lunes, 12 de diciembre de 2011

Meditación del 11 de diciembre del 2011

11-12-11. DOMINGO 3ª Semana de Adviento.

PERSEVERAR SIN FRUSTRACIÓN

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Juan 1,6-8.19-28: Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: "¿Tú quién eres?" Él confesó sin reservas: "Yo no soy el Mesías." Le preguntaron: "¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?" El dijo: "No lo soy." "¿Eres tú el Profeta?" Respondió: "No." Y le dijeron: "¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?" Él contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanen el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías." Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: "Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua; en medio de ustedes hay uno que no conocen, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia."

I.- ENSEÑANZA BREVE: Un anciano leía todos los días la Biblia. Su nieto queriéndolo imitar también comenzó a leerla, pero al poco tiempo fue con su abuelo para decirle que no entendía mucho y que además pronto se le olvidaba lo que  había leído. Al escucharlo, el abuelo le pidió al joven que perseverara y también le pidió que vaciara el cesto donde guardaban el carbón y que él le trajera agua del río que estaba cercano. El nieto así lo hizo, corrió al río, sumergió el cesto y corrió a donde estaba el abuelo, pero cuando llegó a donde estaba el anciano, el cesto estaba vació. El abuelo le preguntó por el agua y el joven le explicó que se había derramado en el camino. El abuelo le pidió al joven que se esforzara un poco más y que en el cesto le trajera agua. Nuevamente el nieto fue hasta donde el río, corrió de regreso más rápido y aún así, llegó con la canasta sin agua. Dos veces y debido a la insistencia de su abuelo, el joven intentó traer agua y un tanto cansado le dijo al anciano: “Abuelo, es inútil, definitivamente esta canasta no sirve para traer agua”. El abuelo en lugar de responderle dijo: “Bien, te pido que por favor mires el interior de la canasta y me digas que ves en ella”. El joven la miró una y otra vez y finalmente dijo: “Pues me parece que sigue siendo la misma canasta, pero ahora ya no está negra y sucia a causa del hollín del carbón”. Y el abuelo le dijo: Tienes razón hijo y así ocurre con quienes asiduamente leen la Biblia, quizá no siempre la entiendan ni se graben todo su contenido, pero si perseveran, su alma se irá limpiando hasta recuperar su esplendor.
Quizá este es un buen momento para que revises si estas meditaciones te están ayudando a vivir mejor el Adviento, a prepararte para esta Navidad, y para ser mejor católico, porque tú estás llamado, como Juan, a ser VOZ QUE GRITA EN EL DESIERTO.

II.- VER - JUZGAR – ORAR - ACTUAR
VER
Hoy mucha gente vive frustrada o por lo menos con sentimientos de frustración. La frustración genera agresividad en primer lugar contra uno mismo, pero también puede llegar a ser un detonante de violencia hacia los demás.
El hedonismo y el consumismo nos ponen en la búsqueda del placer y del tener, como si fueran la fuente de la auténtica felicidad y ponen al dinero como si fuera el medio para alcanzar la felicidad. Con esta visión y a través de las tarjetas de crédito y las compras por adelantado sin intereses (en el nivel personal) y los préstamos internacionales (entre países), se generan las crisis económicas que ponen a temblar no sólo las “casas de bolsa” internacionales, sino también a los habitantes de cada país. Esta situación, incluso ha llevado a personas a organizarse en movimientos pacíficos y a veces no tan pacíficos, como “los indignados” de España, Italia, Francia, Alemania, Estados Unidos, Israel y en otras partes del mundo. Sin pretender juzgar a nadie y mucho menos calificar o descalificar algún movimiento, da la impresión de que quienes participan en estas acciones quisieran adquirir, recuperar o seguir con los beneficios de un esquema económico que no funciona, porque se basa en el consumismo. Si se quiere encontrar soluciones, tenemos que cambiar a sistemas más austeros, donde la persona es la importante y no “la ganancia” que pueda dejar. Se requiere de una conversión total en los criterios de endeudamiento y de consumismo. Se requiere volver a Dios y al hombre para recuperar el equilibrio y la paz económicos y sociales.
Existen también otras fuentes de frustración, mucho más personales, que están en relación con la autoimagen que se tiene de sí mismo, de las metas que uno se pone en la vida y de las expectativas que los demás tienen sobre uno o la forma en que lo ignoran.

JUZGAR
Como ya dijimos, durante esta semana del Adviento, la figura que destaca es la Juan Bautista, quien se presenta como la “VOZ QUE GRITA EN EL DESIERTO”, quien de manera perseverante invita a la conversión.
San Juan llama la atención en su entorno, porque, en Dios es libre y ha roto con los parámetros equívocos de su entorno. Cómo primogénito varón e hijo único, miembro de la casta sacerdotal (cf. Lc 1, 5), al igual que su padre Zacarías, estaba llamado a ser sacerdote del Templo de Israel. Uno de los lugares más encumbrados de su época. Sin embargo Él optó por vivir en el desierto, alimentarse de insectos, vestirse con pieles de camello (cf. Mc 1,6), ponerse en segundo lugar, señalando a Jesús como “Cordero de Dios” (cf. Jn 1, 35) e invitando a todos a la conversión.
De san Juan Bautista, todos tenemos mucho que aprender, sobre todo en su fe, que lo hace libre, lo libera de frustraciones, lo hace perseverante y lo pone en profunda relación con Dios y al servicio de sus hermanos y de la sociedad.
La perseverancia de Juan, y su alta resistencia a la frustración, tienen su vértice en Jesús. Ellas lo llevan a ser VOZ QUE GRITA EN EL DESIERTO, a pesar de que no siempre es entendido e incluso es rechazado. Cuando Jesús, que es anunciado y presentado por Juan, como Cordero de Dios, está en nuestro corazón, con la Gracia del Espíritu Santo, ilumina nuestra inteligencia y fortalece nuestra voluntad, para que en medio de infinidad de distractores, vivamos en presencia de Dios, disfrutemos de su compañía, perseveremos en medio de las adversidades, sigamos en libertad, estilos de vida austeros y amemos y sirvamos al prójimo, en lugar de caer en depresiones, en angustias, en agresiones contra uno mismo o en violencia en contra de los demás.
La frustración es un tipo de neurosis. Mientras el ideal está más alejado, de la propia realidad, la frustración es mayor y puede llevar a la tristeza, al desaliento, a la depresión, a la autoagresión o al arrebato contra los que nos rodean. La perseverancia es la capacidad de mantenerse, aún bajo presión, con un espíritu firme y constante.
San Juan, es perseverante, él no es un hombre frustrado, tiene claras sus metas: ama a Dios y busca el bien del prójimo. Por eso invita a la conversión a Dios y al cambio de los estilos de vida que van generando malestar, interior y social. La perseverancia del Bautista, a los ojos de la psicología actual, lo muestran como una persona, libre y feliz, con “alto nivel de resistencia a la frustración”.
Si la frustración, es el malestar generado por no alcanzar una meta y la perseverancia es mantenerse firme y constante, con buen ánimo, en la ejecución de las buenas obras, san Juan, VOZ QUE GRITA EN EL DESIERTO, tiene mucho que enseñarnos a los que como él: queremos anunciar a Jesucristo y hacer presente su Reino, que se expresa en libertad, ante los condicionamientos del mundo actual; en paz, ante la angustia y el activismo, y en amor ante la violencia. El Bautista, con su plena autorrealización, con su felicidad y con su palabra, nos invita a nuestra conversión total hacia Dios y al servicio al prójimo y nos comparte el origen de su alta resistencia a la frustración y de la fuente de su perseverancia, que no es Otro más que el Cordero de Dios, Jesucristo, nuestro Señor.
El mundo de hoy necesita muchos “Juan Bautista”, hombres y mujeres, que teniendo como centro de su vida a Jesucristo, con su perseverancia anuncien y construyan el Reino de Dios, aun siendo, VOZ QUE GRITA EN EL DESIERTO.
ORAR
Señor, Tú sabes todas las frustraciones que llevo en mi corazón, también conoces mis anhelos de ser libre ante los condicionamientos que me impone el mundo y de mis esfuerzos por darte a conocer. Espíritu Santo, fortaléceme para que por encima de cualquier frustración pasada, nunca me dé por vencido ante las adversidades, mucho menos, cuando se me presenten por anunciar y construir el Reino de Dios.
ACTUAR
A la hora de tomar los alimentos encenderé una vela de la Corona de Adviento y diré “Ven Señor Jesús a mi corazón y a mi familia, para que te adoremos como lo hicieron los pastores y los magos. Concédenos que en estos alimentos reconozcamos tu providencia y en nuestra convivencia familiar te hagamos presente con nuestra alegría”.
Señor Jesús, haz que sea perseverante y que pueda amarte y servirte en mis hermanos. 

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx
“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. Madre María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)


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