En su mensaje, el Santo Padre señaló que el anuncio que siempre ha proclamado la Iglesia "hoy necesita ser renovado para convencer al hombre moderno, a menudo distraído e insensible. Por eso, la nueva evangelización debe tratar de encontrar las vías para que sea más eficaz el anuncio de la salvación, sin el cual la vida es contradictoria y carece de lo esencial".

Luego, expresó que "la crisis que vivimos trae consigo los rasgos de la exclusión de Dios de la vida de la gente, una indiferencia general ante la fe cristiana, hasta el intento de marginarla de la vida pública".
"Además, a menudo se verifica el fenómeno de personas que desean pertenecer a la Iglesia, pero que están fuertemente determinadas por una visión de la vida que contrasta con la fe", agregó el Sucesor de Pedro, para más tarde asegurar que "anunciar a Jesucristo único Salvador del mundo, hoy es más complejo que en el pasado, pero nuestra tarea sigue siendo la misma que al comienzo de nuestra historia. La misión no ha cambiado, así como no deben cambiar el entusiasmo y la valentía que movieron a los apóstoles y a los primeros discípulos".
Por último, el Pontífice manifestó que "si, por una parte, toda la comunidad está llamada a reforzar el espíritu misionero para ofrecer el anuncio nuevo que esperan los hombres de nuestro tiempo, no se puede olvidar que el estilo de vida de los creyentes necesita una verdadera credibilidad, tanto más convincente cuanto más dramática es la condición de las personas a las que se dirigen".
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