jueves, 1 de diciembre de 2011

Papa Benedicto XVI llama a reflexionar sobre el tiempo que le dedicamos a Dios

En la audiencia general del miércoles 30 de noviembre, el Papa Benedicto XVI alentó a los católicos a "ser testigos de oración, ya que nuestro mundo a menudo se cierra al horizonte divino y a la esperanza que trae el encuentro con Dios".

"En la amistad profunda con Jesús y viviendo en Él y con Él la relación filial con el Padre, a través de nuestra oración fiel y constante, podemos abrir ventanas hacia el Cielo de Dios. Es más, recorriendo la vía de la oración (...) ayudamos a otros a recorrerla", aseguró el Sumo Pontífice.

El Vicario de Cristo llamó a "todos a una relación intensa con Dios, cultivando una oración constante, llena de confianza, capaz de iluminar la vida, para así comunicar a todos la alegría del encuentro con el Señor, luz de la existencia". Luego añadió que la oración atraviesa la vida del católico, “como un canal secreto que riega su existencia, relaciones y gestos, y lo guía con progresiva firmeza a la entrega total de sí mismo, según el proyecto de amor de Dios Padre".

Después destacó que un momento especialmente significativo es la oración que sigue al bautismo de Jesús en el Jordán. Según la predicación de Juan, el bautismo debía sellar el abandono de toda conducta ligada al pecado para iniciar una vida nueva.  Además, el Santo Padre explicó que "descendiendo en el río Jordán, Jesús, sin pecado, hace visible su solidaridad con quienes reconocen sus propios pecados y deciden arrepentirse y cambiar de vida; hace entender que formar parte del pueblo de Dios quiere decir entrar en una óptica (...) de vida conforme a Dios".

También, el Papa indicó que "en la oración Jesús vive un contacto ininterrumpido con el Padre para realizar hasta el final el proyecto de amor por los hombres". La oración de Jesús tiene sus raíces en su familia, fuertemente ligada a la tradición religiosa del pueblo de Israel; pero su origen "profundo y esencial" está en "su ser el Hijo de Dios, en su relación única con Dios Padre".

"La oración de Jesús toca todas las fases de su ministerio y todas sus jornadas. La fatiga no la interrumpe. Por el contrario, los Evangelios dejan ver la costumbre de Jesús de transcurrir parte de la noche en oración. (...) Cuando las decisiones se hacen urgentes y complejas, su oración se hace más prolongada e intensa", dijo el Pontífice.

Por último, el Papa Benedicto XVI pidió que, contemplando el modo de orar de Cristo, debemos interrogarnos sobre nuestra propia oración y el tiempo que dedicamos a la relación con Dios. Así subrayó la importancia de "la lectura orante de la Sagrada Escritura" y explicó que "escuchar, meditar, estar en silencio ante el Señor que habla es un arte, que se aprende practicándolo con constancia. Ciertamente la oración es un don, que pide, sin embargo, ser acogido; es una obra de Dios, pero exige esfuerzo y continuidad de nuestra parte, sobre todo, la continuidad y la constancia son importantes".

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