viernes, 4 de noviembre de 2011

Meditación del 4 de Noviembre del 2011

11-11-04. Viernes 31ª

DUEÑO(A) DE MIS EMOCIONES

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio: Lucas 16, 1-8: En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: “¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador”. Entonces el administrador se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan”. Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: “¿Cuánto le debes a mi amo?” El hombre respondió: “Cien barriles de aceite”. El administrador le dijo: “Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta”. Luego preguntó al siguiente: “Y tú, ¿cuánto debes?” Este respondió: “Cien sacos de trigo”. El administrador le dijo: “Toma tu recibo y haz otro por ochenta”. El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz».

I.- ENSEÑANZA BREVE: Para Jesús, hasta las fallas humanas sirven para obtener de ellas una enseñanza. El administrador corrupto de la parábola, al pensar en su futuro lo prepara para que le sea más favorable. Tiene que dejar los esquemas mentales de su vida pasada y debe tomar las acciones que le ayuden a alcanzar su objetivo. Nuestra mirada debe estar puesta en hacer el mayor bien posible y siempre nos podremos encontrar con quienes se aprovechen de nuestra bondad y nos engañen o traicionen. Esto, no nos debe detener, ni hacer cambiar de actitud. Debemos perseverar haciendo el bien, superando engaños y traiciones, sabiendo que el trigo y la cizaña crecen juntos.

II.- VER - JUZGAR  -ACTUAR
VER
Algunas personas para justificar su mal proceder señalan que han sido engañadas, que en la vida les ha ido mal y en lugar de cambiar continúan con su “modus vivendi” de aprovecharse de los demás, dejando una serie de heridas en aquellas personas a las que traicionan. También, puede suceder que alguna mujer que fue traicionada y dejada por el novio o el padre de sus hijos, piense que ya no vale nada y pretenda entregarse a otros hombres para “desquitarse de ellos”. Otro caso es el hombre que vive una situación similar y entonces piensa que el alcohol o la droga son su refugio o salvación. También se da el caso del niño o niña que abandonados o maltratados,  cuando jóvenes o adultos, pretenden repetir la historia con sus hijos o los niños que están a su alrededor. Parecería que nada hay que pueda romper la cadena del mal. Afortunadamente no es así.
JUZGAR
Si bien es cierto que aparentemente el personaje principal de la narración evangélica, es el mal administrador, a mí, quien me llama más la atención es el amo. El mal administrador es quien vive apegado a los bienes materiales y a su error, no el amo.
Ante los errores del otro, el amo conserva la paz. Es justo, por eso ha despedido al mal administrador, pero él no pierde la paz por las acciones del mal administrador. No permitirá que el mal proceder continué, pero en su corazón no hay ira ni rencor. Hay paz y sabiduría. Reconoce la maldad del otro, pero el continuará siendo el buen amo. Él es libre, no quien hace el mal; por lo mismo, no perderá la paz por las malas acciones del otro. El amo es libre porque sigue a Dios, Él es el dueño de sus emociones en el amor de Dios y como él, yo también, en el amor de Dios, puedo ser dueño de mis emociones.
Ante el error, la mentira, y la maldad, que quizá hemos experimentado; guiados por la Gracia de Dios, podemos superar sus efectos negativos y en lugar de sumarnos a los eslabones de la cadena del mal, o dejar que nos afecten, seremos conscientes de esa realidad y no nos detendremos, seguiremos adelante haciendo el bien. Efectivamente, no dejaremos que quien actúa mal, continúe afectándonos, ni física ni emocionalmente y sí continuaremos trabajando para que este mundo sea mejor.
ORAR
Esta oración la modifiqué, Madre Teresa de Calcuta la escribió en segunda persona y yo la puse en primera.
Si soy amable, las personas pueden acusarme de egoísta e interesado... Aun así, seré gentil. 
Si soy un triunfador, tendré algunos falsos amigos y algunos enemigos verdaderos... Aun así, triunfaré.
Si soy honesto y franco, las personas pueden engañarme... Aun así, seré honesto y franco.
Lo que tardé años para construir, alguien puede destruirlo en un minuto... Aun así, construiré.
Si tengo paz y soy feliz, las personas pueden sentir envidia... Aun así, seré feliz.
El bien que haga hoy, puede ser olvidado mañana... Aun así, haré el bien.
Daré al mundo lo mejor de mí, aunque eso, nunca pueda ser suficiente... Aun así, daré lo mejor de mí mismo.
Recordaré siempre que, al fin de cuentas... TODO ES Y SERÁ ENTRE DIOS Y YO. ¡Nunca es, ni fue, ni será,  entre los demás y yo!
ACTUAR
Procuraré siempre actuar bien y que el mal proceder de quienes me rodean no me desaliente. Si en mi mano está el detener el mal o separarme de la persona que lo realiza, así lo haré. Si he sido afectado(a) económica o emocionalmente, me recuperaré. Lo importante es que yo sea el amo o el ama de mis emociones y decisiones. He decidido ser de Jesús, y Él me da su perdón y me enseña a perdonar para que yo sea libre y feliz.

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

“Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero”. M. María Inés Teresa (Beatificación 21-abril-2012)

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