lunes, 29 de agosto de 2011

Meditación del Evangelio del 27 de agosto del 2011


11-08-27. Sábado XXI.
Mt 25, 14-30.

Descubre y acrecienta tus talentos

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER: Con imágenes muy entendibles Jesús nos habla de realidades muy profundas, ahora serán los talentos (un tipo de moneda en tiempos de Jesucristo). Esta parábola nos ayuda a reconocer que cada uno tenemos cualidades que debemos conocer, valorar, acrecentar y poner al servicio de los demás. A una persona le dieron 5 talentos, a otro dos y a otro uno. Al que le dieron 5, los multiplicó, al que le dieron dos, también, sólo al que le dieron uno, en lugar de multiplicarlo, lo enterró. Al llegar el dueño de las monedas felicitó y recompensó a los que multiplicaron los talentos, al otro lo reprendió.

Al final aparece el texto bíblico para quien lo quiera consultar

MEDITAR: La vida agitada en la que estamos sumidos y la gran cantidad de información que recibimos, cada vez nos despersonalizan más, porque vivimos más atentos de lo que ocurre en nuestro exterior que en nuestro interior. Lo exterior pasa y se va. El ataque terrorista de hoy, la devaluación de ayer, la película de moda, el escándalo del artista, la última telenovela, quien ganó el juego de futbol o la medalla de oro, son cosas intrascendentes, que para mañana ya no son importantes o ya se olvidaron. Lo único para lo que sirvieron fue para que nos sumiéramos más en el consumismo que nos ahoga y para distraernos de lo que realmente es importante para nosotros y nuestro futuro. Entrar en nosotros mismos, valorarnos, amarnos y reconocer nuestras cualidades para proyectar nuestro futuro y ser auténticamente felices.

La felicidad no es un sueño inalcanzable, es un proyecto de vida que tenemos que realizar, cada día. Para ello tenemos que ser consciente de quién soy, qué quiero y cómo voy a alcanzarlo.

En administración eso es planear. Hay un adagio que dice “planea o serás planeado”. Aplicado a la propia vida, lo podemos entender como “si no planeas tu vida, nunca serás feliz, pues siempre habrán otras personas o factores que te gobernarán, pues estarás esclavizado al diario acontecer o a lo que otros digan”.
En ti y en cada persona hay infinidad de valores que cada uno debe conocer, valorar y cultivar para ser feliz. A esto en la actualidad se le llama autoconocimiento, autovaloración y desarrollo humano. Esto fortalece la autoestima y nos pone en el camino de la plenitud humana y de la felicidad. La propuesta del Señor Jesús es que este proceso lo vivamos con Él y guiados por Él, de tal manera que nuestro crecimiento, lleno del amor de Dios, además de hacernos plenamente felices nos permita alcanzar la santidad.

No importa si tienes muchos o pocos talentos, lo importante es que unido(a) a Cristo, los desarrolles y los pongas al servicio de los demás.

ORAR: Señor, Tú me conoces y me amas, enséñame a amarme en Ti. En tu presencia pongo no sólo mis miserias y limitaciones, sino, sobre todo mis talentos y proyectos. Enséñame a amarme como Tú me amas y a servir como Tú, para ser  plenamente humano, para ser feliz y alcanzar la santidad.

CONTEMPLAR: En tu nombre Señor y bajo tu mirada amorosa quiero conocerme, aceptarme y proyectarme para hacer tu voluntad. Tú en mí lo puedes todo, si yo te permito entrar en mi corazón. Ven a mí Señor y lléname de tu amor, para que en lugar de vivir en el miedo o en el rechazo a mí mismo, reconozca los talentos que me has dado y poniéndolos a tu servicio y al de mis hermanos, los acreciente y ayude a que este mundo sea mejor, dando Gloria a tu Nombre, por las maravillas que harás en mí.

ACTUAR: Hoy anotaré las cualidades que reconozco en mí y procuraré hacer un pequeño plan de vida para desarrollarlas y ponerlas al servicio de los demás.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Mateo (25,14-30): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes."»

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