lunes, 17 de octubre de 2011

Meditación del 16 de Octubre del 2011

 11-10-16. Domingo 29º
Mt 22, 15-21.

SER DE DIOS ME HACE LIBRE.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Mateo 22, 15-21: En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de qué pudieran acusarlo. Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran: «Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie. Dinos, pues, qué piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?» Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones, les contestó: «Hipócritas, ¿por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo». Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó: «¿De quién es esta imagen y esta inscripción?» Le respondieron: «Del César». Y Jesús concluyó: «Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios».

I.- ENSEÑANZA BREVE: La vida yo no me la di, no me pertenece. Todo lo que tengo, cuando muera, aquí se queda. Sin embargo no soy como una espora llevada por los vientos. De Dios salí y a Dios he de volver. Soy muy amado(a) por Dios, a Él le pertenezco, Él diariamente me demuestra que me ama. Para ser feliz, hoy y todos los días, me entregaré a Él y para ello, a cada instante, procuraré reconocer y hacer su voluntad.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Mucha gente no valora su vida y la desperdicia, porque no sabe que es amada por Dios. Se atan a las cosas, viven atados a las cadenas que se fabrican.
JUZGAR
Todo cuanto existe es de Dios. Yo, tú, todos, somos creaturas de Dios. Dios nos ama y nos ha dado a su Hijo Único para mostrarnos su amor. Jesús nos libera, rompe nuestras ataduras.
ACTUAR
Hoy me dejaré amar por Dios y a Él entregaré mi vida pues soy de Dios. Soy un pensamiento de su amor. Soy la sonrisa, la mano amiga, la palabra de aliento… que hoy quiere Él, dar a los demás.  En Dios, soy amado y en Él soy libre para amar.

III.- LECTIO DIVINA. Leer – meditar – orar – contemplar - actuar.

LEER. Los personajes del texto que meditamos son: Jesús, los fariseos y sus secuaces. En Jesús hay paz, en el corazón de sus interlocutores está la mentira, la envidia, el odio. Para ellos lo más importante son las cosas, aunque ello les lleve a aniquilar su propia conciencia, destruir su familia, despreciar a los demás.
Jesús invita a quienes Le escuchan, a que abran su corazón a Dios. Nos invita a ser libres para vivir en su amor y no atados a nuestras ideas equivocadas.

MEDITAR: Jesús conoce, no sólo el corazón de quienes le agreden, sobretodo conoce el Corazón de Dios. Hacia Él tiene orientada su vida, hacia Él dirige su mirada y nos invita a todos a superar nuestras limitaciones y a mirar en todo a nuestro Padre Dios, para que su amor sea el parámetro de nuestras relaciones con los demás y con las cosas.

Por encima de la creatura (el ser humano), de lo que el hombre transforma (el metal de la moneda) y los valores ínfimos e idolátricos del hombre (el dinero), está Dios. Jesús sabe que Él, todo cuanto existe y cada persona, somos de Dios. Por lo que, en lugar de “bloquearse” ante la presencia de quienes le ponen una trampa y le quieren hacer el mal, Él les invita a reflexionar y a cambiar de vida. No solo las cosas- el metal, el dinero-, sino, también, las personas, somos de Dios.

ORAR: Padre amoroso, soy tuyo y sabes que en muchas cosas me distraigo y me olvido de esta realidad. Todo cuanto tengo es tuyo, a Ti te lo doy. Todo cuanto soy, a Ti te lo debo, a Ti me entrego hoy. Entiendo que debo administrar los dones y la vida que me has dado, que no debo desperdiciar nada y en la medida de lo posible mejorar todo, pero concédeme que “dando a Dios lo que es de Dios”, no me detenga en las cosas pequeñas y pasajeras, sino que mirándote a Ti, amándote y sirviendo a los demás, sea feliz.

CONTEMPLAR: Jesús es de Dios, lo mismo que quieres le atacan. La diferencia entre Él y sus agresores es que Jesús, conscientemente tiene su mirada puesta en su Padre amoroso. Los fariseos y sus secuaces, que dicen seguir a Dios, tienen sus intereses puestos en el dinero. Se auto engañan y no son libres, viven esclavizados por la “fantasía” de sus ambiciones y de sus intereses particulares.

Ser de Dios, nos hace libres porque nos libera de las esclavitud de las apariencias que nos presenta la “realidad pasajera, temporal” y nos pone en sintonía con nuestro Padre Dios, “Realidad Fundante y Eterna”.

“Jesucristo es la realidad fundante” porque es Eterno y no cambia, nos pone en relación con Dios (pertenencia), nos lleva a conocernos y amarnos a nosotros mismos (interioridad), nos sitúa en relación de libertad con los demás y con las cosas (exterioridad), le da sentido a nuestra existencia (inmanencia y trascendencia).

La respuesta de Jesús, “den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, es una invitación para quienes le agreden, y para nosotros, para que abramos nuestro corazón al amor de Dios y, superando nuestras mezquindades, seamos libres y nos apartemos de la esclavitud de la envidia que divide, del odio que mata y de la ambición al dinero, que corrompe.

ACTUAR: Sabiendo que soy de Dios, hoy procuraré hacer todo para Gloria de Dios y en ello encontraré mi felicidad. En especial, al hacer mi examen de conciencia procuraré interiorizar sobre cómo me siento al procurar actuar en todo para Gloria de Dios.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

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