viernes, 18 de noviembre de 2011

Meditación del 19 de Noviembre del 2011

11-11-19. Sábado 33ª

ESO, NO LO SABÍA.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 20, 27-40: En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Pues bien, hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?» Jesús les dijo: «En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado. Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abrahám, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven». Entonces, unos escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien». Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada.

I.- ENSEÑANZA BREVE: La frase de que “Dios ha muerto” y que en algunos lugares aparece como firmada por Federico Nietzsche (filósofo alemán, 1844-1900), se dice que fue parodiada a su muerte, pues señalan que al poco tiempo de que Nietzsche murió, aparecieron paredes pintadas con la leyenda “Nietzsche ha muerto”. Firma (supuestamente) DIOS. Lo de las paredes puede haber sido cierto o no, pero ejemplifica el debate en el terreno de la fe. El cristianismo con el que Nietzsche, Marx, Freud (alemanes del siglo XIX) tuvieron contacto, fue el luteranismo, que además no hablaba bien de los católicos, por lo que estos pensadores, lo mismo que muchos de sus contemporáneos vivieron en confrontación con el judeo-cristianismo protestante. Ellos hablaron de Dios, a partir de lo que conocían o más bien, de lo que desconocían.

Ciertamente hay quienes no creen en Dios y están en su derecho. También hay quienes no creen en Jesucristo y están en su derecho. También hay quienes no que creen en las enseñanzas de la Iglesia en Jesucristo y están en su derecho. Pero también existimos los que creemos en Jesucristo y somos católicos y ESTAMOS EN NUESTRO DERECHO.
Hoy Jesús nos dice que Dios es Dios de vivos. Quien quiera permanecer en sus estilos de vida, que le conducen a “la muerte”, es decir a la tristeza, al odio, al resentimiento, etc. está en su derecho, por eso yo, como católico, que creo y experimento que Dios me ama, me esfuerzo en amarlo  a Él y a mi prójimo, que anhelo la santidad y espero llegar al Cielo, debo apreciar mi fe, esforzarme en hacerla vida y en compartirla. ESE ES MI DERECHO.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Muchas personas sin conocer a Jesús ni a la Iglesia Católica, los rechazan. Este fenómeno ocurre en particular con las nuevas generaciones. Hay quienes hablan de Dios a partir de lo que conocen de la Iglesia Católica, pero no lo hacen porque vayan a Misa o estudien la Biblia, sino por lo que les llega a través de los medios de comunicación, que destacan los errores y las fallas de algunos sacerdotes o laicos, y no de las enseñanzas directas del Papa o de los Obispos. Por ejemplo, en la Ciudad de México, se le da más connotación a un comentario polémico de la Iglesia sobre algún partido, que sobre el mensaje que cada domingo da el Señor Cardenal. A nivel mundial, se destaca más la presencia de una persona desquiciada que quema una Biblia en el Vaticano, que la acción pastoral y los mensajes que diariamente realiza el Papa Benedicto XVI. Se ven más las películas de “escándalos sacerdotales”, que los que hablan del heroísmo, testimoniado con su vida diaria, de infinidad de sacerdotes. Sobre este último punto, un feligrés le preguntó a un amigo sacerdote, el Padre Rogelio, que si lo que había visto en el cine sobre un sacerdote, era cierto. Mi amigo le hizo ver que como película tiene elementos ciertos y otros falsos, unos y otros exagerados porque de otra manera no venden su producto. Pero también le preguntó si sabía algo sobre la vida del Padre Maximiliano Kolbe, san Francisco, el Padre Pio y otros sacerdotes más, la acción de la Iglesia a favor de los enfermos del SIDA y del trabajo misionero en zonas marginadas, etc. El joven, agradeció los comentarios, reconoció la importancia de discernir sobre lo que ve, lo que lee y escucha, además de la importancia de profundizar más en las enseñanzas de la Iglesia Católica y de conocerla más a fondo, como católico, para participar en su acción humanitaria y misionera y darla a conocer.

JUZGAR
Me ha tocado hablar con muchas personas: académicos, comunicadores, políticos, artistas y en particular con jóvenes, que después de un breve diálogo me hacen preguntas sobre Dios, la Iglesia, la conducta del cristiano y en varios de ellos me ha tocado escuchar: “eso no lo sabía” o “yo desconocía esas postura abiertas de la Iglesia”. Hace poco, en una entrevista radial, un joven me preguntaba que por qué, lo que yo decía, no lo escuchaba de parte de otros sacerdotes. Yo le pregunté, ¿vas a Misa, profundizas la Biblia, estudias los documentos del Papa, platicas con algún sacerdote? A todo él me respondió negativamente, por lo que le comenté: “Entonces, ¿te das cuenta que, no es que yo hable diferente, sino que, tú hablas de lo que “te han dicho” que <enseña la Iglesia, dicen los sacerdotes y viven los católicos> y no porque tú hayas ido a conocernos más a fondo y sobre todo a dialogar con Jesucristo?”
Los malos entendidos sobre la Iglesia Católica y el rechazo a ella no son nuevos, pero también son útiles, pues nos retan a todos los católicos a ser mejores testigos de la fe, como queda ejemplificado por Hermann Cohen (alemán, 1820-1871) de origen judío, formado en escuelas luteranas, quien expone en su biografía, la impresión que le generó el dialogar por primera vez con un sacerdote católico: “La benévola y amable acogida del eclesiástico me impresionó vivamente e hizo caer de un golpe uno de los prejuicios más sólidamente arraigados en mi mente. ¡Tenía miedo de los sacerdotes!... Desgraciadamente no los conocía más que por la lectura de las novelas, que los representan como hombres intolerantes, que sin cesar tienen en los labios las amenazas de la excomunión y las llamas del infierno. ¡Y me encontré en presencia de un hombre instruido, modesto, bueno, franco, que lo esperaba todo de Dios y nada de sí mismo!”.
Este encuentro fue tan decisivo para Hermann, que después de ese encuentro, a los 27 años de edad, pedirá el Bautismo, y en poco tiempo fundará la Adoración Nocturna en París (1848) y se ordenará sacerdote (1851), muriendo santamente a causa de la viruela, adquirida sirviendo a unos enfermos (1871).
Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. La vida del Padre Hermann Cohen, que contrasta con la de sus contemporáneos y coterráneos alemanes (Nietzche, Freud y Marx), nos hace ver que la Iglesia no está anquilosada sino en constante crecimiento y haciendo aportes para una humanidad mejor. Lo que hace falta hoy, es un mayor compromiso de todos los católicos, por conocer mejor nuestra fe y compartirla. Nos está haciendo falta más oración y adoración a Jesús Eucaristía, para que lo que transmitimos no sea un conjunto de normas, sino la experiencia del amor de Dios.
Tanto el deseo de ser discípulos y apóstoles de Jesucristo, así como participar en la Nueva Evangelización, han de ser el motor para mostrar con nuestro testimonio que hemos recibido lo que nos ha dado nuestro Padre, el “Dios de vivos”.
ORAR
Padre, Dios amoroso, realmente Tú eres “Dios de vivos”, pues a partir de mi encuentro Contigo he aprendido a vivir, de una manera plena. Dame tu amor que eso me basta, para que yo comparta la vida nueva que Tú nos das en tu Hijo Jesús. Gracias, porque en esta acción no estoy solo(a), me has dado a la Iglesia Católica que me ha engendrado para Ti en el Bautismo, me instruye de muchas maneras, me acompaña y alimenta con tu Palabra y tu Eucaristía y me envía como misionero(a), para que alegremente, con mi testimonio, hable de Ti, haga este mundo mejor y un día llegue a contemplar tu rostro en la Patria Celestial.
ACTUAR
Como Padre o Madre de familia, como familia o amigo, me haré el propósito de compartir mi fe y de testimoniar que: mi Padre, es “Dios de vivos”. Hay muchas maneras de hacer esto. Una de ellas es compartiendo en familia estas meditaciones (algunos ya lo hacen), reenviándolas por internet (algunos ya lo hacen), leyendo la Sagrada Escritura (algunos ya lo hacen), yendo a Misa, estando confesado (algunos ya lo hacen), realizando obras de misericordia (algunos ya lo hacen), esforzándome en dar testimonio (algunos ya lo hacen), buscando nuevas maneras de evangelizar (algunos ya lo hacen). Entonces lo que me queda es unirme a ellos y también ponerme a evangelizar. ESO NO LO SABÍA.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

No hay comentarios:

Publicar un comentario