lunes, 26 de septiembre de 2011

Meditación del 25 de septiembre del 2011

11-09-25. Domingo XXVI
Mt 21,28-32.

CONSCIENTEMENTE CATÓLICO

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

VER
El texto nos invita a ser católicos auténticos y no sólo de pose. Políticos, artistas y mucha gente por la calle se dice católica, pero no se comporta como tal. ¿Seré uno de ellos?
JUZGAR
La gran mayoría de los mexicanos nos reconocemos católicos, pero la fe no se manifiesta en la vida diaria. No me refiero sólo a que si va a Misa, se confiesa o comulga. Los valores del cristianismo como no mentirás, no robarás, no matarás, y otros más, cada vez están más lejos de su vida diaria. ¿Seré uno de ellos? Signo de inconsistencia en la fe, son los asesinatos y delitos que diariamente ocurren.
ACTUAR
El hombre y la mujer coherentes con su fe no sólo son felices y hacen el bien a su alrededor sino que alcanzan la Vida Eterna. ¿Seré uno de ellos? México necesita muchos de estos hombres y mujeres. México necesita de ti, católico consciente y comprometido de tu fe.

Evangelio: Mateo 21, 28-32: ¿Qué opinan ustedes? Un hombre tenía dos hijos; fue a buscar al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar a la viña". Mas éste respondió y dijo: "Voy, Señor", y no fue. Después fue a buscar al segundo, y le dijo lo mismo. Este contestó y dijo: "No quiero", pero después se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?" Respondieron: "El último". Entonces, Jesús les dijo: "En verdad, les digo, los publicanos y las rameras entrarán en el Reino de Dios antes que ustedes. Porque vino Juan a ustedes, andando en camino de justicia, y ustedes no le creyeron, mientras que los publicanos y las rameras le creyeron. Ahora bien, ni siquiera después de haber visto esto, se arrepienten, para creerle".

LEER. Jesús pide la opinión de sus discípulos y de esta manera les invita a reflexionar. Hay quienes dicen buscar la verdad y cumplir los mandamientos, pero se engañan y pretenden engañar a los demás, porque incluso, conscientemente no la cumplen. Otros, se declaran irreverentes a la norma y a la Ley e incluso lo pueden decir con sus palabras, pero a la hora de la prueba, quizá incluso inconscientemente, guiados por la razón, actúan conforme al plan de Dios. Jesús cuestiona a su audiencia, nos cuestiona a todos, a ti y a mí, porque quiere que libre y conscientemente hagamos la voluntad de Dios, sirvamos a los demás, seamos felices, alcancemos la santidad y la Vida Eterna. Con su encarnación y su vida, nadie puede decir que no sabe cómo vivir para hacer la voluntad de Dios, la clave son el amor, la verdad, la libertad, la justicia, que conllevan al perdón y a la solidaridad y construyen la paz y el desarrollo común.

MEDITAR: Jesús quiere que libre y conscientemente le sigamos, y que coherentemente, unamos ideales, palabras y acciones en la consecución del mayor bien posible para ser felices y hacer este mundo mejor. Jesús nos invita a evitar dos extremos (a) decir que creemos y vivir actuando sin fe e incluso contrario a ella y (b) no dimensionar, con la fe, el bien que hacemos. Para evitar estos extremos, el amor a Dios y al prójimo, han de estar en el centro de nuestro pensar, decir y actuar. Jesús es el parámetro a seguir.

San Agustín afirma “nos has creado para Ti Señor, y nuestro corazón no descansa hasta que se encuentra contigo” y él mismo afirma que el hombre busca siempre el bien, aunque, en ocasiones, nublada su razón, objetivamente actúe de manera equivocada, porque su razón lo llevó a actuar mal, aunque lo que pretendía era un bien. Por ejemplo, aquel que pretendiendo asegurar un bien, sin consultar a nadie, cierra su calle y hace que los demás tengan que caminar más. Evitar el paso por su casa, puede ser bueno para lo que pretende, pero al no buscar el bien común y no tomar una decisión consensuada genera un mal. Ciertamente hay muchos más ejemplos e incluso muchas acciones, que incuestionablemente, de cualquier forma manifiestan el mal, como son: los asesinatos, los abortos, las guerras, etc.

Por otro lado, también hay personas que incluso en sus gestos y palabras parecen hoscas, pero en su actuar son profundamente amorosas o sensibles a las necesidades de los demás.

La vida de Jesús, sus enseñanzas y acciones, han de ser la luz que ilumine nuestro camino. Los 10 Mandamientos son una guía, que consolidan la Ley Natural (ver nota) y la subliman al ponernos en sintonía con el Plan de Amor de Dios. Por eso, ser coherentes en la fe, al tiempo que llevan a plenitud “nuestra humaneidad” al pleno desarrollo humano personal y comunitario, nos llevan a manifestar con nuestra alegría y santidad de vida, la presencia de Dios en nosotros y en medio de la humanidad entera.

ORAR: Señor, derrama la Gracia de tu Espíritu sobre mí e ilumina mi inteligencia y fortalece mi voluntad para que guiado por la razón e iluminado por la fe, sea coherente en mi pensar, decir y actuar, para que haciendo el mayor bien posible, sea feliz y colabore en la extensión de tu Reino de Amor.

CONTEMPLAR: Oponerme al bien o no hacerlo, impiden que yo, como persona y quienes me rodean, seamos felices, pues no sólo limita nuestro crecimiento sino que incluso puede ser causa de un estancamiento o retroceso en el desarrollo personal y comunitario.

Hacer el bien con desgano o casi inconscientemente me lleva a no poner lo mejor de mí en lo que hago, a no alcanzar el máximo en las metas propuestas y a no disfrutar plenamente de la vida.

Hacer las cosas sin las motivaciones de la fe, nos puede llevar a hacer cosas buenas e incluso ser hombres y mujeres de paz y de bien, pero aún esto no me lleva a alcanzar mi pleno desarrollo humano, ni a la felicidad máxima y mucho menos a la santidad.

Para el creyente, Jesús es el parámetro de su actuar, por eso: son sabios los pensamientos, las palabras y las acciones de quienes pretenden hacerlo todo por amor a Dios.

Dejar que Jesús sea el parámetro de mi vida y hacerlo todo por Él y para su Gloria, al tiempo que me lleva a buscar y encontrar lo mejor de mí mismo, me pone al servicio de los demás y en el camino de la santidad, como es el caso de muchos hombres y mujeres santos, entre otros, el de la Madre María Inés Teresa Arias, que será beatificada el 21 de abril del 2012, en la Basílica de Guadalupe. Ella se puso por encima de las limitaciones de ser una joven de una pequeña población mexicana, en tiempos de guerras y de persecución religiosa en nuestro país (nació en 1904, entró al convento en 1929), para salir a fundar un instituto misionero (1945) y enviar al Japón (1951) devastado por la II Guerra Mundial a religiosas, como semillas del amor de Dios por el mundo. Esta misionera mexicana sin fronteras, con pocos estudios humanos, pero con una fe inamovible y con un profundo amor a Dios y a sus hermanos, murió santamente en 1981, habiendo dejado, esparcidas en cuatro continentes, 36 comunidades misioneras y una familia misionera que día a día sigue creciendo. La clave de su “éxito”, “desarrollo humano pleno”, de su “felicidad” y santidad: amar a Dios y a sus hermanos, procurando en todo hacer conscientemente la voluntad de Dios.

ACTUAR: Hoy me comportaré como católico consciente y comprometido con Jesús. Hoy haré el mayor bien posible. Hoy procuraré hacer todo conscientemente para Gloria de Dios, para ello me ayudaré repitiendo algunas jaculatorias: “Jesús te amo”, “todo por amor a Ti Jesús”, “para Gloria de Dios”, “porque te amo”, “Todo por Jesús y María”, Jesús en Ti confío”, “por amor a Dios”, “por la salvación de las almas”, “por mi propia conversión”, “por la conversión de los pecadores”, etc.

Hoy es domingo, participaré en Misa, procuraré confesarme, compartiré con mi familia la fe.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. Madre María Inés Teresa Arias.

Si deseas hacerme llegar algún comentario sobre este artículo, puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

NOTA: La LEY NATURAL, está escrita en el corazón de cada ser humano y  nos lleva a reconocer que: (1) El hombre es un fin en sí mismo, (2) los humanos son racionales y (3) los humanos desean vivir y vivir lo mejor posible. Hay que vivir de acuerdo con cómo somos, de acuerdo con nuestra naturaleza humana. Si no lo hiciésemos así nos autodestruiríamos.

LOS 10 MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS, subliman la Ley Natural, pues al ponerlos en práctica, nos insertan en el camino de la santidad.

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