lunes, 3 de octubre de 2011

Meditación del 2 de Octubre del 2011

11-10-02. Domingo
Mt 21, 33-43.

DIOS ESTÁ EN MI VIDA

Evangelio: Mateo 21, 33-43: En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: «Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje. Llegado el tiempo de la cosecha, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo. Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: “A mi hijo lo respetarán”. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: “Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia”. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron. Ahora, díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?» Ellos le respondieron: «Dará muerte terrible a esos desalmados y alquilará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo». Entonces Jesús agregó: «¿No han leído nunca la Escritura que dice: “La Piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?” Por esta razón les digo a ustedes que les será quitado el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos».

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
La muerte trágica de algunos artistas famosos, la manera en la que muchas personas caen en el uso de las drogas, la forma en que algunas jóvenes destruyen su futuro a causa del aborto, los hogares donde la violencia se hace presente, no sólo nos han de llamar la atención sino que nos han de llevar a la reflexión sobre lo que esas personas hicieron para perder todo, incluso la vida. Ellos expulsaron a Dios de su vida.

Quizá tenían todo pero no tenía a Dios. Lo triste es que también nos puede pasar a nosotros.
De hecho le pasa a muchos católicos “una noche de copas”, “una noche de sexo”, “una grapa de droga”, “un grito”, “una infidelidad matrimonial”, “un golpe”, “un aborto”, pueden hacer que perdamos piso y no precisamente porque “una vez” cometimos un error, sino porque al mirarnos sucios, pensamos que ya todo está perdido. Matando en su corazón la fe, se dieron muerte a ellos mismos. Ellos expulsaron a Dios de sus vidas.

Otros, dejan la “piedra angular”, porque se descuidaron, dejaron de ir a Misa, dejaron de orar, escucharon “ideas llamativas”, confiaron en amuletos, simplemente, sin darse cuenta, “se enfriaron” en la fe y pensaron que no les era útil, que no la necesitaban. Ellos expulsaron a Dios de sus vidas.

Otros, confundieron a Jesús con “un iluminado”, con un “hombre sabio” e incluso, algunos, “con un extraterrestre”. Otros pensaron que “todas las religiones son iguales”, algunos más “cambiaron de religión” o se hicieron “ateos” mientras no necesitaron de Dios. Ellos expulsaron a Dios de sus vidas.

JUZGAR
La grandeza del hombre es ser humilde, es reconocer que es creatura y que Dios es Dios, pero no un Dios lejano y mucho menos etéreo, o “energía” o “luz” o “mente creadora” o “el todo del soy una parte”. Dios es persona, es relación de personas, es amor. Ciertamente Dios es Uno y Trino y yo me puedo relacionar con Él como su hijo(a), pues es mi Padre; como su hermano(a), pues Jesús es mi Hermano y Salvador; como morada suya, pues el Espíritu Santo mora en mí, como en su templo. Dios está en mi vida.

La unión con Dios, me da sentido de pertenencia, en donde quiera que esté porque Dios está en todo lugar y por eso en Él está mi fortaleza. Él me reta a ser cada vez mejor. Dios está en mi vida.

La fe me da identidad, no sólo un conjunto de normas, sino sobre todo un estilo de vida en constantes superación y deseo de ser mejor, de ser santo. Por lo mismo me da seguridad personalidad y me enseña a amarme y respetarme, a no caer y si me caigo, me enseña también a levantarme. Dios está en mi vida.

Con Dios puedo tener todo o nada. Quien importa es Dios y a Él le importo yo. Dios está en mi vida.
Dios sale a mi encuentro, yo debo dejarme encontrar por Él. Él es el Dios oculto, yo debo buscarlo a Él que Él se dejará encontrar por mí. Dios está en mi vida.

ACTUAR
Revisaré como es o como ha estado mi relación con Dios, no sólo en los últimos días sino a lo largo de mi vida. Seguramente encontraré que a lo largo de ella, Dios, de una u otra forma, me ha manifestado su amor. En lo particular, un día, casi para ordenarme sacerdote, relacioné dos acontecimientos, uno de mi infancia y otro de mi adolescencia, con mi elección profesional de Químico y con mi vocación, pero esa la compartiré con quien me lo pida.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.


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