lunes, 12 de diciembre de 2011

Meditación del 12 de diciembre del 2011

11-12-12. lunes SANTA MARÍA DE GUADALUPE.

QUIÉN SOY YO PARA QUE ME VISITE LA MADRE DE MI SEÑOR

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 1,39-45: Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."

I.- ENSEÑANZA BREVE: Hoy celebramos el 480 aniversario de las apariciones de santa María de Guadalupe. En 1531, a 10 años de la conquista de Tenochtitlán (1521), Dios manifestó su amor por México, América y el mundo entero, al enviarnos como mensajera del Evangelio a la Virgen María, quien se presenta con el nombre de Guadalupe y deja impresa en la tilma de un indígena, el ahora san Juan Diego Cuauhtlatoatzin, su imagen amada. Como químico y habiendo realizado mi tesis sobre productos naturales extraídos de plantas, me llama mucho la atención el que la sagrada imagen, no se haya destruido a pesar de haber estado, sin vidrio durante 116 años, en una pequeña capilla construida a la orilla de un lago, siendo por lo mismo un lugar húmedo y salobre. Dado que la tela es de material vegetal debería de haberse descompuesto fácilmente o a lo menos debería de haber sido manchada y carcomida por hongos y bacterias. Otro dato que me llama la atención, es que durante el periodo que estuvo sin vidriera, siendo los edificios que le construyeron pequeños y de techo bajo, a la imagen no se le hubieran pegado ni el hollín y ni la grasa de las velas, veladoras y antorchas, que se ponían cerca de ella, para celebrarla y verla mejor. Otro fenómeno similar, pero un tanto inverso, es que inexplicablemente, con el paso de los años, sus colores no hayan perdido sus tonos y brillantes.

En 1979, científicos de la NASA comprobaron que la tela no tiene preparación alguna para ser pintada y sin embargo la pintura no se corrió ni difuminó sobre la tela. La aplicación de rayos ultravioleta demostró que no tiene boceto previo y que no existen pinceladas, por lo que más que de una pintura, hay que hablar de una impresión. Callaghan, no es católico, pero señala que además de los elementos que se comportan como los de cualquier pintura y desaparecen a la luz de los rayos ultravioleta, no se puede explicar porque no sucede lo mismo con el cabello, el rostro, las manos, la túnica y el manto, que muestran a una mujer que bien podría ser la imagen de una mujer judía del siglo I de nuestra era. Callaghan, encuentra estos elementos.
Hay todavía muchas cosas más que se podrán decir sobre la imagen de santa María de Guadalupe, pero ciertamente, contemplar la tilma de san Juan Diego, a cada uno de nosotros nos lleva a exclamar: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

II.- VER - JUZGAR – ORAR - ACTUAR
VER
El fenómeno religioso existe en todas las latitudes y ha existido en todas las épocas y esto es fácil de constatar. A nivel mundial, la mayoría de los seres humanos, 85.73%, se dice creyente en Dios. El otro 14.27% se dice agnóstico, irreligioso o ateo, cosa que habría que comprobar, si en todos los instantes de su vida se mantienen en esa posición.
El ser humano experimenta la necesidad de Dios y lo busca, de ahí la pluralidad de religiones, en todas las épocas. La sinceridad de esta búsqueda no implica que sea acertada. En su búsqueda, el hombre se va quedando en sus ideas y muchas veces se detiene en la criatura, inventa sus ídolos y se confunde en las fantasías que él mismo crea, así surgen el politeísmo, la idolatría, el animismo, y desviaciones como el esoterismo, la astrología, la superstición, los cultos satánicos, la magia, la brujería etc.

JUZGAR
Esto ocurre en particular entre los que no conocen o no aceptan, que Dios mismo se ha revelado a la humanidad, “al llegar la plenitud de los tiempos” (Gal 4,4), en un proceso que alcanza su cúspide Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, pues en Él, Dios mismo nos revela cuánto nos ama, al tomar nuestra naturaleza humana y morir en la Cruz, para rescatarnos del pecado y darnos su perdón.
El Hijo de Dios toma nuestra naturaleza humana y se encarna en el seno de una mujer (Lc 1,38). Dios se hace embrión, feto, niño, adolescente, joven, adulto y muere. Jesús se hace como uno de nosotros, igual en todo a nosotros, menos en el pecado. Jesús Muere, pero resucita y así, manifiesta que perdona nuestros pecados y por Él podemos acceder a la Vida Eterna.
Esa mujer, la Virgen María, Madre de Jesús, presenta a su Hijo a los pastores y a los magos. Por intervención de Ella, Jesús hace su primer milagro en las bodas de Caná. Ella, está a su lado cuando muere en la Cruz, Ella es llevada al Cielo y ahí está en cuerpo y alma, como su Hijo, con su Hijo.
María, sigue dándonos a conocer a Jesús. En 1531, bajo el dulce nombre de Guadalupe se manifiesta a un humilde indio y a través de él a todos los habitantes del Anáhuac y pronto a todos los del Continente Americano. Hoy, Ella, cada 12 de diciembre, en el entorno del Tepeyac, reúne físicamente a millones de personas para mostrarnos a su Hijo. En este 2011, somos más de 7 millones de personas. A estas cifras, hay que añadir, los millones de personas que espiritualmente se unen a través de los medios de comunicación y las que en parroquias, capillas y ermitas, lo mismo que en infinidad de hogares, se encuentran con Jesucristo a través de la devoción guadalupana.
Cabe destacar que en este año, incluso, desde el Vaticano, acompañado por el Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo de México, a quien el Sumo Pontífice pidió que estuviera presente, el Papa Benedicto XVI, celebrará el 480 aniversario de las apariciones de santa María de Guadalupe.
Este acontecimiento “mundializa” el acontecimiento guadalupano que más que ser un hecho que queda en la historia es una acción divina que a lo largo de los siglos ha marcado la historia de la Nueva España, de México, de América Latina y Filipinas, de América toda en 1999 y ahora del mundo entero. Y ahora nos invita a poner nuestra mirada hacia el 2031, año en que se cumplirán 500 años de las apariciones de Guadalupe. (Si alguien quiere conocer mi visión particular sobre estos hechos, puede escribirme y con gusto le compartiré mi reflexión más amplia).
Cada uno de nosotros, agradecidos, con tan gran regalo de Dios, al darnos a Jesús, a través de la Virgen María especialmente en Belén, en el Gólgota y en el Tepeyac, debemos imitarla y también debemos ser transparencia de Dios, para que a través de nuestro testimonio de vida, Jesucristo sea conocido y amado. Esto será posible si dejamos que nuestro corazón se llene de la alegría del Espíritu Santo y como santa Isabel reconocemos: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
El tiempo del Adviento, es un tiempo profundamente mariano. Es un tiempo de espera y de preparación al nacimiento de Jesucristo. La Virgen María, embarazada de Jesucristo, nos invita también a esperar su nacimiento en nuestros corazones, para que, como Ella, lo mostremos a los demás.
ORAR
Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, tanto la festividad de tu Inmaculada Concepción, como  el gozo de sus apariciones en el Tepeyac, me llevan a pedirte que me prestes tus ojos y tu corazón para contemplar, amar y adorar a Jesús. María, muéstrame a tu Hijo y pide al Espíritu Santo que me dé el gozo de Juan Bautista, cuando desde el seno de su madre escuchó tu voz y que, también, me dé la alegría de san Juan Diego, cuanto atendió tu llamado para ser mensajero del amor de Jesús. Mi Niña, Mi Muchachita, “mi corazón en amarte eternamente se ocupe y mis labios en alabarte, Madre mía de Guadalupe”, pues ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
ACTUAR
A la hora de tomar los alimentos encenderé una vela de la Corona de Adviento y diré “Ven Señor Jesús a mi corazón y a mi familia, para que te adoremos como lo hicieron los pastores y los magos. Concédenos que en estos alimentos reconozcamos tu providencia y en nuestra convivencia familiar te hagamos presente con nuestra alegría.”

Santa María de Guadalupe, muéstrame a tu Hijo, mi Salvador.


Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx
“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. Madre María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)


NOTA CULTURAL (cifras aproximadas): Cristianismo 33.06% (17.06% católicos, 16% hermanos separados), Islam: 20.28%, Hinduismo: 13.33%, Religión folclórica china: 6.27%, Budismo: 5.87%, Diferentes religiones de tribus indígenas: 3.97% y Judíos: 0.23%.

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