11-11-24. Jueves 34ª
CRISTIANOS PROACTIVOS
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz
Evangelio: Lucas 21, 20-28: En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito. ¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios le ha señalado. Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas; en la tierra las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación».
I.- ENSEÑANZA BREVE: Acabo de ver un comercial muy interesante. Un niño menor de 10 años, está molesto porque no llega el día de Navidad. Se manifiesta malhumorado en contra de sus papás, de su hermano y compañeros de escuela. Conforme se acerca el día su impaciencia es mayor, no deja de mirar el reloj. Por fin, el 25 por la mañana se despierta y se levanta rápidamente, lleno de alegría, pasa al lado de los juguetes y regalos que le dejaron al pie de la cama. Abre la puerta de su closet, saca una caja de él, y después se dirige a la habitación de sus padres, para darles su regalo y desearles Feliz Navidad. Este comercial, recuerda la enseñanza de Jesús, “Hay mayor alegría en dar que en recibir” (Hech 20, 35). Y esto, en relación al texto bíblico que hoy reflexionamos, me invita a ser consciente que no tengo que esperarme a que ocurran desastres para hacer el bien. Cada día es una oportunidad para hacer el bien. Hoy procuraré hacer el mayor bien posible. Mi propia muerte y el fin del mundo, ocurrirán cuando tengan que ocurrir y no tengo por qué esperarlos con terror o angustia, sino que, en el nombre del Señor Jesús, cada día, alegre y proactivamente, haré lo que me toque hacer, para el bien de mis hermanos y mayor Gloria de Dios.
II.- VER - JUZGAR -ACTUAR
VER | Cuánta gente vive triste y desilusionada, y pasa su vida sin saber qué hacer. Su existencia es muy pasiva, en espera que algo o alguien haga algo para solucionar su situación o los problemas del mundo. Hay otros que se la pasan quejándose de todo y hay quien viven en contra de todo y de todos, algunos, incluso, actuando agresivamente. También hay muchos, y parece que cada día aumentan más, que piensan que fuerzas ocultas nos dominan o que algunos “iluminados”, “videntes” o “esotéricos” tienen “poderes” o “contactos” y reciben “profecías” que señalan que el fin del mundo se aproxima. Lo grave de esta situación es cuando personas católicas de buena fe, son presa de estos engaños, pues se acercan a estos “videntes” que acaban de recibir “la última revelación o mensaje de Jesucristo, de la Virgen, de algún santo”, así como el último dato de las herejías, errores o divisiones de la Iglesia, etc. Y claro, no puede faltar el que “se identifica a los malos sacerdotes porque se oponen” lo que ellos dicen. Así, sin darse cuenta y confundidos, son presa de grupos sectarios que mezclan “verdades a medias” con mentiras y errores doctrinales, que no siempre son fáciles de identificar, por quien no tiene una buena formación religiosa. No deja de llamar la atención el que la mayoría de estas personas en lugar de tener paz en sus corazones, empiezan a vivir llenas de angustia y de temor. Ya no es el amor de Dios, sino “el miedo”, “el temor a su ira” lo que les lleva a actuar. En ocasiones, algunas personas son muy sensibles a este tipo de grupos, por su afán “inconsciente” de pertenencia a “algo” o a “alguien”. También hay quienes “inconscientemente” pretenden distinguirse de sus conocidos, sintiéndose “privilegiados” por “tener un conocimiento” que los demás no tienen. | |
JUZGAR | Jesús ha venido a hacer libres. Por eso el cristiano es libre y liberador, cuando se rige por la Verdad. La Verdad que los católicos anunciamos, nunca es personal, es de la Iglesia y por lo mismo tenemos que ser muy respetuosos de Ella y tenemos que reconocer con humildad nuestras limitaciones para comprender todo el Misterio del Amor de Dios y de la Salvación revelado por Jesucristo y depositado por Él en la Iglesia. La Iglesia, a lo largo de los siglos ha conservado esta enseñanza, la ha compartido y ha aprendido de ella, creciendo en su vivencia a través del estudio y del testimonio de los santos y todo esto ha quedado plasmado en gran cantidad de documentos que han ido siendo valorados y aprovechados por los obispos y Papas, en Cartas, Exhortaciones, Encíclicas, etc. Por lo mismo, guía segura de la Verdad y de la fe, siempre será la enseñanza de la Sagrada Escritura, la Voz del Papa y del Magisterio de la Iglesia, compartido por los Obispos y concentrada, entre otros documentos, en el Catecismo de la Iglesia Católica y el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia. Por lo tanto, más que procurar estar “en el último grito de las apariciones, profecías o videntes” debo ir por la guía segura de las apariciones y videntes aprobados por la Iglesia. En el mundo hay muchas cosas que están mal y que pueden estar peor. El católico no puede quedarse indiferente ante eso, sino que con la fuerza del amor de Jesús, día a día ha de esforzarse en hacer este mundo mejor y llevar a todos, o a los más posibles, hacia Dios. Por lo mismo, también ha de tener la suficiente capacidad para discernir y distinguir, en medio de tantas “ideas y experiencias”, supuestamente místicas, la enseñanza sólida de la Iglesia y dejarse guiar por ella. Por otro lado y dado que la Verdad es la que ilumina la inteligencia del católico y es el Amor lo que mueve su voluntad, nunca será válido que la mentira, el miedo o el temor sean los motores de su acción. Dado que su faro ha de ser la Verdad y el amor su impulso, para el católico tampoco la pasividad es una actitud apropiada. Hoy se habla de quienes son pasivos, reactivos y proactivos. Los primeros simplemente esperan a que las cosas sucedan y les da lo mismo si ocurren o no. Los segundos, actúan solo si las cosas ocurren y si afecta sus intereses. Los proactivos, son los que se esfuerzan para que las cosas buenas sucedan. Hay quienes piensan que la vida ha de darle colorido a su existir, el católico tiene que estar consciente de que él está para darle color a la vida. Como un amigo, que cuando le preguntaban ¿cómo te pinta la vida? Siempre respondía: “No, ella no me da color, soy yo quien la pinto”. El cristiano, a partir de su experiencia de Dios y su encuentro personal con Jesucristo es proactivo. Él no sólo espera que el Reino de Dios llegue, sino que trabaja, en su aquí y ahora, para que el Reino de Dios se haga presente en su vida, en su familia y en los ambientes donde realiza la vida. El cristiano al rezar todos los días el Padre Nuestro, pide que “venga a nosotros” el Reino de Dios y de esa manera manifiesta su compromiso de hacer este mundo mejor y pide la Gracia para hacerlo. Por eso y debido a los cristianos proactivos, la Iglesia Católica, a lo largo de los siglos, ha influido positivamente para el desarrollo de la humanidad. | |
ORAR | Tú Señor Jesús, eres el único Salvador. Te pido derrames sobre mí la Gracia del Espíritu Santo para que Él me purifique, renueve, sane y santifique. Espíritu Santo, ilumina mi entendimiento para buscar y encontrar la Verdad. Orienta mis motivaciones hacia la Gloria del Padre y el bien de mis hermanos para que mis intereses sean los de Jesús. Fortalece mi voluntad para rechazar el mal y persevere haciendo el bien. Amén. | |
ACTUAR | Revisaré mis motivaciones de tal manera que cada vez se adecúen más a los intereses de Jesús e iluminada mi inteligencia con la Luz del Espíritu Santo haré a un lado “las creencias” que no son parte de mi fe como católico, con la Gracia divina evitaré andar creyendo todo tipo de engaños y con la Fortaleza de Dios, trabajaré proactivamente para hacer presente el Reino de Dios en el mundo. |
“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)
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