miércoles, 31 de agosto de 2011

Papa Benedicto XVI: hay expresiones artísticas que son verdaderas vías hacia Dios


Esta mañana, al presidir la audiencia general de los miércoles, la cual se llevó a cabo en la plaza Libertad en Castel Gandolfo, el Papa Benedicto XVI explicó que la contemplación de las obras de arte también constituye un camino para llegar a Dios, porque "es como una puerta abierta hacia el infinito, hacia una belleza y una verdad que van más allá de lo cotidiano. Y una obra de arte puede abrir los ojos de las mentes y del corazón, impulsándonos hacia lo alto".

El Pontífice cuestionó: "quizá os habéis dado cuenta alguna vez que ante una escultura, un cuadro, algunos versos de una poesía, o alguna pieza musical, habéis sentido una íntima emoción, un sentimiento de alegría, de percibir aquello que claramente ante vosotros no es solo material", sino "algo más grande, algo que habla, capaz de tocar el corazón, de comunicar un mensaje, de elevar el ánimo".

"El arte es capaz de expresar y hacer visible la necesidad del hombre de andar más allá de lo que se ve, manifiesta la sed y la búsqueda de lo infinito", agregó.

Más adelante, el Vicario de Cristo comentó que "hay expresiones artísticas que son verdaderas vías hacia Dios, la Belleza suprema, y que también son una ayuda a crecer en la relación con Dios, en la oración. Se trata de obras que nacen de la fe y que expresan la fe".

Luego, invitó a los fieles a contemplar el arte no sólo como un modo de enriquecimiento cultural, "sino como un momento de gracia, de estímulo para afrontar nuestro lazo y nuestro diálogo con Dios, para detenernos a contemplar el rayo de la belleza que nos golpea, que casi nos ‘hiere’ en nuestro interior y nos invita a subir hacia Dios".

"Esperemos que el Señor nos ayude a contemplar su belleza, tanto en la naturaleza como en las obras de arte, y así ser tocados por la luz de su rostro, para que también podamos ser luz para nuestro prójimo", continuó.

Finalmente, el Santo Padre exhortó "a todos a llegar a Dios, Belleza suma, a través de la contemplación de las obras de arte. Que éstas no sólo sirvan para incrementar la cultura, sino también para promover el diálogo con el Creador de todo bien. Que el Señor siempre os acompañe".

Meditación del Evangelio del 31 de agosto del 2011

11-08-31. MIÉRCOLES XXII.
Lc 4, 38-47.

EL SERVICIO ACTITUD CRISTIANA

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER: San Lucas de forma muy sintética nos muestra un día en la vida de Jesús, que inicia con la oración en la Sinagoga, continúa en la casa de Pedro en donde hace curaciones, descansa y al día siguiente, muy temprano está en oración dispuesto a seguir sirviendo, llevando el Evangelio.

Al final aparece el texto bíblico para quien lo quiera consultar

MEDITAR: La suegra de Pedro está enferma y es curada por Jesús, cuando Él la visita. Ella sana y se pone a servir. Jesús desde este hogar, atiende y cura a los que se acercan a Él. Termina la jornada y al día siguiente, temprano, Jesucristo ya está en oración, dispuesto a seguir sirviendo a todos, llevando el Reino de Dios.

Oración y servicio, son la clave en la vida de Jesús. Jesús ora, así siempre está consciente del servicio que hace y por qué lo hace. La fortaleza del servicio en Jesús, es la oración, pues a través de ella, todo servicio se convierte en el acto más puro de amor.

La oración no es un monólogo ni una introspección en la que hablo conmigo mismo. La oración es un diálogo de amor iniciado por Dios, Quien espera que yo le responda. Por eso, en la oración además de las palabras que yo pueda decir, es importante el silencio que haga para escuchar a Dios.

Realmente muchas personas saben rezar, pero no orar. Van y dicen a Dios lo que le quieren decir o pedir. Quizá repiten oraciones aprendidas, pero no hacen silencio para escuchar lo que Él les quiere compartir. Para santa Teresa de Ávila orar es dialogar con Aquel que sabemos que nos ama.

Si hacemos silencio y escuchamos a Dios, nuestra oración será más eficaz y seremos más felices. Dios siempre me escucha, ¿le escucho a Él? El que Él me escuche no significa que siempre y de manera inmediata me dará lo que le pido. Realmente hay que reconocer que no siempre pedimos lo que más nos conviene o lo que es mejor para todos. Como quiera, Dios siempre me da, más de lo que le pido y si no me concede lo que le pedí, es porque Él tiene algo mejor para mí.

Jesús se mantiene en constante diálogo amoroso con su Padre. En la oración encuentra la Verdad que le hace libre, la inteligencia para servir mejor y auténticamente a los demás y la fortaleza para superar todas las dificultades. La oración le permite experimentar el amor del Padre, aún en los momentos más difíciles. La oración le ayuda a mantenerse en el servicio a los demás “Yo he venido a servir, no a ser servido”· (cf. Mt 20,28).

San Benito, resume la vivencia del cristiano en su frase “ora et labora”: ora y trabaja.
La autenticidad de la oración se manifiesta en el servicio.

ORAR: Gracias Señor por la vida que me has dado, las cualidades con las que me has dotado y los medios para servir. Concédeme Señor que no entierre los talentos que he recibido, sino que los ponga al servicio de los demás y así, al tiempo que los desarrolle, me conozca y me supere, estaré participando en tu Plan de Amor, para hacer mejor este mundo, extendiendo tu paz.

CONTEMPLAR: Dice san Pablo “no se cansen de hacer el bien” (2 Ts 2,13). Ciertamente el servicio puede cansar y para recuperar fuerzas puedo descansar, pero nunca olvidar mi objetivo, hacer presente el amor de Dios en el mundo. La mejor manera de mantener el ritmo y el rumbo es la oración. ORAR Y SERVIR.

Estar dispuesto a servir genera armonía y desarrollo, implica creatividad y alegría por vivir, es una expresión de amor, de madurez humana. No hacer nada por los demás, implican pasividad y manifiesta desaliento hacia la vida. Aprovecharse del otro es expresión de egoísmo, divide e impide el desarrollo común.

La oración y el trabajo nos mantienen unidos a Dios y en el camino de seguir e imitar a Cristo. “Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo”.

Para servir mejor, hay que orar, pues así el servicio se hace de manera consciente y se convierte en un acto de amor desinteresado hacia Dios, en bien de los demás.

El mejor servicio es compartir el Evangelio. Así serán más los que se acerquen a Dios, más los que lo conocerán y amarán y así seremos más los que estemos dispuestos a hacer este mundo mejor.
Ciertamente también hay que dejarse servir y dar oportunidad a que otros crezcan.

ACTUAR: Uniendo la oración al servicio, hoy procuraré servir a los demás por amor a Dios y luego haré la revisión de vida para concientizarme de cómo me sentí, como crecí y de qué manera ayudé a que los demás fueran mejor.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Lucas (4,38-44): En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y Él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que Él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con Él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero Él les dijo: «También a los otros pueblos tengo que anunciarles el Reino de Dios, para eso me han enviado». Y predicaba en las sinagogas de Judea.

martes, 30 de agosto de 2011

Meditación del Evangelio del 30 de agosto del 2011


11-08-30. Martes XXII.
Lc 4,31-37.

El cristiano exorciza el mal

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER: La liturgia de la Palabra de la Misa, nos invita a meditar el Evangelio según san Lucas. El texto de hoy nos presenta a Jesús enseñando en la Sinagoga de Cafarnaún, quien manifiesta su poder sobre el maligno al liberar a un endemoniado. A partir de la predicación de Jesús y de sus obras, la fama de Jesús se extiende por la comarca y todos se comentan el poder de su Palabra, que no sólo expulsa demonios sino que también toca corazones y lleva a la gente a la conversión de sus estilos equivocados de vivir.

Al final aparece el texto bíblico para quien lo quiera consultar

MEDITAR: El término exorcizar, según su etimología, significa romper un juramento o liberar al que está cautivo. En el sentido religioso se entiende como la expulsión de demonios y es un ministerio exclusivo de los obispos, quienes los pueden delegar en sacerdotes o laicos debidamente formados y autorizados para este servicio. Nadie, sin estas cualidades, debe de intentar hacer exorcismos. En nuestra reflexión de hoy, no nos detendremos en este tipo de exorcismos.

De manera más amplia, podemos decir, que por la gracia bautismal, el católico que se esfuerza en hacer vida las enseñanzas de Jesucristo, exorciza al mundo con su ejemplo y trabajando por la instauración del Reino de Dios en todos los ambientes. Donde Cristo reina, el demonio es expulsado y el mal es vencido. Así, por ejemplo en donde se vive de acuerdo a los valores que emanan del Evangelio, se expulsa la mentira con la verdad, el odio con el amor, el egoísmo con el servicio, la impureza con la castidad. El cristiano exorciza al mundo cuando evangeliza con su palabra, con su testimonio y genera estructuras que son evangelizadoras.

Evangelizar no es sólo recibir y memorizar una serie de conceptos, evangelizar es recibir a Jesús, es dejar que Él reine en mí y trabajar para que su Reino llegue a todos los ambientes donde realizo mi vida, transformando a las personas y a las estructuras sociales que el hombre construye.

ORAR: Señor quiero que reines totalmente en mí, me doy cuenta que hay todavía áreas de mi vida que no te he entregado y en las que gobierno yo o un vicio, que me domina. Derrama tu Espíritu en mi corazón, quiero que tu Palabra resuene y viva con todo su poder en mí. Jesús, reina en mi familia, aún hay muchas cosas que mejorar en nuestras relaciones. Jesús reina en mi edificio, calle, colonia y ciudad. Haz de mí un apóstol tuyo, que no sea indiferente ante el mal que me rodea, que no me deje apabullar por él, sino que con el poder de tu palabra sea un factor de cambio para mejorar nuestra convivencia y sobre todo para que sean más los que te conozca y te amen y así se establezca tu reinado de amor en el mundo entero.

CONTEMPLAR: En un reino, quien gobierna es el rey, si otro pretende gobernar es un usurpador. En el Reino de Dios, quien gobierna es Él y siendo Él Amor, el Reinado de Dios se establece en la vida del hombre y de la mujer, que abren su mente y su corazón al Amor, a la Verdad y a la Justicia que proceden de Dios, por lo que la persona se libera de lo que le ata y le impide ser feliz y tener Paz.

Quien vive según sus apetencias y no según la Palabra de Dios, aunque estuviera bautizado, está preso y bajo el dominio de un usurpador, por lo que en su corazón no hay amor, sino resentimiento y odio, vive en la mentira y el error, es injusto en sus juicios y en su actuar, vive oprimido por sus traumas y complejos, vive triste y angustiado y no tiene paz en su corazón. Dice san Pablo que hemos sido llamados a vivir en libertad y no en la esclavitud que se manifiesta en: “fornicación, impureza y libertinaje, idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos, disensiones y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza” (cf. Gal 5, 13. 19-21).

Cuando esta usurpación ocurre en una persona, puede llegar a su familia y de ahí extenderse a su comunidad y poco a poco a la sociedad y consolidarse como una estructura de pecado social. Este proceso lo podemos constatar en la vida de algunos de los criminales que han sido atrapados: iniciaron individualmente, después en grupo y llegaron a formar parte de bandas organizadas que extienden sus redes y se consolidan como sólidas estructuras del crimen. Esto también lo vemos en algunas calles o colonias de nuestras ciudades. Un padre de familia golpeador, que agrede a sus hijos, quienes hacen a su familia el terror de la calle donde viven, por lo que pronto algunas otras personas se alían a ellos, incluso como un sistema de defensa, y en poco tiempo la calle o la misma colonia, se convierte en un nido de delincuentes en donde ni la policía entra.

El mal es carencia del bien. Dejar que Dios reine en mi corazón es permitir que el Rey llene las carencias que existen en mi vida y que el mal en mí sea exorcizado por su Amor, de tal forma que renovado(a) en Jesucristo, tenga una nueva visión de la realidad y convertido hacia Él, sea un factor de cambio: un evangelizador en mi familia y en las estructuras donde no está Dios.

Jesucristo exorciza (expulsa el mal) de nuestro corazón, de nuestra familia, de nuestra sociedad, cuando dejamos que su Palabra habite en nosotros con todo su poder. Nosotros exorcizamos el mal de nuestra vida cuando abrimos nuestro corazón a Jesús y lo llevamos con nuestras palabras y obras a nuestros ambientes. Jesucristo nos libera para que liberemos, Jesús nos evangeliza para que evangelicemos. La presencia de Jesús en nuestras vidas se traduce en “amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia”. (Gal 5, 22-23).

El mundo necesita de testigos del Evangelio, ahí donde un(a) cristiano(a), que deja el amor de Dios esté en su corazón, es factor de conversión en su familia y de otras familias, por lo que, aún los ambientes más negativos pueden ser transformados. Un elemento fundamental de la evangelización son las parroquias, ahí donde las familias cristianas nos unimos en comunidad y formamos la Iglesia, familia de familias, comunidad de familias en el Reino de Dios.

ACTUAR: Hoy haré una revisión de mi vida y de mis relaciones familiares, pidiendo a Jesús que reine en nosotros.
Me acercaré a confesarme –para que Jesús reine más en mí-.
Hoy procuraré hacer un plan para acercar más personas a Dios:
+ Les compartiré esta homilía
+ o les invitaré a rezar juntos
+ u organizaré una fiesta muy original: les diré que les invito a Misa porque la he ofrecido por ellos. (Por ejemplo el 5 de septiembre es día del hermano -en honor a Madre Teresa de Calcuta-. El 8 de septiembre nos uniremos en oración ante Jesús Eucaristía para pedir por la reconciliación y la paz en México)
+ Anota alguna otra iniciativa: _____________________________________

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Lucas (4,31-37): En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.» Jesús le intimó: «¡Cierra la boca y sal!» El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca. 

lunes, 29 de agosto de 2011

Meditación del Evangelio del 29 de agosto del 2011


11-08-29. Lunes XXII.
Mt 6, 17-29.

ACCIONES CRISTIANAS ANTE LA VIOLENCIA

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER: San Mateo narra la muerte de Juan Bautista, el cual está encarcelado injustamente. Prácticamente está secuestrado. En un baile se decide su muerte y es decapitado, llevando su cabeza en una bandeja a la sala de la fiesta.
Al final aparece el texto bíblico para quien lo quiera consultar

MEDITAR: La forma en que resumí este pasaje del Evangelio nos habla de la situación que muchas personas viven en diversos estados de la República y en la misma ciudad capital de nuestro país.

Hoy celebramos el martirio de Juan Bautista. ¿Por qué hacer una celebración litúrgica de un martirio? Porque la palabra “mártir” significa “testigo”. Los mártires cristianos son:”testigos” de la presencia de Dios en medio de la maldad desarrollada por algunas persona. Son testigos de la Verdad, del Amor y del Perdón, ante quienes les persiguen con la mentira, el odio y la violencia, incluso, como ocurre con Juan Bautista, aunque los asesinen.

Morir mártir a causa de la Justicia, de la Verdad, de Jesús, no es una deshonra sino la exaltación de aquel que sabe dar la vida por los demás, como lo hace Juan Bautista.

Jesucristo, muere en la Cruz, por la salvación de la humanidad, por eso el “mártir cristiano” es testigo de una realidad superior que va más allá de lo inmediato y de las limitaciones espacio temporales humanas, pues manifiesta, la presencia de Dios en el martirizado y su ejemplo toca el corazón de quienes ven su martirio e incluso de quienes lo asesinan. De esta manera se entiende la expresión, “la sangre de los mártires es semilla de cristianos”.

Contemplando a otros personajes de este texto bíblico, en Herodes y sus secuaces, se manifiesta la existencia de personas que de manera individual o en forma de grupos organizados, delinquen, sembrando muerte y dolor a causa de su orgullo y egoísmo. La raíz del comportamiento violento, de la “delincuencia organizada”, no está ni en la pobreza ni en la falta de empleo, sino en el aumento de familias desintegradas y disfuncionales, en la educación sin valores. Herodías, había sido la esposa del hermano de Herodes y ahora, junto con Salomé su hija, vivía en el palacio. La joven es “expuesta” a la vista de todos en “una danza”. ¿Se ofrece al mejor postor?

La causa mayor del desprecio a la vida humana, está en el alejamiento de Dios de manera individual, familiar y social. En la actualidad, ni siquiera se enseña civismo en las primarias, ni ética a nivel medio superior, ni mucho menos moral. Los hijos son expuestos a los “novios” o “novias” de sus papás, a ellos no les corresponde el reconocimiento de su dignidad y en muchas ocasiones su único refugio es la calle. Realmente todo esto está en contraposición del esfuerzo de los esposos que a pesar de las dificultades que se les presentan, procuran tener un hogar cristiano.

Actualmente: secuestros, extorciones, asesinatos, descabezados, son situaciones no aisladas, sino cada vez más frecuentes. Ellas aumentan debido a la impunidad y en ocasiones bajo el cobijo de autoridades venales. Como quiera, quienes realizan, estos y otros ilícitos, lo hacen en medio de una orgía de poder y de dominio que intenta someter a la sociedad y genera infinidad de víctimas inocentes, como es el caso de Juan Bautista. Hoy, incluso algunos de estos crímenes generan varias víctimas a la vez y son cometidos en medio de fiestas familiares, restoranes y centros nocturnos, afectando también estadios deportivos.

La página cruenta del Evangelio que hoy meditamos, es una constatación de lo que el hombre es capaz de hacer, cuando vive alejado del influjo de Dios y que en búsqueda de todo tipo de placeres, actúa irracionalmente. Es una expresión de la “cultura de la muerte”, en contraposición de la “cultura de la vida.”
Mientras que un grupo de personas: Herodes, su mujer, su hijastra, la corte, viven encerrados en el egoísmo y los placeres, sin encontrar felicidad; Juan Bautista, aunque preso físicamente: es libre, porque ama, porque tiene fe, porque espera. Ante la “maldad humana” destaca la “bondad humana” de quien tiene su corazón abierto a Dios. Juan es veraz, es libre. Juan ama y con su palabra y rectitud es testigo de la Vida Nueva y Eterna que ofrece Cristo.

Otro grupo de personajes son los discípulos de Juan Bautista que al enterarse de su martirio, recogen su cadáver y lo entierran. No se señala que ellos se hayan acobardado o levantado en armas, se sabe que siguieron a Jesús.

Aparentemente, en la muerte de Juan, vence el mal, pero no es así, el paso del tiempo lo demuestra. El asesinato de Juan Bautista no lleva a sus discípulos a la violencia, a la tristeza, al miedo o a la angustia. La respuesta de ellos no es como la de los que no tienen fe. El acto tan cruel, cometido contra un inocente, podría haber justificado un levantamiento civil en contra las autoridades injustas. Ellos no responderán al mal con el mal, no se sumarán a la escalada de violencia; ellos no caerán en el miedo o en el resentimiento. Ellos, libres interiormente, en el amor y el perdón, seguirán construyendo el Reino de Dios en medio de los hombres, haciendo realidad en su entorno lo que podría parecer una ilusión o utopía. El martirio de Juan no sólo lo hace testigo a él, de la presencia de Dios en medio de los hombres, fortalece también la decisión de sus seguidores y discípulos de ser, también ellos, testigos de la paz y del perdón. Muerto Juan Bautista, comprenderán mejor sus palabras, ahora seguirán a Jesucristo, el Cordero de Dios.

ORAR: Señor, ante la situación que vivimos en nuestro país, te pido que no permitas que el miedo, el temor o el odio entren en mi corazón o en mi familia. Te pido por la conversión de los causantes de tantos crímenes, el consuelo para los familiares y amigos de las víctimas de la violencia, y la Vida Eterna para quienes han muerto a causa de ella. Sobre todo te pido que como individuos y sociedad, volvamos a la escucha de tu Palabra para hacerla vida y así transformar la deshumanización que estamos viviendo, en un proceso de conversión que nos ayude a retomar el camino de la solidaridad humana que nos lleve a Ti. Señor dame valor para que siguiéndote a Ti, junto con mi familia, venza el mal haciendo el bien, para que donde haya odio lleve yo tu amor, donde haya injuria tu perdón, Señor. Santa María de Guadalupe, salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.

CONTEMPLAR: Nadie puede negar la responsabilidad que tienen los participantes directos en estas acciones violentas, pidamos por su conversión. Sin embargo, también tenemos que reconocer que ante las situaciones que vivimos, grave responsabilidad tienen los gobernantes, legisladores, comunicadores y educadores, que de diversas maneras han ido fomentando la violencia, la corrupción y la mentira, promoviendo además el rechazo a Dios en los asuntos de la vida pública y diaria, pretendiendo desconocer y rechazar los valores del Evangelio, que promueven el bien común y que en cuanto valores religiosos, son valores eminentemente humanos. En el momento de elegir representantes públicos, conozcamos sus plataformas políticas y exijámosles que cumplan con sus promesas y actúen con rectitud. Vigilemos para que tanto los educadores como los comunicadores cumplan con su tarea de difundir la verdad.

Grave responsabilidad tienen también los padres de familia que no educan a sus hijos en la fe, ni con palabras ni con el ejemplo, pues en ocasiones, al hijo se le trata con violencia y ya no se le ve como a la persona que hay que amar, cuidar y acompañar en su educación, sino como “alguien” que sale muy caro sostener o a quien se cosifica considerándolo como “algo no deseado” y por lo mismo, su padre lo desconoce o rechaza, abandonándolo junto con su madre; , o ambos, padre y madre, divorciándose, dejando a los hijos al garete o en ocasiones, incluso abortándolos. Procuremos fortalecer nuestras familias cristianas, implementemos y participemos en una auténtica pastoral familiar.

Grave responsabilidad tenemos los católicos cuando nos acostumbramos y nos acomodamos a las ideologías que aparentemente son “modernas” y de “avanzada” ante las cuales “la Iglesia” o “no tiene nada que decir” o “debería de adecuarse a ellas”. Seamos radicales en el seguimiento a Jesucristo, “no nos apeguemos a los criterios del mundo” (cf. Rm 12,2)

Como creyentes: ante la violencia hagamos una revisión de nuestras vidas y de nuestra responsabilidad. No nos quedemos sin hacer nada, pero ante estos delitos no respondamos con miedo o violencia; ante la mentira, respondamos con paz, ante la mentira con la verdad, ante el odio con el amor, ante la injuria con el perdón, ante la división con la fraternidad, ante el miedo con valor, ante el alejamiento de Dios, con la fe en Jesucristo nuestro Señor.

ACTUAR: Hoy, pondré atención a los sentimientos que llevo en mi corazón en relación a la violencia que hay en nuestro país. Si me doy cuenta que son de tristeza, miedo, angustia, odio o depresión, los rechazaré. Me fortaleceré en la convicción de que tengo que poner más mi atención en el amor de Jesucristo y dejaré que Él me dé su paz, para seguir trabajando en la construcción de su Reino de amor, de justicia y de paz. También pondré atención a la reacción de aquellos que están a mi alrededor. Sus sentimientos ante lo que ocurre, son una oportunidad para acercarlos a Dios y animarlos para que juntos trabajemos para hacer este mundo mejor. Urge que Cristo Reine (1Cor 15,25).

+ Ante la violencia hagamos una revisión de nuestras vidas y de nuestra responsabilidad
+ Seamos radicales en el seguimiento a Jesucristo, “no nos apeguemos a los criterios del mundo” (cf. Rm 12,2)
+ Procuremos fortalecer nuestras familias cristianas, implementemos y participemos en una auténtica pastoral familiar.
+ En el momento de elegir representantes públicos, conozcamos sus plataformas políticas y exijámosles que cumplan con sus promesas y actúen con rectitud. Vigilemos para que tanto los educadores como los comunicadores, cumplan con su tarea de difundir la verdad.
+ Pidamos por la conversión de los delincuentes.
+ Urge que Cristo Reine (1Cor 15,25), trabajemos por la extensión de su reinado de paz, de justicia y de amor.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Marcos (6,17-29):  En aquel tiempo, Herodes había mandado aprender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.

El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.» Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.» Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?». La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.» Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»

El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Meditación del Evangelio del 28 de agosto del 2011


11-08-28. Domingo XXII.
Mt 16, 21-27.

Persevera haciendo el bien

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER: San Pedro expresa “un buen deseo a Jesús”, que Dios le evite “el dolor” de entregar su vida por los demás. El Señor Jesús rechaza a Pedro, pues a pesar de “su buena intención”, está colaborando (aún inconscientemente) con el padre de la mentira, por lo que le dirá a Pedro: “¡Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar, tú piensas como los hombres, no como Dios!” Luego el mismo Jesús invitará a sus discípulos a seguirlo, a negarse a sí mismos, para encontrarse a sí mismos.

Al final aparece el texto bíblico para quien lo quiera consultar

MEDITAR: Tres paradojas: 1.- Pedro que acaba de ser ensalzado, por sus palabras y acciones “sobre esta roca edificaré mi Iglesia”, ahora es recriminado. “apártate de Mí”. 2.- Para seguir a Jesús, hay que “tomar la propia cruz” y 3.- Hay que “perder” la vida para “ganarla”.

La enseñanza de este día, nos inserta en el camino de la auténtica felicidad porque nos sitúa en la realidad de la vida, en la que existe el dolor, lo que no es un obstáculo para que alcancemos la perfección humana, la felicidad y el Cielo, sino que incluso, paradójicamente es un elemento necesario para alcanzar la excelencia humana y la santidad.

Las palabras de Jesús resultan paradójicas para el auditorio de su tiempo y para el actual, más ahora que “engañosamente” se exaltan: el gastar, la moda, la figura y la soberbia, como únicos satisfactores y “expresiones de una vida realizada”. Generando todo esto, ambientes donde imperan el egoísmo, la falta de moderación, el endeudamiento y la eliminación de lo que impide alcanzar “el placer máximo”, llámese familia, valores, principios, amor, fe. Convirtiéndose todo esto en “modernas esclavitudes”, como el desprecio al recto uso de la sexualidad, el incremento de la violencia y del uso de drogas y otros males, “expresiones de la pérdida del sentido de la vida”.

Cuántas veces por “rechazar el dolor” se han cometido infinidad de graves errores. Ahí está el caso de “la mamá” que lleva a su hija a abortar para que “su proyecto de vida” no se vea frustrado por un “embarazo no deseado”. Cuántas veces se pretende justificar un asesinato o el “suicidio asistido”, en nombre de una “falsa compasión” para evitar que el anciano o el enfermo “siga sufriendo”. Cuántas veces se justifica el caer en las drogas o el alcoholismo, porque no se podía resistir la pena de un amor frustrado o la muerte de un ser querido.

En contraposición a esas y otras situaciones, nos encontramos la alegría de infinidad de madres de familia que han sabido dar la vida por sus hijos, de jóvenes que han resistido la tentación de una vida llena de placeres sensuales, de droga o alcohol y que han optado por una vida sana que les lleva al triunfo en el deporte, en el arte, en el estudio, en poner su vida al servicio de los demás. Muchas personas, además de su esfuerzo humano, han añadido la virtud de la fe, por lo que más que héroes, son santos.

Querer evitar el dolor a toda costa, en lugar de reconocerlo como parte de la vida, es como pretender que no exista la obscuridad de la noche y que sólo resplandezca la luz del sol las 24 horas del día. Esto no sólo es imposible, sino que al no aceptar la realidad, se genera un conflicto interno que lleva a la tristeza y a la frustración. Lo mejor es saber aprovechar las horas de la noche con todo lo bello que ella nos proporciona para el descanso del cuerpo, y también para disfrutar la belleza de la luna llena o el titilar de las estrellas. Hagamos lo mismo con el dolor, asumiéndolo démosle un sentido en la fe y en el amor.

El Señor Jesús no sólo habla de lo que padecerá, sino que incluso explica el sentido de su muerte: la salvación de los hombres; de ti, de mí. Lo que a Él lo mueve es el amor.

El dolor como realidad humana, cuando llega a nuestra vida, nos hace valorar lo que tenemos. Además de ayudarnos a ejercitar la fortaleza interior para no darnos por vencidos, nos lleva también a conocernos mejor y sacar de nuestro interior, lo mejor de nosotros mismos. Existen infinidad de ejemplos, en donde ante un desastre natural o provocado por la maldad del hombre, hay quienes se levantan no sólo victoriosos, sino también alegres de haber ayudado a otros a salir adelante ante las situaciones negativas o incluso, habiendo ofrendado la vida por los demás.

Esta es la enseñanza mayor del texto bíblico que hoy meditamos. Jesús no es ni un estoico ni un masoquista. El está hablando de la ofrenda de su vida, por amor a Dios y a los demás: por la humanidad entera, por ti, por mí.

Jesús supera la tentación de una “vida cómoda” sin compromiso y opta por el esfuerzo diario y la entrega de su ser, en absoluta libertad, por amor y para salvar a todos.

ORAR: Jesús, Tú conoces lo débil y cobarde que soy e incluso las formas en las que evito ayudar a los demás y buscar mi propia comodidad. Te agradezco lo bondadoso que eres conmigo porque tengo más de lo que necesito. Ayúdame a entender que mi felicidad auténtica no está en lo que presumo o en lo que disfruto, sino en la capacidad de amar para entregarme a Ti, sirviendo a los demás. Señor toma mi vida entera.

CONTEMPLAR: De manera natural rechazamos el dolor, sin darnos cuenta que lo que vale la pena en la vida cuesta. Tomar la cruz, como Jesús y con Él es darle sentido al dolor, es asumirlo para superarlo y aprovecharlo para que unidos a Jesucristo, como dice Madre María Inés Teresa Arias, “compremos almas para Dios.”

ACTUAR: Hoy, haré una breve revisión de mi vida, para ver qué cosas buenas he dejado de hacer por comodidad, para esforzarme en realizarlas para bien de los demás y la “salvación de muchas almas”. Recordar que al referirnos a “las almas”, estamos hablando de nuestros contemporáneos que viven alejados de Dios. El término “alma” es referido a la persona viva, en su realidad integral.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Mateo (16,21-27): En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.» Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.» Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por Mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.»

Meditación del Evangelio del 27 de agosto del 2011


11-08-27. Sábado XXI.
Mt 25, 14-30.

Descubre y acrecienta tus talentos

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

LEER: Con imágenes muy entendibles Jesús nos habla de realidades muy profundas, ahora serán los talentos (un tipo de moneda en tiempos de Jesucristo). Esta parábola nos ayuda a reconocer que cada uno tenemos cualidades que debemos conocer, valorar, acrecentar y poner al servicio de los demás. A una persona le dieron 5 talentos, a otro dos y a otro uno. Al que le dieron 5, los multiplicó, al que le dieron dos, también, sólo al que le dieron uno, en lugar de multiplicarlo, lo enterró. Al llegar el dueño de las monedas felicitó y recompensó a los que multiplicaron los talentos, al otro lo reprendió.

Al final aparece el texto bíblico para quien lo quiera consultar

MEDITAR: La vida agitada en la que estamos sumidos y la gran cantidad de información que recibimos, cada vez nos despersonalizan más, porque vivimos más atentos de lo que ocurre en nuestro exterior que en nuestro interior. Lo exterior pasa y se va. El ataque terrorista de hoy, la devaluación de ayer, la película de moda, el escándalo del artista, la última telenovela, quien ganó el juego de futbol o la medalla de oro, son cosas intrascendentes, que para mañana ya no son importantes o ya se olvidaron. Lo único para lo que sirvieron fue para que nos sumiéramos más en el consumismo que nos ahoga y para distraernos de lo que realmente es importante para nosotros y nuestro futuro. Entrar en nosotros mismos, valorarnos, amarnos y reconocer nuestras cualidades para proyectar nuestro futuro y ser auténticamente felices.

La felicidad no es un sueño inalcanzable, es un proyecto de vida que tenemos que realizar, cada día. Para ello tenemos que ser consciente de quién soy, qué quiero y cómo voy a alcanzarlo.

En administración eso es planear. Hay un adagio que dice “planea o serás planeado”. Aplicado a la propia vida, lo podemos entender como “si no planeas tu vida, nunca serás feliz, pues siempre habrán otras personas o factores que te gobernarán, pues estarás esclavizado al diario acontecer o a lo que otros digan”.
En ti y en cada persona hay infinidad de valores que cada uno debe conocer, valorar y cultivar para ser feliz. A esto en la actualidad se le llama autoconocimiento, autovaloración y desarrollo humano. Esto fortalece la autoestima y nos pone en el camino de la plenitud humana y de la felicidad. La propuesta del Señor Jesús es que este proceso lo vivamos con Él y guiados por Él, de tal manera que nuestro crecimiento, lleno del amor de Dios, además de hacernos plenamente felices nos permita alcanzar la santidad.

No importa si tienes muchos o pocos talentos, lo importante es que unido(a) a Cristo, los desarrolles y los pongas al servicio de los demás.

ORAR: Señor, Tú me conoces y me amas, enséñame a amarme en Ti. En tu presencia pongo no sólo mis miserias y limitaciones, sino, sobre todo mis talentos y proyectos. Enséñame a amarme como Tú me amas y a servir como Tú, para ser  plenamente humano, para ser feliz y alcanzar la santidad.

CONTEMPLAR: En tu nombre Señor y bajo tu mirada amorosa quiero conocerme, aceptarme y proyectarme para hacer tu voluntad. Tú en mí lo puedes todo, si yo te permito entrar en mi corazón. Ven a mí Señor y lléname de tu amor, para que en lugar de vivir en el miedo o en el rechazo a mí mismo, reconozca los talentos que me has dado y poniéndolos a tu servicio y al de mis hermanos, los acreciente y ayude a que este mundo sea mejor, dando Gloria a tu Nombre, por las maravillas que harás en mí.

ACTUAR: Hoy anotaré las cualidades que reconozco en mí y procuraré hacer un pequeño plan de vida para desarrollarlas y ponerlas al servicio de los demás.

Que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero. M. María Inés Teresa Arias.

Seguimos el esquema de la Lectio Divina: Leer, meditar, orar, contemplar y actuar.
Leer, es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en contexto.
Meditar es reflexionar sobre lo que el texto bíblico me dice.
Orar: Es responder a la Palabra, qué le digo a Dios: es petición, intercesión, agradecimiento, alabanza, etc.
Contemplar el reto de llegar a la conversión de la mente, del corazón y de la vida, según el Corazón de Cristo.
Actuar, es mi compromiso por hacer vida la Palabra de Dios.

Del santo Evangelio según san Mateo (25,14-30): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes."»