jueves, 18 de agosto de 2011

Papa Benedicto XVI llega a Madrid


Papa Benedicto XVI: "vengo aquí a encontrarme con millares de jóvenes de todo el mundo"

Este jueves 18 de agosto, después de una larga espera por parte de los jóvenes del mundo, el Papa Benedicto XVI arribó a Madrid, donde se está realizando la doceava Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Durante su discurso de bienvenida, el cual se efectuó con una ceremonia en el aeropuerto internacional de Barajas, al que llegó minutos antes de las 12 del día (hora de España), el Santo Padre agradeció a los organizadores, a las familias e instituciones de Madrid por el apoyo para la realización de éste evento, del que dijo: "vengo aquí a encontrarme con millares de jóvenes de todo el mundo, católicos, interesados por Cristo o en busca de la verdad que dé sentido genuino a su existencia".

Al dirigirse a los jóvenes venidos de los distintos continentes, quienes experimentan las dificultades de la vida y las que presenta el mundo de hoy, como los problemas para encontrar un empleo digno, las drogas, la discriminación o el acoso que sufren los creyentes queriendo apartarlos de Dios, los exhortó "con todas las fuerzas de mi corazón: que nada ni nadie os quite la paz; no os avergoncéis del Señor. Él no ha tenido reparo en hacerse uno como nosotros y experimentar nuestras angustias para llevarlas a Dios, y así nos ha salvado".

Luego indicó que como Sucesor de Pedro, acudió ahí "para confirmar a todos en la fe, viviendo unos días de intensa actividad pastoral para anunciar que Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Para impulsar el compromiso de construir el Reino de Dios en el mundo, entre nosotros. Para exhortar a los jóvenes a encontrarse personalmente con Cristo Amigo y así, radicados en su Persona, convertirse en sus fieles seguidores y valerosos testigos".

Más adelante, el Pontífice cuestionó: "¿Por qué y para qué ha venido esta multitud de jóvenes a Madrid? Aunque la respuesta deberían darla ellos mismos, bien se puede pensar que desean escuchar la Palabra de Dios, como se les ha propuesto en el lema para esta Jornada Mundial de la Juventud, de manera que, arraigados y edificados en Cristo, manifiesten la firmeza de su fe".

"Muchos de ellos han oído la voz de Dios, tal vez solo como un leve susurro, que los ha impulsado a buscarlo más diligentemente y a compartir con otros la experiencia de la fuerza que tiene en sus vidas", agregó, para después manifestar que éste descubrimiento del Dios vivo, "alienta a los jóvenes y abre sus ojos a los desafíos del mundo en que viven, con sus posibilidades y limitaciones. Ven la superficialidad, el consumismo y el hedonismo imperantes, tanta banalidad a la hora de vivir la sexualidad, tanta insolidaridad, tanta corrupción".

Así, el Papa insistió que “sin Dios sería arduo afrontar esos retos y ser verdaderamente felices, volcando para ello su entusiasmo en la consecución de una vida auténtica", pues de la mano de Cristo, "tendrán luz para caminar y razones para esperar, no deteniéndose ya ante sus más altos ideales, que motivarán su generoso compromiso por construir una sociedad donde se respete la dignidad humana y la fraternidad real".

Sobre la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Benedicto XVI explicó que "nos trae un mensaje de esperanza, como una brisa de aire puro y juvenil, con aromas renovadores que nos llenan de confianza ante el mañana de la Iglesia y del mundo".

En la parte final de su discurso, recordó las raíces cristianas de España, un "gran tesoro que ciertamente vale la pena cuidar con actitud constructiva, para el bien común de hoy y para ofrecer un horizonte luminoso al porvenir de las nuevas generaciones". Al despedirse, confió éste encuentro que vivirán los jóvenes venidos de todas partes del mundo, "a la Santísima Virgen María, y a la intercesión de los santos protectores de esta Jornada".

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