miércoles, 19 de octubre de 2011

Meditación del 19 de Octubre del 2011

11-10-19. Miércoles 29º
Lc 12, 39-48.

SERÉ UN CATÓLICO PROACTIVO.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 12, 39-48: En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen vendrá el Hijo del Hombre».

Entonces Pedro le preguntó: «¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?» El Señor le respondió: «Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso ese empleado, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si ese empleado piensa: “Mi amo tardará en llegar” y empieza a maltratar a los otros empleados, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte de los desleales. El empleado que conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más».

I.- ENSEÑANZA BREVE: La presencia amorosa de Dios en nuestras vidas nos reta a ser cada día mejor. Dejaré de ser un católico pasivo para ser un católico proactivo que construye el Reino de Dios y alcanza la Vida Eterna. En Monterrey, un matrimonio amigo, a partir de una vivencia espiritual en la Semana Santa, empezaron, con sus hermanos y amigos, una serie de retiros que están tocando el corazón de otros matrimonios y acercándolos a Dios.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Hay quien trabaja sólo si alguien lo vigila o si va a obtener un beneficio. No disfrutan su vida, simplemente la dejan pasar.
JUZGAR
Cada uno estamos en esta vida porque somos un pensamiento de amor de Dios. Cada uno tenemos algo que realizar. Lo importante no es esperar a que sucedan las cosas, sino hay que procurar que sucedan las cosas buenas.
ACTUAR
Yo no existo para ver cómo me pinta la vida, yo estoy aquí para darle color y con ello hacer este mundo mejor. Como católico, en lugar de reaccionar cuando suceden las cosas (ser pasivo), procuraré que las cosas buenas sucedan (proactivo) para Gloria de Dios y bien de mis hermanos.

III.- LECTIO DIVINA. Leer – meditar – orar – contemplar - actuar.

LEER. Jesús nos pide estar preparados para cuando venga el Hijo de Dios. San Pedro le pregunta que cuando ocurrirá eso. La respuesta de Jesús, aparentemente es evasiva, pues no le da fecha alguna, sin embargo su respuesta nos pone en movimiento, ya que en lugar de esperar a que eso ocurra, nos reta a estar activos para Gloria de Dios y bien de los demás, pues el Señor ya está en nuestras vidas.

MEDITAR: Hoy se habla de personas pasivas ante los hechos, pues esperan a que lo que han planeado ocurra y si no simplemente esperan para ver por donde los lleva la vida. Se habla también de personas proactivas, que trabajan para que las cosas buenas ocurran. Ciertamente, las primeras se mueven “en la paz y la quietud” de los sepulcros y los proactivos se mueven en “la paz y la satisfacción” del bien realizado. ¿Tú a cuál de estas personas te pareces, a cuál de ellas te gustaría parecerte?

En relación a la venida de Jesús, hay quien asegura que vivimos en el “ya, pero todavía no”. Es decir, “YA ESTÁ AQUÍ” en tu corazón, en tu familia, aunque “aún no” porque falta que llegue “el fin de los tiempos”.

El auténtico creyente no es el que “no hace nada” o “sólo actúa por miedo” o “por una recompensa”. El católico pleno es aquel que actúa movido por el amor a Dios y a sus hermanos. Lo más importante para el creyente, es la presencia de Cristo para el “hoy de su vida”. Ciertamente, disfrutaremos de la presencia plena de Dios, en la Vida Eterna, pero también es cierto que desde nuestro Bautismo, el gozo de la presencia de Jesús en nuestro corazón, es una realidad y obra del Espíritu Santo, por lo que cada uno debemos aprender a ponernos en la sintonía del Espíritu de Dios para descubrirlo en nuestro corazón y disfrutarlo en nuestro interior y expresarlo hacia nuestro exterior.
Es decir, cautivados por Jesús, entregándole todo nuestro ser, disfrutamos de su presencia y dejamos que desde nuestro interior, Él nos transforme, hasta asemejarnos a Él. Dejar que la Gracia de Dios actué en nuestras vidas y nos ponga en movimiento y nos guíe, es ser un católico proactivo.

La presencia de Dios en nuestro corazón nos cautiva y anima, nos hace amarlo y amarnos y, en Jesús, amar a todos y a todo. De esta manera, de lo que contemplamos en nuestro interior sacamos fuerza para transformar nuestro alrededor. Vivir de esta manera, nos ayuda a ser contemplativos en la acción y activos en la contemplación. Así, no sólo transformamos nuestra vida personal, sino que también incidimos en la personas y en los ambientes que nos rodean. Esta experiencia se incrementa y autentifica cuando es acompañada y fortalecida por la participación de la Misa, de los sacramentos y en comunión con la Iglesia católica desde la parroquia y la comunidad eclesial diocesana.

Lograr lo anterior, nos hace ser misioneros proactivos que como fruto de de su oración, a través de constantes obras de amor y de servicio, manifiestan su experiencia de Dios. No hay mayor caridad que anunciar a Cristo, por eso, quien disfruta de la presencia de Dios en su vida, es un misionero de tiempo completo, pues su campo misional, está en su vida diaria, con las personas con las que convive y en las cosas habituales que realiza, impregnando el mundo del buen aroma de Cristo, con la evangelización, al interno de la Iglesia y la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia para construir el Reino de Dios en el mundo.

ORAR: Señor, ayúdame a descubrir tu presencia en mi corazón, para experimentar cuánto me amas, e impulsado por tu amor, sea proactivo en la búsqueda de la santidad y de la construcción de un mundo mejor, como discípulo y misionero tuyo, en unidad con la acción pastoral de mi grupo apostólico, de mi parroquia, de mi diócesis, de la Iglesia toda.

CONTEMPLAR: ¿Cuántos años llevo como un católico pasivo? ¿Cuántos años llevo sin hacer algo, como correspondencia del amor que Dios me tiene? Dice Madre María Inés Teresa, cuya fecha de beatificación es el 21 de abril del 2012; “si no es para ganar almas, no vale la pena vivir”.

El Señor Jesús, para redimirnos y para darnos Vida Nueva y la Vida Eterna, muere en la Cruz y así nos manifiesta cuánto nos ama. El viene a mostrarnos el amor de su Padre y a darnos la Gracia del Espíritu Santo para que en medio de una humanidad, que no tiene la experiencia del amor divino, tú, yo y todos los bautizados, tengamos la fuerza de su amor y siendo católicos proactivos hagamos este mundo mejor y llevemos hacia Dios a las personas con las que entramos en contacto.

ACTUAR: Las situaciones difíciles que me rodean, me muestran cómo hay infinidad de personas que viven alejadas de Dios y no conocen su amor. Abriendo mi corazón a Él, en la oración descubriré su presencia amorosa y dejando que me purifique, sane y ponga en orden mi vida, descubriré lo que hoy puedo hacer a favor de mis hermanos, para bien de ellos y Gloria de Dios y así manifestarme como un católico proactivo, constructor del Reino de Dios.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

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