DICEN QUE: Cuando tú Cargas La Biblia, a Satanás le da dolor de cabeza; tú la Abres, él colapsa. Cuando él ve que la estás leyendo, se desmaya. Cuando él ve que estás viviendo de Acuerdo a lo que lees, desaparece .Y cuando estás a punto de copiar este mensaje y ponerlo en tu muro, el tratará de desanimarte. Yo acabo de vencerlo!... Copia y...pégalo en tu muro (de Facebook o de alguna otra red social), Dios siempre está contigo!! Hermana Yolanda.
11-09-12.
Lunes XXIV. Lc 7, 1-10.
EL ENCUENTRO CON JESÚS Tú vida es nueva en Jesús
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz
Evangelio: Lucas 7, 1-10. En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm. Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la ciudad, le envió a algunos de los ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su criado. Ellos, al acercarse a Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo: «Merece que le concedas ese favor, pues quiere a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga». Jesús se puso en marcha con ellos. Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos a decirle: "Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: “¡Ve!”, y va; a otro: “¡Ven!”, y viene; y a mi criado: “¡Haz esto!”, y lo hace». Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: «Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande». Los enviados regresaron a la casa y encontraron al criado perfectamente sano.
LEER. Un hombre enfermo tiene un jefe centurión, que es su amigo. Este centurión tiene a su vez, “unos amigos”, que a su vez son “amigos de Jesús” quienes en atención al centurión piden por el enfermo. Jesús atiende a sus amigos y se pone en camino hacia la casa de “un pagano”. Enterado de esto y quizá sabiendo el riesgo que corría Jesús con esta acción y sintiéndose indigno de que lo visitara en su casa, le envía a decir a Jesús, que basta con que ponga en sus oraciones al enfermo. Jesús señala la fe del centurión y su criado queda curado en el lugar donde estaba. Esto lo constatan los enviados del centurión cuando regresan a su casa.
MEDITAR: El centurión era un oficial romano que tenía a su cargo 100 soldados. Para el israelita, contemporáneo de Jesús, representa al gobierno opresor y enemigo del pueblo de Israel, por eso, el que en su casa entrará Jesús, hacía que la vida del Señor corriera peligro. A Jesús no le importa esa situación, a Él no le detiene el miedo ni el qué dirán para hacer el bien. Además, Jesús, no hace distinción entre buenos o malos, enemigos o amigos, romanos o judíos, criados o patrones. Él vino a servir a todos y llevar a todos hacia Dios, mostrándonos que por encima de las diferencias humanas, todos somos hijos de Dios. Ciertamente este centurión era un hombre de buenos sentimientos, trataba bien a los judíos e incluso les “había construido una sinagoga” (sinagoga= templo donde los judíos se reúnen a orar), y su argumento para señalar que no es necesario que llegue a su casa es que él “no era digno” de que Jesús entrara a su hogar. Así, tenemos el perfil de este hombre que a pesar de tener todo: es humilde, ama y tiene fe. Por eso el Señor Jesús alabará al centurión, porque se mueve por la fe y el amor. Ama a un sirviente y sabiendo que el Señor Jesús está cerca, le pide que basta con que ore por su amigo enfermo. El corazón del centurión está abierto a Jesús y confía en Él, por eso le pide la salud del sirviente.
La relación entre los personajes de este pasaje bíblico nos lleva a reflexionar sobre nuestra fe y nuestra relación con la Iglesia. El amigo del enfermo, que a su vez busca a sus amigos y ellos a Jesús, son expresión de la incipiente Iglesia, que se construye y consolida a través de las relaciones humanas que se establecen y fortalecen en torno a Jesús.
ORAR: Señor gracias por los amigos que me acercaron a Ti y a la Iglesia. Te pido me concedas una fe firme que me permita acercar a muchos hacia Ti, y así participar en la misión apostólica de la Iglesia, siendo siempre fiel a sus enseñanzas y en comunión con el Papa, los obispos, los presbíteros y todos mis hermanos en la Iglesia.
CONTEMPLAR: La fe en Jesús suscita la confianza, anima la esperanza y acrecienta el amor. ¿Tú confías en Jesús, con la fe del centurión? ¿Eres humilde y estas dispuesto a servir a los demás? ¿Acercas a tus amigos a Dios?
Ciertamente cuando se tiene un problema hay quien busca ayuda, aunque no siempre la adecuada y así, procurando sus propios caminos, alejados de Jesucristo y de la Iglesia. Hay quienes recurren a “creencias” con una “embarradita de fe”, y hacen “mandas” o “novenas”, que distorsionan la fe. También hay quienes acuden a objetos o ritos que supuestamente les ayudarán: cuarzos, borregos, amuletos, monedas, etc. Otros acuden a centros espiritualistas, “de sanación” de la mal llamada “santa muerte” o van a la lectura de horóscopos, de cartas, de café, o con curanderos, brujos o esotéricos.
De hecho, el conjunto de “creencias” que hoy agrupa la New Age, ponen, al hombre de hoy, en las situaciones señaladas en Génesis 3,1-5: PANTEISMO, “Serán como dioses”. REENCARNACIÓN, “no morirán nunca”. RELATIVISMO Y SUBJETIVISMO MORAL, “Conocerán el bien y el mal”. ESOTERISMO ILUMINISTA “se les abrirán los ojos”.
¿Cuál es la diferencia entre “creencia” y “fe”?
La creencia es subconsciente y tiene mucha relación con “el pensamiento mágico” que afecta la percepción que se tiene sobre de mí mismo, los demás, las cosas y situaciones que lo rodean a uno.
La fe es racional, es una decisión, es un estilo de vida que se escoge libremente y, en el caso del cristianismo, por el encuentro “de ojos abierto y corazón palpitante” con Jesucristo (Paulo VI). "No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro… con una Persona: Jesús” (cf. BENEDICTO XVI. Deus caritas est. 1), Quien “da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (ibid).
La vivencia del conjunto doctrinal que surge del encuentro con Jesucristo es la expresión de la fe, por lo mismo, el creyente requiere de la Iglesia: que lo recibe en la fe, le instruye en ella y le envía a compartirla. No se puede ser auténticamente cristiano, sin la Iglesia Católica, pues ella como Madre y Maestra nos engendra e instruye, alimentándonos con la Palabra de Dios y los sacramentos, particularmente el de la Eucaristía.
A lo largo de las últimas décadas hay quienes han dicho: “Cristo, sí; Iglesia, no” (década de los 60-70).”Dios, sí; Cristo, no” (década de los 70-80). “Religión, sí; Dios, no” (década de los 90-2000). “Espiritualidad, sí; religión, no” (tiempos actuales. New Age).
Es importante que superemos las creencias y adquiramos una fe adulta, a través del estudio de la Sagrada Escritura, de la doctrina de la Iglesia, la vivencia de los sacramentos; la acción apostólica y decisiva que haga presente la misericordia de Dios entre los más pobres y testimonie la fuerza transformadora del Evangelio en la educación, en la política, en la economía, en los medios de comunicación social.
Sólo si, en Cristo, nos convertimos en hombres nuevos, el mundo se hará nuevo.
ACTUAR: Hoy revisaré si me muevo por “creencias” o por la “FE EN JESUCRISTO”. Procuraré formarme mejor y dar testimonio de que mi vida ha cambiado desde que he aceptado a Cristo en mi corazón.
Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.
Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.
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