Domingo Ordinario

Lucas 14, 1. 7-14.  Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: "Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a éste."Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba."Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."Y dijo al que lo había invitado: "Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos."
 
LECTURA:            Lee, pausadamente, una o dos veces el texto del Evangelio, visualiza a los personajes y piensa que te dice a ti, personalmente, la Palabra de Dios.
MEDITACIÓN. La escena ocurre en sábado, día del Señor para los judíos (para nosotros es el domingo, día en que resucita el Señor Jesús). Los personajes son el fariseo que invitó a Jesús y los otros fariseos que también están invitados. Jesús sabe que lo vigilan, Él no se siente incomodo, pero reconoce que hay una oportunidad para tocar su corazón y evangelizarlos y hacerlos reflexionar para que se dé un cambio de corazón ene ellos. La enseñanza principal, evidentemente es sobre la humildad y sobre el compartir lo que se tiene, con los más necesitados. Jesús habla en parábolas para abrir la mente y el corazón, no para “echar indirectas”, pues podría haber hablado sobre los que confabulan para hacer el mal al inocente, como lo estaban haciendo con Él.
ORACIÓN: Quizá Señor en más de alguna ocasión, he estado o estaré en alguna reunión donde haya críticas contra mí: No permitas que eso me desaliente. Concédeme experimentar tu presencia y sentirme fortalecido porque Tú estás conmigo. Lo que me debe doler, son las veces en que yo he participado o pudiera participar, en criticar a un hermano. No permitas que caiga en la tentación o que justifique mi participación en hablar mal de otro, en desearle el mal o confabularme para hacerle daño, pues además, de nunca hacer el mal a nadie, debo tratar a los demás como quisiera que me trataran. Si ya he experimentado lo que se siente cuando habla mal de mí, o aunque nunca me hubiera pasado o me llegar a pasar, por amor a Ti, quiero hacer sentir bien a todos los que conozco, hablando bien de ellos.
Deteniéndome también Señor, sobre tu mensaje, de las parábolas, te pido me ayudes a ser humilde y a mantener mi corazón abierto a los demás, especialmente a los más pobres y necesitados.
CONTEMPLACIÓN: Saber que estás a mi lado, Señor Jesús, me hace sentirme libre ante las críticas, pero sobre todo a estar abierto a los demás, en lugar de cuidarme del “qué dirán”. Manteniendo mi corazón firme en tu amor, no buscaré que me alaben o reconozcan lo que hago, sino que simplemente trabajaré para tu gloria, pues mi mayor alegría es saber que Tú estás a mi lado y eso me ayudará también a tener los ojos abiertos y el corazón atento para ayudar a los demás.
ACCIÓN: Revisaré mi agenda para anotar en ella a las personas que en el nombre del Señor Jesús, visitaré para ayudarles en alguna necesidad especial y procuraré tener en mis labios, las palabras que ayuden a los demás a que se sientan bien y sean mejores.
 

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz
Familia Eucarística

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