miércoles, 21 de diciembre de 2011

Meditación del 21 de diciembre del 2011

11-12-21. Miércoles 4ª Semana de Adviento.

¡FELIZ NAVIDAD! EN LA HOGUERA DE JESÚS.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 1,39-45: Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."

I.- ENSEÑANZA BREVE: Las palabras hogar y hoguera tienen la misma raíz que significa fuego. En la antigüedad y aún en nuestros días, especialmente en los días de frío, las familias, en algunas poblaciones, se reúnen en torno a la fogata de la que reciben, luz y calor, lo que les permite estar cerca uno de otro, poder verse el rostro y dialogar. En las grandes ciudades vivimos en casas o departamentos, quizá amplios y lujosos o quizá pequeños y pobres y cada uno de estos lugares puede ser realmente un hogar y lo es en aquellos hogares donde está vivo el fuego del amor de Jesús. Desafortunadamente no todos lo son y no a causa de condiciones económicas, sino por ausencia de LA HOGUERA DEL AMOR DE JESÚS.
Jesucristo, de Quien celebramos su nacimiento el próximo 24 de diciembre, es el Fuego que nos reúne, para darnos su luz y su calor. Deja que todos los días sea Navidad en tu vida y lleva a tu hogar, a tus amigos y compañeros la presencia de Jesús, fuego que ilumina tu vida y alegra tu corazón con el calor de su amor.

II.- VER - JUZGAR – ORAR - ACTUAR
VER
La pérdida de las buenas formas en el trato de unos para con otros, la falta del cuidado en el uso de palabras altisonantes, ante mujeres, ancianos y niños, la ausencia de “caballerosidad” y otros usos que se denominaban “buenas costumbres”, es algo habitual y todo esto ha sido cambiado por formas groseras y falta de cortesía y consideración. Algunos dicen que esto es necesario porque hay que romper con “tabués” y “ser libres”. Si esto fuera bueno, los hechos lo demostrarían, sin embargo vemos más bien, como el entramado social se va desintegrando y va en aumento la violencia en los hogares y en las calles.

JUZGAR
La reflexión que haremos no va sobre si rescatamos tradiciones o buenas costumbres, ellas volverán y se comprenderá su sentido y potencial para construir un mundo mejor, si centramos nuestra atención en el origen de toda buena acción, que es el amor a Dios y al prójimo.
Un católico se esfuerza en ser cada vez mejor y de esa forma ayuda a que el mundo mejore. Esto como una expresión de su ser más íntimo que experimentándose amado por Dios, tiene necesidad de amar a los demás.
El fragmento del Evangelio que meditamos, nos muestra a dos mujeres y a los niños que llevan en sus entrañas. Con pocas palabras y pinceladas extraordinarias, san Lucas, nos muestra la causa de su alegría, la presencia de Jesús, el Salvador del mundo y también nos deja ver la manera en que ellas avivan su fe: el trato amable entre sí y la oración conjunta que hacen.
La Navidad ya próxima nos invita a orar de manera individual, pero también en familia. Ojalá entendiéramos que la alegría de la Noche de Navidad no se reduce a los regalos y a la cena, sino que se extiende a toda la reunión familiar, en donde todos, niños, enfermos, ancianos, adultos y jóvenes, nos reunimos para amarnos en Jesús. Ojalá entendiéramos que esta felicidad y paz, no es para unos días sino para toda la vida y por lo mismo para que mantuviéramos vivo el fuego del amor de Dios en todos los instantes de nuestra vida y lo compartiéramos con todos los que nos rodean.
La Navidad ya próxima, nos invita a amar, a ser mejores, a servir y a ser alegres. Esforcémonos para que todos los días sea Navidad en nuestro corazón y en nuestro hogar. ¡FELIZ NAVIDAD! EN EL FUEGO DE JESÚS.
ORAR
Posada  21 dic.- CORAZON DE MARÍA. Madre de Jesús y Madre Mía, que como buena Madre amas a todos tus hijos, gracias por amarme. En esta Navidad y siempre, tenme bajo tu mirada amorosa y cubriéndome con tu manto, protégeme de todo mal. Gracias, Virgen María por amarme. Ruega para que mi corazón sea semejante al tuyo.
ACTUAR
Señor, reconociendo que Tú eres el fuego del amor, te pongo en el centro de mi corazón. Se Tú mi hoguera, ten ahí tu hogar. Ilumina mi entendimiento, calienta la frialdad de mi corazón.
Gozando de tu presencia, haré un examen de conciencia para, con tu luz, quitar toda sombra de odio, resentimiento, rencor, de frustración o de miedo. Tu luz Señor, me hace ver la luz.
                     

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“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. Madre María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

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