lunes, 19 de diciembre de 2011

Meditación del 17 de diciembre del 2011

11-12-17. sábado  3ª Semana de Adviento.

SER FELIZ, ELEMENTO DE MI IDENTIDAD CRISTIANA

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Mateo 1,1-17: Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

I.- ENSEÑANZA BREVE: Si bien es cierto que Adán era libre y estaba contento en medio de la creación no fue feliz, sino hasta que se encontró con Eva, pues tuvo un referente que le permitió conocerse a sí mismo. La situación cambió cuando cayeron en el pecado. Adán perdió la relación con Dios, se desconoció a sí mismo y a su esposa y la naturaleza se volvió agresiva contra Él. Perdido el rumbo de su vida, el hombre perdió su identidad. Esta situación es común en el hombre de hoy. Hace muchas cosas, pero no sabe para qué vive ni a dónde va.
Revisando la historia de la humanidad, encontramos a personas que han mostrado su destino y han marcado a la humanidad. Entre ellos, la mayoría forma parte de la Iglesia Católica y todos estos hacen referencia a Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre. En Jesús los católicos encontramos nuestra identidad como hijos de Dios, procurando alcanzar la altura de Cristo, ser felices, ser santos, merecer la Vida Eterna.

II.- VER - JUZGAR – ORAR - ACTUAR
VER
Los psicólogos señalan la importancia de la identidad para tener una personalidad equilibrada, realidad cada vez menos frecuente. Saber cuáles son los propios orígenes, quienes son los padres, de dónde se viene, a dónde se va, cuál es el propio sexo, cuál es el sentido de la vida, quién es Dios, son respuestas que cualquier persona debería de saber contestar de manera inmediata, porque se conoce a sí misma, pero en los tiempos modernos no es así, debido a que poca gente reflexiona, más bien vive “la sensación” y se deja guiar por “las modas del momento” o las oportunidades que se le presentan.
En un mundo donde todo es cada vez más relativizado y donde a través de los medios de comunicación se recibe un gran caudal de información, incluso contradictoria, difícil de asimilar o sintetizar, la identidad fácilmente se pierde o nunca se adquiere, quedando la persona siempre en la incertidumbre y “nadando a media agua” para acomodarse y sobrevivir. Muchas personas, principalmente jóvenes, pero también adultos, se ven orillados a adherirse a ideologías y grupos para sentirse seguros, o escapan a través del aislamiento, de las drogas o del suicidio.
La confusión sobre la propia identidad deriva en estados de vida de ansiedad que se pueden volver en auténticas neurosis y generar personas desadaptadas a su entorno familiar y social, por lo que, para disminuir su ansiedad buscan personas en igual situación, para encontrar una estabilidad, aunque eso no resuelva de raíz su problema.
En la búsqueda de identidad, las personas se agrupan de acuerdo a la problemática que viven, así hay grupos de alcohólicos y de neuróticos anónimos; de darketos, de punks, de homosexuales, de lesbianas, de mujeres que abortan, etc.
La adolescencia y la juventud son etapas naturales de búsqueda de identidad. Por la etapa en la que viven, en búsqueda y construcción de su propia identidad, los adolescentes y los jóvenes son los más susceptibles de ser influenciados por los medios de comunicación y grupos radicales o de personas desviadas en su identidad, quienes los buscan sabiendo que son presa fácil para sus intereses personales o grupales. Los políticos saben de esta situación y son expertos en enviar constantemente una avalancha de información confusa para engañar a los electores. Expertos en esta área son también los promotores de la cultura de la muerte y quienes rechazan a Cristo y a la Iglesia.
“El éxito” de algunas sectas pseudo cristianas, consiste en separar a uno de los miembros de una familia, hacerle un verdadero “lavado de cerebro”, desarraigarlo de su núcleo familia y hacerlo adepto de su “grupo”. Poco tiempo después, a través de esa persona, atraen a otros miembros de la familia, por el chantaje sentimental de no abandonar a su hijo, hermano, padre o madre “que es diferente”.

JUZGAR
El texto bíblico que meditamos y que señala la genealogía de Jesús es importante, no sólo porque lo inserta en la historia de Israel y de la salvación, manifestándolo plenamente humano, sino porque nos habla de la propia conciencia que, en cuanto hombre, Jesús tenía de sí mismo y por lo mismo de su auto aceptación e identidad, desde la cual se relaciona con sus contemporáneos y con su entorno religioso y social.
Jesús es Él mismo, es auténtico y así, en el plano humano se manifiesta libre para liberar. Ciertamente, en cuanto Dios, la liberación que sólo Él puede hacer sobre el pecado, al perdonarlo, tiene consecuencias trascendentes, mucho más importantes, para la Vida Eterna, pero la libertad humana de Jesús, es significativa para nosotros, pues hace relación a la Vida Nueva que nos ofrece. Tanto la Vida Nueva como la Eterna, las adquirimos, por Jesús, si queremos, por la Gracia de Dios.
Jesús nace en una familia, tiene a su Madre y en san José a un padre adoptivo. Si bien es cierto que es hijo único, en las costumbres de las poblaciones antiguas, tiene amigos de su edad, con los que se relaciona, por lo que no es un niño aislado, ni huraño.
Humanamente hablando, un elemento esencial de la identidad de Jesús es la de ser miembro de un pueblo sumamente religioso y de ser parte de una familia practicante que hace oración, cumple con la Ley y lo lleva a Jerusalén, la ciudad santa, en peregrinación.
Hoy por hoy, aquello de lo que acusan a la Iglesia es de que no está acorde a “los tiempos modernos”, que además son volátiles, no es más que un intento de minar su identidad. La fe de la Iglesia Católica no surge de acuerdos humanos, sino de Dios que se revela en la historia y a través de personas concretas, miembros del pueblo Israelita. Al llegar la plenitud de los tiempos, Dios se auto revela en Jesucristo y aprendemos de Él que Dios es Amor, que no es soledad, que es uno y Trino, que es comunidad de Amor. A partir de la vida y enseñanzas de Jesús, se perfila la Iglesia como sacramento de salvación y junto con esta realidad, toda su estructura jerárquica y la acción llevada por el Espíritu Santo a través de los siglos. La Iglesia Católica sabe que la fe es un proceso dinámico que analiza la realidad que la circunda y a la cual enriquece con la fe y con ella misma la trasforma, pues su misión es precisamente instaurar en medio de la sociedad humana el Reino de Dios. Todo ello, sin perder su identidad, la cual comparte.
Tener fe, ser católico, y hacer oración, nos da identidad y nos fortalece, pues la Iglesia además de darnos una estructura rica en sabiduría nos proporciona el testimonio de los santos y nos nutre con los sacramentos y la participación en la Misa, en la que tenemos la oportunidad de alimentarnos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Ser cristianos y comportarnos como miembros de la Iglesia Católica nos da identidad y seguridad ante el mundo en nuestra vida personal.
Elementos de mi identidad cristiana es ser feliz, ser santo, alcanzar la Vida Eterna y para ello, contamos con la Palabra de Dios, con su amor, con la oración, los sacramentos y su Gracia para vivir coherentemente con lo que creemos.
La Iglesia nos ofrece además, claridad e identidad en torno a los temas de antropología humana, de la vida, del matrimonio, de la familia, de la sexualidad, del noviazgo, de la ética, de la política, de los medios de comunicación social, de la educación, del trabajo, de la ecología, del uso de los bienes materiales, etc. Por eso no es raro que los santos hayan sido plenamente felices y que cada católico bien formado reconozca que, desde su identidad cristiana, tiene mucho que aportar para la salvación del género humano.
ORAR
Posada  17 dic.- CORAZÓN DE LOS MAGOS. Hombres grandes y entendidos que escudriñando el universo con la ciencia, supieron encontrar a Dios en la creación, rueguen para que con la inteligencia y la razón, encontrando los puntos de unión entre la fe y la ciencia, en la Navidad y siempre, yo también, llegue a descubrir a Jesús en lo cotidiano de la vida. Rueguen para que mi corazón sea semejante al suyo.
ACTUAR
Hecho mi examen de conciencia ME CONFESARÉ CON UN SACERDOTE,  cumpliré la penitencia y me acercaré a confesar.                     

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“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. Madre María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

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