11-11-12. sábado 32ª
LA FE NO OBSCURECE LA RAZÓN: LA ILUMINA
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz
Evangelio: Lucas 18, 1-8: En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: «En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que le solicitaba con frecuencia: “Hazme justicia frente a mi adversario”». Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo: “Aunque no temo a Dios ni respeto a nadie, por la insistencia de esta viuda le haré justicia para que no me siga molestando”. Dicho esto, Jesús comentó: «Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Que los hará esperar? Yo les aseguro que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará esta fe en la tierra?»
I.- ENSEÑANZA BREVE: El poeta, el pintor, el novelista y otros artistas más son altamente apreciados porque nos permiten ver las cosas de manera distinta y bella. En lo personal no deja de extrañarme que no exista un aprecio similar o aún mayor para el hombre creyente. En una ocasión en que me cuestionaron sobre mi fe y el rigor científico que debería seguir en mis estudios en la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México. Yo comentaba que mi fe, no empobrecía ni mis conocimientos ni mi inteligencia, sino que al contrario, los exaltaba, porque me daba la oportunidad de contemplar las cosas desde un punto de vista más, incluso diferente a los que decían no tener fe, y que consideraba absurdo que se me pidiera que en lugar de aplicar todas mis cualidades y habilidades, se me pidiera que las restringiera. La fe no obscurece la razón, al contario la ilumina y la guía hacia la Verdad. La fe, además, nos ayuda a reconocer la belleza trascendente que existe en cada creatura, en especial en el hombre, en donde podemos descubrir con mayor facilidad el rostro de Dios, dado que Dios mismo, en Jesucristo, tomó nuestra naturaleza humana.
II.- VER - JUZGAR -ACTUAR
VER | En varios ambientes políticos, económicos, educativos y de medios de comunicación social, entre otros, se pretende tomar decisiones al margen de la fe en Dios. Esto en aras de un supuesto rigor científico. De hecho, no solo si un obispo o un sacerdote habla de política, sino también cuando cualquier ciudadano creyente pretende tocar esos temas, no faltan inmediatamente descalificaciones a sus opiniones y el rechazo a sus ideas, por ser persona de fe. Argumentos similares son aducidos por grupos abortistas, que incluso negando el dato científico, que demuestra que el momento en que inicia la vida del ser humano es el de la concepción; ellos señalan que esto no tiene fundamento, porque es “un argumento religioso”. Ciertamente estas acciones y argumentos son violatorios, no solo del derecho fundamental de la vida, sino también de los derechos de libertad de expresión y de religión. Estos hechos además de discriminatorios son irracionales porque niegan los datos que la ciencia arroja, manifiestan su ideología relativista que rechaza todo argumento, aún científico, que sea contrario a sus intereses y mentiras. | |
JUZGAR | Ante estas y otras situaciones, en mi opinión, lo más grave, no es que se pretendan coartar los derechos de libertad religiosa y de expresión, sino que alguien ignore que no sepa que tiene esos derechos, o no los quiera ejercer o tenga miedo de expresar sus argumentos, incluso científicos, por miedo a ser rechazado por su fe. El Señor Jesús pregunta: “cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará esta fe en la tierra?” En lo personal creo que sí, ¿de cuántos? No lo sé, pero por eso estoy trabajando para que sean muchos los que tengan fe y amando a Dios, se esfuercen por hacer este mundo mejor, viviendo en libertad y compartiendo la Verdad. Estoy seguro que algunos de los que hoy tienen fe, son los que leen estas líneas y también estoy seguro que ellos también están trabajando para que cada vez sean más los que tengan una fe bien formada y tenga un ansia misionera para compartirla. (Si me equivoco, es tiempo de empezar ¿o no?). Por otro lado, destaco, como un dato que debemos reconocer, que la coerción de la fe, incluso a nivel mundial se dirige principalmente contra la fe de los católicos y esto no ha de extrañarnos, pues, aún entre otras denominaciones cristianas, los católicos somos los únicos que contamos con todo un aparato crítico desarrollado a lo largo de los siglos, que hace a la Iglesia, experta en humanidad. La realidad de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre hace que la teología sea un faro que ilumina la antropología y hace de la antropología un camino para llegar a Dios. El humanismo de la Iglesia ha sido expresado en diversos foros y ha quedado plasmado en diversos documentos, en particular, a través del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia Católica, documento que no debería de faltar en ningún hogar católico, lo mismo que el Catecismo de la Iglesia y sobre todo la Biblia, que de una u otra forma diariamente debería ser leída, meditada y comentada. | |
ORAR | Señor Jesús, gracias por el don de la fe, porque tu Palabra ilumina mi vida y me reta a amar y a ser mejor. Señor Jesús, perdóname porque no he valorado este don y sobre todo porque he sido cobarde en muchos momentos en los que he preferido quedarme callado ante la mentira y el error, con tal de no ser reconocido como católico o incluso me he burlado de mi fe o he actuado en contra de ella, dando mal testimonio. Sé que como a san Pedro me perdonas y al igual que él quiero responderte, no sólo tres veces, sino en todos los instantes de mi vida. Te amo y te pido que derrames sobre mí la Gracia de tu Espíritu Santo, para que como discípulo y misionero tuyo, trabaje por la extensión de la fe. “Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo” (cf. Jn 21,17) y sabes que lo único que quiero es que todos te conozcan y te amen. | |
ACTUAR | Reconociendo el llamado que hoy Jesús me hace para que dé testimonio de mi fe y la importancia que esta acción tiene para el bien de mis hermanos, actuales y futuros, compartiré mi alegría por ser católico y también me esforzaré por conocer más las enseñanzas de Jesucristo, transmitidas por la Iglesia, profundizándolas en el estudio de la Biblia, del Catecismo de la Iglesia y del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia. (Quizá lo primero que tenga que hacer es comprarme un ejemplar de cada uno de estos tres documentos, básicos para la biblioteca de quien quiere ser cada vez mejor católico. ¿Dónde comprarlos? Seguramente que mi párroco me informará). |
“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)
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